Las lámparas de bronceado ya son oficialmente causa de cáncer
Igual que el gas mostaza, el tabaco o el arsénico. Las cabinas de bronceado acaban de ser incluidas en el grupo de factores causantes de cáncer que elabora la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, según sus siglas en inglés), la principal organización no gubernamental dedicada a evaluar las evidencias científicas sobre estas cuestiones.
Hasta ahora, los rayos ultravioleta permanecían divididos entre UVA, UVB y UVC en el grupo 2A de esta organización, que incluye los elementos 'posiblemente carcinogénicos para el ser humano'. Sin embargo, tras la última revisión de las evidencias científicas sobre estos dispositivos de bronceado artificial, la IARC ha decidido elevarlos al grupo 1, el de los factores causantes de cáncer para el ser humano.
Según la revisión realizada por 20 científicos independientes de nueve países diferentes, entre ellos España, las cabinas de rayos UVA incrementan hasta un 75% las probabilidades de desarrollar un melanoma cutáneo cuando empiezan a utilizarse antes de los 30 años. Además de este agresivo tumor de piel, los especialistas citan varias evidencias concluyentes sobre la capacidad de estos dispositivos para causar melanoma ocular (el tipo de cáncer en el ojo más habitual en los adultos que afecta cada año a cinco de cada millón de españoles).
Teniendo en cuenta "que el uso de las cabinas de bronceado está ampliamente extendido en muchos países occidentales, sobre todo entre las mujeres jóvenes", el mensaje de advertencia de la IARC es claro, aunque sus palabras carecen de cualquier poder de decisión vinculante.
Este panel de expertos, cuyas conclusiones pueden leerse esta semana en la revista 'The Lancet Oncology', se ratifica además respecto a las radiaciones solares, que siguen formando parte de la lista de elementos causantes de cáncer para el ser humano.
Radiación solar
Igual que el gas mostaza, el tabaco o el arsénico. Las cabinas de bronceado acaban de ser incluidas en el grupo de factores causantes de cáncer que elabora la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC, según sus siglas en inglés), la principal organización no gubernamental dedicada a evaluar las evidencias científicas sobre estas cuestiones.
Hasta ahora, los rayos ultravioleta permanecían divididos entre UVA, UVB y UVC en el grupo 2A de esta organización, que incluye los elementos 'posiblemente carcinogénicos para el ser humano'. Sin embargo, tras la última revisión de las evidencias científicas sobre estos dispositivos de bronceado artificial, la IARC ha decidido elevarlos al grupo 1, el de los factores causantes de cáncer para el ser humano.
Según la revisión realizada por 20 científicos independientes de nueve países diferentes, entre ellos España, las cabinas de rayos UVA incrementan hasta un 75% las probabilidades de desarrollar un melanoma cutáneo cuando empiezan a utilizarse antes de los 30 años. Además de este agresivo tumor de piel, los especialistas citan varias evidencias concluyentes sobre la capacidad de estos dispositivos para causar melanoma ocular (el tipo de cáncer en el ojo más habitual en los adultos que afecta cada año a cinco de cada millón de españoles).
Teniendo en cuenta "que el uso de las cabinas de bronceado está ampliamente extendido en muchos países occidentales, sobre todo entre las mujeres jóvenes", el mensaje de advertencia de la IARC es claro, aunque sus palabras carecen de cualquier poder de decisión vinculante.
Este panel de expertos, cuyas conclusiones pueden leerse esta semana en la revista 'The Lancet Oncology', se ratifica además respecto a las radiaciones solares, que siguen formando parte de la lista de elementos causantes de cáncer para el ser humano.
Radiación solar
La decisión de englobar en una misma categoría todos los tipos de rayos ultravioletas (A, B y C), que hasta ahora permanecían separados, se debe al hecho de que todos ellos son elementos carcinogénicos. Aunque hasta ahora la principal causa de cáncer por la exposición a los rayos solares eran los rayos UVB (causantes de importantes daños en el ADN), nuevas investigaciones han demostrado que los UVA solares también tienen la capacidad de generar tumores cutáneos en experimentos con ratones.
En su documento, la IARC también añade una advertencia sobre la relación de las máquinas de soldar con el melanoma de ojo, aunque reconoce que puesto que estos trabajadores están expuestos además a otros elementos de riesgo, es difícil atribuir el riesgo de cáncer únicamente a las radiaciones UV.
En el grupo 1 de elementos carcinogénicos se incluyen, además, todo tipo de radiaciones ionizantes (propias de la energía nuclear o los rayos X, entre otros dispositivos), entre las que los especialistas citan el gas radón (un producto de la desintegración del radio que puede emanar del suelo), el plutonio o los radioiones que pueden afectar al tiroides de niños y adultos.
María Valerio
Diario El Mundo
29 de julio de 2009
*******
Sí ya lo decía yo: que eso de ser cuasi adicto a tomar el sol, sobre todo de forma artifical, no tendría buen fin. Quizá tarde (no sé desde cuando existen las cabinas de auto-bronceado) se ha hecho este estudio y se han mostrado los nefastos resultados.
Nunca he comprendido la pasión, sí pasión, que muchos sienten por tomar el sol. Aquella arcaica idea de que "tener un color bonito de piel" es muestra infalible de buena salud. Y hagamos a un lado mi devoción vampírica y mi paso por el mundillo gótico donde el concepto de la palidez ha sido tan manoseado y tan mal empleado, que da verdadero horror comprobar hasta donde puede llegar la ignorancia de la peña. Recuerdo que hace cosa de unos quince años hubo una webzine (claro, made in USA) de corta duración (sólo tres números) titulada Heliophobe que se describía como una "revista fetichista no-sexual dedicada exclusivamente a la adoración de las mujeres de piel pálida" (¿?) Ahora se han convertido, al cabo de los años, en una web donde las mujeres pálidas se muestran sin tapujos...
Por supuesto, todo giraba en torno a los conceptos que unos cuantos han impuesto sobre la belleza gótica. Conceptos que a más de diez, de cincuenta, de mil, les ha llevado a creer que para ser gótico es obligatorio ser blanco, cuasi transparente (y justo ahora viene a mi mente, una conocida que se echaba unos lingotazos de vinagre, puagh!, porque le habían dicho que así podría aclarar su tono de piel :p). Y si la madre naturaleza no ha sido "generosa" con ellos, qué importa, para eso están los maquillajes mal empleados, los talcos rebajados con crema Nivea, el maquillaje de disfraz. Y ahora, ese espantoso revival del deathrock (más los seguidores del horror punk) y sus zombies de pacotilla donde mientras más grotesco seas, más auténtico serás :p Claro que esto incluye heridas, supuraciones, y maquillaje mal puesto. Esto, sobre todo, tiene su mejor representación en mi tierra, desgracidamente.
Por otro lado, hace cosa de algunos meses vi un programa de una cadena de televisión de Inglaterra donde se hablaba de la tanorexia que no es otra cosa que adicción al bronceado. Daba escalofríos y no exagero, los casos que mostraron partiendo desde los niños que participan por cientos en concursos de talento. Sin distinguir entre niños y niñas, todooos son sometidos a largas sesiones de maquillaje para erradicar su palidez natural (ya sabemos que Inglaterra no se distingue por sus rayos solares ni por sus días no nublados ni cálidos). Y todos, no sólo competían con sus talentos artísticos propios, sino con su intensidad de bronceado. Menos mal que no les permitían echar mano de las cabinas de autobronceado. Aunque dicho programa sí que mostró otros tantos casos de gente que no puede verse ni un puntito pálido en la piel. Y es ahora cuando recuerdo a un personaje con el que salí hace cosa de varios años, que tampoco era partidario de las mujeres bronceadas: siempre apelaba que en el pasado, sólo la gente de campo era la que naturalmente lucía color en la piel y la nobleza, que no pululaba demasiado trabajando ni mucho menos haciéndolo en el huerto, en el jardín ni en el campo, hahaha, lucían una esplendorosa palidez. Que hasta los años '20 del siglo pasado, comenzaron con la moda de que la piel bronceada es sinónimo de buena salud.
En fin, que me voy por las ramas, hahaha. Que eso, que yo nunca padecí del complejo de lagartija, por aquello de permanecer bajo los candentes rayos del sol hasta puntos cuasi de achicharramiento. No soy de tez blanca, en todo caso, soy el resultado de un padre muy moreno y de una madre muy blanca, así que quizá podría ser algo así como "café con leche", hahaha. Pero durante años y más años (quizá desde que comenzé la adolescencia) evité los rayos del sol como si fuera la peste misma y ni les cuento lo mucho que esto me blanqueó, hahaha. Ojo, no era la pose de gotiquilla de tres al cuarto. Simple y sencillamente no compartía esa adoración por el Astro Rey (además, no cuido en exceso mi piel, pero sé que el sol en grandes cantidades, perjudica mucho más que beneficia). Y hablo en pasado porque desde que vivo en una ciudad enclavada a orillas del mar he tenido que enfocar de otro modo mi visión sobre el sol. No me he convertido en una asidua a la playa, tampoco me he transformado en la Negrita Cucurumbé, hahaha. Sin embargo, cada verano me hago al ánimo de que tendré que usar protector solar de mediana potencia (ya nunca más el factor de protección más allá de 50, casi el recomendado para los niños pequeños y bebés) pues resulta inevitable que el sol me haga su presa no solamente cuando voy a las piscinas o al mar, sino con el simple hecho de salir a comprar o al tomar algo en alguna terraza :p
En su documento, la IARC también añade una advertencia sobre la relación de las máquinas de soldar con el melanoma de ojo, aunque reconoce que puesto que estos trabajadores están expuestos además a otros elementos de riesgo, es difícil atribuir el riesgo de cáncer únicamente a las radiaciones UV.
En el grupo 1 de elementos carcinogénicos se incluyen, además, todo tipo de radiaciones ionizantes (propias de la energía nuclear o los rayos X, entre otros dispositivos), entre las que los especialistas citan el gas radón (un producto de la desintegración del radio que puede emanar del suelo), el plutonio o los radioiones que pueden afectar al tiroides de niños y adultos.
María Valerio
Diario El Mundo
29 de julio de 2009
*******
Sí ya lo decía yo: que eso de ser cuasi adicto a tomar el sol, sobre todo de forma artifical, no tendría buen fin. Quizá tarde (no sé desde cuando existen las cabinas de auto-bronceado) se ha hecho este estudio y se han mostrado los nefastos resultados.
Nunca he comprendido la pasión, sí pasión, que muchos sienten por tomar el sol. Aquella arcaica idea de que "tener un color bonito de piel" es muestra infalible de buena salud. Y hagamos a un lado mi devoción vampírica y mi paso por el mundillo gótico donde el concepto de la palidez ha sido tan manoseado y tan mal empleado, que da verdadero horror comprobar hasta donde puede llegar la ignorancia de la peña. Recuerdo que hace cosa de unos quince años hubo una webzine (claro, made in USA) de corta duración (sólo tres números) titulada Heliophobe que se describía como una "revista fetichista no-sexual dedicada exclusivamente a la adoración de las mujeres de piel pálida" (¿?) Ahora se han convertido, al cabo de los años, en una web donde las mujeres pálidas se muestran sin tapujos...
Por supuesto, todo giraba en torno a los conceptos que unos cuantos han impuesto sobre la belleza gótica. Conceptos que a más de diez, de cincuenta, de mil, les ha llevado a creer que para ser gótico es obligatorio ser blanco, cuasi transparente (y justo ahora viene a mi mente, una conocida que se echaba unos lingotazos de vinagre, puagh!, porque le habían dicho que así podría aclarar su tono de piel :p). Y si la madre naturaleza no ha sido "generosa" con ellos, qué importa, para eso están los maquillajes mal empleados, los talcos rebajados con crema Nivea, el maquillaje de disfraz. Y ahora, ese espantoso revival del deathrock (más los seguidores del horror punk) y sus zombies de pacotilla donde mientras más grotesco seas, más auténtico serás :p Claro que esto incluye heridas, supuraciones, y maquillaje mal puesto. Esto, sobre todo, tiene su mejor representación en mi tierra, desgracidamente.
Por otro lado, hace cosa de algunos meses vi un programa de una cadena de televisión de Inglaterra donde se hablaba de la tanorexia que no es otra cosa que adicción al bronceado. Daba escalofríos y no exagero, los casos que mostraron partiendo desde los niños que participan por cientos en concursos de talento. Sin distinguir entre niños y niñas, todooos son sometidos a largas sesiones de maquillaje para erradicar su palidez natural (ya sabemos que Inglaterra no se distingue por sus rayos solares ni por sus días no nublados ni cálidos). Y todos, no sólo competían con sus talentos artísticos propios, sino con su intensidad de bronceado. Menos mal que no les permitían echar mano de las cabinas de autobronceado. Aunque dicho programa sí que mostró otros tantos casos de gente que no puede verse ni un puntito pálido en la piel. Y es ahora cuando recuerdo a un personaje con el que salí hace cosa de varios años, que tampoco era partidario de las mujeres bronceadas: siempre apelaba que en el pasado, sólo la gente de campo era la que naturalmente lucía color en la piel y la nobleza, que no pululaba demasiado trabajando ni mucho menos haciéndolo en el huerto, en el jardín ni en el campo, hahaha, lucían una esplendorosa palidez. Que hasta los años '20 del siglo pasado, comenzaron con la moda de que la piel bronceada es sinónimo de buena salud.
En fin, que me voy por las ramas, hahaha. Que eso, que yo nunca padecí del complejo de lagartija, por aquello de permanecer bajo los candentes rayos del sol hasta puntos cuasi de achicharramiento. No soy de tez blanca, en todo caso, soy el resultado de un padre muy moreno y de una madre muy blanca, así que quizá podría ser algo así como "café con leche", hahaha. Pero durante años y más años (quizá desde que comenzé la adolescencia) evité los rayos del sol como si fuera la peste misma y ni les cuento lo mucho que esto me blanqueó, hahaha. Ojo, no era la pose de gotiquilla de tres al cuarto. Simple y sencillamente no compartía esa adoración por el Astro Rey (además, no cuido en exceso mi piel, pero sé que el sol en grandes cantidades, perjudica mucho más que beneficia). Y hablo en pasado porque desde que vivo en una ciudad enclavada a orillas del mar he tenido que enfocar de otro modo mi visión sobre el sol. No me he convertido en una asidua a la playa, tampoco me he transformado en la Negrita Cucurumbé, hahaha. Sin embargo, cada verano me hago al ánimo de que tendré que usar protector solar de mediana potencia (ya nunca más el factor de protección más allá de 50, casi el recomendado para los niños pequeños y bebés) pues resulta inevitable que el sol me haga su presa no solamente cuando voy a las piscinas o al mar, sino con el simple hecho de salir a comprar o al tomar algo en alguna terraza :p
2 comentarios:
Por eso prefiero las sombras... Jeje.
Besazo morado.
Jejejeje ;-)
Publicar un comentario