01 abril 2011

The face of a sinner but the hands of a priest




"Moon over Bourbon Stret" - Sting


There's a moon over Bourbon Street tonight
I see faces as they pass beneath the pale lamplight
I've no choice but to follow that call
The bright lights, the people, and the moon and all
I pray everyday to be strong
For I know what I do must be wrong
Oh you'll never see my shade or hear the sound of my feet
While there's a moon over Bourbon Street

It was many years ago that I became what I am
I was trapped in this life like an innocent lamb
Now I can never show my face at noon
And you'll only see me walking by the light of the moon
The brim of my hat hides the eye of a beast
I've the face of a sinner but the hands of a priest
Oh you'll never see my shade or hear the sound of my feet
While there's a moon over Bourbon Street

She walks everyday through the streets of New Orleans
She's innocent and young from a family of means
I have stood many times outside her window at night
To struggle with my instinct in the pale moon light
How could I be this way when I pray to God above
I must love what I destroy and destroy the thing I love
Oh you'll never see my shade or hear the sound of my feet
While there's a moon over Bourbon Street


Del álbum "The Dream of the Blue Turtles" (1985)


*******


Un tema delicioso rodeado de una atmósfera envolvente. Destila pasión y aflicción. Se dice que Gordon Summers, mejor conocido como Sting, escribió este tema después de leer Entrevista con el vampiro. Y no es que sea un amante del mito del vampiro ni mucho menos. En alguna entrevista, Sting declaró que lo que más le llamó la atencion, fue el personaje de Louis y esa parte que describe el dolor que le causa amar a una mortal como es Babette:

"Debes comprender que lo que entonces sentía por Babette era un deseo de comunicación más fuerte que cualquier otro deseo intenso que sentía..., salvo por el deseo físico de... sangre. Era tan intenso que me podía hacer sentir la profundidad de mi capacidad de soledad. Cuando antes había hablado con ella, había habido una comunicación breve pero directa que era tan simple y satisfactoria como la de dar la mano a una persona, estrechársela, dejándola ir suavemente. Todo eso en un momento de gran necesidad o aflicción. Pero ahora estábamos confundidos. Para Babette, yo era un monstruo y eso me parecía espantoso, y hubiera hecho cualquier cosa para que cambiara de parecer. Le dije que los consejos que le había dado eran correctos, que ningún instrumento del demonio podía hacer algo correcto aunque quisiera.

- ¡Lo sé! - me dijo.

Pero con eso ella quería decir que no podía confiar más en mí que en el mismo demonio. Me acerqué, pero ella retrocedió. Levanté la mano y ella se encogió, aferrándose a la barandilla.

- Pues bien, entonces - dije, sintiendo una profunda exasperación -. ¿Por qué me protegiste anoche? ¿Por qué haa venido a verme a solas?

Lo que vi en su rostro era astucia. Tenía una razón, pero no me la revelaría de ningún modo. Le era imposible hablarme libre y abiertamente, brindarme la comunicación que yo deseaba. Me sentí afligido al mirarla. Ya era tarde y yo podía ver y oír que Lestat había entrado en el sótano y retirado nuestros ataúdes. Y yo necesitaba irme. Aparte de sentir otras necesidades... La necesidad de matar y de beber. Pero no era eso lo que me afligía. Era algo más, algo mucho peor. Era como si esa noche fuera la única de miles de noches, un mundo sin fin, una del que no podía ver el final, una noche en la que yo andaba bajo el frío y las estrellas insensibles. Pienso que desvié la mirada y me puse una mano sobre los ojos. De improviso me sentí débil y orpimido. Pienso que hacía algún sonido en contra de mi voluntad... Y entonces, en ese paisaje vasto y desolado de la noche, donde yo estaba a solas y Babette sólo era una ilusión, vi súbitamente una posibilidad que jamás había considerado, una posibilidad de la cual había huido, absorto como estaba con el mundo, con todos mis sentidos de vampiro, enamorado del color, la forma, el sonido, el canto y la suavidad y las variaciones infinitas. Babette se movía, pero no le presté atención. Sacaba algo del bolsillo, y era un gran llavero. Subía los escalones. 'Déjala ir', pensé.

- Criatura del demonio -susurró-. Aléjate de mí. Satán -repitió. La miré. Estaba inmovilizada en los escalones, mirándome con sus grandes ojos suspicaces. Había alcanzado la lámpara que colgaba de la pared y la tenía en sus manos, mirándome, cogiéndola como a una cartera valiosa.

- ¿Piensas que vengo de parte del demonio? -le pregunté.

Ella movió rápidamente los dedos de la mano izquierda alrededor de la manija de la lámpara y con la mano derecha hizo una señal de la cruz, y pronunció las palabras latinas apenas audibles para mí; su rostro palideció y se arquearon sus cejas cuando no se produjo el menor cambio debido a eso.

- ¿Esperabas que me deshiciera en una nube de huno? -le pregunté, acercándome, porque ahora la veía objetivamente debido a mis pensamientos-. ¿Y a dónde me iría? -le pregunté-. ¿Al infierno de donde vine? ¿Con el demonio a quien represento? -Me quedé al pie de la escalinata-. Supónte que te diga que no sabes nada del demonio. ¡Supónte que ni siquiera sabes si existe!

En el paisaje de mis pensamientos, yo había visto al deminio y ahora yo pensaba en el demonio. Desvíe la mirada. Ella no me escuchaba tal como tú ahora me escuchas. Ella no escuchaba. Miré las estrellas. Lestat estaba listo, yo lo sabía. Era como si hiciera años que estaba listo con el carruaje. Tuve la súbita sensación de que mi hermano estaba allí y hacía años que estaba y que me hablaba en voz baja, pero excitada. Y lo que me decía era desesperadamente importante, pero se alejaba de mí con la misma rapidez con que lo decía, como el ruido de las ratas en los tablones de una casa inmensa. Hubo un sonido crujiente y un estallido de luz.

- ¡No sé si vengo o no del infierno! ¡No sé quién soy! -le grité a Babette, y mi voz ensordeció mis propios oídos-. ¡Voy a vivir hasta el fin de los tiempos y ni siquiera sé quién soy!".



***

1 comentario:

Carmen dijo...

Leer los libros de Anne Rice desde mi adolescencia me hizo desarrollar una inmensa curiosidad y hasta cierto cariño y fascinación con New Orleans. En mayo del 2010 tuve oportunidad de estar allí una semana, y el lugar es de veras magico. Me hospedé en un hotel del barrio francés, detras del cual estaba Bourbon street, llenó todas mis espectativas y más. Vi la antigua casa de Anne Rice en Garden District donde escríbio muchas de sus novelas, estuve frente a la casa donde Claudia toca el piano para una familia y luego sale la escena que da a entender que los mató a todos. Estuve y pude entrar a la plantación que en principio dela pelicula es la plantación de Louis, me parece, pero si que se filmaron algunas escenas allí.

En fin, amé aquel lugar, amé Bourbon street, el barrio francés, su comida su gente, la mezcla de culturas que lo componen, es un lugar pintoresco.