29 noviembre 2007

Me siento incapaz de odiar, pero no soporto el odio

Sophie Lancaster (1986-2007)

Por lo regular, no abro los boletines que envían mis contactos de myspace. Muchas veces me basta y me sobra con leer los títulos de los mismos. Sin embargo, a finales de septiembre, si mal no recuerdo, leí con atención uno que nos envío un dj muy reconocido en Inglaterra: Martin Oldgoth Hablaba sobre juntar firmas (sólo para los residentes dentro del territorio británico) para protestar y sacudir conciencias sobre un hecho brutal que había apenas ocurrido en agosto: en la ciudad de Lancashire, una pareja cuya pinta era gótica, habían recibido una tremenda paliza por parte de cinco menores de edad. Los dejaron en tan malas condiciones que a la policía le costó identificar quién era la chica y quién era el chico. Según la noticia aparecida en el diario británico Telegraph UK, hasta los piercing que llevaban en algunas partes del rostro, les fueron arrancados a puñetazos, inclusive, se mencionaba que la chica había perdido una parte del cuero cabelludo debido a los tirones de pelo que le dieron sus atacantes. Sophie Lancaster, la chica, quedó en coma y sólo sobrevivió poco más de semana y media. Su novio logró recuperarse.

Es un hecho que la misma sociedad británica reconoce que hay algo muy podrido en sus entretelas. Artículos y reportajes van y vienen donde los especialistas declaran que los embarazos adolescentes abundan (madres solteras a puñados), que los chicos sólo conocen el lenguaje de la violencia y de las armas y que cada vez se reduce la edad de los infractores. Lo cierto es que, para bien o para mal, los ingleses confían y en cierta medida, abusan, del poder de los medios (no olvidemos el caso de Madeleine, la niña secuestrada o desparecida mientras sus padres estaban de vacaciones en un sitio turístico de Portugal) y en el caso de Sophie, hasta un líder conservador ha levantado su voz en contra de lo que todos llaman ya un "crimen de odio" y su familia ha creado una especie de asociación y/o campaña contra la violencia hacia las subculturas al que han llamado S.O.P.H.I.E (Stamp Out Prejudice Hatred (and) Intolerance Everywhere). Amigos, familiares y la mayoría que tenga dos dedos de frente, sabrá ver que el ataque sufrido por Sophie y su novio entra en la terrible categoría de crimen de odio. Y si nos ajustamos a lo que esto significa encontraríamos que: los crímenes de odio tienen lugar cuando una persona ataca a otra y la elige como víctima en función de su pertenencia a un determinado grupo social, según su edad, raza, género, identidad de género, religión, etnia, nacionalidad, afiliación política, discapacidad u orientación sexual. Un crimen de odio es una conducta violenta motivada por prejuicios.

Sophie y su novio fueron agredidos por su tipo de vestimenta o su estilo de vida y no voy a levantar mi voz en defensa de todo aquel que diga sentirse identificado con la ahora considerada tribu urbana, pero no apoyo ni apoyaré jamás cualquier clase de prejuicio. A pesar de que hay muchísimos casos de niñatos que no tienen ni pajolera idea de lo que va el Gótico y que tal parece que se visten y se maquillan con todo lo que consiguen en tiendas de disfraces. Quizás esos cinco idiotas que les taparon el paso por un parque a esa pareja vestida de negro, les pareció muy ingenioso darles una paliza sólo por el mero gusto de ir y contar que los pobres chicos ni las manos había metido, que los góticos son unos maricas y bla, bla, bla. Menos mal que los pocos testigos que hubo de tal ensañamiento, no se hicieron de la vista gorda y declararon. Gracias a ellos, ahora esos cinco hijos de puta están siendo juzgados aunque lo que tienen a su favor en que son menores de edad.

Como pocas veces se había visto, la comunidad gótica británica se ha unido en una larga serie de tributos y conciertos en memoria de Sophie Lancaster. Algunos pensarán que son acciones exageradas, otros creemos que sin bien pueden parecer algo descabellado y que ya basta de que la mayoría de los góticos siempre culpe a la sociedad de todos sus problemas que en la mayoría de los casos sólo habitan en sus cabezas, lo cierto es que siempre se buscan y siempre se encuentran chivos expiatorios donde algunos descerebrados descargan sus frustraciones. Y aquellos que se atreven a ser un poco diferentes o que lo son por su propia naturaleza, son lo que siempre pagan el pato.

El pasado 12 de noviembre se llevó a cabo el funeral de Sophie y no es que quiera recrearme en el dolor de su familia y de su novio, pero tal como se puede ver en las imágenes reunidas en un video-tributo que ha sido colgado en youtube.com, debió ser un funeral emotivo, con un ataúd blanco donde todos sus amigos escribieron alguna frase.

Es cierto que cada día hay miles de personas que padecen o sufren de discriminaciones por todo tipo de motivos, principalmente por su condición sexual, por su apariencia o por su origen (recordemos al hijo de puta que hace unas cuantas semanas atacó sin más a una chiquilla ecuatoriana en el metro de Barcelona), que Sophie y su chico no han sido los únicos... Pero ojalá sean de los últimos que son presas de frustraciones ajenas, de gente sin valores (y no hablo en cuestiones moralinas sino en tener conciencia de aquellos que nos rodean y del respeto que nos merecen).


Aquí les dejo el video-tributo.




28 noviembre 2007

El nuevo y esperadísimo trabajo de Tim Burton


Creo que a estas alturas del partido puedo declarar sin tapujos que soy fan super fan de Johnny Depp ;-) Pertenezco a la generación que ha seguido su camino por esta vida acompañado por variopintas películas, incluyendo a aquella serie de tv 21 Jump Street, donde este casi eterno cara de niño (lo cierto es que ahora que tiene más de cuarenta se le empiezan a notar) ha dado muestras de que no se necesita de grandes aspavientos y/o escándalos para demostrar que es buen actor y que todas las etapas de vida bestial se pueden superar e inclusive, pueden servir como parte del marco donde luce su talento. 

Por otra parte, resulta comprensible que uno de mis más grandes ídolos cinematográficos, Tim Burton, lo mantenga como un actor fetiche y en el más reciente trabajo de ambos, hasta sea capaz de mostrarnos a su público fiel, que Depp tiene otro talento que debería trabajar más: cantar. 

Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street es el título de la nueva película de Burton/Depp que se estrenará estas Navidades en Estados Unidos y yo no sé por qué carajos hasta febrero en esta parte del mundo :P Es la historia de un barbero asesino que tal parece que ahora será más popular que cuando Stephen Sondheim, autor de grandes musicales de Broadway como West Side Story y Gipsy, entre otros, decidió convertirla en un musical. Esta historia se remonta a principios del siglo XIX y cobró tanta fuerza que pronto se convirtió en leyenda urbana, aunque nunca se pudo verificar su autenticidad. Su fama creció de boca en boca por las calles londinenses allá por 1840: Sweeney Todd era un barbero que asesinaba a sus víctimas pasándole su navaja un poco más fuerte de lo requerido por la garganta cuando estaban sentadas en su negocio, para luego darle el cadáver a su socia y amante, una panadera llamada Margery (aunque en otras versiones se llama Nellie, Sherley o Claudette) Lovett, quien en su sótano preparaba deliciosos pasteles de carne, que luego vendía a sus fieles clientes, quienes no lograban explicarse cómo hacía la señora Lovett para darle a sus creaciones tan singular y exquisito sabor. 

Aunque en la leyenda urbana Sweeney Todd había sido atrapado, juzgado y colgado frente a una multitud en 1802, las investigaciones realizadas a finales de aquel siglo demostraron que no existía ningún documento que demostrara la veracidad de estos hechos. En cambio, ciertos estudios realizados con posterioridad encontraron fuertes conexiones entre la leyenda de Sweeney Todd y otras anteriores como la de San Nicolás aparentemente desarrollada en el siglo XI, en la que ya se mencionaba a un asesino cuya esposa preparaba pasteles de carne con las víctimas de su marido. Lo cierto es que la historia de Sweeney Todd fue publicada como folletín en 1846 y un año después, adaptada al teatro por George Dibdin Pitt bajo el título Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street, con notable éxito. Y al menos hay dos adpataciones al cine mudo que fueron registradas en 1926 y 1928, y en 1936 la historia llegó al cine sonoro. En 1973, Christopher Bond escribió una nueva obra teatral, pero transformando al protagonista de asesino en serie sin nada que lo redima a víctima de una confabulación que busca vengarse. En esta adaptación, el barbero se llama Benjamin Barker y es enviado injustamente a Australia a cumplir una condena de quince años. Cuando regresa, bajo el nombre de Sweeney Todd, se entera de que el juez que lo envío al exilio haviolado y asesinado a su mujer. Decidido a vengarse, empieza a matar con una navaja a todos los involucrados, ayudado por su vecina, la señora Lovett, quien prepara pasteles de carne con los restos de las víctimas. 

Poco después, Stephen Sondheim adaptó la obra de Bond para convertirla en una especie de ópera a la que denominó como un thriller musical. La puesta debutó en Broadway en 1979, dirigida por Harold Prince y con Angela Lansbury (¿quién no la recuerda en la legendaria serie de tv Murder, she wrote?) y Len Cariou en los papeles principales. Para bien o para mal, no duró mucho en cartelera, apenas unos meses. A lo largo de los '80 tuvo varias reposiciones hasta que en 2004 volvió al West End sin una orquesta, y de allí pasó a Broadway, convirtiéndose en un éxito con 349 representaciones y ganando dos premios Tony en el camino. 

En cuanto a una "nueva" versión para el cine, el proyecto llegó a las manos de Tim Burton después de que Sam Mendes, que contaba con Russell Crowe para el protagónico, optó por filmar Revolutionary Road con Leonardo DiCaprio. Burton no sólo heredó el guión de John Logan, sino que además tuvo que lidiar con la supervisión estricta de Sondheim, quien según el contrato que había firmado con los productores del film, tenía el derecho de darle el visto bueno a los integrantes del reparto. El único que se salvó de tener que audicionar para el autor fue Depp, pero todos los demás, incluyendo a la propia esposa de Burton, Helena Bonham-Carter (quien será madre por segunda vez muy pronto), tuvieron que demostrar a Sondheim que estaban capacitados para hacerse cargo del papel. Después de este duro proceso, la señora Burton se sometió a un intenso entrenamiento vocal y a unas cuantas clases de cocina para poder interpretar a la panadera Lovett. 

El film tiene la particularidad de ser el debut como actor dramático de Sacha Baron Cohen (¿lo recuerdan como el rapero Ali G que inclusive tuvo su propia película y que paticipó en el video Music de Madonna y que el año pasado interpretó a Borat un reportero de Kazajistán en la peli con el mismo nombre?), quien contrató a su propio peluquero como asesor y se pasó largas horas practicando para convertirse en el muy ilustre barbero Adolfo Pirelli, hahahaha. Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street es además el debut en el cine musical de Johnny Depp, aunque muchos aún crean que es él y no James Intveld quien canta en una de las tantas curiosidades de John Waters llamada Cry Baby. También destacan en el elenco dos figuras ilustres del cine británico contemporáneo, Alan Rickman (el oscuro y siniestro profesor Snape en las historias de Harry Potter) quien interpreta al juez que manda al exilio a Todd para quedarse con su esposa e hija, y Timothy Spall conocido por su papel como Peter Pettigrew también en las aventuras de Potter.

En fin, damas y caballeros, que yo ya me froto las manos, hahaha, esperando con ansia ver cómo Sweeney Todd cobra venganza a ritmo de navajazo limpio. 

Aquí dos trailers:







Información extraída de la revista Imágenes Nº 274, noviembre de 2007

20 noviembre 2007

Pachelbel, te veré en el infierno

Es probable que este video friki total ya lo hayan visto por la red pues no es reciente, pero... ¿qué más dá?, es buenísimo, hahahaha.

Se trata de un comediante amateur haciendo un monólogo sobre la melodía Canon de Pachelbel, los subtítulos se los han puesto aquí y tiene algunas faltas de ortografía pero son mínimas.

Que lo disfruten :)

11 noviembre 2007

Ha nacido una diva

Lo declaro sin tapujos: sí, es cierto, justo ahora se han escapado las musas acompañadas de sus respectivos musos, las muy zorras, hahaha, y me han dejado aquí, con un artículo a medias que escribo para una revista de México (y que cuando ya lo entregue, hablaré un poco más sobre él). Así que decido actualizar mi blog tocando un tema que hace un par de días me ronda en la cabeza: Amy Winehouse.

Seguro que no estoy descubriendo el hilo negro y que hay montones de sitios y blogs donde ya se ha hablado de esta artista que no necesita identificarse como rock star, en el estricto sentido de tal denominación, para enfilarse rumbo al limbo de los grandes dentro de la música, con autodestrucción incluida pero cantidades infernales de talento. Sin embargo, durante las vacaciones de verano, apenas la descubrí través de una breve semblanza que publicó la revista Woman en su edición de septiembre.

Sin duda, lo primero que llama la atención es su look totalmente vintage: una mezcla de suicide girl y nova pin-up, esas que ahora tanto abundan ya sea buscando a toda costa parecerse a Bettie Page o a cualquiera otra que recuerde los gloriosos años de las chicas de calendario y ya puestas, emular a Dita Von Teese y pretender ser estrella de burlesque y striptease. El estilo de Amy se basa en vestidos escotados, kilos y más kilos de delineador y una melena larga gracias a unas raras extensiones que según cuentan, miden algo así como dos metros. Es amante de los tatuajes, tiene varias pin-ups en los brazos (al más puro estilo viejo marinero, hahaha) y un lema que dice Nunca pliegues mis alas. En el pecho lleva el nombre de su marido, Blake, con el que se casó el pasado mes de mayo.

Al volver a Valencia, la forma más sencilla que tuve para escucharla fue echando un vistazo en youtube.com El video de la canción Rehab fue una grata, muy grata sorpresa. Su voz recuerda otras épocas y de pronto le encontré un parecido a Etta James cantado I just wanna make love to you, un vozarrón negro y la música totalmente soul. Al prestar más atención a la letra, claramente me di cuenta de que no se trata de un hit pegadizo y con frases que riman sin ton ni son: The man said 'why do you think you here'/ I said 'I got no idea/ I'm gonna, I'm gonna lose my baby/ so always keep a bottle near'/ He said 'I just think you depressed/ this me, yeah baby, and the rest'/ The tried to make me go to the rehab but I said 'no, no, no'/ Yes, I've been black but when I come back you'll know know know.

Primera pista que despertó mi curiosidad, así que me di a la tarea de buscar información sobre la Winehouse y encontré lo más cercano al historial de una mujer que nunca pudo escapar del arrabal. Todo lo contrario a Amy, una chica de apenas 24 años nacida en una familia judía de clase media del norte de Londres, que a los diez años formó su primera banda de rap, a los trece le regalaron su primera guitarra y a los 16 ya cantaba profesionalmente en algunas bandas de jazz. Dicen que creció escuchando distintos tipos de música desde Salt n' Pepa (recuerdan aquel hit de los '90 Let's talk about sex?) a Sarah Vaughan.

Su calidad vocal (posee una fuerza digna de cualquier diva del soul y se nota su admiración por los grupos de chicas de los '60 como las Shangri-Las o las Ronettes) hizo que pronto se fijaran en ella los cazatalentos de la compañía Island Records, así que en 2003 lanzó Frank su primera grabación que ya ha vendido un cuarto de millón de copias , fue nominado a los Premios Mercury Music y ganó el Ivor Novello Award al año siguiente por el single Stronger than me. Todo iba de maravilla, hasta que el amor se cruzó en su vida y perdió la cabeza en todos los sentidos: se enamoró de la persona equivocada. Su romance acabó fatal porque el fulano tenía otra u otras. Y ya fuera por este desengaño amoroso o por su personalidad inestable (algunos dicen que toma anti-depresivos desde los 16 años y otros que es maniaco-depresiva y que se niega a medicarse), lo cierto es que Amy empezó a cambiar sus pautas de actuación.

Son muy reveladoras las fotografías que muestran la transformación experimentada por su cuerpo que ha pasado de ser una mujer con curvas pronunciadas y bonitas piernas en 2004 al cuasi esquelético aspecto actual. Ella justifica el impactante cambio (casi seis tallas) a su afición al gimnasio (¿?) pero también reconoce que tiene desórdenes alimenticios: "Un poquito de anorexia, un poquito de bulimia. No estoy totalmente bien, pero ninguna mujer lo está".

Amy se reconoce autodestructiva, hasta en eso es honesta. Para bien o para mal, su vida personal luce mucho más en los tabloides británicos que su talento artístico. Pronto la han bautizado como la versión femenina de Pete Doherty, más conocido por ser el noviete hoolligan de Kate Moss que por ser el cantante de los Babyshambles. La Winehouse tiene un turbulento historial provocado por su alcoholismo y su afición a diversas drogas (cocaína, marihuana, éxtasis), por las peleas con su marido donde al parecer los dos se dan puñetazos con singular alegría aunque también confiesa ella que su media naranja recibe la mayor parte de todos los golpes, por las habitaciones de hotel destrozadas y su alteraciones de conducta. En una ocasión declaró que es muy insegura y que por otro lado: "No estoy en esto para ser un modelo a seguir. Escribo canciones porque estoy hecha mierda de la cabeza y necesito sacar algo bueno de lo malo".

Y es que escuchando la mayoría de las canciones que componen Back in black, su segundo album, que lanzó a finales del año pasado, resulta sencillo reconocer que tiene un don para escribir sobre demonios personales con una honestidad cruda, brutal y, a veces, divertida (no en balde este año recibió un Brit Award en la categoría de Mejor Artista Británica). Es melancólica pero también se dá el lujo de mostrar un lado sexy en medio de tanta tristeza. Quizá su fragilidad que se nota a todas luces tras la fachada de chica rompe y rasga es lo que resulta tan atrayente y poco repulsivo, a pesar de las campañas de boicot que fomentan sus suegros a través de la prensa amarillista británica, donde la culpan de ser una mala influencia para su hijo. Lo cierto es que son tan para cual, Blake no es una mansa ovejita (no hace mucho amenazó con cortarle la garganta a un tipo que miraba a Amy) y ama por encima de todo a la Winehouse.
Hace unos cuantos días Amy declaró en una publicación alemana que su fue marido quien la salvó de una sobredosis de cocaína y éxtasis que sufrió el pasado mes de agosto, la que sus representantes mal intentaron disfrazar de una especie de agotamiento crónico con el fin de suspender su gira americana. Nadie les creyó: los rumores sobre sus excesos no son nuevos. Amy también dijo que estaba decidida a poner remedio a sus adicciones, decidió recluirse en una clínica de desintoxicación junto con su marido. Sólo aguantaron cinco días. En octubre, la policía de Noruega los detuvo por posesión de drogas (marihuana) al recibir las quejas de los clientes del hotel donde se hospedaban invadidos por una espesa niebla que salía de la habitación de Winehouse y su marido.
Amy Winehouse es un espíritu atormentado que dice que la música es su vida y su mejor vía de escape, sin embargo, como todo artista maldito, la leyenda se forjará cuando pase a formar parte de ese paraíso que habitan los que fueron apabullados por tantos litros y tantas dosis de libertad. Ojalá esto no ocurra muy pronto.
P: ¿A qué sabe el amor?
A. W.: A enfermedad que te consume para la eternidad.
Aquí les dejo el video de Rehab, tema que nació porque su anterior manager quería obligarla a ir a rehabilitación para dejar el alcohol. Ella lo despidió.





Y en directo, Amy Winehouse gana mucho más. Esta es una de sus más recientes presentaciones: en los MTV Europe Music Awards

05 noviembre 2007

Jefes de jefes

Los Tigres del Norte en Madrid, octubre 2007


Creo que ya lo dije en alguna otra entrada, pero lo cierto es que en mi casa escuchábamos todo tipo de música: rancheras, ópera, norteña, flamenco, tangos, boleros, rock, blues y hasta el viejo y verdadero son cubano... Eso sí, lo tropical poco o escaso éxito tuvo, será que no teníamos raíces costeñas ni del sur de mi México querido. Sin embargo, cuando era adolescente caí en la tontería de negar que me gustaran las rancheras ni mucho menos la música llamada norteña. Me burlaba y criticaba al "populacho" que se emocionaba con grupos tan legendarios como Los Tigres del Norte, aunque en el fondo (en ese entonces, muy pero que muy en el fondo, hahaha) podía tararear canciones clásicas como La Puerta Negra o Contrabando y traición.

Los años han pasado y creo que las ideas en mi cabeza se han asentado. Poco más de un año antes de venir a España, en una fiesta familiar que incluyó un magnífico trío que lo mismo podían interpretar boleros que rancheras, me di cuenta de que me cuesta muy poco para arrancarme a cantar un amplio repertorio, jejeje, eso sí, hago acompañamientos, que yo no podría ser ni en sueños primera voz sólo si se tratara de hacerlo tipo Alaska, que yo no tengo un timbre agudo ni mucho menos.

Siempre se ha dicho que en la distancia se valoran mucho más las pequeñas grandes cosas, incluyendo por supuesto, a nuestra familia y a nuestra tierra. Hoy me pongo con mi marido a escuchar a todo volumen mi música mexicana y lo digo con mucho orgullo. Menos mal que a él desde pequeñito parece que le inocularon cierto aprecio por canciones como Juan Charrasqueado o La Adelita que dice que su abuelo cantaba con singular alegría. Y ahora que ha conocido a Los Tigres del Norte ya hasta tiene una canción favorita: Pacas de a kilo cuya letra pronto se aprendió de memoria. Y es que los Tigres, son mucho Tigres, hahahaha.

Los hermanos Hernández, acompañados de su primo Oscar Lara en la batería, han visitado España el pasado mes de octubre. Es una lástima que nadie se interesara en traerlos otra vez a Valencia como lo hicieron en el 2002 (donde uno de los mejores amigos de mi marido estuvo con ellos bebiéndose unos tequilas, suspirando por el México mítico con el que sueña desde niño gracias a los discos de Jorge Negrete de su madre) y en cambio fuesen a Bilbao (¿?) y naturalmente a Madrid y Barcelona. Las crónicas fueron muy buenas, en los diarios españoles destacan su poder de convocatoria y sobre todo su humildad, dicen que la que tienen los "grandes". Y cómo no, si los respalda una carrera de más de treinta años, 130 discos de platino, 120 de oro, siete veces nominados a los Grammys y merecedores de uno de esos premios.

Como era de esperar, Arturo Pérez-Reverte dedicó el espacio donde escribe todos los domingos a sus buenos amigos, sus compas, jejeje. Dicen por ahí que luego de escucharlos por primera vez declaró que "escribían novelas de 500 páginas en tres minutos" y que su reacción posterior fue escribir un narcorrido de 500 páginas al que tituló La Reina del Sur. A partir de entonces, se creó una unión muy especial entre el escritor y los músicos.

La moneda de plata y el tigre del Norte

Pongo la moneda de plata encima de la mesa y Jorge Hernández la mira sin comprender al principio. "Te la debo desde hace dos siglos y medio", digo. Jorge la agarra y la estudia, aún desconcertado, dándole vueltas entre los dedos. Es una pieza de ocho reales de plata mexicana, acuñada en 1769. "Ya es hora de que vuelva a su dueño", aclaro. Entonces Jorge, al fin, comprende y sonríe. Híjole. La plata de Taxco, o de por allí. Me da un abrazo. "Será muy valiosa", dice. Yo me encojo de hombros. "De ti depende -respondo-. Vale lo que tú qieras que valga".

Estamos comiendo en un restaurante de Madrid. A Jorge no se le nota huella ninguna de las cuatro horas que pasó anoche en un escenario de Madrid, con sus hermanos pequeños, los Tigres del Norte: el grupo norteño más famoso del mundo, pionero del narcocorrido y de la canción social de la frontera, cuya inmortal Contrabando y Traición -la historia de Camelia la Texana- empezó un género musical que hoy es cumbre del folclore mexicano, fenómeno cultural capaz de conseguir que Jorge y sus hermanos llenen de público el Estadio Azteca, o congreguen en sus conciertos al aire libre a cien mil personas que corean sus canciones porque las saben de memoria. Yo también las coreé anoche en Madrid. Estuve entre el público, a mis años y con la mili que llevo a cuestas, gritando "Sinaloa" en las pausas musicales, voceando la letra de Pacas de a kilo, de Jefe de Jefes, La reina del Sur, La mesera o Somos americanos, entre los aficonados españoles y la comunidad de México en Madrid, algunos de cuyos miembros vestían para la ocasión, sombreros y botas de piel de iguana, y agitaban banderas de su país, emocionados hasta la locura cuando Jorge, con su acordeón, sombrero alzado en la mano, cantaba aquello de: "Indios de dos continentes/ mezclados con español/ somos más americanos/ que el hijo de anglosajón"

Me gusta escuchar a Jorge -es muy inteligente y narra como nadie, por eso canta novelas en tres minutos- cuando confirma, con el tono sencillo de la buena gente de su tierra, que pese a treinta años de éxito y dinero no ha olvidado su infancia de niño pobre en Rosa Morada, Sinaloa, donde empezaba el colegio el 20 de septiembre porque el 15 sólo iban los chamacos que podían pagarse un uniforme. Cuando cuenta cómo aprendió a tocar el acordeón buscando en él las notas que hacía sonar en la guitarra. Cuando recuerda que empezó a cantar con ocho o nueve años por cantinas y burdeles, a veinticinco centavos canción, entre mesas manchadas de mezcal y tequila donde borrachos y putas fueron su primer público -ellas lo escondían bajo sus faldas cuando llegaba la policía-, hasta que una serie de azares y coincidencias lo pusieron en el camino que había de llevarlo al éxito de masas, a vender millones de discos y a ser imitado hasta la exageración por cientos de grupos norteños -algunos también excelentes- que fueron naciendo al socaire de los Tigres cuando éstos se conviertieron en maestros indiscutibles del género. Y mientras observo a Jorge Hernández comer despacio y mojar apenas los labios en la copa de vino, considero lo singular que resulta encontrar a alguien tan leal todavía a lo que en otro tiempo fue, inclido el niño que cantaba en las cantinas, y que aún pueda reconocerse ese niño en el hombre que ahora, en el escenario, bajo los focos, conserva la humilde calidez humana que permite a una superestrella del flolklore mexicano convertir su trabajo en espectáculo de comunión con un público enfervorizado, que sube al escenario a hacerse fotos con sus ídolos, mientras éstos recogen, obedientes, cada uno de los papelitos con peticiones que les entregan en pleno concierto, las leen en alto sin dejar de tocar y cantar, y procuran satisfacerlas. "Carga ladeada, cómo no... Para ustedes, con nuestro cariño, La puerta negra, claro que sí... Con mucho gusto, También las mujeres pueden"

"Ha sido un largo camino, Jorge". Se me queda mirando y asiente, dándole vueltas entre los dedos a la moneda de 1769. "Largo y pagándolo todo -responde-. Sin más deuda que con mis amigos". "Y con el público" apunto yo. "De él hablo -responde, suave- cuando digo mis amigos". Después, los dos echamos un vistazo a los periódicos, que traen fotos a toda página del concierto de anoche, y Jorge pone, sonriente, el dedo sobre una de las líneas de un artículo: "Interpretaron la mítica Reina del Sur, inspirada en una narcotraficante real, canción de la que Pérez-Reverte tomó algunas ideas para su novela". "No te molestará, ¿verdad?", comenta. Muevo la cabeza, y sonrío, feliz. "¿Molestarme? Todo lo contario, amigo. Me encanta. Así es como se construyen las leyendas

Arturo Pérez-Reverte
XL Semanal
4 de noviembre de 2007