El Justiciero de Miami

Confieso que al principio no le hice mucho caso. A pesar de que el mundo de los asesinos seriales logra apasionarme. Además, aquello de que la serie estuviese ambientada en Miami, puffh, me remitía más a Miami Vice que a CSI: Miami con Horatio-Caruso al frente, jejeje. Y confieso también que en alguno de los dos primeros capítulos que vi, me quedé dormida :p


Después, la curiosidad pudo más que todo y me planté muy decidida delante del televisor una noche de aquellas. Y voilà, me enganché. Me encantó el tratamiento del personaje, las situaciones, los guiones y hasta el hecho de que no puedes imaginarte a Dexter en otro sitio que no sea Miami.


La voz en off, algo así como la conciencia o los clásicos monólogos internos que todos ponemos en práctica, no estorba, al contrario: te permite conocer las entretelas de un asesino. Compulsiones, temores, preguntas existenciales, inclusive hasta algún chistorete salpicado de humor negro. Todo es válido dentro de una voz que es el hilo conductor, aunque no podemos hacer a un lado todo el entramaje de cada capítulo que a pesar de tener la fórmula sencilla de inicio, nudo y desenlace, también tiene conexión con el siguiente de una forma natural. Nada de tener que mirar hacia atrás buscando esos detalles que seguro se te escaparon y que ahora son importantes pistas. La ventaja de cada capítulo también son los flashbacks en pequeñas pinceladas sobre la niñez y la adolescencia de un Dexter confuso por su propias reacciones: el hecho, por ejemplo, de que carece de emociones o de que se ve imposibilitado a demostrarlas. O la gran fortuna de haber contado con un padre adoptivo que lo entiende de cabo a rabo y le enseña cómo encausar sus pulsiones asesinas. Dexter es un asesino, sí, pero sólo despacha a la escoria de la sociedad. Jamás un inocente.


Además, es un hombre discreto, sencillo, contenido y afable. Misterioso para casi todos y curiosamente adorable para las mujeres, incluyendo a su hermana que desconoce los terribles secretos que rabiosamente esconde Dexter.


Hemos tenido la suerte de que el canal Cuatro de tele abierta ha respetado (en la medida de lo posible) a esta serie y nos permitió terminar la primera temporada en paz, como aquel que dice, jejeje. No hicieron trizas a la misma cambiando sin orden ni concierto los horarios de emisión. Y también afortunadamente, ha comenzado a emitir la segunda temporada más rápido de lo que imaginábamos. El cerrojazo de la primera puede dejarte un poco en shock y por supuesto, responde a muchas cuestiones que el espectador se va haciendo a lo largo de la serie. Y los primeros capítulos de la segunda temporada, si bien pueden ser un poco sosos, dan un giro (casi espeluznante para el propio Dexter) que logra que vuelvas a confiar en el bien hacer de James Manos Jr. , antiguo productor y guionista de The Shield y The Sopranos, nada menos.



Dexter es un forense de la policía de Miami, tiene un instinto asesino que gracias a su padre adoptivo policía canaliza sólo hacia criminales. La serie es un ingenioso estudio del ser humano urdido para la cadena por cable Showtime. Los guiones combinan sociología con intriga, porque además de las tretas para no ser descubierto, Dexter tiene misterios sobre su pasado y sobre otro asesino que lo acosa y copia su escrupuloso método de matar.

¿El malo es el héroe?

"La serie generó cierta polémica por el hecho de hacer de un asesino en serie el protagonista de un show. Me sorprendió hasta qué punto hubo gente escandalizada y, sinceramente, no creo que se trate de ensalzar el asesinato o a los asesinos en serie. Creo que es una reflexión sobre el poder de los secretos. El argumento de Dexter es una enorme metáfora sobre la naturaleza humana".

Sociópata encantador

"Una de las claves que ayuda a entender al protagonista es que se analiza a sí mismo y a lo que hace mediante la voz en off. En cada episodio lo que dice le acerca al espectador haciéndole cómplice de su secreto. Además le recuerda su particular código ético: sólo mata a asesinos. Y el hecho de definirse a sí mimso como un ser aislado, contra natura, distinto de los demás e incapaz de un comportamiento normal y corriente es un modo muy inteligente de hacer que la audiencia no se sienta culpable de tenerle simpatía. Porque además Dexter se esfuerza por recalcar que él solo intenta hacer lo correcto. Creo de verdad que este es el punto fuerte de la historia".


De morgue en morgue

"Dexter es un policía forense y durante gran parte de la serie está rodeado de cuerpos destrozados (además de los que él descuartiza). Me paso el día en el plató viendo miembros diseminados por todas partes. Imagino dque si encontrara un cuerpo de verdad así vomitaría mi almuerzo sobre el primero que pasara. Pero en lo que respecta a los decorados, no siento nada en particular. Supongo que el hecho de haberme pasado cinco años embalsamando en la serie A dos metros bajo tierra (2001-2005) me ha curtido ante estos sets. ¿Desmembrar? ¿Embalsamar? ¡Uf! Las dos series comparten ingredientes truculentos".


El lado oscuro de Michael

"Interpretar a Dexter supuso un curioso ejercicio. Por una parte físico, claro. Es un tipo fuerte que tiene que neutralizar a sus víctimas, así que me entreno mucho para darle esa apariencia. Por otro, me obligó a indagar en mi parte oscura y a explorar ese lado retorcido que existe en todos nosotros. Evidentemente no tengo inclinaciones a asesinar y a mutilar a tipos; tampoco arrastro un pasado como el de Dexter que lo lleva a hacer lo que hace, pero es interesante reconocer que en nosotros existe la maldad. ¿Lo más horrible que he hecho? No pagar un ticket de parking y no respetar una señal de stop (ríe). Pero reconozco que cuando estás tanto tiempo con un personaje como él no puedes evitar preguntarte qué tienes en común. Dexter es un maníaco compulsivo y por su culpa me descubrí una especie de tic: toco constantemente mi reloj de pulsera".

(Michael C. Hall que interpreta a Dexter Morgan ha sido nominado al Emmy y a los Globos de Oro.)


Fotogramas, Nº 1980
octubre de 2008