Los límites son siempre difusos y las líneas que separan dos realidades muy delgadas. El hecho de entregar tu corazón a alguien puede ser un acto suicida si esa persona no es la conveniente (ahí ya entra el olfato de cada uno), y se puede caer en la sumisión y en la obsesión.
Yo sí creo firmemente en esa rara avis de hombre que es capaz de entregarse por amor (sin llegar a la sumisión ni la obsesión); y en ese amor que supera cualquier situación adversa y sale victorioso y fortalecido. Pero claro, es lo que yo creo y desearía encontrar. Una tiene una fe que mueve montañas.
Yo creo que tienes razón en que todos, por naturaleza, no nos gusta la amargura: siempre buscamos ser felices (los amargados lo son porque saben que no son felices).
Además, si del odio al amor hay un paso, del amor al odio sólo hay medio.
¿A ninguno? Lástima, yo si conozco a varios. Incluso, aunque esté mal, me atrevo a incluirme en la lista. ¿Vida complicada? Bueno, en verdad eso es algo relativo. Para algunas personas, ciertos aspectos "duros" de una de esas vidas complicadas pueden ser tan livianos que disfruten con ello o, simplemente, no les roben la felicidad. Toda persona tiene momentos felices y momentos tristes. Es toda una odisea perseguir la felicidad plena, de ahí que todo dependa de pequeños detalles. Pequeños granos de arroz que desestabilicen la balanza a nuestro favor.
Sensacional como siempre, es un placer leerte.
PD: lamento no haber comentado antes, he tenido un exceso de estrés ^_^
Mario: A veces somos nosotros mismos nuestros propios verdugos.
Caronte: Sería bastante aburrido eso de vivir en felicidad perenne. Debe de haber de todo para que aprendamos a valorar las buenas cosas que nos da la vida, por pequeñas que puedan ser. Pero yo me mantengo en mi postura de escasez de hombres que amen, así, con todas sus letras.
Vaya amiga! Y yo que venía a avisarte con todo gusto que estaba regresando a la blógsfera y saber si ya andabas por acá.
Incluso, pensé que hablaríamos de la peli homónima, que por cierto, me encantó.
Yo no puedo hablar por el mundo, ni por mi género ya que creo ser un hombre un tanto extraño.
Pero yo amo, loca y perdidamente. Con sufrimientos, con gozos, con silencios. Con todo. He dejado todo y he vivido dedicado a ella. Hoy cada vez la cosa está mejor.
Pero más allá de eso, me llama la atención lo que pueda causar este post. Si necesitas algo, estoy a un clic de distancia amiga.
5 comentarios:
Menudo tema has tocado, reportera Mac.
Los límites son siempre difusos y las líneas que separan dos realidades muy delgadas. El hecho de entregar tu corazón a alguien puede ser un acto suicida si esa persona no es la conveniente (ahí ya entra el olfato de cada uno), y se puede caer en la sumisión y en la obsesión.
Yo sí creo firmemente en esa rara avis de hombre que es capaz de entregarse por amor (sin llegar a la sumisión ni la obsesión); y en ese amor que supera cualquier situación adversa y sale victorioso y fortalecido. Pero claro, es lo que yo creo y desearía encontrar. Una tiene una fe que mueve montañas.
Yo creo que tienes razón en que todos, por naturaleza, no nos gusta la amargura: siempre buscamos ser felices (los amargados lo son porque saben que no son felices).
Además, si del odio al amor hay un paso, del amor al odio sólo hay medio.
¿A ninguno? Lástima, yo si conozco a varios. Incluso, aunque esté mal, me atrevo a incluirme en la lista.
¿Vida complicada? Bueno, en verdad eso es algo relativo. Para algunas personas, ciertos aspectos "duros" de una de esas vidas complicadas pueden ser tan livianos que disfruten con ello o, simplemente, no les roben la felicidad.
Toda persona tiene momentos felices y momentos tristes. Es toda una odisea perseguir la felicidad plena, de ahí que todo dependa de pequeños detalles. Pequeños granos de arroz que desestabilicen la balanza a nuestro favor.
Sensacional como siempre, es un placer leerte.
PD: lamento no haber comentado antes, he tenido un exceso de estrés ^_^
Trini: Qué grande eso de tener aún fé ;-)
Mario: A veces somos nosotros mismos nuestros propios verdugos.
Caronte: Sería bastante aburrido eso de vivir en felicidad perenne. Debe de haber de todo para que aprendamos a valorar las buenas cosas que nos da la vida, por pequeñas que puedan ser. Pero yo me mantengo en mi postura de escasez de hombres que amen, así, con todas sus letras.
Gracias por comentar :)
Vaya amiga! Y yo que venía a avisarte con todo gusto que estaba regresando a la blógsfera y saber si ya andabas por acá.
Incluso, pensé que hablaríamos de la peli homónima, que por cierto, me encantó.
Yo no puedo hablar por el mundo, ni por mi género ya que creo ser un hombre un tanto extraño.
Pero yo amo, loca y perdidamente. Con sufrimientos, con gozos, con silencios. Con todo. He dejado todo y he vivido dedicado a ella. Hoy cada vez la cosa está mejor.
Pero más allá de eso, me llama la atención lo que pueda causar este post. Si necesitas algo, estoy a un clic de distancia amiga.
Beso.
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