30 agosto 2008

I'm back

Una imagen digna del verano que está a punto de terminar


La Gothic-Biker Family está de regreso, damas y caballeros y familias que los acompañan, jejeje. Gozamos de unas vacaciones merecidísimas aunque raras: el sol brilló pero por su ausencia la mayor parte de los días, así que con cielos nublados pocas ganas daban de ir a la playa. Pero disfrutamos y mucho del camping.

Peñíscola es un sitio curioso, por así llamarlo. Demasiado turístico para mi marido y a mí me recordó mucho a Acapulco. Mucho turista francés, turismo nacional en mediana cantidad y escasa, escasísima presencia de latinoamericanos: sólo dos o tres atendiendo en bares y pocos más en la playa.

No me pregunten por el castillo-fortaleza tan característico de Peñíscola porque me he llevado una gran desilusión. Sí, mucho refugio del Papa Luna, mucha historia de Templarios y la mera verdad es que está conservado (en la medida de las posibilidades porque en una de las mazmorras la gente se ha dedicado a lanzar monedas y hasta hay un par de gafas oscuras O_O) pero tampoco es algo que te quite el aliento como lo que puedes encontrar casi en cada esquina de Ávila o de Toledo. En dicho castillo se filmaron varias escenas de la peli donde Charlton Heston interpreta a el Cid y repito, está conservado con apenas algunos retoques "modernos". La exposición permanente de los Templarios a pesar de tener varios dommies vestidos con los atuendos completos según su rango y de mostrar a muy grandes rasgos la historia de los monjes guerreros, es demasiado simple bajo mi punto de vista, demasiado modesta. Ainss, es que para bien o para mal, yo esperaba algo más legendario, jejeje.

No regresé como la Negrita Cucurumbé, hahaha, pero sí que tomé algo de color. Happy Demon, este año, ha disfrutado mucho más en la orilla de la playa que metiéndose abrazado a su padre, hahahaha. Y me he enfrascado en un libro que he "redescubierto" por así decirlo (hace algunos meses había empezado a leerlo pero no me enganchó): El significado de la noche de Michael Cox, una historia ambientada en el Londres de mediados del siglo XIX que tiene mucho de novela de misterio, además nos muestra que su autor es un verdadero erudito de la época victoriana. En cuanto lo termine, comentaré más.


21 agosto 2008

Océanos sobre la mesa

Santísima Trinidad (escala 1:90)


Me gustan mucho los modelos de barcos a escala, y durante cierto tiempo los construí yo mismo. Algunos siguen en casa, en sus vitrinas: un bergantín de líneas afiladas como las de un cuchillo, una elegante urca llamada Derflinger, el Galatea, el Elcano, el San Juan Nepomuceno, la Bounty –naturalmente– y algún otro. También hay medios cascos barnizados en sus tableros, un gran modelo de arsenal del navío Antilla que usé para la novela Cabo Trafalgar, la sección transversal del Victory con palo mayor incluido, y un diorama, con todos los accesorios y las portas abiertas, de la batería inferior de una fragata de 44 cañones. Aunque conozco cada uno de esos barcos de memoria, sigo contemplándolos con extremo placer, recreándome en sus detalles mientras recuerdo las muchas horas pasadas con ellos; la lentitud del trabajo minucioso y paciente, lijando tracas, curvándolas húmedas con el calor, clavándolas en las cuadernas, modelando las piezas de cubierta, tejiendo de proa a popa la compleja telaraña de la jarcia.

Hacer aquello no era sólo realizar un trabajo artesano y ameno, sino también, y sobre todo, navegar por los mares que habían surcado esos barcos. Suponía moverse con la mente por los libros, los paisajes y las historias de las que eran protagonistas. Borrar el resto del mundo, distanciándolo hasta olvidarme de él por completo. Recuerdo la paz de tantas noches, de tantas madrugadas entre café y humo de cigarrillos, cuando aquellas maderas, cabos y velas que tomaban forma entre mis dedos cobraban vida propia, se enfrentaban en mi cabeza a los vientos, las corrientes y los temporales. Y el orgullo intenso, extremo, tras meses de trabajo, de anudar el último cabito o dar la pincelada definitiva de barniz y retroceder un poco, quedándome largo rato inmóvil para contemplar el resultado final. Y qué curioso. Siempre tuve unos dedos torpes e inhábiles para el bricolaje. Soy lo más patoso del mundo: incapaz de dar cuatro martillazos a un clavo sin aplastarme un dedo. Y ya ven. Ahora miro esas maquetas y me pregunto cómo pude hacerlas; de dónde diablos saqué la pericia precisa. Amor, supongo. Amor al mar, a los viejos planos y grabados, a la madera barnizada y al metal bruñido. Amor a lo que esos barcos representaban. A su historia: los mares que cruzaron y los hombres que los tripularon, subiendo a las vergas oscilantes a gritar su miedo y su coraje entre temporales y combates. Sí. Supongo que se trataba de eso. Que de ahí obtuve la habilidad y la paciencia necesarias.

Imagino que esto explica, en parte, el inmenso respeto que tengo por quienes hacen trabajos artesanos a la manera de siempre. A los que todavía trabajan sin prisas, poniendo lo mejor de sí mismos; recurriendo a las viejas técnicas manuales que tanto dignifican la obra ejecutada. Dejando su impronta inequívoca en ella. En estos tiempos de tanto apretar botones, de máquinas sin alma, de pantallas electrónicas, de visto y no visto, de tenerlo todo hecho, comprable y listo para usar y tirar, me inspiran admiración sin límites esos orfebres, encuadernadores, luthiers, pintores de soldaditos de plomo, carpinteros o alfareros que, para ganarse la vida o por simple afición, mantienen el antiguo vínculo de la mente lúcida con el pausado trabajo manual. Con el orgullo legítimo de la obra concienzuda, perfecta, bien hecha. Con lo singular, hermoso, útil y noble que siempre es capaz de crear, cuando se lo propone, el lado bueno del corazón humano.

Ya no puedo hacer maquetas de barcos. La vida me privó del tiempo y de las circunstancias necesarias. Aquellas noches silenciosas entre dos reportajes, trabajando a la luz del flexo entre maderas, libros y planos antiguos, hace tiempo que se transformaron en jornadas de trabajo profesional dándole a la tecla. En la artesanía de contar historias. Ahora mi tiempo libre, cuando lo tengo, se lo lleva el mar de verdad: eso gané y perdí con los años y las canas. Conservo, sin embargo, la afición por los modelos de barcos a escala: siguen llamándome la atención en museos, colecciones privadas, anticuarios, revistas y tiendas especializadas. A veces entro en alguna de estas tiendas y acaricio, como antaño, las tracas dispuestas en sus estantes, los rollos de cabo para jarcia, las piezas modeladas, las cajas magníficas, bellamente ilustradas con el modelo del barco en la tapa, que tantos meses de placer y trabajo contienen para los felices aficionados que se enrolen a bordo. Hace días pasé un melancólico rato ante una caja enorme: modelo para construir del Santísima Trinidad: uno de los muchos barcos –cuatro puentes y 140 cañones– que siempre quise hacer y nunca hice. Casi un par de años de trabajo, calculé a ojo. Como una novela de esas cuyo momento pasa, y sabes que ya no escribirás nunca.


Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
17 de agosto de 2008

19 agosto 2008

Vacaciones 2008


Pues eso: que echamos el candado pues a partir de hoy la Gothic-Biker Family se marcha de vacaciones. De nuevo nos vamos de camping aunque ahora será de playa, en Peñíscola, para ser más exactos. El Mediterráneo me sigue llamando y yo no puedo resistirme, hahahaha. A ver si con diez días no regreso como la Negrita Cucurumbé, aquella que se bañaba en el mar esperando que las olas blanqueran su piel, hahaha. A la mierda la palidez vampiríca y esas tonterías. Es imposible resistirse al sol veraniego en esta parte del mundo.
Y para ir cogiendo ritmo, aquí les dejo un video del genial Brian Setzer y su Orquesta con una versión del temazo "In the mood" del gran Glenn Miller.

18 agosto 2008

El origen de las leyendas


Noche de jueves en Oxford a finales de los años cuarenta. Habitaciones del profesor de Literatura C. S. (Clive Stamples) Lewis, en el Magdalen College. Una docena de escritores y docentes sentados en unos sofás raídos y sucios leen como cada semana algunos textos que han escrito, para someterlos al juicio del grupo. Hoy, es el propio Lewis quien empieza, mientras sus colegas beben cerveza -ya no hay problemas de abastecimiento, como en años anteriores- y saborean las viandas que un admirador del titular del apartamento les ha enviado: "Había una vez cuatro niños que se llamaban Peter, Susan, Edmund y Lucy, y esta historia cuenta algo que les sucedió cuando los enviaron lejos de Londres durante la guerra, debido a los ataques aéreos". Hugo Dyson, James Dundas-Grant, Roger Lancelyn Green, Nevill Coghill, Owen Barfield y algunos más, entre ellos Warren Lewis, el hermano mayor del autor que pasa el examen, hacen gestos de aprobación. En un ángulo de la sala, otro de los contertulios sonríe al comprobar la diferencia entre el texto de Lewis y la larga historia que él está escribiendo y que también lee periódicamente en esas mismas reuniones, aunque ambas discurran por el camino de la fantasía y el mito. Su nombre es J. R. R. (John Ronald Reuel) Tolkien y quedará escrito con letras de oro en la historia de la literatura del siglo XX junto al de su amigo.

Las crónicas de Narnia y El Señor de los Anillos son en gran medida fruto de aquellas reuniones semanales en Oxford. No todos los contertulios disfrutaron de tanto éxito literario, pero la literatura fantástica reciente no se entendería sin la influencia mutua de un grupo de chalados con gran talento que se autodenominaron los Inklings. Ahora, la publicación en español de un libro del biógrafo británico Humphrey Carpenter titulado así, Los Inklings (Ed. Homolegens), permite reconstruir la vida cotidiana de aquellos intelectuales conservadores en lo político, defensores a ultranza de la amistad, levemente misóginos e inadaptados a los cambios sociales que se dieron tras la guerra.

El encuentro

Lewis y Tolkien se conocieron en marzo de 1926, cuando ambos llevaban medio año impartiendo clases de materias afines (Lengua y Literatura Inglesa) en Oxford. El primero tenía 28 años y había obtenido el empleo tras haber hecho algunas sustituciones. El segundo, de 34, tenía ya experiencia docente en la Universidad de Leeds. Tolkien estaba casado. Lewis convivía con una mujer con edad de ser su madre. Una extraña relación que el escritor se negó a explicar y sobre la que mantuvieron silencio tanto la hija de ella como el hermano de él, que vivieron muchos años bajo el mismo techo.

Tolkien era una de esas personalidades capaces de arrastrar tras de sí a cuantos se encontraran en su órbita. Poco después de conocer a Lewis creó uno de esos clubes tan frecuentes en aquella Universidad. Sólo que en el caso de los 'Coalbiters', como se autodenominaban, el eje de las reuniones era poco habitual: los mitos islandeses. Los integrantes del club tenían como tarea traducir textos originales de la literatura islandesa. A Tolkien, que había aprendido la lengua en su infancia, sin ayuda de profesor, no le resultaba costoso, pero para Lewis y otros debía de ser algo parecido a una tortura, porque apenas eran capaces de poner en inglés un solo párrafo cada tarde.

Durante años, los 'Coalbiters' se reunieron con regularidad. El grupo fue creciendo y uno de sus miembros más activos pronto fue Warren Lewis, hermano mayor del creador de Narnia. Historiador y escritor también él, Warnie, como lo llamaban todos, ha dejado testimonio de aquellas reuniones, abundantes en cerveza y licor, no exentas de chistes verdes (Tolkien los contaba en islandés, Lewis insistía en que no se llegara a la pornografía) y vetadas a las mujeres. Ahora puede parecer extraño pero no lo era tanto desde la mentalidad de aquel momento. De hecho, hasta 1870 los profesores de Oxford no podían casarse.

Fueron años felices. El grupo era un verdadero submundo dentro de la Universidad y su amistad llenaba el abundante tiempo libre de sus miembros. Con frecuencia, C. S. Lewis organizaba grandes caminatas, con paradas en posadas para cumplir el ritual de las comidas, las cervezas y el té. A Tolkien le gustaba detenerse a contemplar plantas y aves, y se quejaba de las largas rutas -de 30 kilómetros diarios y a veces más- que planificaban los hermanos Lewis.

Los Inklings nacieron en 1933 con objeto de reunirse para leer en voz alta textos inéditos de los integrantes del grupo. Lewis pronto asumió el liderazgo del mismo hasta el punto de que las reuniones se celebraban en sus habitaciones en el Magdalen College, un edificio hermoso pero no tan céntrico como el Exeter, donde enseñaba Tolkien, o el Merton, donde impartían clase otros componentes del grupo. Al acabar una de las primeras reuniones, Tolkien dejó a Lewis un texto sin corregir e inacabado, escrito con la única pretensión de entretener a sus hijos. Ignoraba que iba a convertirse en un clásico. Su título: El Hobbit.

Los integrantes de los Inklings discutían sus obras y se apoyaban mutuamente. Lewis, que ya era un crítico reputado, escribió una reseña muy elogiosa de El Hobbit en el Times. Poco después, Tolkien le ayudaría a publicar Más allá del planeta silencioso, acudiendo a sus contactos entre los editores.

El club no tenía reglas escritas ni normas de aceptación de nuevos miembros. Pero Lewis era quien, de facto, decidía dónde se reunían y dónde acababan las tertulias (en el hotel situado frente al Magdalen; en un pub junto a la Biblioteca Bodleian, su lugar de trabajo; es decir, siempre en su entorno más inmediato) y quién formaba parte y quién no.

Y fue él quien se empeñó, ante la tibieza de Tolkien y algunos otros, en admitir en 1939 a Charles Williams, un escritor prolífico (su obra más conocida es Guerra en el cielo), creador de una teología romántica y capaz de meter en una misma novela a un brujo africano y una flota de submarinos. Además de su afición por los mitos, tenía también en común con Tolkien y Lewis un sólido cristianismo.

Los oxonienses sufrieron poco durante la guerra. Pese a que la ciudad está a 80 kilómetros de Londres, parecía como si los bombardeos fueran cosa de otro mundo y sólo la escasez de algunos víveres les recordaba el conflicto bélico. Cuando éste se encontraba ya en su recta final, el grupo se comprometió a celebrar la paz, cuando llegara, muy en su estilo: con una estancia de una semana en una posada campestre, charlando de todo lo divino y lo humano y bebiendo cerveza sin parar.

El éxito

A mediados de los cincuenta, Lewis y Tolkien alcanzaron la fama con la publicación de sus títulos fundamentales. El primero había escrito su ciclo de siete relatos a la carrera, sin importarle un cierto desaliño estilístico ni que quedaran cabos sueltos en sus cuentos. El segundo, en un trabajo de muchos años, cuidando cada detalle (sus contertulios le advirtieron de que Sauron podía ser identificado con Stalin) y creando cada aspecto de los mitos narrados.

En 1954, Lewis consiguió por fin una cátedra, pero en Cambridge. Y aunque en la práctica vivía más tiempo en Oxford, las reuniones del grupo se fueron distanciando. Williams había muerto. Barfield estaba en Londres y a Tolkien no le gustaba la nueva vida que llevaba Lewis, casado con una joven escritora (la mujer con la que había vivido una extraña relación materno-marital había muerto en 1951). Al creador de Narnia tampoco le sentó bien Cambridge. Ya había dado lo mejor de sí mismo y ni siquiera le gustó el trato recibido en los aspectos más domésticos: "Se queja porque en Oxford le servían tres copas de oporto después de la cena y en Cambridge sólo le dan una", escribió divertida Joy Gresham, su esposa.

C. S. Lewis murió el 22 de noviembre de 1963 (el día que dispararon sobre Kennedy en Dallas). Los demás inklings trataron de continuar las reuniones pero el club se disolvió enseguida. Warnie Lewis, sin la sombra protectora de su hermano, vagó desnortado durante años, abusando del alcohol. Tolkien apenas publicó nada interesante. En las habitaciones del Magdalen College había ya otros inquilinos.

César Coca
Las Provincias
18 de agosto de 2008
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Sin embargo, según una búsqueda rápida, hay otro libro sobre los Inklings publicado el año pasado en Inglaterra: The Company they Keep: C. S. Lewis and J. R. R. Tolkien as writers in community. Para más información, pinchen aquí

16 agosto 2008

Aniversarios varios



Un día como hoy pero de 1977, nos dejaba (físicamente) el Rey del Rock, el más grande entre los grandes pésele a quien le pese: Elvis Presley. Y he decidido rendirle un pequeño homenaje vía la voz de un excelente intérprete irlandés que canta igual que él, pero que ha tenido el acierto de no hacer versiones del repertorio del Rey: Jim Brown, The King. Al contrario, se ha atrevido a cantar canciones de AC/DC, por ejemplo, Lynyrd Skynyrd, Nirvana, entre otros. En este caso, ha hecho una versión suprema del legendario tema "Whiskey in the jar" cuya versión de Thin Lizzy es la más conocida en el mundo del rock, sin embargo, se trata de un tema típico irlándes que siempre se canta en cualquier bar.




Otro día como hoy de hace cincuenta y dos años, moría Bela Lugosi. Siempre recordado y parodiado por su interpretación como el Conde Drácula en la versión de Tod Browning de 1931. Su biografía es rica en detalles, desde su primeras participaciones teatrales como el propio Jesucristo en una obra representada en Semana Santa en Hungría. Así que, para conmemorar su natalicio, el próximo 20 de octubre, prometo hacer una entrada totalmente dedicada a él. Mientras tanto, disfrutemos de este fanvideo que lo encuentro lleno de buen gusto.




Un 16 de agosto de 1958 nació Madonna Louise Veronica Ciccone en la ciudad de Detroit, Estados Unidos. Así es, damas y caballeros, Madgie (como la llaman sus familiares y amigos) cumple medio siglo de vida y aún tiene cuerda para rato así se haya convertido en vigoréxica y adicta al botox, sea una amante hasta el delirio de la disciplina y no sea ni la mejor madre ni la mejor esposa (las cosas como son).

Según las noticias más recientes, Madonna asistió anoche a un centro de Cábala en Marylebone acompañada y asistida en todo momento por su fiel y amansado marido Guy Ritchie, pues la Reina del Pop se ha torcido un tobillo días atrás. El festejo por su cumpleaños al parecer ha sido pospuesto pero no así una de las sorpresas por parte de su marido: Ritchie ha aceptado adoptar a una niña de tres años originaria de Malawi de la que se había "encaprichado" su mujercita. Según comentan, con esta decisión, ambos acallarán durante un tiempo todos los rumores que los han perseguido sobre un supuesto divorcio.

Por cierto, el video que he subido es sólo para fans-super-fans de Madonna, ojo, mucho ojo, hahaha.



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13 agosto 2008

El mar, la luna y el Bosco

Pilas recargadas. ¡Al fin hemos ido a la playa! :) Ya era hora, dirán muchos de ustedes. Casi estamos a mediados de agosto y en este rincón del Mediterráneo la playa se llena desde finales de junio, días más, días menos. Lo que pasa es que a mí me sucede aquello de: la mujer propone, Dios dispone, viene el diablo y todo se descompone, hahaha. Me había hecho la auto-promesa de que en cuanto los días fueran plenas muestras de verano, agarrar a Happy Demon con todos sus triques playeros incluida pala, cubeta (cubo), rastrillo, protector solar, gorra y una buena botella de agua, subirnos al tranvía cuya estación más cercana está a una calle de distancia de casa y en quince minutos llegar a la playa de la Malvarrosa y dar un paseo de una horita más o menos. Pero nanay, el plan se vino a abajo por X o por Y, así que hasta que no convencí a mi marido, no pisamos la playa. Y eso de convencerlo no es broma: a mi señor marido no le gusta nada relacionado con mar y arena y eso que ha nacido aquí! Jo, con lo que a mí me gusta, con lo mucho que me revitaliza el simple hecho de poder aspirar el olor del mar, de sentir la brisa, de meter los pies en la arena, y aunque no tengo complejo de lagartija, sentir el sol en cada centímetro de mi piel. Es una de las cosas que más me gustan de vivir en Valencia: su cercanía con el mar y aunque no soy de esa clase de gente que le gusta la playa en plan fiesta, broncearse, ligoteo y demás memeces, me encanta como renueva mi energía el mar. Simplemente observarlo, simplemente escucharlo. Perderme en los recovecos de la imaginación pensando que tengo ante mí al mar Mediterráneo, con tantas historias que cruzan sus aguas y reposan en sus fondos, con tantos navíos que lo han surcado y tantas lenguas que le han contado sus secretos. Le comenté a mi marido que si yo hubiese nacido en esta parte del mundo y por alguna razón tuviese que cambiar de ubicación, una de las cosas que más extrañaría seguro iba a ser el mar y me contesta sin más: "Claro, tú eres de tierra adentro..." Y ante esa verdad tan grande como una catedral, no tengo más remedio que admitir que durante 31 años fui rata de ciudad :p


Media luna de verano. Anoche, después de que sobrevivimos a un día de poniente donde casi alcanzamos los 41 grados en algún momento, la noche mostró su mejor cara con una coqueta media luna que me acompañó durante unos momentos mientras decidía cuál será mi próxima lectura (he terminado de leer "Amor y muerte en Florencia" y me ha dejado un agradable sabor de boca, así que le dedicaré una entrada exclusiva, jejeje). Y la compañía no fue en sentido metafórico: me sorprendió descubrir que la potente luz que se colaba por la ventana de nuestro dormitorio no era otra que la de la luna pues debido a su paseo por el firmamento, pudo asomarse unos minutos a través de la persiana. Generalmente, cuando hay luna llena, la podemos contemplar desde la parte trasera de nuestra casa, donde se encuentran los dormitorios y ha sido espectacular en algunas ocasiones. Pero la de anoche me hizo recordar cuando también la Reina Niña Blanca custodiaba mis sueños en mi casa de México. Durante 31 años viví en el último piso de un edificio de cuatro niveles y casi siempre, en noches despejadas (que sí que las hay en plena Ciudad de México) la luna iluminaba mi habitación buena parte de la noche. Guardo ese recuerdo casi desde que tengo uso de memoria. Será que desde muy pequeña, la luna me atrajo y me intrigó.


El Bosco animado. Es de sobra conocido que puedes toparte con las cosas más extrañas cuando navegas por la red: hace unos días, en youtube.com, para variar, encontré un video que me ha dejado totalmente alucinada en todos los sentidos. Por un lado, porque se trata de un perfecto trabajo de animación basado en una de los cuadros más extraordinariamente hechos por una mente que seguro no era de este mundo ni tal vez el otro, hahaha. Me refiero al tríptico "El Jardín de las Delicias" de Hieronymus Bosch, mejor conocido como El Bosco. No miento ni presumo de nada, si les confieso que desde niña ese cuadro me ha atraído como pocas obras de arte. Ya mucho he comentado que mi madre tenía diversos libros de pintura y que yo siempre los miraba y los miraba. Claro que el Bosco pintó muchas más obras, pero creo que ninguna contiene tantas pesadillas reunidas como la parte que corresponde al Infierno del tríptico. Y creo que es la más representativa de este pintor holandés. Pues bien, el video que descubrí no sólo tiene la enorme cualidad de la animación de varios puntos del cuadro sino que está musicalizado con la melodía "Spokes for the wheel of torment" interpretada por el guitarrista Buckethead de quien yo no tenía ni pajolera idea quién era. Así que me di a la tarea de buscar información porque lo único que tenía claro es que es un virtuoso de la guitarra. Lo que he visto aquí y allá es que se trata de un multi-instrumentista y compositor nacido en Estados Unidos en 1969 cuya peculiaridad radica básicamente en su aspecto porque siempre luce a modo de sombrero, un cubo tamaño familiar de la conocida marca Kentucky Fried Chicken y una máscara blanca, según él, basada en la que luce uno de nuestros psicópatas fílmicos favoritos: Michael Myers-Halloween.

Quizá con esta pinta, a primera vista, nadie podría tomarlo en serio, pero basta con que tenga una guitarra en sus manos para que nos deje con la boca abierta. Lo mismo toca thrash metal que jazz o death metal e inclusive dicen que hasta música minimalista. Entre sus influencias siempre menciona a Joe Satriani, por supuesto y a Yngwie Malmsteen, claro está, entre otros. Su biografía está salpicada de reclamos por su actitud poco seria inclusive para gentes del calibre de Ozzy Osbourne que se queja amargamente de su actitud infantil y poco profesional si se trata de colaborar con otros personajes del mundo del rock. Aunque hay constancia de su colaboración con el mismísimo Viggo Mortensen en varias ocasiones y en varios soundtracks de cine. Por cierto, uno de sus temas ha sido incluido en ese maravilloso videojuego que es Guitar Hero en su versión II.

Aquí les dejo el video:







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10 agosto 2008

El reto más grande


Generalmente, suele parecernos que la gente de Hollywood viven en un mundo paralelo o dentro de su propia burbuja donde las vicisitudes y dramas del mundo real no tienen cabida. Por eso, me temo, nos cuesta tanto trabajo creer que existan actores que posean conciencia sobre todo social.

Angelina Jolie nunca ha sido santo de mi devoción y tuve la fortuna de conocer a un ente raro, quizá el único, hahaha, a quien no le atraía Mrs. Pitt (bueno, hace cinco o seis años aún no lo era) porque la veía como una guarra, y no en el sentido que se concibe en este lado del mundo, coloquialmente hablando, sino como una mujer que en aquel entonces mostraba una presencia un poco sucia, guandajona, poco cuidada y por mucho que interpretara a Lara Croft, no se le veía muy femenina.

En fin, que el colmo de su plena permanencia en el ojo del huracán mediático fue su unión con Brad Pitt, que visto lo visto a través de estos años que llevan juntos, nos hace creer que Jennifer Aniston (su primera mujer) es una simple, superficial y super X mujer comparada con Angelina que reúne un montón de cualidades, al menos, de cara a la galería.

A estas alturas del partido, ya no sorprende ese giro que Angelina dio, quizá fastidiada de que sólo se le admirara como un buen filete. Es embajadora del Alto Comisionado de las Naciones Unidas y según declara en una entrevista que ha aparecido en el número más reciente de la revista Fotogramas, no ha dudado en visitar a las tropas americanas en Irak y en luchar por el buen funcionamiento de los tribunales internacionales. Considera que la adopción no es un gesto de generosidad sino un regalo que recibe del mundo. Dice que es consciente de su suerte y que su implicación en actividades humanitarias es un intento de equilibrar la balanza.

A mí, lo que realmente me ha llamado la atención y es por eso que he echado mano de una de las últimas imágenes de la Jolie embarazada en el festival de Cannes, es cuando en esta misma entrevista, ha hablado sobre su madre, la ex-modelo y actriz Marcheline Bertrand, muerta de cáncer en 2007: "Me crió sin las comodidades que yo disfruto y aún así era la persona más generosa que jamás conocí. Cada vez que se cruzaba con alguien le transmitía amor, afecto, humanidad... Las lágrimas aparecen en el rostro de Angelina que no pierde la compostura y se esfuerza por transmitir su mensaje: El reto más grande es ser una buena persona cada día, criar bien a tus hijos, ser una buena madre y amiga. Ella lo fue. Yo lo estoy intentando".

A título personal, quien habla tan bien de su madre merece mi voto de confianza. No se trata de idealizar a nuestras progenitoras, se trata de ser bien nacidos y de aprender todo lo bueno que nos han dado en mayor o en menor medida. De sobra se sabe que los hijos vienen a este mundo sin manual de instrucciones y es de valorarse todos y cada uno de los esfuerzos que hacen los padres, en especial las madres, por salir adelante con tan dura tarea sin morir en el intento :)

Si lo sabré yo... ;-)

06 agosto 2008

Los Tigres, en España



Me van a perdonar ustedes la página –o no– pero estoy de enhorabuena. Vienen los Tigres del Norte. Los auténticos, o sea. Los de pata negra. Mis amigos de Rosa Morada, Sinaloa, ya saben. Camelia la Tejana, La Reina del Sur, La Banda del carro rojo y todo eso. Los que convocan a 200.000 personas al aire libre en un concierto en México o en California. El corrido, el narcocorrido y la canción norteña, a tope. Aquí, vaya. En España. Es su tercera gira, pues le han tomado gusto a esto, como me cuentan. La vieja y remendada madre patria, que para ellos todavía significa algo allá, en México y en los estados sureños de los gringos, que en realidad también son México, antaño ocupado y ahora, gracias a la inmigración, en vías de recuperación vía lengua española y procreación activa, en plan conejo. Y en éstas me llama desde Los Ángeles Jorge Hernández, el jefe de jefes, el cantante, y me dice, quihubo, carnal, te caemos este mes con todo y el acordeón, espero que tengas tiempo libre para irnos a cenar al Madrid viejo, entre concierto y concierto, porque vamos a pasar agosto de gira, si Dios quiere. El 11 en Gijón, me parece. Luego, Monforte de Lemos, Toledo, Zaragoza y por allí, etcétera. Y Andalucía. Ahí nos vemos.

Así que ya ven. Me temo que en los próximos días estaré afónico, con algunos colegas, la botella de tequila Herradura Reposado en la mochila, haciendo de grupi incondicional, a mis años, coreando a grito pelado, con la gente que asista a los conciertos, las canciones que esos monstruos de la música dura norteña –pesada, dicen allí– cantan en el escenario, en uno de los espectáculos musicales más pintorescos y extraordinarios que he visto nunca: horas y horas atendiendo demandas del público, a pie firme como los profesionales que son desde que empezaron, siendo sólo unos niños, cruzando el río Bravo con sus humildes guitarras para quitarse el hambre, tras cantar en cantinas y burdeles de México, a peso la canción. Sin imaginar, entonces, que treinta años después serían los reyes del moderno corrido norteño, con una influencia tan decisiva en la música y la cultura mexicanas que, en el año 2001, las mejores bandas de rock de allí –Molotov, La Barranca, Julieta Venegas– en discos y festivales manifestaron su admiración por la influencia ejercida en la propia música por esos tipos de Sinaloa, a los que ahora cientos de grupos respetan e imitan sin cesar.

Quien los ha visto en un escenario –dos giras anteriores por España avalan de sobra lo que digo– no los olvida. Ni su inmenso respeto al público, ni su facilidad para conectar con éste, ni su deliberada estética pachuco-hortera tan característica, ni su música sonora, pegadiza y magnífica, ni la inmensa potencia textual de sus canciones más comprometidas, que arrastran sin remedio a quien las escucha: Regalo Caro, La mesera, Carrera contra la muerte, También las mujeres pueden o –una de mis favoritas– Somos americanos, con ese estribillo que hace rugir miles de voces cada vez que Jorge Hernández, acordeón en una mano y sombrero en alto, canta lo de: Indios de dos continentes / mezclados con español / somos más americanos / que el hijo de anglosajón.

Por eso tecleo hoy este artículo, dedicándoselo a los Tigres. Porque los admiro y respeto mucho, y me gustaría que en las próximas semanas, en su gira, arrasen. Que vaya a escucharlos, y a verlos, mucha gente. Y no sólo esos miles de mexicanos e hispanoamericanos residentes en España, con sus banderas del águila y la serpiente, sus sombreros, sus botas de iguana y sus petacas de tequila en el bolsillo, que acuden entusiasmados a cada cita cuando se enteran de que andan por aquí. Con los Tigres, el espectáculo no está sólo en el escenario. Ellos son historia viva del México moderno: lo mejor y lo peor que ese país grande y extraordinario tiene en las venas y en el corazón. Sus canciones son música, desafío, denuncia, acta notarial y cultura popular, al mismo tiempo. Por eso la difusión de sus versiones más duras está prohibida en las radios y televisiones mexicanas. Hablan de violencia, de narcotráfico, de amor, de ternura, de ambición, de lealtad, de contrabando, de traición, de frontera, de esperanza y de muerte. Nada que no esté allí –y aquí, cada uno a su modo– en la calle y en la vida; pero ellos lo cuentan y cantan como nadie. Los Tigres del Norte son artistas, son grandes, son buena gente y son mis amigos. Fieles como yo lo soy a ellos. Tenerlos en España es un lujo. Verlos actuar en directo, un puntazo. Luego no digan que no avisé. Como diría Pote Gálvez, gatillero de Teresa Mendoza, quien avisa no es traidor. Mi doña.

Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
3 de agosto de 2008

04 agosto 2008

En el país de las maravillas con sombras tenebrosas

A decir verdad, Alicia en el País de las Maravillas no es una de mis historias favoritas, a pesar de que uno de mis personajes Disney preferidos es el gato Cheshire Pero hay que reconocer que es una de las adaptaciones más famosas made by la Casa Disney. Aunque creo que muchos nos quedamos con la imagen y el mundo creados para el videojuego American McGee's Alice. También es cierto que habemos generaciones enteras que hemos crecido con las imágenes de esa Alicia rubia, con vestido azul y delantal blanco, que se interna en un mundo totalmente psicotrópico y todo por perseguir a una liebre con levita, gafas y un enorme reloj de bolsillo. Tampoco nadie negará que en alguna ocasión ha cantado aquello de "Feliz, feliz no-cumpleaños" la típica melodía de la fiesta del té. Por cierto, hablando del Sombrerero Loco, que es el anfitrión de dicha fiesta, ahora ya podrá tener un rostro real conocido, jejeje. En estos días se ha confirmado que el Johnny Depp interpretará ese papel en la versión que prepara el oh gran guana Tim Burton cuyo rodaje comenzará en septiembre.

Burton tenía la idea de hacer su Alicia con la misma técnica empleada por Robert Zemeckis en Beowulf, es decir capturar los movimientos de actores reales y luego trasladarlos a la pantalla dibujados, lo que aumentaría el efecto onírico de los personajes. Pero también este proyecto se descartó. Inclusive se pensó hacerla con actores de carne y hueso ¡y con Johnny Depp como
Alicia!. Finalmente, se ha llegado a un punto medio para que todos queden contentos, así que la película se hará con actores y con personajes animados, en un novísimo sistema 3D.


El casting para encontrar a la Alicia adecuada tampoco fue sencillo y finalmente recayó en la actriz australiana Mia Wasikowska que con 18 años ya ha participado en la serie All saints y ahora interpreta un papel protagónico en la serie de la cadena HBO In treatment . Además tendrá un papel importante en la nueva película del director Edward Zwick cuyo título es Defiance (próxima a estrenarse en diciembre) que en el papel protagónico lleva a Daniel Craig, el nuevo James Bond.


El resto del elenco de Alicia versión Burton aún no se ha definido, aunque el próximo viernes comenzarán las audiciones para contratar a los 250 extras que se necesitan (el rodaje se llevará a cabo en Plymouth, en el suroeste de Inglaterra). Algo ya confirmado es quién éscribirá el guión: Linda Woolverton , cuyo trabajo ha abarcado desde algunos capítulos de la serie animada de los Ewoks, jejeje, hasta La Bella y la Bestia de Disney, El Rey León y una colaboración en el guión de Mulan, aunque también el tremendo resbalón del libreto del musical de Broadway creado por Elton John y Bernie Taupin basado en el libro Lestat de mi antes adorada Anne Rice, hoy casi deschavetada Widow Rice.

Por el momento, aquel rumor que cobró más fuerza a principios de junio pasado, sobre otra colaboración de Burton y Depp para filmar una nueva versión de aquella serie de tv que tanto furor causó en las pantallas de Estados Unidos (y también en México un par de años después) entre 1966 y 1971 llamada Dark Shadows que contaba la historia del vampiro Barnabas Collins en formato telenovela (culebrón como las llaman en este lado del mundo) con flashbacks y fast-forwards, apariciones de zombies, brujas, fantasmas, hombres lobo -todo en plan serio, sin caer en ningún momento en la parodia ni en el humor involuntario-, parecer ser que se deja a un lado al verse ambos involucrados en el proyecto de Alicia.

Ojalá en un par de años, ese proyecto pueda ser retomado. Tanto Burton como Depp han declarado que eran fans de la serie original. No olvidemos que hubo un intento de revival de la misma en 1991 con Ben Cross como el vampiro Barnabas, pero sinceramente no alcanzó los mismos niveles de audiencia debido, sobre todo, al inicio de la Guerra del Golfo. También en 1970 se filmó una película basada en la serie donde aparecieron muchos de los principales personajes: House of Dark Shadows. Al año siguiente se estrenó la secuela de esta adaptación al cine cuyo título fue Night of Dark Shadows.




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01 agosto 2008

Beedle el Bardo sale a la venta

Edición estándar de la Editorial Bloomsbury
Sin duda, la vida continúa, y a pesar de que sigo sintiendo mucho la partida de don Alejandro Aura, toca el turno de dar buenas nuevas sobre mi niño-mago favorito.

Hace apenas un par de días que salió a la luz el trailer oficial de la película Harry Potter y el Misterio del Príncipe Mestizo (coincidiendo con el cumpleaños del niño-mago)embargándonos con toda la emoción que es posible en apenas un minuto y treinta segundos :) y ahora tenemos otra gran noticia: la venta al público en edición limitada de Los cuentos de Beedle el Bardo vía Amazon.

Según ha declarado J. K. Rowling el pasado miércoles en su website, los fans de Harry Potter se habían molestado, con toda justificación, porque sólo se había ofrecido una copia de Los Cuentos de Beedle el Bardo el pasado mes de diciembre. Así que tenía el gusto de anunciar que gracias al generoso apoyo de las editoriales Bloomsbury y Scholastic, lo mismo que del website Amazon (quienes habían comprado una versión hecha a mano en la subasta) y con la bendición de las otras personas dueñas de los seis libros originales, se pondrían a la venta copias para todos los fans del niño-mago.

Además dijo: La nueva edición incluirá los cuentos en sí, traducidos de las runas originales por Hermione Granger, y con ilustraciones hechas por mí, pero también tendrá notas del Profesor Albus Dumbledore, las cuales aparecen por el generoso permiso del Archivo de Directores de Hogwarts. El comentario de Dumbledore acerca de los cuentos, los cuales fueron descubiertos entre sus documentos después de su muerte, incluyen algunas notas históricas, reminiscencias personales, y aspectos inéditos de la más misteriosa de las ramas de la magia: el folclor de las varitas. Espero que los lectores que puedan tener éstas fábulas mágicas clásicas por primera vez, encuentren sus comentarios tanto entretenidos como útiles.

Desde ayer se puede pre-ordenar el libro que tendrá dos versiones: una edición de tapa dura para coleccionistas, y una edición estándar (publicada por las editoriales Scholastic y Bloomsbury), que incluirán el mismo diseño del libro original, ilustraciones de la autora, comentarios al final de cada cuento por parte de Albus Dumbledore y una introducción de J. K. Rowling. El libro será puesto a la venta el próximo 4 de diciembre.

La edición para coleccionistas tendrá un costo de US$100/£50 (Amazon ha declarado que hará un máximo de 100, 000 ejemplares), mientras que la edición estándar será más económica: US$7.79/£3.99.

La edición especial de Amazon conserva el diseño original creado a mano del Beedle original, incluyendo la envoltura en cuero, el trabajo en metal y las réplicas de las gemas. Presentando un diseño único de un libro dentro de otro libro, Los Cuentos de Beedle el Bardo están dentro de una caja de lujo que luce como un libro de texto mágico sacado de la Biblioteca de Hogwarts. La edición de colección también incluye 10 ilustraciones hechas por la misma J.K. Rowling, que no están incluidas en la edición estándar. Tras explorar estos aspectos exteriores, los lectores podrán disfrutar su propia copia personal de Beedle, que viene dentro de una bolsa de terciopelo rojo con la firma de J.K. Rowling.

Pero la verdadera joya de esta nueva edición es el amplio y esclarecedor comentario (incluyendo notas a pie de página extensas) hecho por el profesor Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, que obsequia su perspectiva mágica a la colección. Descubran ‘entre los muchos documentos que Dumbledore dejó en su testamento a los Archivos Hogwarts’ las cavilaciones del venerable mago en los Cuentos que permiten hoy a los lectores ubicarlos en el contexto del siglo XVI de la sociedad muggle, permitiendo incluso ver que ‘Beedle estaba un paso adelantado a su tiempo al predicar un mensaje de amor fraternal para los Muggles’ durante la época de la caza de brujas que a la larga conduciría a la comunidad mágica a imponerse un autoexilio. De hecho, versiones de la mismas historias contadas en los hogares de los magos hubieran provocado un shock por el tratamiento poco caritativo a sus personajes muggles.

El Profesor Dumbledore también incluye un trasfondo histórico fascinante, con la inclusión de curiosidades como la historia y la búsqueda de varitas mágicas, un breve comentario sobre las Artes Oscuras y sus practicantes, y la lucha que sostuvo contra la censura que eventualmente llevo ‘a una Beatrix Bloxam’ a censurar los Cuentos de ‘muchos de los temas oscuros que ella encontró desagradables,’ alterando para siempre el significado de las historias para su audiencia Muggle. Dumbledore también nos permite conocer su relación personal con los Cuentos, destacando que es a través de ‘Babbity Rabbity and Her Cackling Stump’ que ‘muchos de nosotros [los magos] descubrimos por primera vez que la magia no puede revivir a los muertos.’ (Descripción incluida en Amazon).

Todo lo que recaude la venta de Los Cuentos de Beedle el Bardo -se calcula que alrededor de 8 millones de dólares-, será donado a Children's High Level Group la asociación fundada por la propia J. K. Rowling y la baronesa Emma Nicholson de Winterbourne para ayudar a un millón de niños europeos que viven en instituciones residenciales aunque menos de un 4% son huérfanos. Se intenta mejorar sus condiciones debido a que permanecen en dichos lugares porque sus familias son pobres o pertenecen a minorías étnicas. También muchos de esos niños tienen discapacidades físicas. En algunos casos no reciben servicios básicos como una alimentación adecuada y casi siempre pemanecen en esos lugares casi sin contacto humano y estimulación emocional. Rowling ha sido testigo de que muchos de los servicios institucionales limitan el desarrollo de estos niños y reducen sus oportunidades de vida.

Con información de Bloghowgrats