20 septiembre 2009

Narcotour

Jesús Malverde, el "santo" de los narcos


"¡Bienvenida a Culiacán, cuna de grandes capos mexicanos!... Esta es la capital del narco, donde el tráfico de drogas es una subcultura, una forma de vida, una actividad productiva de la cual todos nos beneficiamos..."

Así empieza Luis, taxista de profesión, su particular viaje por los submundos del clandestinaje sinaloense: "Ni modo, señito, es la puritita verdad. Todos salimos beneficiados. Son ellos (los narcos) los que nos dan de comer. Generan empleo de mil formas. Y mientras envenen a los negros, a nosotros qué"....Le pregunto: ¿Cuáles negros? Pues los gringos, los mulatos del otro lado. Los capos no envenan a los nuestros. La droga va pa'allá... pa'Estados Unidos."

Luis cobra 300 pesos por narcotour. No es una actividad promovida por la Secretaría de Turismo, pero si tolerada. Muchos trabajadores del volante han encontrado en ello su forma de subsistir. Los narcotours no se anuncian en ninguna guía turística, pero basta con acudir a cualquier cantina para que surja la propuesta del taxista de turno. "La Ballena" es el típico lugar de mariscos y carnitas de puerco. La inmortalizó Arturo Pérez Reverte en su novela "La reina del sur". Es un lugar con enorme arraigo local. Como "la Ballena" hay decenas de cantinas o bar-restaurantes donde hay parroquianos que se distinguen por su actividad empresarial. Sus mejores clientes no solo llevan camisas de ceda marca Versace y gruesas cadenas de oro al cuello, también están escoltados con hombres corpulentos y metralleta en mano. A veces, cierran los locales ante la mirada atónita de los comensales: "Tranquilos, sus cuentas están pagadas. Solo voy a comer!", les dicen "educadamente", según me cuenta el mesero: "Y le sale gratis la comida". Esta tarde no hubo suerte. "Vengase pasado mañana", me recomienda. ¿Y qué pasa si hay balacera?, le pregunto. "¡Ni modo!... Si nos toca nos tocó". Los narcos hacen vida cotidiana y sorprendentemente tienen una intensa agenda social que incluye lugares públicos. Salen más a menudo de sus guaridas de lo que al gobierno le gustaría reconocer. Por lo pronto, "La Ballena" está colapsada. Las hummers y escalades se agalopan en la entrada... ¡Esto es Culiacán, señito, aquí es otro pedo! Ellos andan libres. Nadie los molesta."

Luis se convierte súbitamente en guía. Nuestra primera parada es la capilla de Jesús Malverde, el santo de los narcos: "Aquí, cada dos por tres, hay pachanga. Ellos vienen a dar gracias por el éxito del cargamento. Cada vez que pasan la droga pa'l otro lado, vienen con hieleras llenas de cerveza y banda. Invitan a tomar y a bailar... ¡San Malverde es muy milagroso!", dice exhalando un repentino suspiro. La iglesia católica se niega a reconocerlo, pero sus fieles seguidores aumentan vertiginosamente en esta nueva era mexicana del narco. La parroquia vende todo tipo de recuerdos con la imagen del santo. El joven vendedor me ofrece una estampita a 10 pesos: "Se vende todo muy bien. Si viera. Esto se llena de camionetonas y cochazos. Todos vienen a pagar las mandas por los favores recibidos. Son gente muy generosa. Siempre dejan su buen dinero". La capilla esta llena de mensajes de agradecimiento y fotos de la gente beneficiada. Hay distintas imágenes del santo venerado con veladoras encendidas y flores. El corrido se escucha una y otra vez: ..."Yo cargo tu retrato por donde quiera que voy. Especialmente en mis tratos cuento con tu bendición".

Luis me lleva luego a la zona comercial de Tres Ríos: "Aquí en este estacionamiento mataron al "Chapito", el hijo del Chapo Guzmán. El día de las madres lo dieron a conocer. Fue un duro golpe para él. ¡Imagínese, su hijito, el heredero de todo!... ese día empezó la guerra y un año después no ha terminado". Las cifras oficiales reconocen más de 1.000 muertos registrados el año pasado en Sinaloa de los 10.000 en todo el país, pero la estadística no incluye los cientos de "levantados" por el crimen organizado y presumiblemente asesinados.

Esta es la tierra de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, mejor conocido como "El Chapo" Guzmán, uno de los 38 hombres más ricos del planeta, según la revista Forbes. Es el líder de la "Alianza de Sangre", mejor conocido como el Cártel de Sinaloa. El gobierno de Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares por información que ayude a su captura, mientras que el gobierno de Felipe Calderón sitúa la recompensa en 2 millones de dólares: "Ay, señito, que no se hagan gueyes" --- me dice Luis que continúa llevándome de narcotour a 50 kilómetros por hora--- "todos saben dónde está. Por aquí, por esta parte se pasea. Nomás pregunte y verá. Muchos lo han visto en discotecas, restaurantes, caminando por la calle", dice cambiando su tono de voz convertido ahora en susurro. La zona residencial esta cubierta de ostentosas mansiones: "Esta es una de sus casas y más adelante está otra de las muchas del Mayo Zambada. A unos minutos más, señala la casa donde detuvieron a Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, presunto operador del cártel de Sinaloa y brazo derecho de El Chapo. Y a continuación me muestra la casa de Julio César Chávez, el boxeador... "Él también está en el negocio, señito, lo que le dije: son muchos los que nos beneficiamos. Hay que reconocerlo. Escríbalo: ellos nos traen prosperidad".


El Boomerang
Blog de la periodista Sanjuana Martínez
15 de junio de 2009


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Cuando estás lejos de tu tierra, parece que valoras mucho más todo aquello que no te daba ni frío ni calor y que sin querer se ha convertido en parte importante de la cultura popular. Ya he comentado que mi gusto por los Tigres del Norte se reforzó y creo que aumentó, jejeje, hasta que me vi a más de nueve mil kilómetros de distancia de mi patria. Es un gustazo escuchar a mi marido canturrear Pacas de a kilo, hahaha, por ejemplo. Aunque, permitan que les diga que no se trata de un español que quiere a toda costa mexicanizarse, cosas que más que halagarme, me revuelve las tripas. Casarse con un extranjero es una experiencia que te enriquece culturalmente, pero eso no significa, al menos para mí, que debas mimetizarte. Conozco el caso (patético en extremo, para mí) de un español que fue a México a casarse vestido de charro :/ y que si bien no lo he tratado a fondo en persona, cuando se expresa en los foros, intenta por todos los medios usar modismos y frases hechas mexicanas. Lo siento, pero esta actitud no despierta en mí más que risa y cierto malestar, como si en el fondo, esa persona renegara de su origen...

En fin, que me voy por las ramas, hahaha. Que es muy cierto que cuando estás lejos de tu tierra valoras más un montón de cosas y yo he descubierto una inclinación medio rara con respecto al narcotráfico (sin duda, es un mundo fascinante en donde más que admiración por mi parte, hay una atracción peculiar). Será que mucha gente en este lado del mundo me pregunta y yo me veo incapaz de alzarme de hombros y no abrir la boca, jejeje. Así que voy pepenando información y trato de mantenerme al día. Después de todo, el narco es el pan de todos los días en la mayor parte de mi tierra.

Siento declarar que no conozco a fondo el trabajo de la periodista Sanjuana Martínez, a pesar de que en 2006 recibió el Premio Nacional de Periodismo. Pero he encontrado su blog por casualidad y he decidido copiar esta entrada dedicada a Culiacán. Por cierto, hubo un comentario de un sinaloenese que indicó que la famosa cantina La Ballena no es como la pinta el maese Pérez-Reverte en la novela La Reina del Sur. Según se asegura en ese comentario: la cantina se encuentra situada en un lugar infernal y no por lo peligroso sino por lo "populoso", ya que frente a la cantina se ubica una de las paradas del transporte público con mayor flujo de pasajeros y que por otra parte no cuenta con estacionamiento, así que nanay de que en la entrada veas las Hummer. Además, según también el comentario, ni siquiera un narco de medio pelo se pararía ahí :P

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