16 febrero 2009

Las dos caras del San Valentín árabe

Un comercio en Beirut se prepara para festejar San Valentín
(Foto: The Daily Star)


Pese a la imagen que propaga la industria cinematográfica, los árabes se caracterizan por ser cariñosos, e incluso melosos, hasta la náusea. En todo Oriente Próximo, el apelativo 'habibi' (cariño) sirve igual para referirse al policía que multa, al agente de fronteras que se niega a estampar un pasaporte o al encargado del colmado, por no hablar de los amigos y familiares.

Los peluches y los corazones en todo material y color concebible son especialmente apreciados por una población muy aficionada al amor en el sentido más platónico del término, dado que la religión no permite 'ejercer' su pasión como muchos quisieran. Pues bien, imaginen todo ese romanticismo elevado a la enésima potencia. Es precisamente lo que ocurre cada San Valentín.

Los árabes acogieron ya hace años con regocijo la festividad comercial del amor, y si en algún lugar se nota especialmente es en el Líbano. De hecho, muchos cuenta cómo el magnicido del ex primer ministro Rafic Hariri, que marcó un antes y un después el 14 de febrero de 2005, les pilló recogiendo el 'pastel de San Valentín' o el ramo de rosas rojas.

Cuatro años después, Beirut se ha llenado de recuerdos políticos pero también de corazoncitos rojos, rosas color sangre, peluches del mismo tono con leyendas tan explícitas como 'I Love You' y demás importaciones, por no hablar de la parafernalia 'made in China' imposible de evitar en estos casos.

El centro ciudad, considerado feudo de la mayoría parlamentaria suní, ha sido decorado para esta ocasión con corazones en los muros. Eso por no mencionar los escaparates: las lencerías celebran San Valentin con lencería roja, las librerías exponen títulos como El arte del amor chino o Seducción, los centros de cosmética ofertan 'paquetes' especiales de belleza y los restaurantes, menús románticos para dos a la luz de las velas.

Como la crisis no afecta, por el momento, a la proteccionista economía libanesa, los hoteles también hacen su agosto. Los de cinco estrellas han publicado folletos especiales con ofertas de cena, habitación doble cubierta de pétalos de rosa y pasteles en forma de corazón, y no sólo eso: en el diario en lengua inglesa The Daily Star –que pese a haber permanecido cerrado una semana por problemas financieros ha vuelto a los quioscos- la sección de anuncios por palabras cuenta con una nueva y vasta sección: 'Ideas para San Valentín', en la que desde hoteles hasta hamburgueserías pasando por bares y empresas de cátering venden su particular concepción de San Valentín. (Aquí un simpático artículo de ese periódico)

Del todo a la nada

Pero es sólo una de las múltiples caras de Oriente Próximo. En Irak, sólo desde el año pasado, cuando disminuyó la violencia, es posible ver artículos relacionados con San Valentín y sigue sin haber humor para fiestas. Y en Arabia Saudí, donde la festividad está expresamente prohibida por las autoridades, se ha declarado la caza al peluche romántico.

Lo cuenta la corresponsal de la agencia Associated Press en Riad. Desde hace días, ante la proximidad de la fecha, la policía religiosa saudí ha emprendido redadas en los establecimientos comerciales para 'decomisar' todo peluche de color rojo u objeto susceptible de ser un regalo para enamorados.

Lo más curioso es que, el resto del año, este tipo de productos pueden ser adquiridos sin el más mínimo problema. Pero en vísperas de San Valentín, se convierten en objeto de contrabando, tanto que algunos comerciantes han sido detenidos por ofrecer tan peligrosa mercancía.

Los periódicos del reino han reimpreso estos días la fatwa (edicto religioso) emitida años atrás en la que se declaraba el día de San Valentín, o eid al hob (fiesta del amor, en árabe), una 'festividad págana cristiana' que los musulmanes no deben celebrar. La explicación oficial es que en el reino wahabi –la interpretación más estricta del Islam suní- no está permitida ninguna celebración que no sea musulmana. Eso incluye los cumpleaños, el Día de la Madre y por supuesto San Valentín, que conmemora a un mártir cristiano del siglo III. Aunque no se trate de venerar al santo, sino de celebrar el amor, nadie podrá hacerlo públicamente en Arabia Saudí.



Mónica G. Prieto
Crónicas desde Oriente Próximo (Blog)
Diario El Mundo
14 de febrero de 2009


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Si es que al final, todos tienen su "corazoncito" ;-)

Por cierto, este año me negué a comprar un pastel con forma de dos corazones que tanto se vende por estas fechas. Y no fue tanto por evitar la ñoñería, hahaha, sino porque no había más que de yema y chocolate... Demasiado azúcar para mí :P



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1 comentario:

Korkuss dijo...
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