28 julio 2009
El "corazoncito" de Madonna y Janis Joplin
Aunque cueste trabajo siquiera imaginarlo, artistas como Madonna o Janis Joplin, alguna vez estuvieron enamoradas hasta las trancas. Lo bueno o lo malo, es que ha quedado constancia de esas felices épocas ;-)
En el caso de la Joplin, cuarenta y cuatro años después sale a la luz una (de las 64 que hay constancia que existen y que salieron a la luz tras la muerte de De Blanc en 2002) carta de seis páginas que le envió a su prometido Peter J. de Blanc. Era 1965 y Janis había regresado a casa de sus padres en Texas, luego de probar fortuna en San Francisco y Nueva York (también se dijo que había vuelto para tratar de limpiarse luego de varios años de abuso de drogas :p ). La carta refleja un tiempo muy feliz en la vida de Janis: cuando ella estaba enamorada. Habla sobre su reciente compromiso con de Blanc (a quien había conocido en California pero en esos momentos había regresado a su casa en Manhattan), de lo mucho que lo ama y de "que eres lo mejor que me ha pasado en la vida (¿Te lo había dicho ya?)".
Madonna, a quien cuesta trabajo siquiera imaginarla capaz de adorar a alguien más que no sea ella, jejeje, dejó para la posteridad 21 cartas (enviadas todas por fax) que escribió a su boyfriend James Albright (quien fuera su guardaespaldas) entre 1992 y 1994 desde ciudades como Londres, Los Angeles y Tokio, entre otras. Ella usaba el pseudónimo de Lola Montez (una actriz y bailarina nacida en Irlanda que se hizo famosa por bailar flamenco (¿?) y por haber sido cortesana y amante del rey Ludwing I de Bavaria) y en algunas ocasiones se refiere a Albright como Ceasar, J, James o Booty Man.
Albright, por su parte, reenvío algunos faxes, escribiendo al reverso de los mismos. En uno de ellos firmó como "Yours Truly, Little Black Sambo Esq."
Resulta raro encontrar este material luego de que en 2007, Madonna y su entonces marido Guy Ritchie, se vieron envueltos en un episodio controvertido cuando otra casa de subastas pretendió ofrecer un jugoso lote de cartas muy parecidas junto con fotos polaroid bastante comprometedoras donde se distinguía de forma clara a la propia Madonna. Fue la época en que Madonna estaba, solicitando la adopción de David, el niño de Malawi. Así que pretendía limpiar su largo y controvertido expediente, sobre todo el referente a los años intensos cuando creó el libro Sex y lanzó el álbum Erotica (y que coincidían con su relación con Albright).
En ese entonces, Albright pretextó que se encontraba en una mala situación económica y que se veía forzado a poner en venta toda aquella memorabilia.
Estas misivas así como más de cuatrocientos objetos que ya pertenece a la historia del Rock & Roll conforman la subasta on line que lleva a cabo el website Gotta Have It desde ayer hasta el 5 de agosto. El objeto más valioso, al parecer, no son las cartas de Madonna y la Joplin, hahaha, sino el primer contrato musical de Jimmy Hendrix del año 1965, que tiene un valor estimado de 250, 000 dólares.
Las cartas de Janis Joplin tienen como precio de salida 1, 500 a 2, 000 dólares pero esta no es su única aportación a la subasta: también se incluye una ficha de detención a la que se hizo acreedora cuando el 17 de noviembre de 1969 mientras cantaba en Curtis Hixon Hall de Tampa, Florida, le gritó obscenidades a la policía cuando estos trataban de controlar a los asistentes. Este mug shot en blanco y negro tiene como precio de salida entre 5, 000 y 6, 000 dólares.
Las cartas-faxes de Madonna tienen el precio de salida de entre 3, 000 y 4, 000 dólares, aunque no es lo único que se subasta de su época con James Albright: dos cintas con mensajes de amor de Madonna que podrían ingresar, según estima la casa de subastas, hasta 40.000 dólares (28.000 euros). La cantante dejó grabados los 17 minutos de las cintas a comienzos de los '90 en el contestador de su novio de entonces.
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2 comentarios:
A mí me duele mucho lo que los biógrafos y conocidos dicen sobre la Janis, y es que siempre era amada en el escenario, pero siempre regresaba sola a su casa.
Algo hay de cierto en su biografía, estimado Mario. En cuatro años agotó toda sus posibilidades de poder sobrevivir a los excesos.
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