31 diciembre 2006

Huellas


Martín había vivido gran parte de su vida con intensidad y gozo. De alguna manera su intuición lo había guiado cuando su inteligencia fallaba en mostrarle el mejor camino. Casi todo el tiempo se sentía en paz y feliz. Pero en algunas veces, ensombrecía su ánimo, esa sensación de estar demasiado en función de sí mismo.

Él había aprendido a hacerse cargo de sí y se amaba suficientemente como para intentar procurarse las mejores cosas. Sabía que hacía todo lo posible para cuidarse de no dañar a los demás, especialmente a aquellos de sus afectos. Quizás por eso le dolían tanto los señalamientos injustos, la envidia de los otros o las acusaciones de egoísta que recogía demasiado frecuentemente de boca de extraños y conocidos.

¿Alcanzaba para darle significado a su vida la búsqueda de su propio placer?

¿Soportaba él mismo definirse como un hedonista centrando su existencia en su satisfacción individual?

¿Cómo armonizar estos sentimientos de goce personal con sus concepciones éticas, con sus creencias religiosas, con todo lo que había aprendido de sus mayores?

¿Qué sentido tenía una vida que sólo se significaba a sí misma?

Ese día, más que otros, esos pensamientos lo abrumaron.

Quizás debía irse. Partir. Dejar lo que tenía en manos de los otros. Repartir lo cosechado y dejarlo de legado para que, a pesar de la ausencia, ser en los demás un buen recuerdo.

En otro país, en otro pueblo, en otro lugar, con otra gente, podría empezar de nuevo. Una vida diferente, una vida de servicio a los demás, una vida solidaria. Debía tomarse el tiempo de reflexionar sobre su presente y sobre su futuro.

Martín puso unas pocas cosas en su mochila y partió en dirección al monte. Le habían contado del silencio de la cima y de cómo la vista del valle fértil ayudaba a poner en orden los pensamientos de quien hasta allí llegaba. En el punto mas alto del monte giró para mirar su ciudad quizás por última vez. Atardecía y el poblado se veía hermoso desde allí.

- Por un peso te alquilo el catalejos.

Era la voz de un viejo que apareció desde la nada con un pequeño telescopio plegable entre sus manos y que ahora le ofrecía con una mano mientras con la otra tendida hacia arriba reclamaba su moneda. Martín encontró en su bolsillo la moneda buscada y se la entregó al viejo que desplegó el catalejos y se lo alcanzó.

Después de un rato de mirar consiguió ubicar su barrio, la plaza y hasta la escuela frente a ella, algo le llamó la atención. Un punto dorado brillaba intensamente en el patio del antiguo edificio. Martín separo sus ojos del lente, parpadeó algunas veces y volvió a mirar. El punto dorado seguía allí.

- Qué raro - exclamó Martín sin darse cuenta de que hablaba en voz alta.

- ¿Qué es lo raro?, preguntó el viejo.

- El punto brillante, dijo Martín, ahí en el patio de la escuela, siguió, alcanzándole al viejo el telescopio para que viera lo que él veía.

- Son huellas - dijo el anciano.

- ¿Qué huellas? - preguntó Martín.

- Te acordás de aquel día... debías tener siete años; tu amigo de la infancia, Javier, lloraba desconsolado en ese patio de la escuela. Su madre le había dado unas monedas para comprar un lápiz para el primer día de clases. Él había perdido el dinero y lloraba a mares, contestó el viejo. Y después de una pausa siguió, ¿te acordás lo que hiciste? Tenías un lápiz nuevito que estrenarías ese día. Te arrimaste al portón de entrada y cortaste el lápiz en dos partes iguales, sacaste punta a la mitad cortada y le diste el nuevo lápiz a Javier.

- No me acordaba- dijo Martín - pero eso ¿qué tiene que ver con el punto brillante?

- Javier nunca olvidó ese gesto y ese recuerdo se volvió importante en su vida.

- ¿Y?

Hay acciones en la vida de uno que dejan huellas en la vida de otros, explicó el viejo, las acciones que contribuyen al desarrollo de los demás quedan marcadas como huellas doradas...

Volvió a mirar por el telescopio y vio otro punto brillante en la vereda a la salida del colegio.

Ese es el día que saliste a defender a Pancho, ¿te acordás?. Volviste a casa con un ojo morado y un bolsillo del guardapolvo arrancado. Martín miraba la ciudad. Ese que está ahí en el centro, siguió el viejo, es el trabajo que le conseguiste a Don Pedro cuando lo despidieron de la fábrica... y el otro, el de la derecha, es la huella de aquella vez que juntaste el dinero que hacía falta para la operación del hijo de Ramírez... las huellas esas que salen a la izquierda son de cuando volviste del viaje porque la madre de tu amigo Juan había muerto y quisiste estar con él.

Martín apartó la vista del telescopio y sin necesidad de él empezó a ver cómo, miles de puntos dorados aparecían desparramados por toda la ciudad.

Al terminar de ocultarse el sol, el pueblo parecía iluminado por sus huellas doradas.

"Huellas doradas"
Jorge Bucay

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Último día de 2006, con o sin balances, atrás quedan 364 días que estoy despidiendo con una variante espantosa de constipado, jejeje, que me ha noqueado como nunca en mi vida :P En 2006 cumplí 34 años que puedo confesar sin pena, hahahaha, y me ha pesado el paso del tiempo ahora con este revival medio rabioso de los '80. A veces, escuchar canciones que sonaban hace veinte años me sacude algo más que el esqueleto, pues nunca imaginé que cumpliría 30, menos aún que me acercaría a los 35 :P Tal parece que todos los directivos de merchandising rondan mi edad porque desde los anuncios de autos, hasta los de electrodomésticos o inclusive el nuevo de Coca-Cola Light han echado mano de éxitos de los '80. Por cierto, alguien me puede decir dónde quedaron esos anuncios navideños de la Coca-Cola donde los protagonistas eran la familia de osos polares? Este año los eché mucho de menos pues el anuncio de esta temporada me ha parecido sin gracia (me refiero al que han emitido en España, no sé si será el mismo en México) mostrando todo el "procedimiento" que se lleva a cabo dentro de una máquina para expender una clásica botella.

2006 está a punto de desaparecer y seguro que todos hemos dejado huellas como las del cuento de Jorge Bucay, sólo espero que sean resultado de acciones bien intencionadas. Yo la tarea más difícil que tengo, al igual que mi marido, es dejar huellas pero en nuestro Happy Demon que este año se ha tornado más personita (a punto está de cumplir dos años). Ainss, jamás imaginé que ser madre sería algo tan fascinante pero también tan difícil. Han sido 364 días de intenso aprendizaje pero con mucha alegría y satisfacción y como dicen por ahí: y los que faltan... ;-)

Paz, amor y suerte para todos.

Bienvenido 2007

24 diciembre 2006

Do they know it's Christmas?



A principios de 1984, la BBC emitió un reportaje sobre la hambruna en Africa y la enorme cantidad de víctimas que estaba causando. El cantante irlandés, Bob Geldof (líder de la banda Boomtown Rats) decide hacer un disco para recaudar dinero y tratar de combatir la hambruna. Llamó a su amigo Midge Ure, de la banda Ultravox, y uniendo sus talentos escribieron la canción "Do they know it's Christmas?"

Echando mano de los poderes de persuasión que forjan su leyenda, Geldof crea el grupo Band Aid que reúne cantantes y artistas irlandeses e ingleses tanto de pop como de rock bastante conocidos (lo cual ayudaría a incrementar las ventas de lo que ya era conocido como un charity single). En el mes de noviembre, en un tiempo récord (el estudio de grabación sólo les dio 24 horas) que corrió de las once de la mañana hasta las siete de la tarde, se grabó el single y un video. El primero en participar fue Phil Collins en la batería con una memorable apertura. Después Tony Handley, el cantante de Spandau Ballet, en una sección que originalmente sería cubierta por Status Quo y posteriormente reemplazada por el trío formado por Sting, Paul Weller y Glen Gregory. El cantante Paul Young declaró en una entrevista posterior que él sabía que el inicio de la canción había sido escrito para David Bowie, pero que no había podido colaborar por cosas de su agenda, sin embargo, hizo una contribución en el lado B del sencillo. Boy George llegó hasta las seis de la tarde después de que Geldof lo despertara para que tomara el vuelo del Concorde con la ruta Nueva York-Londres para grabar su parte.

A la mañana siguiente, Geldof aparece en el programa Radio 1 Breakfast Show para promover el sencillo y asegurar que cada centavo sería entregado para la causa. Esta iniciativa no fue apoyada por el gobierno británico que rehúso donar los impuestos del disco. Sin embargo, Geldof apeló a la buena voluntad del público, logrando que tanto Margaret Thatcher como el gobierno dieran su brazo a torcer y donaran los impuestos.

"Do they know it's Christmas?" sale a la venta el 15 de diciembre y casi de forma inmediata se convierte el número uno de los charts de Inglaterra tanto de ventas como de publicidad. Es el sencillo que más rápido ha subido de todas las listas en toda la historia vendiendo un millón de copias sólo en la primera semana. Se mantuvo en el número uno por cinco semanas consecutivas con tres millones de copias vendidas convirtiéndose en el sencillo más importante de la historia musical de Inglaterra.

El dinero recaudado creó lo que es conocido como The Band Aid Trust. Este proyecto dio pie al ya famoso y legendario concierto Live Aid que en 1985 se convirtió en un fenómeno global que logró recaudar diez veces más de lo que consiguió el puro single.

Estos son los músicos que tomaron parte en el Band Aid original (se han hecho otras dos versiones: una en 1989 y otra conmemorando el vigésimo aniversario en 2004): Adam Clayton (U2), Phil Collins, Bob Geldof (Boomtown Rats), Steve Norman (Spandau Ballet), Chris Cross (Ultravox), John Taylor (Duran Duran), Paul Young, Tony Hadley (Spandau Ballet), Glen Gregory (Heaven 17), Simon Le Bon (Duran Duran), Simon Crowe (Boomtown Rats), Marilyn,
Keren Woodward (Bananarama), Martin Kemp (Spandau Ballet), Jody Watley (Shalamar), Bono (U2), Paul Weller (The Style Council), James 'J.T.' Taylor (Kool & The Gang), George Michael (Wham!), Midge Ure (Ultravox), Martyn Ware (Heaven 17), John Keeble (Spandau Ballet), Gary Kemp (Spandau Ballet), Roger Taylor (Duran Duran), Sarah Dallin (Bananarama), Siobhan Fahey (Bananarama), Pete Briquette (Boomtown Rats), Francis Rossi (Status Quo), Robert 'Kool' Bell (Kool & The Gang), Dennis D. T. Thomas (Kool & The Gang), Andy Taylor (Duran Duran), Jon Moss (Culture Club), Sting, Rick Parfitt (Status Quo), Nick Rhodes (Duran Duran), Johnny Fingers (Boomtown Rats), David Bowie, Boy George (Culture Club), Holly Johnson (Frankie Goes to Hollywood), Paul McCartney, Stuart Adamson, Bruce Watson, Tony Butler y Mark Brzezicki, todos miembros de Big Country.

Ahora es muy común que los artistas se unan a causas sociales, ya sea por convicción o por simple publicidad (hay de todo en la viña del Señor), sin embargo, a mediados de los '80 creo que pocos se imaginan el impacto que causó el hecho de que la fauna rockera, que aquellos que muchos creían que vivían bajo el slogan sex, drugs & rock n' roll, mostrase que tenían conciencia social y que se interesaban por los problemas del mundo. Las Navidades de 1984 las recuerdo con esta canción y con el video que tímidamente aparecía aquí y allá en la televisión mexicana, sobre todo en el progama del que ya he hablado: A toda Música. Sin embargo, también recuerdo esas Navidades como unas de las peores de mi vida pues mi padre sufrió un terrible accidente el 23 de diciembre en el sur de México, siendo uno de los contados sobrevivientes y no fue trasladado al DF sino hasta la mañana del 25. Pero nos "desquitamos" en Nochevieja, jejeje, que aún estando en el hospital mi padre recibió la visita de un montón de amigos con jolgorio incluido al extremo de que los médicos y enfermeras terminaron echando a todos ;-)

Deseo que en estas fechas, todos y cada uno tengan, reciban y den amor y sobre todo que gozen de mucha salud. La felicidad cada uno se la agencia, cada uno la entiende de un modo distinto y la vive con mayor o menor intensidad. Lo demás... es lo de menos :)

21 diciembre 2006

"Rule of Rose"


Tiene 19 años, se llama Jennifer y cuando baja del autobús siguiendo a un niño que le ha regalado un cuento, no sabe que acaba de llegar al infierno. Éste tiene forma de orfanato, se llama Rose Garden y no lo habitan diablos con cuernos, sino niños de aspecto entrañable y mente perversa. Las escenas de terror se suceden. Un grupo de pequeños huesudos apalea un saco ensangrentado en el que parece haber alguien dentro, protagonizan persecuciones con palos y cuchillos, una joven enterrada viva que, si consigue escapar, será asaltada y mordida por varios niños hasta acabar con su vida. Así es Rule of Rose, el nuevo videojuego de Sony para la PlayStation 2 ambientado en un pueblo de Inglaterra en los años 30. Entre sádico y erótico, el juego, catalogado como survival horror, no es nuevo en el mundo de los videojuegos. Lo que ocurre es que aquí los protagonistas son niños, personajes de retorcida maldad que se deleitan tanto con la violencia física como con la psicológica. Italia fue el primer país en dar la voz de alarma. Una portada de la revista Panorama ha hecho que las delegaciones americana y europea de Sony hayan decidido detener la distribución. Tras el revuelo por la escenas de violencia, sadomasoquismo y lesbianismo del juego, la Comisión Europea está estudiando promover un código de conducta voluntario para la industria. En España, Proein anunció la distribución en octubre y, tras varios retrasos, mantiene diciembre como fecha de venta. Pero ni ellos ni la página oficial de PlayStation dicen nada al respecto. Los que sí han hablado son los creadores del juego, el director de Punchline, Shuji Ishikawa, y el productor de Sony Yuya Takayama. Su explicación es que el juego no es para niños, sino para adultos. Según Ishikawa, «queríamos mostrar lo aterradores que los niños pueden ser para los adultos». Takayama insiste: «Así son los niños siendo niños sin el filtro de la culpa o el pecado». Ninguno de los dos tiene hijos, pero aseguran haberse inspirado en los hermanos Grimm. Cabe preguntarse qué cuentos les contaron de niños.

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Este videojuego me recuerda la adaptación fílmica de la historia "Otra vuelta de tuerca" del británico Henry James, cuyo guión corrió a cargo de Truman Capote y el personaje principal, Miss Giddens, lo interpretó de manera genial Deborah Kerr. "The Innocents", aún en blanco y negro, ambientada en una Inglaterra victoriana, en una casa de campo, dos hermanos: niña y niño, cuasi poseídos por los espíritus atormentados de su anterior institutriz y uno de los trabajadores de la casa. Al final te queda la duda de si es real la posesión o todo es una obsesión por parte de una casi desquiciada Miss Giddens.

Siempre los niños, como tales, resultan más terroríficos, amparados en una dulzura o una inocencia que muy pronto pierden pero que pocos son capaces de descubrirlo. Es como si se pudiese aceptar más un caramelo envenenado que el simple cianuro vertido en una copa o en un café. No olvidemos a esa terrible Samara (Sadako en la versión original japonesa) protagonista de la película "The Ring" o el niñito de "Pet Sematary", Gage, que vuelve de la tumba como un zombie tierno que nadie se atreve a matar. Y en el número uno del Top Ten no olvidemos que se encuentra Damian, el niño diabólico de "The Omen", la versión original que este año cumplió su 30 aniversario.

Aquí les dejo el trailer del juego "Rule of Rose" y el video del grupo alemán Oomph "Augen Auf" que me apetecía ponerlo pues es uno de mis favoritos y va mucho con la temática de esta entrada: niños siniestros, niños malvados.





13 diciembre 2006

Vuelve el Capitán

Arturo Pérez-Reverte presenta la sexta entrega del Capitán Alatriste

'Corsarios de Levante' discurre en las peligrosas fronteras del mar Mediterráneo del XVII

Las intrigas palaciegas, los tercios de Flandes y los duelos en las calles de Madrid de anteriores entregas han dejado paso, en palabras del autor, a una "novela de soldados" que tiene como escenario las peligrosas fronteras del mar Mediterráneo del siglo XVII.

Por las páginas de 'Corsarios de Levante' desfilan corsarios berberiscos y piratas turcos, y se suceden los abordajes y los zafarranchos en alta mar. "Esta vez he elegido el Mediterráneo del siglo XVII porque es un tema narrativamente poco conocido". Alatriste cumple 10 años (la primera entrega apareció a finales de 1996). En esta década se han vendido cuatro millones de ejemplares de sus aventuras en todo el mundo, se han hecho traducciones a la mayoría de idiomas y Alatriste ha dado nombre a exposiciones, cómics, juegos de rol y hasta restaurantes con su nombre, y que han culminado en este 2006, con el estreno de la multimillonaria producción cinematográfica protagonizada por Viggo Mortensen.

De esta sexta entrega, Pérez-Reverte destaca, además del recurso al 'Mare Nostrum', que ha querido ir "un poco más lejos" en el lenguaje, recuperando viejas palabras de la jerga soldadesca y marinera. Lo que sí se mantiene como una constante es la mirada que quiere ofrecer el escritor sobre una época dura y un mundo cruel, "en el que la vida y la muerte valían de forma diferente que ahora".

"Intento mirar ese mundo sin juicios morales, con los ojos de ese mundo", señaló el autor, que está seguro de que Alatriste no tendría sitio en el mundo actual. "En aquella época", añadió, "Alatriste era un marginal pero con reputación. Ahora, en este mundo donde se manipulan palabras como honradez y decencia torera, Alatriste sería un proscrito. El mundo de hoy rechaza a los Alatriste".

De la película de Alatriste, Reverte hace un balance muy satisfactorio, aunque admite que, como siempre ocurre en estos casos, habría escenas o actores que le hubiera gustado cambiar. A su juicio, la interpretación de Mortensen es magnífica, porque refleja a la perfección esa mirada a una época de "tristeza" con la que ha querido dotar a sus personajes.

Con vistas al futuro, Pérez-Reverte tiene comprometidas otras tres entregas de Alatriste, que en principio llevarán por título "El puente de los asesinos", "La venganza de Alquézar" y "Misión en París". Ninguna de ellas se desarrollará en América, porque "en aquella época no había Air Madrid ni Iberia y un viaje de ese tipo era muy largo y se hacía para quedarse", bromea el novelista cuando la prensa del otro lado del Atlántico le pregunta con insistencia sobre esta posibilidad.

El autor de "El maestro de esgrima" descarta la segunda parte de una película, aunque dice que le ha llegado una propuesta para hacer una serie de televisión sobre Alatriste que va a estudiar.

Fuente: Servimedia

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"¡Bogad, bogad, malditos!"

Pardiez que hay coraje en Corsarios de Levante, el primer Alatriste poscinematográfico. Y emoción. Y aventura. Y amistad. Arturo Pérez-Reverte nos lanza una novela que es como una buena estocada: rápida, directa y efectiva, con la engañosa sencillez de la esgrima del maestro. Nos encontramos en el inicio del relato -un mediodía de mayo de 1627- con el Capitán Alatriste e Íñigo de Balboa (17 años recién cumplidos) navegando ya a toda castaña en una galera española a la caza de una galeota berberisca. "¡Aferra las dos!" ... ¡Ropa fuera! ¡Pasaboga!". El cómitre con su látigo tejiendo en las espaldas de los galeotes "un jubón de amapolas". Tensión, besos a los escapularios, las mechas de los arcabuces a punto, hambre de botín. Acaso miedo ("miente quien diga que nunca conoció el miedo, pues no hay cosa que no tenga su día"). Seguirá el pandemónium de un abordaje sangriento en el que Pérez-Reverte trazará el ancho escenario histórico en que nos vamos a mover: la peligrosa "turbulenta frontera mediterránea, encrucijada de razas, lenguas y viejos odios".

La novela no dejará de ir subiendo en intensidad hasta un final absolutamente espectacular, con cinco galeras turcas mortalmente enfrentadas a la nuestra en las costas de Anatolia, un pequeño Lepanto con hechuras de Trafalgar. Un trance malo, sin duda: "No hay otra, esta noche cenamos con Cristo o en Constantinopla". Ahí llega Uluch Cimarra, jenízaro grande pegando mandobles feroces y gritando "¡bir mum!" ("hijos de la gran puta", con perdón, en turco)...

Persecuciones y batallas navales por todos los rincones del Mediterráneo, el ataque a un campamento moro en un uadi cerca de Orán (ecos de Beau Geste -"ah, pero es que eso era nuestro Beau Geste", señala Pérez-Reverte-), peligrosos galanteos en Nápoles, "pepitoria del mundo"; el escamoteo de la escultural favorita del bajá de Chipre... El horror (ahorcamientos, desollamientos, los sesos volantes del caporal Conesa, el niño que espanta las moscas de la cabeza cortada de su padre, el culpable recuerdo de Alatriste de la represión de los moriscos) y también el humor (en el golfo de Escanderlu, situación desesperada, tres galeras que van a jugársela al amanecer contra la flota turca; dice el capitán Urdemalas: "Ningún socorro a nadie. Cada cual para sí y puto el último". A lo que recuerda oportunamente el sargento Quemado: "El último somos nosotros"). ¡Vaya singladura, Arturo!

"Me he inventado pocas cosas, las situaciones son auténticas; es un tema que tengo localizado hace muchos años y me lo sé. Manejo mucho material de la época, de las campañas corsarias de España y Nápoles. Hay mucho trabajo detrás. He leído libros enteros que me han servido para una sola línea de la novela. Lo asombroso es que esa gente que muestro eran realmente así. El coraje, la aventura, la crueldad, eran los mismos que muestro. Había realmente individuos que saltaban a una galera enemiga solos. Eran una gente peligrosísima. Éramos muy peligrosos. Esa singularidad, esa arrogancia, sentirse dueños del mundo, poseedores de la religión verdadera. Alatriste me permite entrar en la psicología de aquellos tíos. Cuando lees esas acciones ... eran tíos asombrosos, una combinación de valor, desesperación, ambición y salvajismo absolutamente español. Un país de miserables era el nuestro. Ser soldado, ir a América, a Flandes, al Mediterráneo, era salir de la miseria a por botín. Eso sí, como hidalgos y vendiendo cara la piel, pues hacen de su reputación, de su dignidad personal -que es lo único que poseen- una filosofía de vida". Como aquello de que los "señores soldados", la infantería embarcada, no reman en la galera ni que les vaya la vida en ello. La tropa no boga ni hartos de alboroque, que dicen en la novela. "Efectivamente. Eso es cierto. Lo cuenta Cervantes. No reman. Remar es cosa de los galeotes y para el soldado es deshonroso. Al leer el libro te pueden parecer unos animales, unos marcianos. Pero eran así, exactamente así. Alonso de Contreras, Jerónimo de Pasamontes, Osuna y sus capitanes... Lo de las bocas de Escanderlu, esa lucha atroz y desproporcionada en el mar, tres a ocho... " Esa batalla ocurrió. Y el episodio real es aún más increíble: un bajel y dos galeras contra treinta. Lo dicho, hay mucho material, mucha documentación, el siglo XVII es muy rico en ella, pero es un tema poco trabajado, en buena parte desconocido. Se habla mucho del pirata turco, del corsario berberisco... pero nosotros hicimos lo mismo en esa frontera mestiza que era el Mediterráneo. Los españoles hicimos mucho el corso".

Al turco, al moro, al berberisco, se le mata y destaza si hace falta, pero es una rivalidad sana; en cambio a los ingleses... "Ése viene de fuera a robar, es un intruso, al moro lo conoces bien, incluso frecuentemente, si tiene reaños, se le admira; es de aquí, vecino del mismo patio. Se le odia, se le degüella, pero con un respeto".

¿No se ha teñido un punto este Alatriste de la negra perspectiva de El pintor de batallas (Alfaguara), la anterior novela de Pérez-Reverte? "No, lo que pasa es que Íñigo ha crecido y eso hace que surjan unas lucideces y amarguras en la relación que no se daban cuando era más joven. Hay enfrentamientos. Cosas que cualquier padre que haya tenido hijos adolescentes entiende".

A Pérez-Reverte le gusta especialmente el episodio del soldado varado en Orán, el viejo veterano Malacalza. "Se entiende en él lo que era el abandono de España a sus gentes, cómo todo se fue perdiendo por desidia". Le place también el lance del "rufián de entremés", cuando Íñigo se ve metido en una clásica situación de enredo en Nápoles, rico vergel... Para él ha sido, por supuesto, "un gustazo", hacer una novela con tanta trama marina. "He manejado cartografía de la época, he analizado cada barco, cada derrotero, cada maniobra, cada viento". Como con Patrick O'Brian, el lector siente que navega en las páginas, aunque los capitanes de mar y de guerra del escritor inglés nunca soltarían una retahíla tan elocuente como los de Pérez-Reverte: "Bogad, cuarta a babor, me cago en Satán, bogad malditos, bogad, amolla ese cabo, tensa aquella driza, bogad que ya son nuestros, bogad u os arranco la piel, bellacos, voto a Dios y a la hostia que vi alzar". El mundo de la galera que describe Corsarios de Levante es muy bestia. "Era así. Un infierno hediondo e insalubre. Piensa que a lo máximo que te condenaban era a remar diez años, porque nadie aguantaba más vivo. Era durísimo. Y ellos, las gentes de entonces, también, para aguantarlo. Si ahora navegar ya es jodido, en aquella época, con guerra, esclavitud... Ya lo decían: 'La galera, dela Dios a quien la quiera". Eran tiempos crueles, esa crueldad aparece en la novela. "Esta novela no se puede escribir desde el siglo XXI, es un error aplicar nuestros criterios éticos -como hacen muchos autores de novela histórica, especialmente mujeres- a otras épocas. No se puede juzgar. La crueldad era algo natural, impuesto por la supervivencia limitada, por las circunstancias; ¿cómo ibas a tomar prisioneros heridos en una galera abarrotada ya?: al agua con ellos. Así era el mundo. Mataban, pero también sabían morir cuando venían mal dadas. Con dignidad, con fatalismo profesional".

Corsarios de Levante es la primera novela de Alatriste tras encarnarse en la gran pantalla. "La película estaba bien, pero Alatriste existe antes y después de ella. Alatriste no ha de luchar con la película, que es un complemento. Tenía curiosidad para reencontrar a Alatriste después de la película. No hay ningún problema, Alatriste está intacto. No está contaminado. La película se adaptaba mucho a los libros, era muy fiel, no los violentaba. Al no hacer Viggo (Mortensen) ni Agustín (Díaz Yanes) su capitán, sino basarlo en las novelas, no ha habido otro Alatriste diferente".

Hace diez años que nació Alatriste, con esa frase -"no era el hombre más honrado", etcétera- que ya ha saltado a los colegios y al cine. Pérez-Reverte recuerda: "Hice desde el principio un plan que he ido siguiendo, que he ido ampliando pero sin cambiarlo. El cuadro inicial se mantiene". En Corsarios de Levante, descubrimos que Malatesta está vivo, que Luis de Alquézar conspira desde América y que Angélica -"he crecido por dentro y por fuera", escribe a Íñigo- lanza el cebo desde allí. Pero nuestros héroes no cruzarán el charco en el futuro. "Sería falso llevar a Alatriste a América, la gente de su clase no iba tan lejos, a no ser para quedarse. Seguirán por el Mediterráneo, irán a París... Y Rocroi espera".

Hablar de los diez años de Alatriste -tantos años como heridas- da pie a recalcar algunas cosas. "No es justo poner a Alatriste en la estela de la novela popular de aventuras. Alatriste es mucho más complejo. La serie maneja mecanismos humanos, documentación y desarrollos lingüísticos que son ajenos a Salgari o a Dumas. Alatriste, y no se entienda esto como una herejía, va más allá que Dumas. En relación con Alatriste se puede usar la asociación con la novela de aventuras y sus mecanismos -yo mismo hago uso de ello-, pero al tiempo hay en Alatriste una cantidad de información, reflexión y trama complejísima que trasciende el género. El lector lúcido constata que hay un trabajo ímprobo de creación de un lenguaje. Alatriste no es un pastiche, es una obra viva y fresca, nueva".

Jacinto Antón, Diario El País, 2 de diciembre de 2006

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Ainss, qué emoción ;-) Aunque ya he recibido mis regalos de Navidad y Reyes por adelantado, creo que no me vendría mal la nueva aventura del Capitán Alatriste y más aún si se combina con el mar y los piratas. Varios de mis temas favoritos en una misma historia.

Por cierto, el canal de televisión de aquí: Antena 3 convertirá en serie de televisión La piel del tambor, novela que publicó Pérez-everte hace una década. Roberto Enríquez interpreta a Lorenzo Quart, un sacerdote al que el Vaticano envía a Sevilla después de que el Papa recibiera una enigmática denuncia de un pirata informático. El pasado mes de noviembre, la productora Endemol comenzó en Madrid el rodaje de Quart, en la que el propio Pérez-Reverte supervisa los guiones.

Antena 3 aborda un ambicioso proyecto en el que rodará, en formato cine, La piel del tambor, cuya acción comienza en Roma y transcurre en la Sevilla de la actualidad. El Vaticano envía a la capital hispalense a un especialista en asuntos sucios, Lorenzo Quart, para saber qué pasa en una pequeña iglesia barroca en la que se han producido dos muertes. A partir de ahí se cruzan tramas de pirateo informático, especulación inmobiliaria, corrupción, suspense y amoríos. "La gente de esa novela sabe que no hay un futuro, que sólo hay el presente. Son náufragos", explicó Pérez Reverte cuando editó el libro.

Esta fue la primera novela que leí de este magnífico autor y sin duda, es una de mis favoritas.

Si quieren leer las primeras páginas de Corsarios de Levante pinchen aquí (es documento pdf)

08 diciembre 2006

Hard Rock ¿Seminole?

La tribu de los indios Seminoles de Florida anunció ayer la adquisición de la cadena de restauración Hard Rock Café, en una operación que supera los 725 millones de euros (965 millones de dólares), según un comunicado remitido por la compañía. El cierre de la operación está previsto para principios de marzo de 2007.

El Hard Rock Café es mundialmente conocido por sus bares, decorados con esmero utilizando objetos que forman parte de la historia del rock (unas 70 piezas, incluyendo guitarras eléctricas que fueron propiedad de Jimi Hendrix, Bob Dylan, Eric Clapton y Chuck Berry), pero también cuenta con hoteles, casinos y salas de conciertos, que en total suman más de 130 establecimientos en todo el mundo. La sociedad compradora, Seminole Tribe of Florida, pertenece a la tribu india de los Seminoles, que ya mantenían contratos con la marca de restauración. Se trata de la primera adquisición de una gran corporación internacional por parte de una tribu de indios nativos americanos.

Los Seminoles, cuya población ronda las 12.000 personas, viven en los estados de Florida y Oklahoma. Hasta finales de los años 70 su economía se basaba en la cría del ganado, los cultivos de cítricos y las ayudas que recibían del gobierno federal. Su despegue se produjo con la apertura de un local de bingo y otro de venta de tabaco libre de impuestos. Actualmente poseen varios locales de juego, de venta de tabaco y compañías de turismo. Se trata de la única tribu originaria de Estados Unidos que no ha firmado un tratado de paz con el gobierno nacional. Junto a sus dos hoteles y casinos Seminole Hard Rock, en la actualidad poseen y explotan otros cinco casinos -no pertenecientes a la marca Hard Rock- en el Estado de Florida, en Coconut Creek y Hollywood (ubicadas en la costa sudoriental) en Immokalee (cerca de Naples) y en las reservas de Brighton y Big Cypress (al Norte y al Sur del famoso Lago Okeechobee, respectivamente). Más del 90% del presupuesto de la tribu proviene de estos casinos, lo que equivale a más de 22, 000 millones de dólares en ingresos anuales.

Por su parte, Rank Group, grupo propietario de la famosa cadena de restauración, señaló que la decisión de vender este negocio obedece a una «revisión estratégica» de sus intereses y anuncia su intención de aprobar un dividendo extraordinario para repartir entre los accionistas parte de las plusvalías obtenidas a través de la transacción, unos 518 millones de euros, aunque esta decisión todavía debe ser sometida a la aprobación de los accionistas de la compañía. El Grupo Rank se ha desligado recientemente de las tradicionales firmas británicas de entretenimiento, como los campos de vacaciones Butlins, los cines Odeon y los estudios de cine Pinewood, con las que antes trabajaba, con el objetivo de borrar su imagen de conglomerado antiguo. Rank Group ha recibido asesoramiento por parte de las entidades Merryl Lynch y Goldman Sachs para el desarrollo de la operación, que le permitirá dedicarse en exclusiva al negocio de los juegos de azar y aprovechar así la liberalización del sector que tendrá lugar en el Reino Unido en 2007.

Por su parte, el presidente de la tribu Seminole, Mitchell Cypress, subrayó su intención de trabajar con el actual equipo directivo de Hard Rock International para poner en marcha nuevas estrategias de crecimiento para la compañía, que seguirá teniendo su sede central en Orlando. «Hard Rock International cuenta con un equipo directivo con experiencia y con unos empleados que dan lo mejor de sí en cada restaurante, cada hotel y cada tienda. Se trata, por tanto, de una oportunidad única y, dado el inmenso éxito de la cadena Hard Rock Café y el gran impacto de los hoteles y casinos podemos afirmar que esta marca tiene un potencial de crecimiento ilimitado», señala la tribu en un comunicado. «Nos damos cuenta del poder y la longevidad de esta marca» dijo a la agencia Reuters el presidente ejecutivo de Seminole Gaming, Jim Allen.

El primer Hard Rock Café fue inaugurado en Londres en 1971 por un grupo de pacifistas estadounidenses que se negaron a ir a la guerra de Vietnam.


Fuentes: Diario La Opinión, Los Angeles y Diario La Razón, España



06 diciembre 2006

Lucha, lucha, lucha


Soy una persona bastante apática en cuanto a lo que dá o deja de dar, brinda o arrebata el "sistema" (como quiera que cada uno lo entienda, ya sea gobierno, religión, etc.). Sin embargo, me irrita y mucho esa "necedad" de tragarse sin medida, sin remedio y sin cuestionar, todo lo que el "sistema" zambute por los medios de comunicación. En este caso me refiero concretamente a la televisión y más aún, a la televisión de "entretenimiento" made in México.

Hace unos días, en un foro donde hace poco tiempo participo (y que tiene qué ver con los mexicanos que residen en esta parte de España) se inició una absurda polémica surgida por un comentario personal que hice sobre Raúl DelAsco, mejor conocido como el Risitas Velasco. Jamás me simpatizó tal "personaje" y puedo decir que llegué a justificar su permanencia en televisión como un medidor de la torpeza mental de los televidentes. Gente que se plantaba delante del televisor todos los domingos para hacerse chaquetas mentales (de cualquier tipo e índole) con los cantantes de música popular, sin faltar el ingenuo de turno que se tragaban todo y decían sin empacho: "Ay, mira qué mono/a es X o Y, si es rete-humilde y buena persona". Si este personajillo tuvo o no tuvo carisma, si sólo fue un instrumento para terminar de idiotizar al medio común del pueblo mexicano, no me interesa, pero soltar mi opinión sobre él fue como abrir la caja de Pandora y descubrir que los malos vicios nos persiguen así vayamos al fin del mundo. Y después nos preguntamos por qué a los mexicanos, muchas veces, nos identifican en este lado del mundo con memeces como El Chavo del 8. Peor aún es que parece que Televisa se ha esforzado en "pulir" la programación del canal internacional conocido como Galavisión: pura porquería mediática. Es que ni siquiera rescatan telenovelas históricas, al menos.

No pienso dedicarle esta entrada al tal Risitas DelAsco, sin embargo, sirva como excelente ejemplo de que la televisión dá lo que se merece el pueblo tele-adicto: mierda, mierda y más mierda. Otros ejemplos más claros son lo que abundan en lo que se llama "programas del corazón" o dedicados a la "prensa rosa". Puffhh, otros que de verdad me erizan los cabellos y no sólo me irritan, sino que me revuelven el estómago. Hace varios años que en México se imita (sin vergüenza alguna) todos y cada uno de los pasos que se llevan a cabo aquí, en España. La misma miseria humana ilustrada en unos personajillos que de periodistas no tienen ni un gramo y mucho menos de decoro. La misma ansiedad por hundir a esos ídolos que antes era intocables y no por su "grandeza" sino porque de alguna manera se respetaba ese punto de lejanía que tenían con respecto al pueblo. Ahora, sobran los que buscan no sólo sus quince minutos de fama, sino las grandes sumas de dinero que ofrecen diferentes programas para "balconear" a la amiga, sobrina, conocida, patrona, etc. y con mucha mayor razón si se trata de alguien famoso. Aquí verdaderamente la tele vespertina es un asco, a excepción de un par de canales abiertos (de la tele por cable no hablo, porque esa se cuece aparte y tiene una variedad mucho mayor de opciones). Los programas "estrella" se remiten a revolver en las vísceras, en regodearse de todo lo que pueden pillar in fraganti de tal o cual famoso (que aquí lo mismo es un don nadie surgido de un reality show, como el novio/a "de", la ex "de", el chico surgido de Operación Triunfo, como el freak que se ha dejado manipular y vapulear por la tele, lo mismo que cantantes, actores y demás fauna) y en sí, de sacar todos los trapos al sol que la "víctima" en cuestión tenga, deje de tener, se le otorguen o se le intenten quitar (con menos éxito, claro).

Aquí no hay un prime-time como tal, nadie se disputa los horarios nocturnos tal y como los conocemos en México (y aquellos que hemos trabajado en tele) y creo que no lo necesitan. Después de los programas de prensa rosa, hay otros "medios" como la saturación de revistas de la misma temática, sub-programas de tele que se recrean "rescatando" momentos estelares de otros programas y un largo etcétera. Quizá sólo así me resulta comprensible que las personas que armaron la polémica respecto a mi opinión sobre el Risitas DelAsco (y que tal parece que sólo se "alimentan" con este tipo de televisión) se sintieran tan "ofendidas", así me hayan puesto ejemplos de que a pesar que sólo beben de la fuente de la miseria humana (o al menos eso es lo que dan a entender a través de sus mensajes y su pasión por hablar de temas de la prensa del corazón, principalmente de México), son capaces de disfrutar de un libro o de citar a un erudito profesor de filosofía que se "relajaba" mirando telenovelas.

Sé perfecto que no somos puro intelecto, pero tampoco tenemos pura mierda moldeable en el lugar que debería ocupar un cerebro de capacidad neuronal mediana. Claro, allá cada quien con sus gustos y disgustos, pero no puedo evitar sentirme ofendida (como ser pensante) cuando me encuentro con este tipo de situaciones.

Es por eso que pido: ¡Lucha por rescatar tu cerebro!

05 diciembre 2006

Los animales de dos en dos, ua ua

Sí, lo reconozco: soy fan de los anuncios de tele y más si estos, claro, están bien hechos y son ingeniosos. Hace unos cuantos días que ha empezado a rolar por todos los canales de este lado del mundo, el anuncio del nuevo coche Altea (Seat) que me encanta y cuya música me parece muy conocida pero no logro recordar dónde más la he escuchado :p




30 noviembre 2006

De hadas y cuentos

Mi propósito es hablar de los cuentos de hadas, aunque bien sé que ésta es una empresa arriesgada. Fantasía es una tierra peligrosa, con trampas para los incautos y mazmorras para los temerarios. Y de temerario se me puede tildar, porque, aunque he sido un aficionado a tales cuentos desde que aprendí a leer y en ocasiones les he dedicado mis lucubraciones, no los he estudiado, en cambio, como profesional. Apenas si en esa tierra he sido algo más que un explorador sin rumbo (o un intruso), lleno de asombro, pero no de preparación. Ancho, alto y profundo es el reino de los cuentos de hadas y lleno todo él de cosas diversas: hay allí toda suerte de bestias y pájaros; mares sin riberas e incontables estrellas; belleza que embelesa y un peligro siempre presente; la alegría, lo mismo que la tristeza, son afiladas como espadas. Tal vez un hombre pueda sentirse dichoso de haber vagado por ese reino, pero su misma plenitud y condición arcana atan la lengua del viajero que desee describirlo. Y mientras está en él le resulta peligroso hacer demasiadas preguntas, no vaya a ser que las puertas se cierren y desaparezcan las llaves.

Hay, con todo, algunos interrogantes que quien ha de hablar de cuentos de hadas espera por fuerza resolver, intenta hacerlo cuando menos, piensen lo que piensen de su impertinencia los habitantes de Fantasía. Por ejemplo: ¿qué son los cuentos de hadas?, ¿cuál es su origen?, ¿para qué sirven? Trataré de dar contestación a estas preguntas, u ofrecer al menos las pistas que yo he espigado..., fundamentalmente en los propios cuentos, los pocos que yo conozco de entre tantos como hay.

¿Qué es un cuento de hadas? En vano acudirán en este caso al Oxford English Dictionary. No contiene alusión ninguna a la combinación cuento-hada, y de nada sirve en el tema de las hadas en general. En el Suplemento, cuento de hadas presenta una primera cita del año 1750, y se constata que su acepción básica es: a) un cuento sobre hadas o, de forma más general, una leyenda fantástica; b) un relato irreal e increíble, y c) una falsedad.

Las dos últimas acepciones, como es lógico, harían mi tema desesperadamente extenso. Pero la primera se queda demasiado corta. No demasiado corta para un ensayo, pues su amplitud ocuparía varios libros, sino para cubrir el uso real de la palabra. Y lo es en particular si aceptamos la definición de las hadas que da el lexicógrafo: «Seres sobrenaturales de tamaño diminuto, que la creencia popular supone poseedores de poderes mágicos y con gran influencia para el bien o para el mal sobre asuntos humanos».

"Sobrenatural" es una palabra peligrosa y ardua en cualquiera de sus sentidos, los más amplios o los más reducidos, y es difícil aplicarla a las hadas, a menos que "sobre" se tome meramente como prefijo superlativo. Porque es el hombre, en contraste, quien es sobrenatural (y a menudo de talla reducida), mientras que ellas son naturales, muchísimos más naturales que él. Tal es su sino. El camino que lleva a la tierra de las hadas no es el del Cielo; ni siquiera, imagino, el del Infierno, a pesar de que algunos han sostenido que puede llevar indirectamente a él, como diezmo que se paga al Diablo.

EL CUENTO DE HADAS Y FANTASÍA
La mayor parte de los buenos cuentos de hadas trataban de las aventuras de los hombres en el País Peligroso o en sus oscuras fronteras. Y es natural que así sea; pues si los elfos son reales y de verdad existen con independencia de nuestros cuentos sobre ellos, entonces también resulta cierto que los elfos no se preocupan básicamente de nosotros, ni nosotros de ellos. Nuestros destinos discurren por sendas distintas y rara vez se cruzan. Incluso en las fronteras mismas de Fantasía sólo los encontraremos en alguna casual encrucijada de caminos.

La definición de un cuento de hadas -qué es o qué debiera ser- no depende, pues, de ninguna definición ni de ningún relato histórico de elfos o de hadas, sino de la naturaleza de Fantasía: el Reino Peligroso mismo y que sopla en ese país. No intentaré definir tal cosa, ni describirla por vía directa. No hay forma de hacerlo. Fantasía no puede quedar atrapada en una red de palabras; porque una de sus cualidades es la de ser indescriptible, aunque no imperceptible. Consta de muchos elementos diferentes, pero el análisis no lleva necesariamente a descubrir el secreto del conjunto. Confío, sin embargo, que lo que después he de decir sobre los otros interrogantes suministrará algunos atisbos de la visión imperfecta que yo tengo de Fantasía. Por ahora, sólo diré que un cuento de hadas es aquel que alude o hace uso de Fantasía, cualquiera que sea su finalidad primera: la sátira, la aventura, la enseñanza moral, la ilusión. La misma Fantasía puede tal vez traducirse, con mucho tino, por Magia, pero es una magia de talante y poder peculiares, en el polo opuesto a los vulgares recursos del mago laborioso y técnico.
Hay una salvedad: lo único de lo que no hay que burlarse, si alguna burla hay en el cuento, es la misma magia. Se la ha de tomar en serio en el relato, y no se la ha de poner en solfa ni se la ha de justificar. El poema medieval Sir Gawain y el Caballero Verde es un ejemplo admirable de ello.

LA MÁGICA INVENCIÓN DEL ADJETIVO
La mente humana, dotada de los poderes de generalización y abstracción, no sólo ve hierba verde, diferenciándola de otras cosas (y hallándola agradable a la vista), sino que ve que es verde, además de verla como hierba. Qué poderosa, qué estimulante para la misma facultad que lo produjo fue la invención del adjetivo: no hay en fantasía hechizo ni encantamiento más poderoso. Y no ha de sorprendernos: podría ciertamente decirse que tales hechizos sólo son una perspectiva diferente del adjetivo, una parte de la oración en una gramática mítica. La mente que pensó en ligero, pesado, gris, amarillo, inmóvil y veloz también concibió la noción de la magia que haría ligeras y aptas para el vuelo las cosas pesadas, que convertiría el plomo gris en oro amarillo y la roca inmóvil en veloz arroyo. Si pudo hacer una cosa, también la otra; e hizo las dos, inevitablemente. Si de la hierba podemos abstraer lo verde, del cielo lo azul y de la sangre lo rojo, es que disponemos ya del poder del encantador. A cierto nivel. Y nace el deseo de esgrimir ese poder en el mundo exterior a nuestras mentes. De aquí no se deduce que vayamos a usar bien de ese poder en un nivel determinado; podemos poner un Verde horrendo en el rostro de un hombre y obtener un monstruo; podemos hacer que brille una extraña y temible luna azul; o podemos hacer que los bosques se pueblen de hojas de plata y que los carneros se cubran de vellocinos de oro; y podemos poner ardiente fuego en el vientre del helado saurio. Y con tal "fantasía" que así se la denomina, se crean nuevas formas. Es el inicio de Fantasía. El Hombre se convierte en subcreador.

Así, el poder esencial de Fantasía es hacer inmediatamente efectivas a voluntad las visiones "fantásticas". No todas son hermosas, ni incluso ejemplares; no al menos las fantasías del Hombre caído. Y con su propia mancha ha mancillado a los elfos, que sí tienen ese poder real o imaginario. En mi opinión, se tiene muy poco en cuenta este aspecto de la "mitología": subcreación más que representación o que interpretación simbólica de las bellezas y los terrores del mundo.

EN EL MUNDO SECUNDARIO
Naturalmente que los niños son capaces de una fe literaria cuando el arte del escritor de cuentos es lo bastante bueno como para producirla. A esa condición de la mente se la ha denominado "voluntaria suspensión de la incredulidad". Más no parece que ésa sea una buena definición de lo que ocurre. Lo que en verdad sucede es que el inventor de cuentos demuestra ser un atinado "subcreador". Construye un Mundo Secundario en el que tu mente puede entrar. Dentro de él, lo que se relata es "verdad": está en consonancia con las leyes de ese mundo. Crees en él, pues, mientras estás, por así decirlo, dentro de él. Cuando surge la incredulidad, el hechizo se quiebra; ha fallado la magia, o más bien el arte. Y vuelve a situarte en el Mundo Primario, contemplando desde fuera el pequeño Mundo Secundario que no cuajó. Si por benevolencia o por las circunstancias te ves obligado a seguir en él, entonces habrás de dejar suspensa la incredulidad (o sofocarla); porque si no, ni tus ojos ni tus oídos lo soportarán. Pero esta interrupción de la incredulidad sólo es un sucedáneo de la actitud auténtica, un subterfugio del que echamos mano cuando condescendemos con juegos e imaginaciones, o cuando (con mayor o menor buena gana) tratamos de hallar posibles valores en la manifestación de un arte a nuestro juicio fallido.

LA FANTASÍA Y LA SUBCREACIÓN
La mente del hombre tiene capacidad para formar imágenes de cosas que no están de hecho presentes. La facultad de concebir imágenes recibe o recibió el nombre lógico de Imaginación. Pero en los últimos tiempos y en el lenguaje especializado, no en el de todos los días, se ha venido considerando a la Imaginación como algo superior a la mera formación de imágenes, adscrito al campo operacional de lo Fantasioso, forma reducida y peyorativa del viejo término Fantasía; se está haciendo, pues, un intento para reducir, yo diría que de forma inadecuada, la Imaginación al "poder de otorgar a las criaturas de ficción la consistencia interna de la realidad".

El logro de la expresión que proporciona (o al menos así lo parece) "la consistencia interna de la realidad" es ciertamente otra cosa, otro aspecto, que necesita un nombre distinto: el de Arte, el eslabón operacional entre la Imaginación y el resultado final, la Subcreación. Para el fin que ahora me propongo preciso de un término que sea capaz de abarcar a la vez el mismísimo Arte Subcreativo y la cualidad de sorpresa y asombro expositivos que se derivan de la imagen: una cualidad esencial en los cuentos de hadas.

Me propongo, pues, arrogarme los poderes de Humpty-Dumpty y usar de la Fantasía con ese propósito; es decir, con la intención de combinar su uso más tradicional y elevado (equivalente a Imaginación) con las nociones derivadas de "irrealidad" (o sea, disimilitud con el Mundo Primario) y liberación de la esclavitud del "hecho" observado; la noción, en pocas palabras, de lo fantástico. Soy consciente, y con gozo, de los nexos etimológicos y semánticos entre la fantasía y las imágenes de cosas que no sólo "no están realmente presentes", sino que con toda certeza no vamos a poder encontrar en nuestro mundo primario, o que en términos generales creemos imposibles de encontrar. Pero, aun admitiendo esto, no puedo aceptar un tono peyorativo. Que sean imágenes de cosas que no pertenecen al mundo primario (si tal es posible) resulta una virtud, no un defecto. En este sentido, la fantasía no es, creo yo, una manifestación menor sino más elevada, del Arte, casi su forma más pura, y por ello -cuando se alcanza- la más poderosa.
La fantasía, claro, arranca con una ventaja: la de domeñar lo inusitado. Pero esta ventaja se ha vuelto en su contra y ha contribuido a su descrédito. A mucha gente le desagrada que la «dominen». Les desagrada cualquier manipulación del Mundo Primario o de los escasos reflejos del mismo que les resultan familiares. Confunde, por tanto, estúpida y a veces malintencionadamente, la Fantasía con los Sueños, en los que el Arte no existe, con los desórdenes mentales, donde ni siquiera se da un control, y con las visiones y alucinaciones.

Crear un Mundo Secundario en el que un sol verde resulte admisible, imponiendo una Creencia Secundaria, ha de requerir con toda certeza esfuerzo e intelecto, y ha de exigir una habilidad especial, algo así como la destreza élfica. Pocos se atreven con tareas tan arriesgadas. Pero cuando se intentan y alcanzan, nos encontramos ante un raro logro del Arte: auténtico arte narrativo, fabulación en su estadio primario y más puro.

FANTASÍA Y RENOVACIÓN
La Renovación, que incluye una mejoría y el retorno de la salud, es un volver a ganar: volver a ganar la visión prístina. No digo "ver las cosas tal cual son" para no enzarzarme con los filósofos, si bien podría aventurarme a decir "ver las cosas como se supone o se suponía que debíamos hacerlo", como objetos ajenos a nosotros. En cualquier caso, necesitamos limpiar los cristales de nuestras ventanas para que las cosas que alcanzamos a ver queden libres de la monotonía del empañado cotidiano o familiar; y de nuestro afán de posesión.

Los cuentos de hadas, naturalmente, no son el único medio de renovación o de profilaxis contra el extravío. Basta con la humildad. Y para ellos en especial, para los humildes, está Mooreeffoc, es decir la Fantasía de Chesterton. Mooreeffoc es una palabra imaginada, aunque se la pueda ver escrita en todas la ciudades de este país. Se trata del rótulo "Coffee-room", pero visto en una puerta de cristal y desde el interior, como Dickens lo viera un oscuro día londinense. Chesterton lo usó para destacar la originalidad de las cosas cotidianas cuando se nos ocurre contemplarlas desde un punto de vista diferente del habitual. La mayoría estaría de acuerdo en que este tipo de fantasía es ya suficiente; y en que siempre abundarán materiales que la nutran. Pero sólo tiene, creo yo, un poder limitado, por cuanto su única virtud es la de renovar la frescura de nuestra visión. La palabra Mooreeffoc puede hacernos comprender de repente que Inglaterra es un país harto extraño, perdido en cualquier remota edad apenas contemplada por la historia o bien en un futuro oscuro que sólo con la máquina del tiempo podemos alcanzar; puede hacernos ver la sorprendente rareza e interés de sus gentes, y sus costumbres y hábitos alimentarios. Pero no puede lograr más que eso: actuar como un telescopio del tiempo enfocado sobre un solo punto. La fantasía creativa, por cuanto trata de forma fundamental de hacer algo más -de recrear algo nuevo-, es capaz de abrir nuestras arcas y dejar volar como a pájaros enjaulados los objetos allí encerrados. Las gemas todas se tornarán en flores o llamas, y será un aviso de que todo lo que poseían (o conocían) era peligroso y fuerte, y que no estará en realidad verdaderamente encadenado, sino libre e indómito; sólo de ustedes en cuanto que era ustedes mismos.

"Sobre el cuento de hadas"
Teoría literaria
(versión abreviada)
J. R. R. Tolkien

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Yo no fui la clásica niña cuya madre le leía cuentos de hadas (o de lo que fueran) antes de dormir. Al contrario, mi madre tenía una forma muy particular de contar de viva voz las historias, fueran de fantasmas, de hechos familiares o históricos y siendo yo muy pequeña, descubrí la oscura maestría de el maestro Poe. Siempre me sentí más atraída hacía lo siniestro que hacía lo "cursi" que trasmitían los cuentos de hadas made by Factoría Disney. Aunque no niego que hay varias películas que me gustan y varias de ellas hasta logran que derrame lágrimas a pesar de que las tenga muy vistas, jejeje. Nunca me sentí la clásica "princesita de cuento", ni soñé con tener un pony de larga melena y cola, ni montar un unicornio, pero suelo disfrutar mucho de películas que remiten al mundo de los cuentos de hadas como Legend (una de mis favoritas, de todos los tiempos) o la siempre adorable Historia Interminable (una de las mejores adaptaciones hechas en cine). Echar mano del maestro Tolkien para hablar sobre los cuentos de hadas ha sido un pretexto perfecto, jejeje, para dos cosas: invitar una vez más al Maese en mi humilde blog y para mostrar tres videos musicales originales que retoman ese mundo con acierto.

El primer video es Send me an angel del grupo Real Life (1983). De alguna manera, este fue su "one hit wonder", jejeje, y uno de los videos que más me marcó cuando tenía once años y lo veía en aquel programa de videos que se llamaba "A toda música" y que conducía una jovencísima Gloria Calzada. Lo emitía por el viejo canal 9 de Televisa, los sábados por la noche, y ahí estaba yo, en primera fila, hahahaha, mirando a través de aquella ventana que me mostraba el mundo de los videos musicales y me contagiaba de ese gusto visual y musical que se ha incrementado con los años. "Send me an angel" muestra una historia que coquetea de alguna manera con la historia de la Bella y la Bestia.

El segundo video es I'd do anything for love (but I won't do that) de Meat Loaf (1993). La canción es poderosa y totalmente del estilo de este cantante que lo mismo se enfunda en la piel de un personaje patético en películas como "The Fight Club" como canta con la Melbourne Orchestra. No soy fan super-fan de Meat Loaf, a veces me cansa un poco su estilo tan de ópera rock enfatizado por su amigo, productor y creador de varias de sus canciones más famosas que es Jim Steinman (muy conocido por ser el creador de los temas más emblemáticos de la película "Streets of fire", por ser el creador del temazo "Eclipse total of the heart" de Bonnie Tyler, entre otras cosas), pero por lo regular me emociona. Este video dicen que tiene guiños con la Bella y la Bestia o algunos de el Fantasma de la Opera, pero a decir verdad, yo le veo muchos detalles que me remiten totalmente a la película "Bram Stoker's Dracula", aunque aquí, no hay vampiros como tales ;-)

El tercer video es Du riechst so gut (Hueles tan bien) de Rammstein (1998). La primera vez que lo vi, casi muero de la emoción, hahaha. Es como la historia bizarra de una Caperucita Roja, ambientada en el siglo XVIII, acosada por un grupo de lobos-hombre y seducida por la llamada de lo salvaje. Me encanta la fotografía y la forma de mostrar la historia, el contraste entre la música poderosa de los Rammstein y la ambientación antigua.

Queda claro que a mí me gusta más el cuento de hadas bajo la visión de un Shrek, hahaha, que la noñería que tanto siguen embutiéndole a las niñas actuales edulcorado con ese color rosa que me suele dar náuseas ;-)










22 noviembre 2006

Sueños

Seguramente no encontraremos ningún otro motivo de inspiración literaria tan persistente como los sueños. Para los antiguos, tenían una naturaleza revelada y que actuaba sobre sus vidas; los dioses y los espíritus de ultratumba los empleaban como cauce de comunicación con sus criaturas predilectas. Los héroes de Homero, cuando se acogían al benéfico descanso, recibían la visita de sus dioses tutelares, que les dictaban el signo de la batalla o el itinerario de sus odiseas; también los elegidos por Yavé poseían -como Jacob- el don de recibir encomiendas a través de los sueños, o bien -como José- el de interpretar los presagios que eso sueños pudieran contener. Suetonio se atrevió a catalogar la materia onírica, según la sombra premonitoria que arrojase sobre nuestra existencia, otorgando carta de naturaleza a los "íncubos" -sueños angustiosos que anuncian alguna calamidad- y a las "larvas" -sueños muy concurridos de fantasmas y criaturas monstruosas-. Los ingleses poseen una palabra que siempre me ha estremecido para designar la pesadilla, ese afluente febril y desbocado del sueño: nightmare o, literalmente, "yegua de noche": cada vez que pronuncio esta palabra surge en mi imaginación, nítida como un escalofrío, la estampa de una yegua huyendo despavorida en mitad de la oscuridad, con los ollares henchidos por el horror y la piel lustrosa de un sudor frío. El sueño, convertido en una yegua clandestina que chapotea en charcos de sangre todavía tibia, se aposenta en las mejores tragedias de Shakespeare; también Dante dejó que el sueño, transformado en un gran monumento alegórico, o en una terrible ensoñación escatológica, inundase su genialidad.

Hubo un momento en que el hombre, deseoso de gobernar su destino, quiso negar el poder premonitorio de los sueños, que empezaron a ser recluidos en mazmorras extramuros de la razón. Aquel esfuerzo racionalista, tan ímprobo y estéril, quedaría negado por el fervor romántico, que ya no entendería los sueños como emanaciones de una divinidad que se insmicuye en nuestro reposo, sino como expresiones máximas de la libertad del hombre, como cristalización incoherente y desaforada de sus anhelos y fantasmas interiores. El aroma lúgubre y desquiciado, tempestuoso y aquietado de estos sueños se filtraría a partir de entonces en la literatura. El arte de la modernidad resultaría inexplicable sin esta concepción del sueño como vigilia de la fantasía, liberada de coartadas y fiscalizaciones; los infiernos mentales urdidos por Edgar Allan Poe, los paraísos artificiales invocados por Baudelaire, no habrían germinado sin la aportación de este legado romántico.

Aunque no hayan faltado épocas en que el sueño ha caído en el descrédito, lo cierto es que la literatura del extinto siglo XX ha rendido obcecadamente tributo a este manantial de inspiración, que se ha hecho caudaloso por influencia del psicoanálisis y de la escuela surrealista. Extinguida la efervescencia de aquellos movimientos culturales, el sueño ha ejercido su influencia (ya liberada de los encorsetamientos y dogmatismos impuestos por Breton y sus secuaces) en los creadores más heterodoxos, de Cocteau a Cortázar, y ha hallado un nuevo cauce expresivo a través del cine, donde los sueños adquieren una traducción en imágenes que los hace más perturbadores. ¿Alguien podría entender el muy particular universo de Hitchcock, Buñuel o David Lynch sin aceptar previamente el acoso que el mundo onírico ejerce sobre la realidad en sus películas?

Jorge Luis Borges llegó a afirmar que los sueños constituyen el más antiguo y el no menos complejo de los géneros literarios. Para demostrar este aserto, compiló en un volumen misceláneo la evolución de tan profundo género, desde los sueños proféticos del Antiguo Oriente hasta los alegóricos de la Edad Media y los puramente lúdicos de Lewis Carroll y Franz Kafka. En este delicioso Libro de los sueños (del que Borges, muy maliciosamente, destierra a todo autor sospechoso de vanguardismo), se congregan las visiones del profeta Daniel, las revelaciones del babilónico Gilgamesh, las puertas divinas de las que -según Homero- emanan los sueños (una puerta de marfil para los sueños falaces; otra de cuerno, para los proféticos) y otras muchas especies de pesadilla y espanto infligidas por los más conspicuos escritores. Entre tanto pasaje desconcertante o estremecedor, me quedo con esta perplejidad propuesta por Coleridge: "Si el hombre atravesara el Paraíso en un sueño y le dieran una flor como prueba de que había estado ahí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano... ¿entonces qué?".

Juan Manuel Prada
XL Semanal Magazine
5 de noviembre de 2006


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Lo reconozco: no estoy muy inspirada :p y he echado mano de una sección que suele gustarme mucho cuando compro los domingos el diario Las Provincias. A veces se disputa rabiosamente mi preferencia con la Arturo Pérez-Reverte, jejejeje. Sin embargo, volviendo a mi falta de inspiración es que he estado muy tensa, diversos motivos y sobre todo, unos dolores de cabeza angustiantes que me dan con cierta frecuencia sin llegar a convertirse en migraña, por fortuna. A veces me atacan por las tardes, me tomo las pastillas que están en mi top ten particular de remedios contra esos dolores de cabeza que desde niña sufro, y para la hora de la cena se han aplacado, pero a la mañana siguiente me despierto con ellos (inclusive esos son la causa de que me encuentre incómoda acostada o con la cabeza apoyada). En fin, que me tomo otro par de pastillas y espero, inútilmente, que en poco tiempo hagan efecto. Y así, a los dos de la tarde, aún estoy un poco aturdida por el dolor que es como si me comprimieran la mitad de la cabeza (en esta ocasión, el izquierdo) aunque ya con menor intensidad.

Me gustaría que en esta ocasión, ustedes, los que amablemente me leen y en muchas ocasiones no dejan comentario alguno, ahora lo hiciesen. Quiero saber si sueñan, si hay sueños que se hayan cumplido o con qué sueñan. Y justo en este momento, me viene a la cabeza la serie de televisión "Medium" cuyo personaje principal lo interpreta Patricia Arquette. Yo no he tenido sueños "premonitorios" como tales aunque parece ser que debería tener una herencia vía materna, porque mi madre si los padecía pero con el tiempo dejó de prestarles atención. Yo nunca he sabido lo que es una pesadilla, pero los sueños me han servido para desahogar muchos nudos del alma y para, inclusive, recibir visitas muy especiales.

Música de fondo: "Ojos de triste llanto" de Alameda (uno de los grupos más representantivos del rock andaluz de finales de los '70, me encanta esa fusión de rock que rozaba con lo progresivo y muchos, muchos toques de flamenco).




16 noviembre 2006

El agua del dragón

Mis padres no fueron como aquellos que pretenden que sus hijos asistan a clases de todo tipo y ocupen sus tardes en estudiar guitarra, ballet, natación, artes marciales. Yo hubiese dado lo que fuera porque mis padres hubiesen caido en ese prototipo, jejeje (aunque, muy pronto me convertí en devoradora de libros y de las viejas series de dibujos animados que llenaban las tardes del Canal 5) . Más aún porque soy de la generación que cuando fuimos niños alucinamos (y de algún modo lo intentamos imitar) con el grandioso Bruce Lee. Yo recuerdo que en los '70 brotaron por todos lados escuelas de kung-fu, fue como un boom debido a la popularidad tanto de la serie de televisión del mismo nombre y protagonizada por David Carradine (sí, niños y nuevas generaciones: Bill, el hijoputa de la peli de Tarantino) como a la de un atractivo renovador y revelador de los misterios de las disciplinas de combate oriental: Bruce Lee.

Ahora, a más de teinta años de su muerte (ocurrida en causas extrañas), la tele de aquí, lleva algunas semanas emitiendo un spot de la marca BMW que muestra la parte más sutil y espiritual de Lee. Este anuncio recoge un fragmento de una entrevista que le fue realizada después de aparecer en uno de los capítulos de la serie Longstreet. El protagonista, un detective ciego, tras ser salvado por Lee de varios rufianes, le pide que le enseñe a pelear como él. Entre las primeras lecciones que le da se halla la pequeña enseñanza que se retoma en el spot: Lee utiliza el símil del agua, que era de su propia cosecha. La entrevista se llevó a cabo el 9 de diciembre de 1971 en Hong Kong para el programa canadiense El show de Pierre Breton. La cita que rescata el anuncio de BMW, se la repite Lee a ese periodista recordando un diálogo con el protagonista de la serie Longstreet.

Según James Bishop, uno de los biógrafos americanos que mejor conoce a Bruce Lee,"la entrevista en la que se basa el anuncio, es el único documento en imágenes reales que quedan sobre él, al margen de los personajes que interpretó para el cine. El hecho de que el spot haya llamado la atención, no me sorprende. Es él vemos al hombre real expresando con sinceridad su filosofía de vida. Lee creía que todos los hombres estaban unidos en una hermandad universal y que todos nuestros mezquinos conflictos son el resultado de la inseguridad. La naturaleza esencial de la filosofía de Lee es el autodesarrollo, un intento de maximizar el propio potencial de cada uno en todas las áreas. Para hacerlo, él creía que el hombre debía ser adaptable y completamente honesto consigo mismo para alcanzar la verdad".

Un hecho poco conocido es que Bruce Lee fue el argumentista de la popular serie de televisión Kung Fu y que debería haber protagonizado él. Sin embargo, los productores no confiaron en él como el Pequeño Saltamontes y en el último momento escogieron a David Carradine.

Muchos se preguntarán cómo es que una persona tan esencial no ponía reparos para protagonizar películas tan violentas como Karate a muerte en Bangkok o Furia Oriental. James Bishop declara que "él utilizó sus películas como vehículo para captar la atención del mundo, pero murió antes de poder articular la conexión que pretendía entre su filosofía y el gran público. De no haber muerto tan joven -en 1973, a los 32 años-, hubiera sido un símbolo de paz".





El texto completo de la cita es el siguiente: "Si intentas recordar, perderás. Vacía tu mente. No tengas forma, ni filo... como el agua. Pones agua en una taza y se convierte en la taza. Si la pones en una tetera, se convierte en la tetera. El agua puede fluir, o arrastrarse, o gotear o estrellarse... Sé agua, amigo mío".


13 noviembre 2006

Clan MacLeod

He is immortal, born in the Highlands of Scotland four hundred years ago. He is not alone. There are others like him, some good, some evil. For centuries he has battled the forces of Darkness, with Holy Ground his only refuge. He cannot die, unless you take his head and with it, his power. In the end there can be only one. He is Duncan MacLeod, the Highlander.

Hace veinte años que nació mi pasión por las katanas debido a una historia que reunía tres temas que siempre me han gustado: espadas, honor e inmortalidad: un don o una maldición que nadie sabe cómo se adquiere o quién la otorga. Highlander. Soy fan de la primera película y acepto de buena gana Endgame que viene siendo la cuarta parte (la segunda y la tercera son infumables). Y soy fan super fan de la serie de televisión a pesar de que la última temporada no la vi completa (fueron seis).
Christopher Lambert no me inspira más que el sentimiento de que parece buena persona, retraído y con esa mirada distraída que inquieta porque no sabes si tiene un dejo de estrabismo, jejeje: Connor MacLeod, el "primer" highlander, entrenado por Juan Ramírez, un Sean Connery españolizado que se convierte muy pronto en un personaje entrañable.

La serie de televisión, que surge en 1992, logró mantener el mito de "los inmortales", magníficos espadachines que sólo pueden morir si se les corta la cabeza y que se enfrentan entre ellos porque al final sólo quedará uno. Adrian Paul, con esa mezcla de sangres inglesa e italiana, se convirtió en el perfecto Higlander: Duncan MacCleod, guerrero, amante, fiel amigo, experto én espadas y artes marciales.

De los escasos personajes femeninos inmortales que aparecieron en la serie, mi favorita ha sido Amanda (Elizabeth Gracen), la simpática e incorregible ladrona que a principios del siglo XX abre un casino en San Francisco y lo llama Queen of the Swords, uno de sus apodos. Siempre me pareció la pareja que más se complementaba con Duncan aunque también esa relación intermitente (surgida en el siglo XVII) que mantenían le daba un toque especial. Posteriormente, Amanda tuvo su propia serie de televisión, The Raven, pero no tuvo éxito alguno y muchos preferimos quedarnos con la imagen de la serie que la vio surgir.

Este año se ha cumplido el vigésimo aniversario de la película Higlander con una verdadera legión de seguidores. No hubo festejos oficiales como tales, pero en youtube.com he encontrado un par de video-homenajes que me encantan debido a su manufactura y a los temas musicales elegidos que no están firmados por el grupo Queen, como los del soundtrack original reunidos en el album "It's a kind of magic" junto con otros temas propios de Freddy Mercury y cía., sino por Rod Stewart y su tema "Forever Young" acompañando imágenes de la primera película y "Once in a lifetime" de Dragonforce que reúne imágenes de las películas y de la serie de televisión mostrándonos los personajes más representativos.


There can be only one.





07 noviembre 2006

Día de Muertos II

Para los mexicanos, el Dia de Muertos representa algo más que veneración de sus difuntos. Podría decirse que el pueblo mexicano, a diferencia de otros países, lo refleja burlándose, jugando y conviviendo con la muerte. Esta convivencia ha dado lugar a diferentes manifestaciones de arte popular tan originales como lo son: las calaveras de dulce, el pan de muerto, las "catrinas" y esqueletos de cartón, dibujos que se burlan de la muerte, versos en los que se ridiculiza a cualquier personaje vivo de las artes, ciencias y en especial de la política, y las tradicionales ofrendas.

La herencia nos demuestra que las creencias antiguas mexicanas aseguraban que los muertos regresaban del más allá, para visitar a sus parientes que han quedado en la Tierra. Así que los vivos debían esperarlos alegres, con música y todo aquello que les gustaba en vida. Se levantaban altares donde los difuntos se alimentarían con los olores y el colorido de la ofrenda.

Ofrendar significa compartir con los parientes y amigos fallecidos ciertos goces y algo de los frutos obtenidos de la anualidad pasada, así como ofrecer alimentos, además de los tradicionales que se ofrendan en cada población, los preferidos en vida por los difuntos. Todas las ofrendas o Altares de Muertos tienen la misma finalidad: recibir a los familiares difuntos para compartir con ellos los buenos frutos de la tierra, recordarlos y halagarlos. Pero sobre todo, tener presente de que a pesar de que se han ido, los días 1 y 2 de noviembre volverán para estar nuevamente reunidos con los suyos. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.

La fotografía del ser querido ocupa el lugar principal de la ofrenda o altar y alrededor se colocan objetos que la persona disfrutaba en vida como: los alimentos que más les gustaban, tal vez cigarros, dulces y hasta una botella de licor que prefería "pues hay que atender bien al difunto". También se colocan algunas imágenes religiosas. La ofrenda, en sí, es una escenografía donde participan los muertos que llegan a beber, comer, descansar y convivir con sus deudos.

Los platillos de la ofrenda son una estela de aromas, el banquete de la cocina en honor de los seres recordados. La buena comida tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita. El agua se le ofrece a las ánimas ya sea en un jarrito o en un vaso y es para que mitiguen su sed después de un largo recorrido y para que fortalezcan su regreso al más allá. La sal, que se coloca en un plato pequeño, representa un elemento de purificación y sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año. También es la señal que indica al difunto que está invitado al banquete y representa lo bueno de la existencia.

Las velas o veladoras con su flama titiliante guían a las ánimas para que puedan llegar a sus antiguos hogares y alumbran el regreso a la moradas. Toda ofrenda tiene una para cada uno de los seres queridos invitados al banquete y otra más para un alma olvidada. El copal (el incienso que usaban los antiguos mexicanos desde tiempos prehispánicos) que se quema en sahumerios, con su particular fragancia, es un saludo reverente. Muchas veces también se utiliza para limpiar el lugar de malos espíritus y así el alma puede entrar a su casa sin ningún peligro.

Las flores son símbolos de fertilidad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta. Los floricultores siembran en los meses de mayo y junio la siempreviva, , nube, cresta de gallo, nardo, gladiolo y el cempasúchitl que se cosechan en fechas cercanas al Día de Muertos.

Los panaderos se encargan de satisfacer el paladar de vivos y muertos con los panes especiales para esta época del año como son: el pan de muerto (hecho con harina, mantequilla, esencia de azahar, esencia de anís, azucar y sal), la rosca de la vida, pan cruzado, huesitos de manteca, entre otros. Cabe mencionar que muchos panes especiales tienen formas humanas o de animales. Los dulceros hacen lo suyo con las famosas calaveritas de azúcar (y también de chocolate) que llevan impreso el nombre del comprador, las cruces, los violines oel sabroso dulce de pepita de calabaza.

En muchas comunidades donde prevalecen las viejas costumbres, el repique de campanas de las iglesias, a las ocho de la noche del 31 de octubre, anuncia la llegada de los espíritus de los niños que "ya vienen". Para esa hora, las señoras de la casa ya tienen arreglado el altar: dos mesas puestas en dos niveles con manteles blancos o con papel de china, en donde se coloca la ofrenda para los "angelitos". Esta consiste en alimentos que les gustan a los niños: pan de muerto, fruta, elotes, atole de masa o "champurrado" (atole de chocolate), leche en jarritos especiales, tamales de dulce y de elote, arroz con leche, dulce de calabaza (calabaza en tacha), conserva de tejocotes y refrescos. Varias familias ponen juguetes de madera y barro: jarritos, canastitas, coches, muñecas de trapo, baleros, sin faltar en ningún lado las calaveritas de azúcar. Todo el día siguiente, 1 de noviembre, repican las campanas por el gozo que causa la visita de los infantes. La hora de retiro de los "chiquitos" varía, en algunos lugares lo hacen desde las doce del día, en otros lo llevan a cabo a las ocho de las noche.

Al mediodía del 2 de noviembre, se tocan las campanas anunciando que vienen los difuntos grandes. Entonces se cambian las ofrendas y mientras se hace esto, se colocan jarros con "agua porque empiezan a llegar los difuntos y vienen cansados, acalorados, con sed y se les debe recibir con un jarro de agua fresca".Al instalar la ofrenda, las mujeres persignan la mesa del altar cone l primer pan que van poner. Principian por invitar al último ser querido que falleció y con él a todos sus ancestros difuntos. Entre el pan y la fruta colocan las velas formando una cruz también flores de cempasúchitl alrededor de la mesa o sobre el pan (los pétalos). Frente al altar de muertos, se ponen ramos de flores, sahumerios con copal, candeleros con velas encendidas o veladoras, también cazuelas con mole, tortillas, pan de muerto, cigarros, botellas de tequila, mezcal o cualquier otro licor, calaveritas de azúcar y por supuesto, el retrato del difunto.

En estos días todos los cementerios del país se llenan de gente que está ansiosa de compartir con sus difuntos. En algunos lugares, se pasa toda la noche delante de la tumba, iluminándola con varias velas y adornándola con la calidez y vitalidad que dá la tradicional "flor de muerto": el cempasúchitl. Familiares y amigos llegan a la tumba de su ser querido con flores y escoba en mano, ya que ha pasado mucho tiempo desde la última visita, algunos llevan comida para disfrutar en compañía de sus difuntos, otros hasta músicos para alegrar el momento que pasan en el cementerio. Y es que la música se escucha por todos lados: en el panteón, acompañando las comparsas, en las casas, en la iglesia.

Si bien es cierto que a muchos les angustia la perspectiva de morir, los mexicanos nos diferenciamos de otros pueblos, porque transformamos a la muerte en algo familiar y cotidiano. Y quizá, a pesar del juego y de la burla, hay mucho respeto, el mismo que se muestra el Día de Muertos.

"Qué maldita costumbre de enterrar a los muertos, de aniquilarlos, de acabar con ellos. Tal parece que un día se levantarán de sus tumbas y nos preguntarán: ¿por qué lloras?" Jaime Sabines.

02 noviembre 2006

Día de muertos I

Para festejar a la muerte, los mexicanos nos pintamos solos. Tal vez está muy trillado aquello de que la muerte nos pela los dientes, pero es cierto. En la memoria colectiva de nuestro país los ejemplos de una convivencia jocosa con la Pelona son tan variados y ricos, que los extranjeros nos miran como especie de simpáticos lunáticos, jejeje."Sobre el muerto las coronas", "Cayendo el muerto y soltando el llanto", "Caíte cadáver", "Se espantan del muerto y abrazan la mortaja", "Triste tu calavera", refranes y dichos populares que todos hemos escuchado o que repetimos con frecuencia. Es tal la muestra de convivencia diaria y cuasi desenfrenada con la calaca tilica y flaca que en el D.F. hasta tenemos calles con nombres mortuorios: Calzada del Hueso o Barranca del Muerto, por ejemplo.

En México, las ceremonias rituales dedicadas a los muertos se practican desde el 1800 antes de nuestra era. Dentro de las ceremonias de las culturas del centro del país, se encontraban las fiestas para la celebración de los muertos. La muerte fue para muchos pueblos de Mesoamérica de gran importancia dentro del sistema de creencias. El simple acto de morir fue motivo de creación artística. El ritual de los primeros tiempos ha sido olvidado, pero quedaron los objetos materiales resistentes, las ofrendas que acompañaban a los muertos con fines utilitarios: vasos, ollas, vertederas, cazuelas. Con estilo propio estas culturas dedicaron talentos artísticos para cubrir necesidades ideales prosteras: el ajuar que los muertos requerían para su estancia en el sitio del universo que les correspondía iba de acuerdo a las jerarquías, ocupaciones, formas de morir, etc., y produjo gran variedad de objetos.

La noción azteca del más allá contempla 3 paraísos: en primer lugar estaba el Paraíso Oriental del Sol, al que iban los guerreros muertos en batalla y los sacrificados en los altares del templo. En el crepúsculo de la tarde, sus almas se congregaban para acompañar jubilosamente al sol en su batalla nocturna para resurgir a la mañana siguiente. Después de 4 años, podían regresar a la tierra como pájaros cantores o mariposas. Al Paraíso Occidental del Sol iban las mujeres muertas al dar a luz. Cuando el sol cruzaba su cenit, ellas ocupaban el lugar de los guerreros y lo escoltaban hasta el horizonte occidental. También podían regresar a la tierra como mariposas nocturnas o podían adquirir el siniestro hábito de acechar en las encrucijadas, las noches de luna llena y devorar niños (entonces se convertían en terribles "citaviteos", brujas-vampiro).

En las honras fúnebres y entierros de estas mujeres había aspectos muy peculiares: después de múltiples abluciones al cadáver de la mocihuaquetzqui (mujer valiente), se vestía con sus mejores galas y, llegada la hora del entierro, que se hacía a la puesta del sol, el marido la llevaba a cuestas hasta el patio del templo dedicado a las cihuateteo, donde habría de ser sepultada. El cortejo fúnebre lo formaban parientes y amigos de la muerte, armados todos "con rodelas y espadas y dando voces como cuando vocean los soldados al tiempo de acometer a los enemigos". Tales actitudes, además de rituales, tenían una función práctica, pues debían defenderse de los guerreros jóvenes, que irrumpían contra el cortejo fúnebre con el propósito de apoderarse del cadáver y cortarle el dedo central de la mano izquierda y los cabellos, prendas a las que atribuían poder mágico para adquirir valor en la lucha e infundirles miedo a los enemigos.

El Tercer Paraíso o Cielo Meridional era para las almas acogidas por Tláloc, el dios de la lluvia. Iban ahí los que habían muerto ahogados, fulminados por el rayo, suicidándose o por enfermedades asociadas con el agua: lepra, hidropesía, gota o reumatismo. Era un jardín verde y exhuberante, pleno de flores donde la gente cantaba, jugaba y cazaba mariposas. Se consideraba que los que ingresaban a Tlalocan, habían sido distinguidos por los dioses del agua y de la lluvia, de entre la mayoría de sus congéneres. Los niños al morir eran considerados como joyas, por ello después de muertos permanecían en la casa de Tonacatecuhtli, alimentados por el "huichihuaicautli" o árbol nodriza, de donde manaban chorros de leche.

Para los que no lograban entrar en ninguno de los tres paraísos quedaba el Cielo Septentrional, sitial de los Muertos o Mictlán. El alma (teyolia) iba en un viaje que duraba 4 años, y atravesaba ocho submundos antes de alcanzar su meta final en el submundo noveno. Los frailes del siglo XVI lo confundieron con el infierno. Era el regreso al vientre materno, al lugar de origen. Ahí residían Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, señor y señora del mundo de los muertos. Todos los que morían debían ser previamente devorados por Tlatecuhtli, el Señor de la Tierra, para poder continuar su transitar al destino que su forma de muerte les hubiera deparado.

Antes de la cremación o de la inhumación (los investigadores e historiadores no se ponen de acuerdo y algunos dicen que sólo los nobles eran cremados y el resto de la población enterrada), el sacerdote instruía al cadáver sobre las peripecias que lo aguardaban equipándolo con una buena provisión de comida, agua, estandartes de papel amate y un perro "xoloitzcuintli". En la boca le colocaban una piedra que simbolizaba el corazón , verde en le caso de los nobles, y le dejaban presentes para que se los llevaran a los Señores del Mundo Subterráneo.

Los detalles de la travesía varían. Según algunas versiones, el alma debía cruzar primero un ancho río, aferrándose a la cola de su perro mascota; luego debía atravesar altas montañas cuyas laderas frecuentemente chocaban entre sí, después recorrer un pasaje donde el viento era tan frío y áspero como las hojas de obsidiana; después abrirse paso a través de las rocas; luego eludir ráfagas de dardos; ahuyentar jaguares y otras bestias feroces que intentaban devorarle el corazón; después trepar por un desfiladero de roca quebradiza, y finalmente llegaría al lugar de las tinieblas y el piadoso olvido. Al finalizar las exequias, los mexicas acostumbraban realizar fiestas y ritos subsecuentes a los cuatro, viente, cuarenta, sesenta y ochenta días del entierro, y luego cada año hasta completar cuatro que era cuando se consideraba que el alma llegaba al mundo de los muertos.

Siempre llama la atención que las escasas figuras de cerámica de Mictantecuhtli, dios del inframundo, tenga diversas peculariedades entre ellas, sus facciones, fiel testimonio de la unión entre la vida y la muerte. No es un esqueleto completo, sino un personaje descarnado. Manos, piernas y pies se encuentran íntegros, como de una persona viva, pero se exponen las costillas de la caja torácica, la columna vertebral y la cabeza cadavérica. La expresión del rostro es otro de los enigmas ya que parece sonreír y burlarse de quienes lo enfrentan.



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