04 agosto 2009

La pantalla chica seducida (1a parte)

HBO recuerda a los vampiros que beban responsablemente (hahaha).



En el principio, fue la gran pantalla: imágenes en blanco y negro sin sonido, miradas que lo decían todo y dramáticos movimientos. Poco después, la voz salpicada de un característico acento centroeuropeo fue el remate perfecto para el estereotipo. Al cabo de los años, el cinemascope con el technicolor fueron la combinación perfecta para aterrar en las oscuras salas de cine.

Pronto, la pantalla chica se vio seducida por la terrible pero enigmática criatura de la noche: una presentadora de un programa de tv que proyectaba pelis de horror y que sencillamente se auto-nombró Vampira; una serie de televisión sobre una peculiar familia de monstruos cuya sensata madre era la hija de un vampiro (aunque nunca quedó claro si Lily Munster era o no vampira, jejeje).

A mediados de los '60 apareció Barnabas Collins a través de lo que podría ser considerada la primera serie de tv de vampiros (aunque su personaje principal no apareció sino hasta el capítulo doscientos y tantos :p): Dark Shadows (1966-1971). Todo mostrado en un ambiente gótico (a la americana, claro) que lo mismo hacía referencia a Cumbres Borrascosas, que a Drácula, que mostraba fantasmas, hombres-lobo, hechiceros, viajeros en el tiempo, etc. Todo esto con una estricta seriedad y girando alrededor Barnabas, un vampiro atormentado y con un extraño atractivo, sin ser interpretado por un actor guaperas (Jonathan Frid), ni mucho menos.

Durante las dos siguientes décadas: '70 y '80 el vampiro volvió a ejercer su encanto en la gran pantalla y despareció de la intimidad de los salones y los dormitorios. Aunque en 1977, la BBC realizó una mini-serie (150 minutos divididos en dos partes) de televisión titulada Count Dracula: una adaptación muy particular sobre la mítica novela de Bram Stoker (por ejemplo, en esta adaptación, Mina y Lucy son hermanas). Yo recuerdo haberla visto dos o tres años después (por Canal Once) y no se me olvida el actor que interpretaba a Dracula: Louis Jordan (recordado por su participación en aquella peli tan buena llamada Gigi con una genial Leslie Caron-patito feo que se transforma en una bella dama y un excelente Maurice Chevalier), no es que fuera guapo, es que hubo algo en su actuación que atraía pero a la vez inquietaba.

No fue sino hasta la última década del siglo XX, que la seductora criatura de la noche volvió a ejercer sus encantos a través de la pantalla chica. Dracula: The Series fue una serie (sólo duró una temporada) que se lanzó en 1990 dirigida al público infantil-juvenil. Chistes fáciles, lugares comunes (a veces recordaba a la peli de los Goonies, otras a The Lost Boys, sobre todo a los hermanos Frog) y unos chiquillos convertidos en singulares caza-vampiros. El actor que personificaba a Alexander Lucard, la actual "versión" de Drácula, me recordaba (sí, también la emitieron en México) al insigne Rutger Hauer (en quien, según la propia Anne Rice, se insipiró físicamente para su querido Lestat).

Al año siguiente, Dan Curtis, el creador de Dark Shadows, lanzó una nueva versión de la mítica serie de tv (coincidiendo con el vigésimo aniversario del término de la serie original). El papel del vampiro Barnabas lo interpretó Ben Cross e incluyó en el casting nada menos que a Barbara Steele. Pero, desafortunadamente, estalló la Guerra del Golfo y la serie se retiró del aire después de haber emitido sólo doce episodios.

Nick Night fue un telefilm que se estrenó en 1989. Contaba la historia de un vampiro muy antiguo que reniega de su naturaleza y pretende encontrar la redención ayudando a los mortales como detective de la policía de Los Angeles que, por supuesto, sólo cubre el turno nocturno y no se alimenta de humanos sino con bolsas de plasma. El papel principal lo protagonizó el cantante y actor Rick Springfield y a decir verdad, no se veía nada mal: atractivo pero sin ser apabullante. En 1992, se estrenó la serie Forever Knight. Por supuesto, estaba basada en el telefim que había sido creado como un piloto pero que no triunfó como se esperaba. Para la serie (que duró tres temporadas: 1992-1995)) se cambió todo el casting y algunos detalles, entre ellos, la ubicación: Los Angeles por Toronto.

El papel de Nick Night corrió a cargo del actor galés Geraint Wyn Davies (un poco descafeinado para mi gusto, hahaha). Night busca recobrar su humanidad evitando alimentarse de humanos, así que cuenta con la complicidad de una forense, Natalie, que le suministra bolsas de plasma y que, por supuesto, está enamoradísima en secreto de él :p Había un malo malísimo: Lucien LaCroix, quien convirtió a Night (cuando volvía de las Cruzadas), casi ochocientos años atrás y una vampira (dueña del club The Raven) que nunca queda claro si es buena, mala o regular, hahaha: Janette (eternamente enamorada de Knight). Ambos perseguían hasta el tiempo actual al atormentado Knight :p

Buffy, the vampire slayer fue primero una película serie B para adolescentes: escaso presupuesto, guión hilarante y descerebrado y un penoso Rutger Hauer en el papel de vampiro malo malísimo :p Y olvidaba el máximo desperdicio: Donald Sutherland como una especie de Van Helsing-ojeador de futuros cazadores de vampiros (¿?) La peli mostraba a una Buffy más banal y más tonta pero conservaba que era la chica más popular del insti, jefa de las animadoras y novia del capitán del equipo de fútbol, vamos, el máximo cliché de la teenager americana. De pronto aparece un hombre extraño y le revela que descendiende de una vieja familia de caza-vampiros. El resto?... no hace falta decir mucho más: el vampiro malo malísimo, su esbirro tonto del culo y quien tiene el peso un poco más cómico de la peli (un Paul Reubens-Pee Wee irreconocible tras ese pelucón y esos colmillazos casi de tigre dientes de sable), el galán en apuros, hahaha (un Luke Perry en préstamo mientras gozaba las miles del éxito de aquella serie de tv conocida como Beverly Hill 90210) y todas las virgerías al más puro estilo ninja americano que es capaz de ejecutar una chica como Buffy que ante todo es, animadora :p

Josh Whedon, el autor del guión, no quedó muy satisfecho con las modificaciones que hizo el director. Y a pesar de las malas críticas, en 1996 la cadena de tele Fox le ofreció a Whedon hacer una serie sobre Buffy. Pronto se dio cuenta de que tenía la oportunidad de mostrar la historia como originalmente la había pensado con algunos otros elementos extra: Buffy era la fórmula a la inversa de las clásicas pelis de terror donde la víctima casi siempre es una rubia indefensa. La visión de Whedon introduce a una joven que no solamente es una combatiente excepcional, sino también una líder poderosa que no sacrifica en ningún momento su feminidad. Al revertir el cliché de 'víctima-mujer-indefensa', Buffy introduce un paradigma alternativo, acogido por muchos como un emblema de poder femenino- en la narrativa de Whedon, el amigo de Buffy, Xander, es un hombre vulnerable que requiere frecuentemente de ayuda, mientras que Buffy es más bien capaz de cuidar de sí misma que aquellos que la rodean. No obstante, su vida personal es tan dolorosa y confusa como la de cualquier adolescente.

Además de combatir a los vampiros, Buffy y su grupo de amigos (algo así como la pandilla de Scooby Doo, hahaha) deben enfrentarse a varios elementos sobrenaturales pues el lugar donde viven, Sunnydale, se ubica sobre un portal entre nuestro mundo y el de los demonios y sirve como punto de partida y de reunión, jejeje, para todo tipo de criaturas diabólicas. Los villanos y sucesos de la serie se inspiraban medianamente en la mitología clásica y en otras fuentes culturales, ficticias y religiosas (esto era una de las cosas que más me gustaba). A lo largo de las siete temporadas que duró (1997-2003), Buffy creó una mitología propia, con tantos elementos sobrenaturales como metáforas que representaban acontecimientos de la vida real.

El personaje principal, Buffy, está bajo la dirección de su guía o vigilante, el señor Giles, quien trabaja como bibliotecario en el instituto de Sunnydale. Buffy, la Cazadora, pertenece a un linaje antiquísimo de jóvenes que son elegidas por el destino para luchar contra el mal. Como cazadora, Buffy posee "superpoderes": fuerza, resistencia, capacidad de movimiento e intuición sobrehumanas, así como capacidad para sanar rápidamente y un cierto grado de percepción extrasensorial (generalmente expresada en forma de sueños proféticos). Además, cuenta también con sus amigos que permanecen siempre a su lado y que en su combate contra las fuerzas demoníacas, colaboran con trabajo detectivesco y de investigación, así como con la magia.

Dentro del argumento de Buffy ya como serie de tv, se mezclaron diversos géneros como el terror, las artes marciales, el romance, el melodrama familiar y la comedia. Sin olvidar algunos programas especiales donde los personajes se internaron en una especie de comedia musical :p

(Continuará)


2 comentarios:

Rogorn dijo...

Gracias, Mac. Espero la segunda entrega con interes.

MacVamp dijo...

De nada, Ro ;-)

Mañana lunes publico la segunda parte.