Harry lo miró. Dumbledore no se reiría. Se lo podía decir.
-Anoche... pensé que era mi padre el que había hecho aparecer mi patronus. Quiero decir... cuando me vi a mí mismo al otro lado, pensé que lo veía a él.
-Un error fácil de cometer- dijo Dumbledore-. Supongo que estarás harto de oírlo, pero te pareces extraordinariamente a James. Menos en los ojos: tienes los de tu madre.
Harry sacudió la cabeza.
-Fue una idiotez pensar que era él -murmuró-. Quiero decir... ya sé que está muerto.
-¿Piensas que los muertos a los que hemos querido nos abandonan del todo? ¿No crees que los recordamos especialmente en los mayores apuros? Tu padre vive en ti, Harry, y se manifiesta más claramente cuando lo necesitas.
Harry Potter y el Prisionero de Azkabán
J. K. Rowling, 1999
Apenas fueron veintiún años juntas pero tú sigues viviendo en mi corazón y en los ojos de ese pequeño que cuidas desde donde estás.
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