Podría sonar a cliché pero adoro los cementerios. Y no, no es a raíz de mi atracción por el Gothic World, jojojo, sino por mi madre. Sí, a ella le encantaban y siempre que teníamos oportunidad, en cada ciudad que el trabajo de mi padre nos llevaba, íbamos a conocer los cementerios :)
Adoro a esos guardianes eternos de piedra, esos ángeles adoloridos o a esos regordetes querubines. Los mausoleos y todo el arte mortuorio, por así llamarlo. Hay tumbas bellísimas y tumbas que el propio olvido les concede una peculiar majestuosidad.
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