Tengo pánico a las alturas, así que sólo en una ocasión he subido a la montaña rusa y jamás, pero jamás, he subido a la rueda de la fortuna (noria, como las llaman aquí) y me resultan insoportables los puentes colgantes. Sin embargo, suelo viajar muy bien en avión y permanecer en las azoteas o en los rascacielos. A ciencia cierta, no sé porque tengo esta especie de fobia, lo cierto es que la descubrí desde pequeña, lo mismo que ese raro gusto por la velocidad. No era capaz de disfrutar si mi padre era quien conducía a todo trapo (en ocasiones muy puntuales porque lo suyo es el ritmo casi tortuga y cierta precaución, hahaha), sin embargo, conforme fui creciendo, ese gusto por la velocidad y la adrenalina se manifestaban y se arraigaban cada vez que subía al auto de algún amigo o prospecto, hahahaha. Recuerdo que desde que era niña, me gustaban las carreras de autos, seguía mucho a Ayrton Sena y a pesar de que ahora soy parte de esos espectadores que se emocionan con Fernando Alonso, prefiero los grandes premios de motociclismo y mi favorito (sí, es italiano y no me importa, por esta ocasión, no defender a los compatriotas de mi marido, hahaha) es Valentino Rossi, grande entre los grandes y todo un personaje.
Tengo la ventaja de que mi señor marido también es fanático de la velocidad y de que en nuestro caballo de acero bautizado por Yamaha como Drag Star 1100 hemos alcanzado los 170 k/h (moto custom, no deportiva) y en el añorado Mazda 6 (nuestro primer auto) los 200 k/h en recta. La sensación que te brinda la velocidad no es posible expresarla con palabras, me imagino que los chutes de adrenalina te nublan en cierta forma el conocimiento, hahaha. Todo esto viene a cuento porque anoche, por enésima ocasión, vimos 60 segundos que para aquellos que no lo sepan es una película protagonizada por Nicholas Cage y Angelina Jolie. Y nuevamente suspiramos con "Eleonor": un Shelby Ford Mustang del '67, considerado el unicornio de Memphis (Nicholas Cage) porque nunca había podido robarlo y siempre lo ha codiciado. Ainsss, coches deportivos, poderosos, estéticos, yo alucinaba con un poster que por muchos años engalanó una de las paredes de mi habitación y que era un grupo de fotos de los modelos más representativos de Lamborghini, entre ellos, claro, el Diablo.
60 segundos (2000) no es una película dramática, ni tiene un gran guión digno de ser premiado en los festivales de cine de autor, pero tiene acción y una excelente fotografía (es una versión "alternativa" de la realizada en 1974). En algún lado leí la queja de que no había un buen desarrollo de personajes, pero, ¿a quién le importa eso? Son los justos, los precisos y teniendo por delante la misión de robar 50 coches de lujo en un plazo de 72 horas, ya que si no lo haces, matan a tu hermano pequeño que se ha metido en el negocio del robo de coches tratando de ser como tú (y ha hecho tratos con un mafioso ruso), al menos yo, veo innecesario que hubiese más "transfondo" con la banda que logra reunir de nuevo Randall "Memphis" Raines (Nicholas Cage). Y no damas y caballeros, no es como Fast and furious (y me refiero a la primera con Vin Diesel) aunque, reconozco, que es otra peli que me gusta mucho, a pesar de que tenga menos historia que el tamaño de un tanga, pero... ¿Se han dado cuenta de lo adictiva que puede ser la velocidad y los coches deportivos?, hahahaha. Creo que somos demasiados los que hemos soñado con tener uno ya sea modificado, "tuneado", o real y legendario, digamos que uno de los años '70, por ejemplo: un Mustang-Coupe o un Firebird.
Tengo la ventaja de que mi señor marido también es fanático de la velocidad y de que en nuestro caballo de acero bautizado por Yamaha como Drag Star 1100 hemos alcanzado los 170 k/h (moto custom, no deportiva) y en el añorado Mazda 6 (nuestro primer auto) los 200 k/h en recta. La sensación que te brinda la velocidad no es posible expresarla con palabras, me imagino que los chutes de adrenalina te nublan en cierta forma el conocimiento, hahaha. Todo esto viene a cuento porque anoche, por enésima ocasión, vimos 60 segundos que para aquellos que no lo sepan es una película protagonizada por Nicholas Cage y Angelina Jolie. Y nuevamente suspiramos con "Eleonor": un Shelby Ford Mustang del '67, considerado el unicornio de Memphis (Nicholas Cage) porque nunca había podido robarlo y siempre lo ha codiciado. Ainsss, coches deportivos, poderosos, estéticos, yo alucinaba con un poster que por muchos años engalanó una de las paredes de mi habitación y que era un grupo de fotos de los modelos más representativos de Lamborghini, entre ellos, claro, el Diablo.
60 segundos (2000) no es una película dramática, ni tiene un gran guión digno de ser premiado en los festivales de cine de autor, pero tiene acción y una excelente fotografía (es una versión "alternativa" de la realizada en 1974). En algún lado leí la queja de que no había un buen desarrollo de personajes, pero, ¿a quién le importa eso? Son los justos, los precisos y teniendo por delante la misión de robar 50 coches de lujo en un plazo de 72 horas, ya que si no lo haces, matan a tu hermano pequeño que se ha metido en el negocio del robo de coches tratando de ser como tú (y ha hecho tratos con un mafioso ruso), al menos yo, veo innecesario que hubiese más "transfondo" con la banda que logra reunir de nuevo Randall "Memphis" Raines (Nicholas Cage). Y no damas y caballeros, no es como Fast and furious (y me refiero a la primera con Vin Diesel) aunque, reconozco, que es otra peli que me gusta mucho, a pesar de que tenga menos historia que el tamaño de un tanga, pero... ¿Se han dado cuenta de lo adictiva que puede ser la velocidad y los coches deportivos?, hahahaha. Creo que somos demasiados los que hemos soñado con tener uno ya sea modificado, "tuneado", o real y legendario, digamos que uno de los años '70, por ejemplo: un Mustang-Coupe o un Firebird.
Algunos dicen que 60 segundos es rescatable, en cierta medida, por gente como Robert Duvall (Otto) que aporta su impecable trayectoria en un papel considerado como el maestro zen del robo de autos, aquel que dá seriedad y compromiso, que de pronto se ve de nuevo en el ajo gracias al afecto paternal que siente por los hermanos Raines. Su taller, ahora utilizado de manera legal para conservar y rescatar coches antiguos, se convierte en el centro de operaciones. Otros dicen que Angelina Jolie y su "carisma" (¿?) dan cierto toque a la película. A mí esto me parece exagerado, será que la Jolie no es santa de mi devoción y que ese look de rubia casi platina con dreadlook, largas chaquetas y una complexión casi de anoréxica, no es que aporte mucho. Sólo destacaría dos momentos de sus diálogos:
1. Sway (Angelina Jolie) a Memphis (Nicholas Cage): La próxima vez me pondré para ti cuero, lencería rosa y tacones.
2. Sway a Memphis: Qué te parece más excitante: ¿robar coches o hacer el amor?Memphis: Hacer el amor o robar coches...uhm... ¿Qué tal hacer el amor mientras robas coches?
A Nicholas Cage me cuesta trabajo "clasificarlo" aunque en 60 segundos está en su salsa, digamos que el encargado del casting acertó al elegirlo. Pero tengo una relación rara con él. Sin importar que sea sobrino de Francis Ford Coppola (y que este hecho casi ni se menciona ya) ha podido salir más o menos airoso de todo tipo de papeles: desde el italiano tímido que se descorcha con una Cher nada atractiva en Moonstruck, hasta el chico psycho que cree haber sido atacado por una vampiro en Vampire's kiss, el tío raro y apasionado de un filme clásico del maestro David Lynch como es Wild at heart, el alcohólico fatalista de Leaving Las Vegas, el héroe a la americana de Con Air (un duelo bien llevado con John Malcovich super-villano), el inútil que termina salvando el día junto con el gran Sean Connery en The Rock, o el hijoputa total de Face/Off con un John Travolta que también dá buen juego, el alelado ángel enamorado de City of Angels (intento de refrito a la americana de Wings of desire de Win Wenders) y dos papeles que, bajo mi punto de vista, se parecen mucho: 8mm y Snake eyes (será porque filmó las dos casi al mismo tiempo). No es super-atractivo (aunque en gran medida me recuerda a alguien que demasiado pronto cumplió su ciclo en mi vida sentimental, hahaha) pero si hablamos de carisma, el Cage lo tiene y mucho. A pesar de que en algunos papeles le pasa lo mismo que a mi admirado Mel Gibson: parece que se interpreta a sí mismo remarcando esa sonrisita un tanto psycho, cierto tipo de mirada e inclusive la forma de moverse. En 60 segundos ocurre un poquito de esto, jejeje, pero Memphis Raines no sería ese ladrón de coches reformado que vuelve a la andanzas para salvar a su hermano, que tiene un buen corazón y nervios de acero si no fuera interpretado por Cage.
El soundtrack de 60 segundos es conocido por esa magnífica canción escrita e interpretada por The Cult: (y que se convierte en el tema de ciertos momentos romanticones -muy escasos, alabado sea Satán, hahaha- ) Painted of my heart, pero también encontramos Low Rider de War (que mucha gente cree que es un tema de los ZZTop) o a los Apollo Four Forty con la dinámica, pegajosilla y sampleada Stop the Rock, inclusive tienen cabida los Chemichal Brothers, Crystal Method, Moby, Ice Cube, entre otros. A mí, sobra decir, me basta con el tema de The Cult, una de las pocas, poquísimas cosas que hicieron juntos Ian Astbury y Billy Duffy antes de mandarse un tiempo a la mierda y de que Mr. Astbury fuese convocado por Ray Manzarek para hacer mini-giras reviviendo el recuerdo de Jim Morrison.
Yo no sé conducir, se que resulta patético confesarlo, pero esto no me impide disfrutar de la velocidad, de los coches y de las motos ;-)
***
1. Sway (Angelina Jolie) a Memphis (Nicholas Cage): La próxima vez me pondré para ti cuero, lencería rosa y tacones.
2. Sway a Memphis: Qué te parece más excitante: ¿robar coches o hacer el amor?Memphis: Hacer el amor o robar coches...uhm... ¿Qué tal hacer el amor mientras robas coches?
A Nicholas Cage me cuesta trabajo "clasificarlo" aunque en 60 segundos está en su salsa, digamos que el encargado del casting acertó al elegirlo. Pero tengo una relación rara con él. Sin importar que sea sobrino de Francis Ford Coppola (y que este hecho casi ni se menciona ya) ha podido salir más o menos airoso de todo tipo de papeles: desde el italiano tímido que se descorcha con una Cher nada atractiva en Moonstruck, hasta el chico psycho que cree haber sido atacado por una vampiro en Vampire's kiss, el tío raro y apasionado de un filme clásico del maestro David Lynch como es Wild at heart, el alcohólico fatalista de Leaving Las Vegas, el héroe a la americana de Con Air (un duelo bien llevado con John Malcovich super-villano), el inútil que termina salvando el día junto con el gran Sean Connery en The Rock, o el hijoputa total de Face/Off con un John Travolta que también dá buen juego, el alelado ángel enamorado de City of Angels (intento de refrito a la americana de Wings of desire de Win Wenders) y dos papeles que, bajo mi punto de vista, se parecen mucho: 8mm y Snake eyes (será porque filmó las dos casi al mismo tiempo). No es super-atractivo (aunque en gran medida me recuerda a alguien que demasiado pronto cumplió su ciclo en mi vida sentimental, hahaha) pero si hablamos de carisma, el Cage lo tiene y mucho. A pesar de que en algunos papeles le pasa lo mismo que a mi admirado Mel Gibson: parece que se interpreta a sí mismo remarcando esa sonrisita un tanto psycho, cierto tipo de mirada e inclusive la forma de moverse. En 60 segundos ocurre un poquito de esto, jejeje, pero Memphis Raines no sería ese ladrón de coches reformado que vuelve a la andanzas para salvar a su hermano, que tiene un buen corazón y nervios de acero si no fuera interpretado por Cage.
El soundtrack de 60 segundos es conocido por esa magnífica canción escrita e interpretada por The Cult: (y que se convierte en el tema de ciertos momentos romanticones -muy escasos, alabado sea Satán, hahaha- ) Painted of my heart, pero también encontramos Low Rider de War (que mucha gente cree que es un tema de los ZZTop) o a los Apollo Four Forty con la dinámica, pegajosilla y sampleada Stop the Rock, inclusive tienen cabida los Chemichal Brothers, Crystal Method, Moby, Ice Cube, entre otros. A mí, sobra decir, me basta con el tema de The Cult, una de las pocas, poquísimas cosas que hicieron juntos Ian Astbury y Billy Duffy antes de mandarse un tiempo a la mierda y de que Mr. Astbury fuese convocado por Ray Manzarek para hacer mini-giras reviviendo el recuerdo de Jim Morrison.
Yo no sé conducir, se que resulta patético confesarlo, pero esto no me impide disfrutar de la velocidad, de los coches y de las motos ;-)
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5 comentarios:
Aqui si tengo que decirte que tienes que aprender rapido a conducir, cuando estes en control de la velocidad la amaras mucho mas.
Saludos :D
Uf! aquí una prudente conductora a la cual le infarta la velocidad hasta límites insospechados.Tengo algo de fobia a ir en coche (cuando conduzco yo no me ocurre)y si se conduce veloz, apaga y vámonos.Lo paso verdaderamente mal.
Aun así tenendo en cuenta que las últimas pelis que he visto con vosotros han sido buenísimas, la apunto en la lista de pendientes ;)
jajajajaja No es patetico Mac a mi me pasa igual, bueno se conducir, peor da igual pro que no tengo conré de conducir asiq ue es totalemnte ilegal :P
claroq ue lo mio no es pasion propia, es genetica, herencia paterna. supongoq ue cuando tu padre gusta de las carreras sin querer se filtra hasta tu subconsciente y s eocnvierte en una droga.
mi complejo de electra tambien ayuda:P
Solo... yo prefiero el "murcielago" el diablo no em parece tan sexy :P
Ariel: Gracias por el consejo ;-), espero pronto ponerme manos a la obra y aprender a conducir. Es indispensable.
Ana: A ver, una cosa es ser un subnormal profundo que tiene complejo de corredor de autos y va sin ton ni son por las calles y peor aún por la carreteras, y otra que disfrutes en ciertas ocasiones y momentos de la potencia que te brindan las máquinas ;-) Yo suelo pasarlo fatal si voy con alguien que no yiene ni pizca de razonamiento al volante.
Y en cuanto a las pelis, no olvides ver "El caso Slevin", me imagino que aún sigue en cartelera o puedo prestártela. Seguro que también la disfrutará David :)
Selara: En mi caso, ya lo expliqué, mi pasión por la velocidad no es cosa genética. Mi padre es super-precavido, no al grado hostigante, pero sí que lo es y no corre, así lo vayan persiguiendo, hahahaha. Conforme fui creciendo, mi pasión por la velocidad también creció. Y el Lamborghini Murciélago es precioso, cierto, jejeje.
Speed, gimme what I need...!!
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