Madonna-fetish-a-la-inglesa

Madonna fotografiada por Steven Klein, 2006

No tengo ningún reparo en declarar que desde hace más de 20 años, soy fan de Madonna. Bueno, aclaro, soy fan normalita, no una friki que viva, respire y muera pensando en una de mis "ídolas", hahahaha. Siendo yo adolescente, me tocó la época en que tenía la famosa imagen a medio camino entre lo zorruno y una visión poco definida gótica. No me dirán ustedes que todo ese armamento de crucifijos, rosarios, pulseritas negras (gummies), encajes, ligueros, corsets, botines de tacón de aguja y demás parafernalia, no se conviertieron tarde que temprano en elementos casi esenciales del ajuar de todo aquel que presuma (o presumía, tiempo atrás) de ser gótico hasta la médula de los huesos, hahaha. Adoré su primera gira mundial The Virgin Tour, el escándalo provocado por canciones y videos como Like a virgin o Like a prayer, la imagen depurada que mostró a finales de los '80: una visión muy a su estilo de Marlene Dietrich bien representada en el video Express yourself, la presentación en los MTV Awards cantando Vogue con un decorado y vestimentas que recordaban a la película Liason Dangerous, o el video Justify my love. Muchos dirán que lo suyo ha sido más una explotación de la imagen que talento musical (reconozcamos, Madonna no tiene grandes dotes vocales), yo creo que lo suyo es cerebro y visión comercial.

Años van y años vienen y con 47 añitos, ahí está, partiendo el bacalao en el mundo pop, aunque yo me quedo con Ray of light, aquella demostración de que podía reinventarse a golpe de mezclar toques hindúes, electrónicos y una pizca de controversia, como siempre, al declarar que se convertía al rito judío gracias a sus "estudios" de Cábala (Music y American Life tienen algunas cosas puntuales que yo destacaría). Lo que ahora suena y vuelve a sonar por todos lados, incluyendo, of course, tonos para los móviles, me resulta un retroceso, patadas de ahogado que trata de salir a flote "reviviendo" viejos éxitos y montada en un revival de los años '70 que a mí me provoca urticaria. Además, veo que está cayendo en una espiral que la llevará a que algún día la veamos casi con chupete en la boca, de tanto que se "esfuerza" por mantenerse joven y con un cuerpo que más correspondería a una jovencita casi veinticinco o treinta años más joven. Sí, es patético e inclusive, aquella figura provocativa que tanto daba de qué hablar, parece que se ha esfumado entre el gimnasio, el quirófano y a golpe de Botox.

Sin embargo, cuando todos pensábamos que eso de ser orgullosa madre, de que su marido tiene parentesco real con la monarquía inglesa, de que de pronto ha resultado escritora de libros infantiles, que casi su himno ha sido "Dancing queen" de los inefables ABBA, de que jamás ha vuelto a tocar el punto de aquel libro escandaloso, "Sex", donde hacía un recorrido por las parafilias sexuales más conocidas (y/o satanizadas), esta mañana me ha sorprendido gratamente ver o comprobar, que después de todo, Madonna sigue teniendo un puntito retorcido, hahaha: en el próximo número de junio la revista W (de la misma editorial que publica Vogue) contará con un amplia sesión fotográfica que Steven Klein (famoso fotógrafo que mezcla la transgresión con la comercialidad y que es el favorito actual de todos los famosos) le ha hecho a la Reina del Pop mostrando su pasión por... los caballos. Resulta que los aires ingleses que ahora respira Madonna (no olvidemos que su marido, Guy Ritchie, director de cine es inglés de pura cepa) la han "refinado" y le han inculcado el amor que tienen los británicos por los equinos y todo lo que huela a equitación. Aunque, como no se trata de una consumada amazona que desde pequeña esté familiarizada con ese mundo, hace siete meses que cayó de uno de sus caballos con el resultado de unas costillas y una muñeca rota. Sin embargo, esto no ha logrado amedrentarla y bien lo demuestra en la sesión fotográfica. Y muchos se preguntarán cuál es le punto retorcido, yo les respondo: Madonna muestra con elegancia aditamentos de ese fetichismo ecuestre que tan bien se conoce en el mundo del BDSM. Inclusive se atreve a mostrarse con freno digno de una ponygirl y fotografías más adelante, parece toda una dómina con fusta en mano, guantes de cuero y vestida con Chanel, Dolce & Gabbana, Jean-Paul Gaultier, Yves Saint-Laurent, Moschino, Yohji Yamamoto, varias prendas de distribuidores de ropa fetish y joyas de Chopard.

Es una delicia comprobar que la transgresión combinada con un buen cerebro siempre serán la mezcla perfecta.