07 septiembre 2009

El decálogo del perfecto mafioso


El decálogo del perfecto mafioso, los derechos y deberes para formar parte de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, era uno de los documentos que llevaba siempre consigo el último padrino, Salvatore Lo Piccolo, arrestado el pasado lunes tras 25 años como fugitivo. En el maletín de piel de Lo Piccolo, considerado el heredero del jefe de jefes de la Cosa Nostra, Bernardo Provenzano, la policía ha hallado un texto, escrito a máquina y en mayúsculas, con el escueto y preciso título de 'Derechos y Deberes'. Abajo, una lista con los diez mandamientos, las reglas que jamás se pueden transgredir para tutelar la organización y para garantizar la fidelidad, obediencia, moderación y sobriedad que caracterizan a un "hombre de honor".

El primer mandamiento prohíbe "prestar dinero directamente a un amigo" y aconseja, si es necesario, hacerlo a través de una tercera persona. El segundo es que "no desearás a la mujer del prójimo".

El tercer mandamiento prohíbe cualquier tipo de relación con la policía y, además, el verdadero "hombre de honor" tampoco se deja ver por bares y círculos sociales, como explica el cuarto. Y, si el deber le llama, tiene que estar disponible en cualquier momento, incluso, cita el quinto mandamiento, "si su mujer está a punto de parir".

El documento, entre decálogo mafioso y manual de buenas maneras, exige a los hombres de la Cosa Nostra "puntualidad" y el respeto "de manera categórica" de todas las citas. En el séptimo, tras prohibir desear a la mujer del prójimo, se exige "el respeto a la esposa". El octavo obliga a "decir la verdad" a cualquier pregunta y en cualquier situación.

Mientras, el noveno hace referencia a una de las reglas de la "dignidad" mafiosa: se puede matar, extorsionar, traficar, pero nunca "robar el dinero de otras personas o de otros clanes mafiosos".

El decálogo se completa con un mandamiento más complejo, en el que se dan indicaciones precisas sobre quién puede formar parte de la Cosa Nostra o, más bien, quién no podrá jamás entrar en la "familia". La organización no permite la entrada "de quien tiene un familiar en las fuerzas del orden", quien ha "traicionado sentimentalmente" a la mujer, tiene "un mal comportamiento o no demuestra valores morales".

Esta hoja formaría parte de un ritual de adhesión a la Cosa Nostra, un texto para leer o aprender de memoria y recitar antes de entrar en la organización. Entre los papeles de Lo Piccolo también se ha encontrado una estampa con una imagen religiosa y la frase: "Juro ser fiel a la Cosa Nostra y, si la traiciono, que se quemen mis carnes como se quema esta estampita".

Los documentos que llevaba consigo Lo Piccolo se están convirtiendo en una auténtica mina de oro para comprender el universo mafioso y para continuar la batalla contra el crimen organizado. La literatura mafiosa y también las declaraciones al juez de algunos "arrepentidos" de la Cosa Nostra habían hablado siempre de la existencia de un código de honor, pero ahora, tras el arresto de Lo Piccolo, se tiene la prueba material.


EFE
7 de noviembre de 2007

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Lista de mandamientos de Cosa Nostra, con normas rígidas en moral sexual y social.

Los mafiosos, entre ellos, se llaman 'uomini d'onore', hombres de honor. Aunque se maten y sean capaces de las peores atrocidades, se consideran parte de una sociedad exclusiva, con unas reglas propias, que les coloca por encima del bien y del mal. Son la 'onorata società', su cosa particular, Cosa Nostra. Incluso se denominan a sí mismos 'cristianos' y la proximidad con lo religioso, en el aspecto más folclórico, no hace más que adornar esta paradoja. El conservadurismo de la sociedad siciliana y la complicidad de muchos hombres de la Iglesia con la mafia han alimentado este peculiar sistema moral.

Por eso no es una sorpresa el descubrimiento de un auténtico decálogo, los diez mandamientos del buen mafioso, entre los papeles de Salvatore Lo Piccolo, el 'capo' detenido el lunes. Sí lo es que estuvieran mecanografiados en un folio bajo el título de 'Derechos y deberes', pues son cosas que maman desde niños.

Leyendo la lista puede sorprender la asombrosa ambigüedad, hasta el punto de la mojigatería, de unos tipos que viven de cargarse gente. No ir de bares, no engañar a la mujer,... Hay que rascar un poco para comprender que la base de estas reglas es la confianza.

En este mundo criminal fiarse del camarada es fundamental para que el invento funcione y sobreviva. Todo lo que implique doblez o falta de disciplina y fidelidad es una amenaza. En el aspecto familiar hay más razones. Una esposa despechada puede ir a la Policía.

Por eso no es rara la endogamia, mafiosos que se casan con hermanas o primas de otro, pues ya conoce el percal. Y es normal que un sicario pida permiso al jefe para casarse.

Últimamente, según escuchas grabadas el año pasado, las familias de EE. UU. mandan a sus chicos a Sicilia a pasar una temporada para que aprendan valores. Son varios los testimonios de mafiosos sicilianos que vuelven asustados de Nueva York por la ligereza y el exhibicionismo de sus 'primos' americanos.

En Cosa Nostra, la discreción absoluta y decir la verdad son reglas sagradas. Si no, el castigo es la muerte. Es muy fácil 'cagarla' y de ahí el estilo enigmático de las conversaciones entre 'hombres de honor', reflejado en los silencios y gestos de las películas. En la práctica, el precepto se traduce en no mentir. Como contó Buscetta, primer 'arrepentido' de Cosa Nostra y quien dio al juez Falcone las claves para comprenderla, «el mafioso vive en el terror de ser juzgado». Todos vigilan a todos.

Ritual

El honor es el aura de respetabilidad que tiene cada mafioso, porque obedece y se comporta como se debe. El ritual de iniciación es algo muy serio. Se quema una estampita, generalmente de la Madonna, y se pronuncia un juramento. Lo Piccolo también tenía un papel con la fórmula, similar a otras: «Juro ser fiel a Cosa Nostra. Si traicionara, mis carnes tienen que arder como esta imagen».

Sandro Lo Piccolo, hijo del capo, tenía en los bolsillo diez imágenes de santos y crucifijos. Además de la superstición, algo habitual entre mafiosos, quizá iban a servir para iniciar a nuevos cachorros. Encima de la nevera de la casa donde les arrestaron había un San Francisco con el niño Jesús en brazos.

El honor se acumula por obediencia y fiabilidad. La primera prueba es matar a alguien. Luego se va subiendo. Es escalofriante el relato del hombre que ejecutó uno de los más terribles crímenes mafiosos, el secuestro y asesinato del pequeño Giussepe Di Matteo. Era el hijo de 14 años de un arrepentido y estuvo secuestrado más de dos años, atado en un chamizo, hasta que fue estrangulado y disuelto en ácido. Lo que sintió su asesino fue esto, según confesión propia: «Hacía carrera, estaba tocando el cielo con la mano».


Íñigo Domínguez,
Corresponsal en Roma,
El Diario Montañes
8 de noviembre de 2007






http://www.youtube.com/watch?v=buw2zB4HAP8

1 comentario:

MUA dijo...

wow!! Hay ciertas cosas en las que estoy de acuerdo, pero aun sigo asombrandome de este tipo de sociedades, cuantas historias mas hay por contar de esta gente.
saludos