19 septiembre 2010

Ver para creer (tercera parte y final)

Foto de uno de los edificos que rodean el Zócalo, con parte de la decoración para festejar el Bicentenario de la Independencia. (M.M., agosto 2010)


El DF es un oasis a comparación de lo que ocurre en otras partes de mi México: a pesar de sus más de 23 millones de habitantes, de que el agua ya no pertenece al gobierno y ahora la gestiona una empresa, de sus cafres al volante porque sólo de ese modo se puede conducir y del hecho de que me negué en redondo usar el metro con Happy Demon a cuestas :P Manías que tiene una, qué le vamos a hacer? Preferí tomar todos los taxis posibles.


.En la esquina de la calle Correspondencia con Isabel la Católica (creo que es la colonia Postal) hay un rosal en plena acera sin enrejados, confiando quizá, en sus propias defensas, jejeje. Está precioso y enorme y da unas rosas de un rojo muy oscuro. Ha sido una verdadera sorpresa encontrarme con él, descubrirlo desde la ventanilla de todos los taxis que tomé para ir de Walmart a casa de mi padre.

. El DF no está planeado para ir en moto confiando quizá en el hecho de que la gente prefiere los coches. En la mayor parte de la avenida Cuauhtémoc, el alcantarillado se encuentra justo en el centro lo que representa un verdadero peligro para los que circulan en dos ruedas. Y mejor ni hablar de los baches y los topes, que estos últimos deberían estar mejor planeados. En algunos sitios te los encuentras sin más.

. Casi me dio algo de al ver toda la mercancía que venden de Jack Skellington, protagonista de Nightmare Before Christmas ;-) Mochilas, guardalápices, cuadernos hasta patinetes (patines del diablo). Me imagino que también había camisetas, pero a pesar de lo que se pueda creer, no tuve tiempo de buscarlas y me conformé con comprarme un pequeño bolsito para guardar mis cosméticos :P

.Paranoia pura y dura,pero leyendo la noticia del niño de diez años cuyo padre pagó su rescate con la liquidación que le habían dado en su trabajo, creo que mi necedad de que Happy Demon no saliese de casa si no era conmigo o con su padre, estuvo justificada. Me provocó muchos problemas con mi familia, me llamaron casi loca y exagerada, pero me dio igual. A pesar de que el DF no tiene nada qué ver con el tipo de vida tan violento y trágico que se vive en el norte del país, no es lugar para que los niños vayan solos por las calles y mucho me temo, para que ni siquiera jueguen en la calle, así sea delante de sus casas. El chiquito que fue secuestrado y asesinado vilmente, estaba paseando en bicicleta frente a su casa, cuando fue sorprendido. Y es que los secuestros ya no se dan sólo en las "altas esferas" sociales. Ahora cualquier cualquiera puede ser víctima de bandas sin escrúpulos.

. Ainss, tacos al pastor, doy mi reino por ellos ;-) Afortunadamente a una calle de distancia de la casa de mi padre, encontramos un local que a partir de las seis o siete de la tarde, vendía unos de los tacos más deliciosos que he probado en toda mi vida. Lo malo es que había que comersélos con los ojos cerrados, con mucho limón y confiando en la buena salud que podemos tener, que la taquería y los que atienden, no tienen una pinta nada higiénica :P Una de las cosas curiosas es que uno de los chicos que atiende las mesas, lleva un corte de pelo igualito al del personaje llamado Kicking Bird en la peli Dance with wolves ;-) Aquel indio sioux que es al primero que le simpatiza el personaje que interpreta Kevin Costner.

. Seguí sin salir de mi asombro por la total falta de prevención sobre la seguridad de los niños como pasajeros ya no en el transporte público, sino en los mismos vehículos de sus padres y familiares. Hubo muchas personas que me dijeron que de un tiempo para acá, se había prohibido que los menores de doce años fuesen en el siento del copiloto o los bebés en brazos de sus madres, pero poca conciencia han creado en la población. Como no hay campañas ni anuncios que te taladren día y noche por la tele, la gente se toma esas disposiciones como el pito del sereno. No nos vayamos tan lejos: en mi propia familia hay un poco de esa inconciencia y lo comprobé una noche que salimos a cenar con unos tíos míos, que como íbamos muy justitos en el coche, yo consideré que me llevaría a Happy Demon en mis piernas en el asiento trasero, pero mi tía sin más me dijo que de eso nada, que ella se lo llevaría delante, sentado en las suyas O_O Happy Demon, un poco sorprendido (tiene muy asumido que él siempre debe ir en el asiento trasero y si no es con su silla, al menos sujeto con el cinturón de seguridad) se montó y le pidió a su tía que lo sujetara con sus brazos, para al menos sentirse un poco seguro :/ Soy muy insistente con este asunto, lo sé y no me disculpo, porque no acabo de entender cómo es que los propios padres son an descuidados y ni siquiera enseñan a sus hijos a abrocharse el cinturón. Vi muchos niños que iban alegremente a su aire en los coches, de todas las edades y de todas las condiciones sociales. Y es que no es necesario que sólo se tomen precauciones al salir a carretera, que en la misma ciudad puede ocurrir cualquier accidente. En fin, a veces creo eso de que mi tierra es otro mundo: desde princpios de septiembre, en este lado del mundo han comenzado una campaña para concienciar a la gente y para que no baje la guardia con los sistemas de protección de los niños en los coches. Ahora se harán controles para certificar que los chiquillos van en sillas y elevadores corrspondientes a sus edades y sobre todo, que lleven puesto el cinturón de seguridad y de no ser así, se multará a sus padres.

. Resulta difícil poner en palabras las sensaciones que me invandieron aquel mediodía que me planté con mi padre y con mi Happy Demon en plena plancha del Zócalo, con un día radiante, la bandera ondeando preciosa, la Catedral imponente sin ningún vendedor en sus alrededores y el Palacio Nacional majestuoso. Fue increíble encontrar un lugar limpio, sin manifestantes, sin carpas, sin tinglados ni escenarios, sin concheros, esos personajes que se visten como aztecas y que rudimentariamente realizan bailes según ellos auténticos y en muchos casos hasta le ven la cara a los extranjeros con sus "limpias" que hacen con un manojo de hierbas y el "baño" con un incensario lleno de copal. Puedo decir que casi se me ensanchó el corazón de puro orgullo. Casi se me erizó la piel recordando tanta historia que conserva en sus entrañas ese pequeño gran trozo de México, de esa ciudad que tanto puedes amar y odiar al mismo tiempo, que tanto te da y tanto te arrebata.

Hasta pronto mi México querido. Esta vez la despedida no abarcará años, sino meses, que dentro de poco volveré al terruño ;-)

1 comentario:

Asilo Arkham dijo...

Así es, Mac, entre muchas cosas, aún falta sembrar la semilla de la conciencia en los habitantes de México. Yo también tengo un paraguas de Jack :p me lo regaló mi hermana. Tienes razón: el centro de la ciudad tiene un encanto especial que nos conquista desde muy jóvenes. Un abrazo, y un feliz regreso anticipado.