01 octubre 2007

Quisiera





Quisiera tener la "gracia" suficiente para describir todo lo que me pasa viviendo en este lado del mundo... Pero mucho me temo que no gozo de esa magia, hahaha y puedo padecer con singular frecuencia, la sensación de que no escribo todo lo que quisiera, ni aquí, en mi ciber-hogar ni en las hojas blancas que he decidido encuadernar con espiral y todo, pues tal parece que aquí le han declarado la guerra abierta a los cuadernos de hojas blancas y me han obligado a detestar los de cuadrícula chica, puffhh... Qué manía de usar a diestra y siniestra un cuaderno que hasta donde yo recuerdo, en la primaria solíamos usar para la clase de matemáticas y tan tan. Ah, y también abusan de los cuadernos que en mi niñez conocíamos como de "doble raya" y aquí llaman "pautados". Es que, no sé a quién se le ocurrió, pero desde que los niños agarran su primer lápiz en forma se les enseña a escribir con manuscrita y aquí lo más raro del mundo es que primero: la mayoría goce de una buena letra y segundo: que sepan escribir en forma con el estilo script. Así que, como yo también tengo manías, jejeje, sé que estaré obligada a seguir encuadernando hojas blancas de esas que se compran en paquetes de 500, pues de otro modo no me siento cómoda ni mucho menos inspirada tendiendo delante cuadernos de hojas rayadas.

Quisiera, como ya lo dije al principio, tener la gracia de describir la mayoría de las cosas que me ocurren desde que llegué a este país hace ya cuatro años. En un primigenio intento de blog que tuve en bitácoras.com, creo que mi primera entrada la dediqué a lo mucho que me sorprendía (y me sigue sorprendiendo) que vengan pipas enormes con sus mangueras correspondientes a limpiar las calles del barrio donde vivo con agua a presión. Caray, la primera vez que contemplé tal cosa, lo primero que me vino a la cabeza fueron esas imágenes de la gente que en muchas zonas del DF, sobre todo del área conurbada, esperaban a que las pipas vayan una vez al día para llenar toda clase de recipientes pues no cuentan con agua potable ni mucho menos con sistemas de drenaje. Y aquí, a chorro limpio, limpiando las calles que eso sí, mucho se agradece porque no hay acera, banqueta o como quieran llamarla, que se libre de las cacas de perro... Yo no sé cómo es que la gente sigue sin tomar conciencia y sigue sacando a sus animales a que defequen en cualquier área. En cuatro años, lo mismo viviendo en Sevilla que aquí en Valencia, si he visto a tres o cuatro personas recogiendo con bolsitas las cacas de sus perros, han sido muchas, en serio. A ver cuándo dejamos de creer que las aceras son algo así como campos minados donde hay que mirar muy bien por dónde pisas o pisa el Happy Demon y pasas el cochecito de paseo o el triciclo del nene para no llevarte un "recuerdito".

Quisiera acostumbrarme, después de cuatro años, que los domingos, aquí, ni las gallinas ponen. Que a veces son descuidada y que a veces las cosas me pasan porque me lo merezco :P Como ayer, que me atacó uno de mis clásicos dolores de cabeza y no tenía unas pastillas que mezcladas con otras de ibuprofeno, me sirven genial. Y pues nada, que era domingo y que sí, que tenemos "cerca" una farmacia que es de 24 horas, pero sinceramente, no estaba yo como para caminar quince minutos (y mi señor marido en el quinto sueño descansando del pésimo horario que tiene desde hace casi tres semanas). Ainss, cuánto extrañé la farmacia que siempre había tenido a dos calles de mi casa, que lo mismo abría días festivos que domingos, desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche non-stop.

Quisiera muchas otras cosas, como al fin continuar con esa historia que tengo años rondándome en la cabeza y que aseguro que podría ser mi primera novela, o en todo caso, mi primer intento, porque lo mío son los cuentos. La historia de unos gemelos idénticos que sin embargo parecen diferenciarse en la forma de ser, en la forma de reaccionar ante la vida. Anotaciones van y vienen, el embrión del primer capítulo ya está, sólo quisiera tener decisión y... valor.





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1 comentario:

Korkuss dijo...

Cuando hay fe, talento y esperanza, las cosas terminan por pasar.

Ánimo, yo sé que esos "quisiera" se convertirán en "hice".