23 septiembre 2009

Que llueva, que llueva


Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva, los pajaritos cantan, la luna se levanta... Sí, lo sé, es una canción sin ton ni son, hahaha, pero mi madre me la enseñó cuando yo era muy pequeña y es que, debido a la influencia total materna, desde que puedo recordar, siempre me ha gustado la lluvia y siempre que he tenido oportunidad, salgo y me empapo. Menos mal que no he sido enfermiza, que de lo contrario, ya me hubiese pescado una pulmonía galopante o algo así :p

En esta parte de España, al fin el verano se ha largado y el otoño ha entrado casi por la puerta grande con una ligera bajada de temperaturas (ya era hora) y muchas lluvias en buena parte del este de España. Aquí, en Valencia capital, hemos tenido lluvia constante desde anoche que por momentos se tornó tupida. La delicia de todo esto, es que no hay nada comparable a dormir arrullada por el sonido de la lluvia de madrugada, jejeje. Esta mañana, Happy Demon estaba contento porque al descubrir que lloviznaba, supo que podría llevarse su paragüas de los Piratas del Caribe ;-) Yo no sé si es por eso que el gusta tanto la lluvia, hahaha, y yo haciéndome ilusiones de que todo se debía, de nuevo, a la influencia materna :p

Hace unos días, leía en le periódico que desde 1970 no se sentía un verano tan sofocante como el que recién se ha terminado :p A excepción del de 2003 que cuentan que fue cuasi asfixiante (sobre todo en el sur de España). Yo debo decir que en el tiempo que tengo viviendo aquí, no había aborrecido tanto el hecho de casi no para de sudar, de tener la sensación de que nada te quita el calor. Es por eso que prefiero el frío: basta con que te arropes bien y tan-tan. Sin embargo, tendré que esperar bastante para disfrutar del frío: quizá debido al cambio climático (aunque no lo dicen con todas sus letras) este otoño será más cálido de lo normal. Y aquí entre los chiquillos y nosotros mismos, nos hacemos lío con la ropa y para muestra hoy mismo: sí, hasta hace media hora, llovía y soplaba un aire que aquello te recordaba en cierta medida a los huracanes, pero ni gota de ambiente frío, ni siquiera refrescante. Al contrario: se siente un bochorno agobiante. A los chiquillos o les pones camisetas de manga larga pero finitas o de plano manga corta con alguna chaqueta por encima ligerita. Luego vienen los constipados que entre todos se contagian y que temrinan por transmitirnos a los padres. Esto no es entretiempo, esto es un demsadre de no saber qué ponerte porque por la mañana refresca, a mediodía te asas y por la tarde vuelve a llover :p

Con respecto a la vuelta a clases, Happy Demon lo lleva bastante bien, mejor de lo que yo misma esperaba porque durante el verano le preguntabas si tenía ganas de volver al cole, inmediatamente te decía : Noooo, hahaha. Pero en cuanto el primer día vio a sus amigos, todo tranquis. Lo malo es que aún no coge el ritmo de dormir temprano, pero ojo, yo no soy de esas madres que a las nueve ya quieren a los chiquillos metidos en la cama y con todas las luces apagadas. Aunque sí que me gustaría que Happy Demon de nuevo se durmiera a las diez y media u once, así descansaría mejor, que casi todos los días (lo peor son los fines de semana :p) se despierta por sí mismo a las siete y media de la mañana y con unos ánimos y una energía que ya los quisieran más de diez, hahaha.

Happy Demon ha iniciado segundo de Educación Infantil, lo que en México sería primero de preprimaria o quizá kinder puro y duro :p Y si bien, trato de recordar que en mis tiempos, bastaba con que llevaras un lápiz o una cajita de crayolas (ceras, aquí) y un pequeño cuaderno, hoy casi me quedé sin aliento al ver el listado de libros que le han pedido a Happy Demon: nada menos que trece O_O, sip, han leído bien, trece libracos para una criaturita de apenas cuatro años y medio. Entre los que están los de inglés (a partir de este año, todos los chiquillos de Educación Infantil recibirán clases de inglés dentro del programa escolar), uno por cada vocal, cuatro o cinco para los números y tres carpetas con sus respectivos cuadernos de actividades, cuentos y demás para cada uno de los tres trimestres y el de religión, pufh!. Mi marido alucinaba cuando fuimos a recogerlos al Corte Inglés. Las chicas que atiende, como están acostumbradas sólo sonreían cortesmente, pero a los padres se nos desorbitaban los ojos al comprobar libro por libro según el listado. Hace poco que se publicaron unos resultados, con mucha más sorpresa que vergüenza, que España ocupaba uno de los peores lugares a nivel mundial en educación, pero lo cierto es que al menos en esta parte de España y en el colegio donde estudia Happy Demon, me parece que no es posible quejarse absolutamente de nada. No me baso en al cantidad de libros que han pedido, ni mucho menos, sino en la calidad de la enseñanza que no sólo lo veo en los niños de Infantil, sino con varios de sus hermanos que cursan diferentes niveles de primaria. El profesorado vale la pena y hasta el momento no he escuchado que ningún padre se queje, y si lo hiciesen en todo caso sería porque les exigen a los chiquillos.

Por cierto, a ver cómo prospera esa propuesta que ha surgido de la Comunidad de Madrid para que el profesor se convierta en autoridad pública dentro de los colegios, con el fin de que se le vuelva a respetar. Que tal como anda el patio, mucho se necesita. Gracias a la educación y eso entre comillas, que muchos padres actuales inculcan a sus hijos, estos han perdido todo respeto por cualquier figura de autoridad. Y ya no se trata de ese espíritu rebelde que todos hemos padecido en nuestra adolescencia, sino por la falta de valores, por un desprecio total a todo lo que implique disciplina y compromiso. Creo que hoy más que nunca, los chicos viven en un mundo donde todo es desechable y donde lo único que importa es pasar el rato. Poco importa lo que venga después.



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