15 noviembre 2008

The Birthday Book

Harry Potter en el Bosque Prohibido
(Ilustración: Quentin Blake, 2008)

El Príncipe Carlos de Inglaterra ha cumplido sesenta años. No pretendo rendirle ninguna clase de homenaje pero ha sido grato enterarme que para conmemorar esta fecha, se ha publicado un libro cuyo título es The Birthday Book para recaudar fondos para The Prince's Foundation for Children and the Arts, una organización que procura el acercamiento de los niños de escasos recursos al arte.

Este libro contiene una colección de 50 historias (extractos) y poemas infantiles contemporáneos y clásicos con sus respectivas ilustraciones, dedicados a los cumpleaños. Cada selección incluye una introducción del autor o de algún "fan" famoso, como es el caso de Johnny Depp y un fragmento de Charlie and the Chocolate Factory, una historia que el propio actor declara que guarda muy cerca de su corazón.

Entre las colaboraciones, destaca la de la escritora J. K. Rowling que proporciona y revela su pasaje favorito del libro Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. La introducción, publicada en el diario The Guardian, dice más o menos esto:

Ante todo, debo admtir, que el extracto que he escogido para The Birthday Book aunque en apariencia no contenga ninguna celebración en particular, brinda la visión de mi héroe camino a su muerte. Pero cuando Harry toma ese largo y último camino hacia el corazón del Bosque Prohibido, está decidiendo aceptar un destino que recayó sobre sus hombros cuando aún era un niño pequeño, a pesar del hecho de que nunca aspiró al papel que le ha tocado desempeñar, que nunca deseó la cicatriz con la que fue marcado. Como su mentor, Albus Dumbledore, queintentó ser claro con Harry, él pudo rehúsar seguir el destino marcado para él. A pesar de la opinión y la expectativa que lo excluyen como el "Elegido", es la propia voluntad de Harry quien lo conduce a través del Bosque para encontrarse con Voldemort, preparado para sufrir el fin del que escapó dieciséis años atrás.

Los destinos de los magos y los príncipes pueden parecer más certeros que los indicados para el resto de nosotros , y sin embargo todos debemos escoger la manera como salimos al encuentro con la vida: si cumplir o no las expectativas puestas en nosotros; si actuar de forma egoísta o por el bien común; si tomar el mando de nuestras vidas o permitir que nos lleven la suerte y las circunstancias. Los cumpleaños son momentos para reflexionar, momentos en que hacemos una pausa, miramos alrededor y hacemos una revisión de donde estamos; los niños contemplan alegremente lo lejos que han llegado, mientras que los adultos miran más allá de los árboles, preguntándose cuánto más tendrán que recorrer.

Este extracto de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte es mi parte favorita del séptimo libro y quizá de toda la saga. En ella, Harry demuestra su verdadera naturaleza heroica, porque supera su propio terror para proteger a la gente que ama de la muerte y a toda la sociedad de la tiranía.

Aquí incluyo la parte que más me gusta de dicho extracto y que sin vergüenza alguna confieso, logró arrancarme algunas lágrimas:

Otra vez el bosque

La verdad, al fin. Tumbado boca abajo, con la cara sobre la polvorienta alfombra del despacho donde una vez creyó estar aprendiendo los secretos de la victoria, Harry comprendió que no iba a sobrevivir. Su misión era entregarse con serenidad a los acogedores brazos de la muerte. Pero antes de llegar a ese punto tenía que destruir los últimos vínculos de Voldemort con la vida, de modo que cuando saliera al encuentro del Señor Tenebroso sin alzar la varita para defenderse, hubiera un final limpio y se diera por concluido el trabajo que no se había terminado en Godric's Hollow: ninguno de los dos viviría, ninguno de los dos sobreviviría.

El corazón le latía con violencia. Pensó que precisamente el miedo a la muerte lo hacía bombear con mayor vigor para mantenerlo con vida, pero se pararía, y pronto. Sus latidos estaban contados... ¿Cuántos emplearía para levantarse, salir del castillo por última vez y cruzar los jardines en dirección al Bosque Prohibido?

Tendido en el suelo, con ese fúnebre tambor golpeando en su interior, sintió que lo invadía el pánico. ¿Dolería morir? Más de una vez había creído que llegaba su hora, aunque en el último momento se había salvado; pero nunca se había detenido a pensar de verdad en el hecho en sí, porque sus ganas de vivir siempre habrían superado su miedo a la muerte. Sin embargo, en ese momento ni siquiera se planteó escapar, o burlar a Voldemort; sabía que todo había terminado, y la única verdad que quedaba era el hecho en sí: morir.

***

Siguió adelante y llegó a la linde del Bosque Prohibido. Una vez allí, se detuvo.

Un enjambre de dementores se deslizaba entre los árboles. Harry sintió propagarse su frío y dudó que lograra combatirlo. No le quedaban fuerzas para hacer aparecer un
patronus, ni controlaba ya sus temblores. Al fin y al cabo, morir no era tan fácil. Cada inspiración que daba, el olor a hierba, la fresca brisa en la cara... todo adquiría un gran valor. Y pensar que la gente disponía de años y años de vida, tiempo de sobra, tanto que a veces hasta resultaba una carga; y él, en cambio, se aferraba a cada segundo que transcurría. No se sentía capaz de continuar, pero sabía que debía hacerlo. Aquel largo juego había terminado, habían atrapado la snitch, había llegado el momento de descender...

La snitch. Con dedos entumecidos buscó en el monedero colgado del cuello y la sacó.

"Me abro al cierre."

La contempló respirando con agitación. Y justo cuando deseaba que el tiempo transcurriera lo más despacio posible, éste se aceleró y la solución le llegó tan de repente que no hizo falta ningún razonamiento: aquella situación era el cierre. Aquél era el momento preciso.

Apretó la bola dorada contra sus labios y susurró: "Estoy a punto de morir".

Y la cubierta de metal se abrió por la mitad. Harry bajó una temblorosa mano, sacó la varita de Draco de la capa invisible y murmuró:
"¡Lumos!"

La piedra negra, dividida por una raja, reposaba entre las dos mitades de la snitch. La Piedra de la Resurrección se había resquebrajado siguiendo la línea vertical que representaba la Varita de Saúco, pero todavía se distinguían el triángulo y el círculo que representaban la capa y la piedra.

Y una vez más, Harry comprendió sin necesidad de reflexionar: no hacía falta que los hiciera regresar, porque estaba a punto de reunirse con ellos. No iría él a buscarlos, sino que ellos vendrían a buscarlo a él.

Cerró los ojos e hizo girar la piedra en su mano tres veces.

Y supo que se había obrado el milagro porque oyó ruidos en la franja de tierra cubierta de ramitas que señalaban la linde del Bosque Prohibido, como si unos cuerpos ligeros caminaran por ella. Abrió los ojos y miró a su alrededor.

Enseguida comprendió que no eran fantasmas ni seres de carne y hueso. Se parecían mucho al Ryddle que había escapado del diario varios años atrás: un recuerdo convertido casi en algo material. Eran menos consistentes que los sres vivos, pero más que los fantasmas; avanzaban hacia él y en todos sus rostros había una afectuosa sonrisa.

James tenía la misma estatura que Harry. Llevaba la ropa con que había muerto, el pelo enmarañado y las gafas un poco torcidas, como el señor Weasley.

Sirius era alto y apuesto, y mucho más joven que cuando Harry lo había tratado en vida. Andaba garboso, con las manos en los bolsillos y esbozando una sonrisa burlona.

Lupin también era más joven, de aspecto pulcro y cabello más poblado y menos canoso. Parecía alegrarse de volver a estar en aquel lugar tan familiar, el escenario de tantas correrías de adolescentes.

La de Lily era la sonrisa más amplia. Se apartó el largo cabello de la cara al acercase a Harry, y le escrutó ávidamente el rostro con aquellos ojos verdes tan parecidos a los de él, como si nunca fuera a cansarse de mirarlo.

-Has sido muy valiente- le dijo.

Harry se quedó sin habla. Se regalaba los ojos con ella y pensó que le gustaría quedarse allí mirándola por toda la eternidad; no necesitaba nada más.

-Ya casi has llegado- le dijo James-. Te hallas muy cerca. Y nosotros estamos muy orgullosos de ti.

-¿Duele?- Esa pregunta tan infantil brotó de los labios del chico sin que él pudiese impedirlo.

-¿Si duele morir? No, en absoluto- contestó Sirius -. Es más rápido y más fácil que quedarse dormido.

-Y él se encargará de que sea rápido. Quiere acabar de una vez- añadió Lupin.

-No quería que ninguno de vosotros muriera por mí- dijo Harry sin proponérselo -. Lo siento... - Y se dirigió a Lupin como para pedirle perdón-: Tu hijo acababa de nacer... Lo siento mucho, Remus.

-Yo también lo siento - replicó Lupin -. Me apena pensar que nunca lo conoceré... Pero él sabrá por qué le di una vida, y confío en que lo entienda. Yo intentaba construir un mundo donde él pudiera ser feliz.

Una fresca brisa que parecía emanar del corazón del Bosque Prohibido le apartó el pelo de la frente a Harry. Sabía que ellos no lo obligarían a aeguir adelante, que esa decisión tenía que tomarla él.

-¿Os quedaréis conmigo?

-Hasta el final- contestó James.

-¿Y no os verá nadie?

-Somos parte de ti- repuso Sirius-. Los demás no pueden vernos.

Harry miró a su madre.

-Quédate a mi lado- le pidió.

Y se puso en marcha. El frío de los dementores no lo afectó, de manera que lo atravesó con sus acompañantes, que actuaron como
patronus
, y juntos desfilaron entre los viejos árboles de ramas enredadas y raíces nudosas y retorcidas, que crecían muy juntos entre sí. Harry se ciñó la capa invisible y fue adentrándose ,ás y más en el bosque, sin saber con exactitud dónde estaría Voldemort, pero convencido de que lo encontraría. A su lado, sin hacer apenas ruido, iban sus cuatro valedores; su presencia le infundía coraje y el impulso para continuar caminando.

4 comentarios:

Eli dijo...

¡Ufff! Decididamente es un pasaje increible, de una fuerza sobrecogedora.
Nunca me han parecido infantiles las historias del niño mago, pero esto, supera en madurez a muchos presuntos autores de culto.

Gracias por hacerme recordar algo tan especial.
Besos, guapa.

MacVamp dijo...

Jejeje, cierto es, estimada Eli.

Parte del fenómeno llamado Harry Potter es que no está dirigido a ningún tipo de público en particular, y yo creo que ahí radica su éxito. Lo mismo lo comprende un niño que un adulto. Su lenguaje no está infantilizado pero tampoco es totalmente adulto. Lo mismo las situaciones y las historias.

Yo soy fan declarada del Niño-Mago, jejeje.

Besos.

Bruja Blanca dijo...

Pues anda que yo... También lloré... Bueno, y no te digo nada con la muerte de Sirius, que sufrí el síndrome de la negación, dejé el libro sin terminar durante una semana, hasta que se pasó el disgusto (en parte) y pude continuar y terminarlo...

Gracias, Mac, un beso potteriano.

MacVamp dijo...

Es que Sirius es un GRAN personaje, querida Brujita ;-)

Y yo insisto: me quedo con ganas de saber más sobre él y su vida.

Además, escoger a Gary Oldman para que lo interpretara en la gran pantalla, ha sido un enorme acierto.

Más besos potterianos pa' ti :)