No sé por qué, pero para mí, dormir más allá de cinco o seis horas, es desperdiciar el tiempo. Recuerdo que algunos años atrás, podía llegar a las seis de la mañana a casa, luego de una fiesta o de salir con amigos, y con cuatro horas de sueño quedar como nueva. Inclusive, cuando estuve embarazada, no solía ser una marmota pero tampoco necesitaba echarme una siesta por la tarde. Podía estar todo el día perfectamente bien. Sin embargo, no sé si sea sueño atrasado o que ser madre de tiempo completo me agota física y mentalmente, pero estoy durmiendo demasiado y cuando digo demasiado es que de verdad lo es. No se imaginan cuánto odio mirar el reloj y ver que son las diez de la mañana, grrr... algo en mí se enfurece y me grita a voz de cuello que ya hemos perdido al menos dos horas. Pero, me imagino que como cualquiera de ustedes se preguntarán: ¿Qué me he perdido?, pues no lo sé... Sin embargo nada me quita esa sensación.
Nunca he tenido eso que llaman "mal despertar" o aquello de que "la gente no es gente hasta después de tomarse un café". Siempre comento que tuve la enorme gracia de contar con una madre que nos despertaba de buen modo a mi padre y a mí y que, sobre todo en mi caso, me enseñó que nunca hay que levantarse como impulsado por un resorte, sino poco a poco, percatándonos que estamos despiertos y dispuestos a iniciar un día más. Mi madre tenía algo así como un despertador integrado, hahahaha, jamás le gustó llegar tarde a ningún sitio y en cuanto al horario de la escuela, tenía todo fríamente calculado, a pesar de que la primaria donde estudié los seis años completitos quedaba a una calle de distancia de mi casa.
Yo solía tener el sueño ligero, aunque no tanto para que los constantes ires y venires de los aviones pudiesen despertarme (durante 31 años viví a 20 minutos del aeropuerto de la Ciudad de México). Sin embargo, no tuve que esperar a que mi madre me despertara cuando el temblor del '79 y el terremoto del '85 (en aquel entonces yo estaba en 2º de secundaria pero iba al turno vespertino) sacudieron al DF. Creo que será difícil que olvide esas sensaciones tan peculiares que resultan casi imposibles de describir. Total, que yo nunca fui una marmota ni me costó trabajo madrugar o inclusive sólo dormir un par de horas (lo cual me benefició cuando trabajé en tele y en la última revista donde teníamos que velar para hacer correcciones de estilo y demás chucherías). Siempre presumí de mi calidad de sueño y no comprendía cómo era posible que hubiese personas que no dormían ocho horas sino hasta doce!!!!
Esta madrugada, uno de esos clásicos dolores de cabeza que me atacan sin previo aviso y que por lo regular me despiertan en mitad de la noche, logró que, primero: diera varias vueltas en la cama buscando una posición donde pudiera volver a dormir (a veces la misma almohada casi plana que tengo, me provoca la sensación de molestia cuando duermo de lado); después, no me quedó más remedio que levantarme, tomarme las pastillas de costumbre, hacer otra vez la tonta en la cama y finalmente, venir delante de la laptop y ponerme a mirar y revisar algunas cosas, confiando en que pronto se me pasaría el dolor de cabeza y con ello, volvería el sueño. Oh, ingenuidad, hahahaha, tuve que tomarme dosis doble de pastillas y quedarme hasta las siete de la mañana en pie, para combatir por completo el dolor y esa especie de insomnio que en cierta medida quisiera padecer un par de días a la semana. A ver si las musas tan rejegas con aquello de que no salen de su escondite de día y son plenas aves nocturnas, vuelven al redil de mi pluma y me inspiran mucho más que antaño. Que yo antes escribía de noche, envuelta en el pequeño silencio de la oscuridad y acompañada muchas veces de ciertos temas musicales que se convertían en algo así como el soundtrack o el score de los relatos que escribía.
Lo cierto es (o al menos eso le imploro a los dioses, já) que las musas sean generosas, cambien el horario y me bendigan por las mañanas que desde septiembre tendré sólo para mí, pues el Happy Demon entrará a la guardería y al menos cuatro horas podré aprovechar y mejor aún, podré levantarme desde las ocho de la mañana :)
Genial, ¿no?
7 comentarios:
Solo puedo decirte algo... odio madrugar! jajajajajaja
Y si, lo reconozco, soy de las de 8 o más...y también de las de sin café no soy nadie jajajajajaja
besitos
Yo extraño dormir...
Y no tengo conflicto con dormir poco, lo que me choca es despertarme temprano. No importa si son 4 horas, pero si la hora de levantada es a las 11 jejeje.
El mío aún no entra a la guardería... y es tan pequeño que ahora añoro el sueño como algo taaaan lejano!!!!Pero te apoyo totalmente... si con 2 horas me sintiera repuesta, toda la noche estaría soñando de verdad...
Besos!!!
no tendrás algún síndrome llamado "horario mexicano en europa"?
a veces de tanto extrañar algo se te regresa...aunque sea en forma de horario
((saludos de un colibrí anónimo que encontró este blog enrutado desde el de alejandro aura))
Ya a la guarderia? jeje que bien que tendras un poco mas de tiempo para ti :D
Yo vengo de una familia insomne cronica duermo 4 horas siempre y pues por mas que haga no me puedo despertar mas tarde de las 8 tengo como despertador integrado, quisiera a veces dormir 8 horas de perdida.
Ciertamente prefiero la noche por silenciosa, al menos es cuando yo mejor me inspiro y estoy mas lucida.
Mendi: Jejeje, pues como ya habrás leído, yo no tengo problema alguno con madrugar, es más, lo prefiero por encima de verme a las doce o a la una de la tarde en el lado de la cama que me corresponde, jejeje.
Korkuss: Ainsss, otro más que no le gusta madrugar, hahahaha.
Sandra: Es cierto, he visto una foto tuya con tu pequeño, sólo me queda decirte que lo disfrutes mucho porque (aunque suene muy trillado) muy pronto crecen y en el peor de los casos, hahaha, se vuelven terremotos como el mío que no para quieto con casi dos años y medio.
Colibrí: Gracias por tu visita, ya te he dejado un mensaje en tu blog.
Ariel: Mil gracias por dejar constancia de tus visitas. Y sí, nena, sí, que el Happy Demon ya entra a la guardería, sobre todo para que se acostumbre a estar con otros niños y aprenda a convivir. Que no es que sea un animalito silvestre ni nada por el estilo, hahaha, pero aquí el kinder lo inician a los 3 años, y aunque él entrará un poquito más mayor, creí necesario irlo "soltando", por su bien y por el mío, jejejeje.
Buah!! pues a mi me gusta mas la cama q a un tonto :D
Me encanta revolverme y quedarme medio dormidita, disfrutar de la suavidad de las sabanas, no se... yo soy muy dormilona, xo eso si!! cuando me tengo q levantar a tal hora, me levanto del sopeton, no me cuesta nada... o!!!... por lo general no me cuesta nada :)
Eso si!! despues de 4 dias seguidos madrugando ya me empieza a tocar los cojones la cosa.
Nada Mac!! q en Septiembre veras como te notas super libre xa hacer otras cosas :**
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