Dicen que fue un niño brillante pero que prefirió el lado salvaje desde el principio. Pasó 40 años entre rejas antes de sentarse ante su máquina de escribir y dejar que las frases que había estado montando y desmontando en su cabeza saltaran de una vez por todas al papel. Su osadía le convirtió en el escritor favorito de James Ellroy y en secundario (años más tarde) de la brillante ópera prima de Quentin Tarantino: Reservoir Dogs. Edward Bunker (Los Ángeles, 1933-2005) es a la figura del criminal lo que Dashiell Hammett fue a la del detective privado: el tipo que vivió para contarlo.
Ausente en las librerías españolas hasta hace un año, cuando Sajalín Editores rescató primero su debut, la enorme No hay bestia tan feroz, y más tarde, ese mismo año, su última novela, 'Stark', Bunker es, sin duda, uno de los grandes del género, en especial, para los amantes de su lado más crudo, el policial callejero norteamericano (sus novelas, de hecho, pueden leerse como manuales de un superviviente en los bajos fondos de Los Ángeles). Su definitivo aterrizaje en las librería españolas era pues una deuda pendiente, que Sajalín va saldando por entregas. Ahora es el turno de 'Perro come perro', su cuarta novela, publicada originalmente en 1995, tres años después de que Tarantino convirtiera a Bunker en el Señor Azul.
'Perro come perro' arranca cuando Troy Cameron, criminal respetado en los bajos fondos de Los Ángeles, embarca a dos viejos camaradas del reformatorio en un golpe de los que prometen hacer historia. Se trata de Gerald McCain, apodado 'Mad Dog' por su conducta demente y violenta en extremo, y de Charles Diesel Carson, un grandullón que no acaba de entender al atormentado e imprevisible 'Mad Dog'. En realidad, se odian, pero a su vez, adoran a Troy, el chico se hizo respetar en el reformatorio y es un ídolo para los dos. Así que el plan es casi perfecto.
"Es su novela más salvaje", afirma Daniel Osca, su editor en España, que decidió rescatar a Bunker tras pasar un año en Italia y descubrir que allí era todo un fenómeno. "Sus libros se reeditan cada año, es un clásico", dice. La intención de Sajalín es completar una suerte de Biblioteca Bunker, a título por año. "Para 2011 estamos preparando 'Animal factory', uno de sus libros más conocidos", cuenta. Uno de los más conocidos porque tiene adaptación cinematográfica reciente. Se estrenó en el año 2000 y la protagonizaba Steve Buscemi, otro de sus 'fans'. Bunker tenía un pequeño papel y trabajó en el guión.
Casi agotada la quinta edición de 'No hay bestia tan feroz' y prácticamente en las últimas la segunda de 'Stark', Edward Bunker es, sin duda, el autor más vendido del pequeño sello barcelonés, que inició hace un año y justamente con el debut de Bunker, su andadura. "Nos ha dado mucha fuerza desde el principio y confiamos mucho en todo lo que publicamos suyo", dice el editor, que espera poder rescatar sus relatos póstumos y otra novela autobiográfica "que se centra sobre todo en su infancia".
Una infancia terrible. Sus padres, alcohólicos, se separaron cuando él tenía cinco años y el chico acabó en una casa de acogida, de la que no tardó en escaparse, iniciando su larga carrera como ladrón de bancos, narcotraficante y falsificador. Sus novelas, reconstrucción de todo lo vivido a puñetazos literarios, son la mejor manera de aproximarse a los bajos fondos de Los Ángeles sin recibir ni un rasguño. Aunque si hacemos caso a lo que dijo James Ellroy quizá no estemos del todo a salvo: "Desconfiad, no saldréis indemnes de vuestro encuentro con Edward Bunker". Será cuestión de comprobarlo. Una vez más.
Ausente en las librerías españolas hasta hace un año, cuando Sajalín Editores rescató primero su debut, la enorme No hay bestia tan feroz, y más tarde, ese mismo año, su última novela, 'Stark', Bunker es, sin duda, uno de los grandes del género, en especial, para los amantes de su lado más crudo, el policial callejero norteamericano (sus novelas, de hecho, pueden leerse como manuales de un superviviente en los bajos fondos de Los Ángeles). Su definitivo aterrizaje en las librería españolas era pues una deuda pendiente, que Sajalín va saldando por entregas. Ahora es el turno de 'Perro come perro', su cuarta novela, publicada originalmente en 1995, tres años después de que Tarantino convirtiera a Bunker en el Señor Azul.
'Perro come perro' arranca cuando Troy Cameron, criminal respetado en los bajos fondos de Los Ángeles, embarca a dos viejos camaradas del reformatorio en un golpe de los que prometen hacer historia. Se trata de Gerald McCain, apodado 'Mad Dog' por su conducta demente y violenta en extremo, y de Charles Diesel Carson, un grandullón que no acaba de entender al atormentado e imprevisible 'Mad Dog'. En realidad, se odian, pero a su vez, adoran a Troy, el chico se hizo respetar en el reformatorio y es un ídolo para los dos. Así que el plan es casi perfecto.
"Es su novela más salvaje", afirma Daniel Osca, su editor en España, que decidió rescatar a Bunker tras pasar un año en Italia y descubrir que allí era todo un fenómeno. "Sus libros se reeditan cada año, es un clásico", dice. La intención de Sajalín es completar una suerte de Biblioteca Bunker, a título por año. "Para 2011 estamos preparando 'Animal factory', uno de sus libros más conocidos", cuenta. Uno de los más conocidos porque tiene adaptación cinematográfica reciente. Se estrenó en el año 2000 y la protagonizaba Steve Buscemi, otro de sus 'fans'. Bunker tenía un pequeño papel y trabajó en el guión.
Casi agotada la quinta edición de 'No hay bestia tan feroz' y prácticamente en las últimas la segunda de 'Stark', Edward Bunker es, sin duda, el autor más vendido del pequeño sello barcelonés, que inició hace un año y justamente con el debut de Bunker, su andadura. "Nos ha dado mucha fuerza desde el principio y confiamos mucho en todo lo que publicamos suyo", dice el editor, que espera poder rescatar sus relatos póstumos y otra novela autobiográfica "que se centra sobre todo en su infancia".
Una infancia terrible. Sus padres, alcohólicos, se separaron cuando él tenía cinco años y el chico acabó en una casa de acogida, de la que no tardó en escaparse, iniciando su larga carrera como ladrón de bancos, narcotraficante y falsificador. Sus novelas, reconstrucción de todo lo vivido a puñetazos literarios, son la mejor manera de aproximarse a los bajos fondos de Los Ángeles sin recibir ni un rasguño. Aunque si hacemos caso a lo que dijo James Ellroy quizá no estemos del todo a salvo: "Desconfiad, no saldréis indemnes de vuestro encuentro con Edward Bunker". Será cuestión de comprobarlo. Una vez más.
Laura Fernández
El Mundo
11 de octubre de 2010
* Pinchar aquí para ver la escena de los nombres en Reservoir Dogs ;-)
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