24 septiembre 2005

Cambio de estación




Ha entrado el otoño pero también una temporada donde las mañanas son frías, el mediodía demasiado cálido y las tardes aderezadas con viento. Por las noches, al menos yo, ya me meto debajo de la manta de verano y la sábana. Mi marido cuyos ancestros seguramente se remontan a los tigres de Siberia, jejeje, duerme a su aire, sin necesidad alguna de cubrirse porque aún siente calor. Nuestro Happy Demon ha empezado a lucir pijamas de terciopelo, en vista de que ya no puede dormir sólo con camisetita de tirantes. Empezamos a decirle adiós, adiós al verano, afortunadamente. Sí, damas y caballeros, a pesar de que vivo en una ciudad a orillas del mar y que padece en ciertas ocasiones del famoso "poniente" (aire caliente que proviene del Sáhara) que en esta ocasión hizo que rozáramos los 45 grados, me cuesta trabajo acostumbrarme al calor y a la humedad. He aprendido a disfrutar de ambos, así que mi palidez vampírica, hahahaha, se ha difuminado por completo, pero cuesta y mucho. Aunque también tiene algunos días (en invierno, claro) donde sientes que los dedos de pies y manos se te congelan y que se te entumece hasta los huesos.

Y es que mi tierra, México, no es como la pintan Hollywood (y como mucha gente española cree). No todo es desierto, cactus y marañas de ramas rodando gracias al escaso viento. Nanay. Cierto es que hay zonas desérticas, pero esas se encuentran en el norte de México, en los estados de Sonora, Durango, Chihuhahua y parte de San Luis Potosí. Y por supuesto que están marcadas las estaciones, lo mismo que aquí: en el norte hace tanto calor que en Mexicali (cerca de Tijuana) los termómetros han marcado 51 grados, pero de igual modo nieva, como en Ciudad Juárez y Monterrey. El sur es clima tropical por así llamarlo y las costas, tanto las del Golfo de México como las del Océano Pacífico, todo el año tiene alrededor de 30, 32 grados. La Ciudad de México se encuentra tierra adentro. Se dice que siempre tiene temperatura templada: unos 26 grados aproximadamente, pero sólo en algunos meses se siente un calor extremoso (a partir de mayo, sin pizca de humedad) aunque también llueve mucho en el verano y nunca ha nevado a pesar de que se encuentra a más de 2, 000 metros por encima del nivel del mar. Así que, aquellos que nacimos y fuimos criados en dicha ciudad, poco estamos acostumbrados a marcar nuestro vestuario con los cambios de temporada. Mucha gente sí que lo hace gracias a que los escaparates de las tiendas de ropa de los centros comerciales (malls) así lo indican. Pero en las zapaterías lo mismo se encuentran zapatos descubiertos que botas, por ejemplo.

Muchas veces no es necesario cambiar drásticamente la ropa de cama, como aquí he venido haciéndolo. Subir, bajar, sacar, guardar: mantas y edredones, aunque las sábanas sigan siendo de algodón porque más gruesas no las soportaría y mi marido preferiría dormir en el suelo, jejeje. Soy muy friolera (como llaman aquí a los que en México les decimos "friolentos") y por eso mi marido ha comprado un edredon nórdico de esos con plumas de ganso y bla, bla, bla, hahahaha, pero poco a poco me voy acostumbrando a no sólo cambiar ropa de cama, sino el vestuario. Algo que agradezco, porque si me dan a escoger, prefiero el frío por encima del calor. Y si en México me parecía exagerado comprar un buen abrigo en Zara (ya que no contamos con largas temporadas de frío, acaso algunos días de diciembre y mucho más en enero), aquí este año estrenaré uno :) y eso me causa una pequeña alegría. El año pasado, debido al embarazo, me cubrí con chaquetones amplios (como aquel que me ayudó mucho cuando fuimos a Santiago de Compostela en el puente de diciembre... brrrr, pocas veces he sentido tanto frío, valgamito, una mañana amanecimos a 1 grado bajo cero) y opté por no comprar demasiada ropa de invierno, esperando mejor esta ocasión.

Pues sip, ha llegado el otoño, la caída de las hojas (ainss, cuánto me recuerda esto a la canción "Las hojas muertas" que era una de las preferidas de mi madre) y en unos días más empezaremos el mes de octubre, uno de mis favoritos :) Seguro veremos una de las lunas llenas más hermosas del año, no en balde lo reza aquella canción: "De las lunas la de octubre es la más hermosaaa" .En México empiezan a verse las calabazas (y no tanto por Halloween, sino para poder hacer el dulce "calabaza en tacha") y las flores de cempasúchitl (una especie de crisantemos de color naranja vivo) que son el mejor indicativo de que el Día de Muertos se acerca. Con estas flores se decoran las "ofrendas": altares que la mayoría de las familias mexicanas ponen en sus casas para rendir tributo a sus muertos. Pero de eso hablaré cuando sea el momento.

Otoño, época de cosecha. Se acerca Samhain :)

P.D.: Hoy ha sido el cumplemeses de mi Happy Demon, ainsss, el cabalístico siete ;-)


Música de fondo: "Samain night" - Loreena McKennit

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