25 julio 2009

Nina y yo

Nina Hagen (1993)
Foto de Pierre et Gilles


El dúo de franceses Pierre et Gilles, uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo, acercó hoy a Berlín el universo más kitsch y provocador de su obra, con la primera gran retrospectiva que exponen en Alemania.

Quince años después de que exhibieran por primera vez en el Stadtmuseum de Múnich, los artistas recorren su trabajo, desde sus inicios en la década de los '70, hasta la actualidad, con Pierre et Gilles. Retrospectiva.

"Estamos muy entusiasmados con la idea de venir a Berlín con esta gran exposición; es más, la selección de las obras la hemos hecho teniendo en cuenta su relación con la capital alemana", explicó Pierre en rueda de prensa.

Con una peculiar técnica que mezcla pintura y fotografía, Pierre et Gilles apuestan por una estética barroca, en la que no falta lo dorado, lo brillante y lo sobrecargado, y muy influida por el cine y la publicidad.

Así, se exhiben más de 80 obras de grandes dimensiones, en las que los cuerpos esculturales de querubines yacen sobre fondos desenfocados y escenarios urbanos.

El carrete y el revelado lo pone Pierre, mientras que del óleo y la brocha se encarga Gilles; ésta es la técnica mediante la cual consiguen conferirle a cada imagen un carácter único y exclusivo.

Sin embargo, frente a la fuerza de los elementos y el colorido típicamente pop, aparecen unos escenarios sombríos, propios de una ciudad industrial, como cualquiera de las que se pueden encontrar en la vida cotidiana.

"Nuestro trabajo es un reflejo de la vida y, por eso, también en nuestra obra hay siempre un lado oscuro y siniestro, de sombras", apuntó Gilles.

A su juicio, ésos "son los fantasmas" con los que se acaban topando siempre y que se ven obligados a expresar, ya sea a través de una temática religiosa o incluso erótica.

Nacido en La Roche-sur-Yon (Valle del Loira) en 1950, Pierre comenzó a trabajar como fotógrafo para revistas de moda y tendencias como Dépêche Mode e Interview en 1973, tras haber concluido el servicio militar.

Tres años más tarde, durante la inauguración de una nueva tienda del modisto Kenzo en París, conoció a Gilles y, sólo un año después, ya habían formalizado su situación como pareja artística y sentimental.

Desde entonces, no han dejado de protagonizar exposiciones por todo el mundo, desde Francia a Estados Unidos, pasando por Rusia e incluso China.

Su obra se ha visto muy influida por todos los viajes de los artistas a Asia, y muestra de ello son sus series dedicadas a Laos y Tailandia.

Con su peculiar mirada, en parte fílmica y en parte voraz, en las tres últimas décadas Pierre et Gilles han retratado a celebridades de la talla de Jean-Paul Gaultier, Madonna, Catherine Deneuve, Paloma Picasso, Iggy Pop, Dita von Teese y Rossy de Palma.

Eso sí, siempre utilizando como ingredientes básicos lo surrealista, en forma de caracoles que recorren las espaldas de los mozos, y lo tétrico, representado a través de payasos cubiertos de sangre o una mujer Bloody Amelie, vestida de luto con la mitad de su cuerpo sumergido en un lago.

Un arte en el que, como ellos mismos explicaron, no hay nada calculado, y en el que todo brota "de forma natural e instintiva", sin planificación previa.

La pareja, que obtuvo entre otros galardones el Gran Premio de Fotografía de París en 1993, no quiso desvelar detalles sobre sus próximos proyectos, con la idea de mantener la sorpresa, aunque destacaron que siempre están pensando en su próxima imagen.

Sí comentaron que, en pocos meses, su obra verá la luz en Brasil y en la prestigiosa galería Jérôme de Noirmont, de París, que tanto les apoyó en sus inicios.

La muestra Pierre et Gilles. Retrospectiva podrá visitarse en la céntrica galería C/O de Berlín, desde hoy y hasta el próximo 4 de octubre.


EFE

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Ocurrió hace unos nueve años, más o menos por estos días. Estaba en La Diabla, en una de las fiestas que organizó durante una corta temporada un amigo que lo mismo fungía como manager de bandas que como Dj (ahora, tengo entendido que sólo se dedica a la promoción de eventos). Mitad del evento. Yo bailaba con singular alegría, quizá algo de London After Midnight, quizá algo de los Sisters, no sé, mi memoria no guarda detalles taaan precisos, hahaha. Bailaba con una amiga, que tampoco era preciso tener pareja del sexo contrario para pasarlo tan bien sacándole brillo al suelo, hahaha.

De pronto, notamos que había dos chicos que no nos quitaban la mirada de encima. Uno más bajito que el otro. Nada de pose gótica de tres al cuarto, es más, iban vestidos con vaqueros y camisetas. No eran guapísimos pero tampoco desagradables a la vista. Cuando terminó una de las canciones extralargas, uno de ellos se acercó a mí. Su speech ha sido uno de los más originales que he escuchado en mi vida: "¿Sabes que me recuerdas a aquella portada donde Nina Hagen lleva coletas, está vestida de látex negro y está en la más pura pose bondage atada en una silla?"... Creo que ni siquiera parpadeé, sin embargo, sonreí lo más auténticamente posible. Original, muy original forma de ligar, sí, señor, hahaha.

El chico no iba a degüello, parecía no tener prisa. Yo tampoco. Charlamos un poco, bebimos algunos sorbos de nuestras respectivas cervezas y poco después bailamos un corto, cortísimo tiempo porque me temo que eso de moverse intentando tener ritmo, no era lo del chico aquel, jejeje. Así que, terminé bailando sola, a mí aire. Y el chico me miraba y me miraba con una sonrsita, digamos que, críptica.

Antes de que la fiesta terminara, intercambiamos números telefónicos. Lo dicho: el chico iba a su ritmo. Quedamos que él me llamaría y bla, bla, bla, lo de siempre. Al día siguiente, corrí a investigar de qué portada me había hablado el chico. Me gusta mucho la Hagen, pero tampoco soy tan fan como para conocer y recordar todas y cada una de las portadas de sus discos. Cuando tuve delante de mí la imagen que me revelaba la pantalla, sonreí y mucho. Sólo vino a mi mente algo: original, muy original. Después de todo, yo no me había peinado con dos largas coletas ni lucía el flequillo, ni me había puesto una minifalda de charol negro por tratar de parecerme a la Hagen, hahaha. Había sido una casualidad.

¿Qué cómo terminó todo esto? Pues en ninguna extraordinaria historia de amor ni mucho menos. En todo caso, más bien fue una historia de lo más psicotrópica. El chico aquel pertenecía a una especie de asociación creada por niñatos bien pro-nazi que no neo-nazi como tal (que por supuesto, adoraban todo lo que era alemán y de ahí venía la comparación de la Hagen conmigo :p). Tenían un lugar de reunión adornado con banderas nazis y toda la parafernalia que puedan imaginarse. Acudí a una de esas reuniones (invitada por el chico, por supuesto, que tampoco era cosa de que cualquiera podía acudir) y casi salí horrorizada, no por la ambientación, sino por las pocas neuronas que pululaban entre aquellos chicos que hablaban de supremacía blanca y de intentar captar a todos los que, según ellos, desde el plano físico hasta el mental compartieran sus ideales.

No sé qué rayos les había hecho creer que entre la peña gótica encontrarían muchos simpatizantes. Y digamos que el chico este y su amigo, iban a las fiestas y a los conciertos, con ojo avizor, primero seleccionado por el físico (no sólo por el hecho de los que tuviesen de forma natural la tez blanca, que por desgracia, en mi tierra, los góticos se ponen cuasi talco porque muchísimos están acomplejados de su tez morena) y luego mirando su look (consideraban más "aptos" a los que lucían estética electro con sus botas militares, sus bombers, sus pantalones caqui y los chicos luciendo el pelo casi al rape). Es probable que tuviesen éxito y eso los animaba a seguir asistiendo a todas las fiestas. Lo cierto es que después de que le dije que nanay, que no compartía esa forma de pensar, no me encontré con ese chico nunca más.

Dentro de lo que cabe, se portó de forma ecuánime, hahaha. Aceptó que yo cortara por lo sano y pusiera pies en polvorosa. Sólo recordarlo, me da un escalofrío por la espalda. Tanto niño bien y tan descerebrado.

Y justo hoy, gracias al anunción de la exposición de Pierre et Gilles en Berlín, he recordado la fotografía que le hicieron a la Hagen y la historia que ella originó en un momento de mi vida.

2 comentarios:

Korkuss dijo...

Interesante, como siempre.

Un placer andar por acá. Un beso amiga.

MacVamp dijo...

Gracias, querido Korkuss. Es un placer saber que te encuentras bien y que me visitas.

Muchos besos y abrazos.