31 marzo 2008

Venganza y vampiros

Vengativo.Hay algo que me queda muy claro: la venganza es el sentimiento más fuerte que posee el ser humano. Es un motor que impulsa, expulsa y arrasa con todo lo que se cruza a su paso.

Y el cine, que a pesar de todo es fiel reflejo de la vida real, tiene un amplio abanico de historias que giran alrededor del tema , muchas de ellas grandes éxitos con excelentes guiones y actuaciones.

El más reciente trabajo de la dupla Tim Burton-Johnny Depp me deja un raro sabor de boca. Sweeney Todd es un gran personaje con toda la fuerza que puede dar la sed de venganza y su vorágine de sangre podría ser justificable. Es más, a mí me sorprendió porque fue mucho más de lo que imaginé o intuí mirando el trailer o leyendo algunas entrevistas. Pero, no sé si el personaje como tal o el desempeño de Depp me parecen acartonados. Quizá la historia del barbero al que un juez le arrebata la vida pertenece sólo al mundo del teatro y nada más. Helena Boham-Carter medianamente sorprende con su voz y sin duda me parece más adecuado su desempeño aunque en algunos sitios he leido criticas que no la favorecen.

Burton gusta de personajes e historias oscuras y generalmente borda sus trabajos, así que me sorprende la sensación tan rara que me ha dejado el más reciente. Aunque no dejo de admitir que el final me dejó boquiabierta y a pesar de todo, fue inesperado para mí. Casi resulta natural que la compasión o la benevolencia aún con el mismo personaje principal no tenían cabida en la historia. Sin embargo, me estremeció.

Sé que mi querido sobrino Alberto, jejeje, estará en desacuerdo conmigo, pero no por ello dejaré de comentarles que apenas la semana pasada ha comenzado su andadura por la blogósfera. Lo suyo básicamente es su pasión por el cine y por un director y un actor que yo también cuasi adoro, hahaha, así que si comparten su pasión visiten su nueva cibercasa y dejen algún comentario.

Casting de vampiros. Está a punto de cumplir el medio siglo y esta foto improvisada tal vez no le favorece demasiado, pero yo sigo terca con la idea de que Kevin Bacon podría ser un perfecto vampiro cinematográfico. Considero que se trata de un actor que tiene la habilidad de manejar tanto al villano como al bueno de la peli. Y si bien no es una mega-estrella hollywoodense, es una cara conocida que logró quitarse el estigma de aquella peli conocida como Footloose que casi lo pudo hundir en el limbo de los maldecidos por producciones sólo para teenagers. Yo propongo a Kevin Bacon para un vampiro actual quizá atormentado pero también capaz de ser hijo de puta. Puffhh, esos ojos azul acerado dan para mucho, hahahaha.

Y siguiendo en el tema del casting de vampiros: confieso que casi no lo conocía (a pesar de que disfruté como enana su interpretación del rockero un poco venido a menos en la peli Love Actually) y que me costó mucho trabajo reconocerlo bajo los tentáculos faciales del capitán maldito Davy Jones en Piratas del Caribe 2 y 3 , jejeje, sin embargo su papel como Viktor en las dos entregas de Underworld me dejó con esa sonrisa del gato que se comió al ratón, hahaha. Podría ser el típico inglés y quizá por eso mismo en el imaginario vampírico es el perfecto jefe tanto por presencia como por desarrollo de personaje. Me hubiese encantado escuchar las dos pelis en versión original sólo por deleitarme con el acento de este hombre (estoy pensando seriamente comprarlas para echarle también un vistazo a los extras) que por cierto, en noviembre pasado saltó la noticia de que había recibido el ofrecimiento de Silk Sound Books -website que por el módico precio de casi ocho libras permite bajar todo su catálogo de audiolibros leidos por famosos actores ingleses- para grabar un audiolibro de la novela Dracula :) Actualmente, Bill Nighy, que es como se llama este actor nacido hace casi sesenta años en Surrey, Inglaterra, aparece en el catálogo de Silk Sound Books con la lectura de los Misterios de Dupin del maese Edgar Allan Poe.

Otra gran noticia referente a este actor y su acertada inclusión en el mundo de los vampiros cinematográficos es que en enero ha empezado a filmarse en Nueva Zelanda: Underworld: Rise of the Lycans que no es propiamente una tercera parte en orden cronológico, sino una precuela que mostrará los orígenes de la guerra entre los aristocráticos vampiros y sus entonces esclavos, los hombres-lobo. Naturalmente, Viktor tendrá uno de los papeles estelares al igual que Michael Sheen como Lucian, el lider de los hombres-lobo y que caracterizado como tal tiene un puntito que me encanta, hahaha, aunque después resulte casi irreconocible como Tony Blair en la peli The Queen.



El regreso de los vampiros. Por alguna extraña circunstancia el año pasado la industia cinematográfica revisitó por enésima vez el mito del vampiro y por partida doble. Como podrán imaginarse yo moría de puro gusto, hahaha, pero también procuré tener mis expectativas en un sitio no muy alto. Después de Blade (cuya tercera parte me negué a ver) poco más se podría explorar y aunque me haya gustado mucho el manejo de las dos partes de Underworld, debo reconocer que remite y mucho al juego de rol Vampire. Así que con cierta incredulidad bajé las dos más recientes muestras de que los vampiros han regresado. Empezemos por Rise: Bloodhunter protagonizada por Lucy Liu cuyo fotograma con ballesta en mano dá una idea de su papel como cazadora de vampiros. La historia no es mala aunque le falta un poquito de sustancia. Creo que el director y guionista tenía demasiada información que no cabía en hora y media. Y en ciertos momentos, aunque la historia avanza, parece que va a saltos y nos queda la sensación de que hay demasiadas cosas que se nos han perdido en el camino. Sadie, el personaje que interpreta Lucy Liu, es una periodista que investiga sobre una "secta juvenil" y sin deberla ni temerla se ve involucrada con una pareja de vampiros (incluido un pequeño equipo de esbirros). Naturalmente, es atacada y luego de ser violada y torturada, resulta que no pueden acabar con ella debido a ese enorme poder de vida que tiene en su interior. La vampira de la pareja se "compadece" de ella y la deja "vivir" sin siquiera advertirle que la han transformado en una no-muerta. A partir de ahí, los acontecimientos van dando saltos. Sadie es acogida luego de intentar alimentarse por cuenta propia con un indigente, por un personaje que según esto es un alquimista (¿?) que intenta acabar con los vampiros empezando por Bishop, el vampiro de la pareja que atacó y violó a Sadie. Luego de que le cura las heridas que Sadie ha sufrido intentando "suicidarse" tirándose de un puente, el alquimista la "entrena" para que pueda dar caza y muerte al mentado Bishop. Lo que nunca vemos es precisamente esto que sería una parte clave de la peli. La siguiente escena, es que te dicen que han pasado algo así como seis meses y Sadie es toda una caza-vampiros que con ballesta en mano se va a cargando a casi todos los que se cruzan en su camino, incluidos mortales, claro, hahahaha. Vamos, que Sadie-Lucy Liu no se tienta el corazón.

Menos mal que en ningún momento nos remite a Blade, por ejemplo, a pesar de tratarse de una vampira que se convierte en cazadora de su propia especie. En Rise: Bloodhunter lo que imperan son las ganas de vengarse de Sadie por haber sido convertida en algo que no sólo le ha arrebatado la vida como tal sino su vida. Lo único que me resulta imperdonable, hahaha, es que los vampiros no tengan colmillos y deban valerse de una daga pequeña, tipo colgante, que tiene cierta forma de cruz y que mucho, pero mucho recuerda a la peli The Hunger. Sé que a estas alturas del partido nadie puede ser original, pero tampoco me vale una declaración que hizo el director Sebastian Gutierrez cuando dijo que una peli de vampiros donde aparecen colmillos, estacas y ajos, apesta. Es más lamentable robar elementos clave de otras pelis.

Un mes a oscuras. Desde hace tiempo que el mundo del cine se ha valido del cómic para reinventarse un poquito. Y 30 Days of night es uno de lo ejemplos más recientes: con guión de Steve Niles y dibujo y color de Ben Templesmith fue publicado originalmente en Estados Unidos por IDW Publishing durante el año 2002 como una miniserie de tres comic-books, posteriormente recopilada en un tomo. El cómic fue en todo un éxito inesperado a nivel de ventas para la pequeña y entonces recien fundada editorial, que vio como el primer número se agotaba y necesitó una segunda edición, y una vez finalizada la miniserie no tardó en aparecer un tomo recopilatorio a principios de 2003 que también se agotó a las pocas semanas y necesitó una reedición. A principios de 2004 se hicieron públicas las cifras de la distribuidora Diamond (la principal distribuidora de cómics de Estados Unidos para librerías especializadas), segun las cuales 30 Days of Night ha sido el tercer cómic en formato tomo más vendido por esta distribuidora durante ese año, solamente superado por JLA: Liberty and Justice de Alex Ross, League of Extraordinary Gentlemen Vol.1 TP de Alan Moore y Sandman: Noches Eternas de Neil Gaiman.

30 Days of Night se inició como una propuesta para una película del guionista Steve Niles, que tras intentar venderla sin conseguir respuesta, decidió reconvertirla a cómic. Al principio tampoco tuvo mucha más suerte, siendo rechazada por Dark Horse y Todd McFarlane Productions, hasta que Niles habló con sus amigos Ted Adams y Beau Smith, que estaban lanzando una pequeña editorial independiente llamada IDW Publishing (surgida de Idea + Desing Works, una compañía de diseño que trabaja en videojuegos, anuncios y producción de DVDs). Poco después de que IDW comenzará a enviar notas de prensa anunciando el cómic, la CAA (Creative Artist Agency, una de las agencias de representantes más importantes de Hollywood) se interesó en representarlo y comenzó a mostrarlo a varias productoras importantes de Estados Unidos, siendo Sam Raimi (director de Spiderman) y su productora Senator International la que se hizo con los derechos. De no conseguir vender su idea, Niles pasó a conseguir un cheque de un millón de dólares y la oportunidad de escribir el guión de la película. Niles vivió la situación como un sueño hecho realidad y trabajó en el guión de la película estrechamente con Raimi (con quien se reunió unas tres veces por semana durante 3 meses) para que el film lleguara a la fase de producción cuanto antes. Tras un largo periodo en desarrollo, y cuando parecía que la película iba a acabar en lo que los gringoss llaman development hell, finalmente pasó a la fase de producción estrenándose en los cines de Estados Unidos en octubre de 2007.

Dirigida por David Slade, cuyo trabajo previo es la controvertida Hard Candy (2005) y un video de los Stone Temple Pilots y protagonizada por un Josh Harnett magnífico en Lucky Number Slevin (que aquí llamaron El Caso Slevin) así como en la inefable y hasta cierto punto aburrida The Black Dahlia de Brian de Palma, 30 Days of Night resulta una buena muestra de que el género de vampiros aún tiene mucho que dar sin caer en las fórmulas tradicionales. Aquí se cuenta la historia de un pequeño pueblo de Alaska llamado Barrow que cada año sufre la pesadilla de quedar 30 días a oscuras, digamos que el paraíso para los chupasangre que deciden hacer una especie de convención o visita guiada, hahaha. Pero no se andan con nimiedades ni mucho menos, todos son unos verdaderos hijos de puta cuyo instinto asesino es implacable. No chupan elegantemente sino que devoran como verdaderas bestias. Y todo esto pilla por sorpresa al sheriff Eben Oleson interpretado por Harnett que se las ve negras para combatirlos pues basta con un pequeño mordisco para que la víctima en cuestión se transforme.

Aquí también parece que hay cierta escasez de información. Es como si de pronto casi nadie supiera que en esa parte de Alaska hay treinta días de oscuridad y fuese el gran descubrimiento para esa verdadera horda de vampiros que incluyen hasta una niña cuya vestimenta recuerda otras épocas. Hay un pequeño atisbo, un comentario que hace un anciano, que es como si nos diera la pista de que ya había habido un ataque semejante tiempo atrás, pero no queda más que en una pequeña pista casi agarrada al vuelo. Pero a grandes rasgos, entre tanta nieve, tantos litros de sangre y tantos gruñidos vampíricos porque sabrá Judas en qué idioma se comunican entre ellos, la peli cumple el objetivo de entretener. Y si bien no te deja al borde del asiento debido a la tensión o al susto, sí que te abofetea con furia y rabia, aunque el final, bajo mi punto de vista, deja mucho qué desear. No, no se equivoquen, no es un típico happy end ni nada por el estilo: es así porque sólo puede ser así, pero resulta demasiado sonrosado, hahaha. Al menos para los estándares de 30 Days of Night.

25 marzo 2008

Eterna Maggie May

Maggie May es una seductora que no envejece, aunque le haya robado el corazón a un chico algunos años más joven que ella. A finales de 1971, su historia fue conocida a través de la peculiar voz de un escocés: Rod Stewart que empezaba a probar su vertiginosa carrera solista luego de ser el cantante de The Faces.

Maggie May permaneció durante cinco semanas consecutivas en el primer lugar de las listas de popularidad en Inglaterra y pronto se convirtió en unos de los temas fetiches de Mr. Stewart.

A decir verdad, no era una de mis canciones favoritas pero este verano, mientras viajábamos hacia Ávila, mi marido y yo escuchamos por la radio una magnífica versión que nos ha hecho "redescubrir" a Maggie May :) Se trata de la realizada por el grupo español M-Clan que, para nosotros, es todo un homenaje a la original y en cierto modo una recreación pues cualquiera podría imaginar que al trasladar la letra del inglés al español nada quedaría de la esencia original. Y permítanme que les diga que no es así, afortunadamente. Además, la versión de M-Clan en modo unplugged gana aún más :)

Sin duda, Maggie May nunca envejece ;-)






Y esta es la canción original con oh gran guana Rod Stewart en la voz, of course, y Ron Wood en una de las guitarras.





***

23 marzo 2008

Todo lo que hacemos en la vida es un intento de negar la muerte

J.K. Rowling
(J.P. Masclet, 2008)


Un par de días antes de mi cumpleaños, recibí prácticamente en las puertas de mi casa la última entrega de la serie del niño mago que desde hace más de cinco años me ha cautivado: Harry Potter y las reliquias de la muerte. Y nope, damas y caballeros, ni siquiera he querido hojearlo, jejejeje. Estoy tratando de seguir la serie como marcan los cánones aunque, para muchos, la "labor" ya está hecha con las películas. Pero por muy bien hechas que sean las adaptaciones, nanay, yo voy lenta pero segura. Ahora mismo estoy sumergida en Harry Potter y la Orden del Fénix sorteando algunas cosas que, bajo mi humilde punto de vista, no son otra cosa más que paja, como el torneo mundial de quidditch que nos mete casi con calzador Mrs. Rowling en la cuarta entrega.

Claro que he visto la adaptación al cine de la quinta entrega, pero al tratarse de un verdadero tabique, ya imagino por qué la peli me pareció un poco caótica. Voy acercándome a la mitad del libro y realmente me está costando trabajo hallar tantas semejanzas con la peli, como me ocurrió con las otras. Hay un puntito donde me parece que es una de las entregas que menos se prestaba para llevarla al cine.

En fin, que con motivo de la publicación en español del libro con el que se cierra la saga Harry Potter, en varias revistas y diarios han aparecido diferentes entrevistas o retrospectivas de J. K. Rowling. En general, y desde las anteriores que había leido, se nota que es una mujer muy suya, nada dada al exhibicionismo barato o con tremendas ganas de encabezar los tabloides sensacionalistas. Ha sabido filtrar lo estrictamente necesario sobre su vida privada y con todo y su éxito y con ser la mujer más rica de Inglaterra, dice que aún puede darse el "lujo" de meterse en una cafetería y permanecer casi en el anonimato absoluto, como en aquellos tiempos cuando escribía las primeras aventuras de Harry con una mano mientras que con la otra arrullaba a su pequeña hija.

He decidido publicar una de las más recientes entrevistas que Mrs. Rowling ha concedido, según esto, la única que como tal dio a un medio español. Me gusta porque resulta una entrevista un poco más cercana que otras y si me permiten, hasta más de andar por casa. Es como si Mrs. Rowling se abriera de capa y soltara algunas "perlas" que echan un poco de luz sobre ciertos temas importantes de toda la saga Potter.
Que la disfruten :)
"Ser invisible... eso sería lo más"
Juan Cruz
Diario El País
2 de febrero de 2008
J. K. Rowling (Bristol, Inglaterra, 1965), Jo para los amigos, tiene la misma mirada, aterrada y feliz, de Harry Potter, su personaje de ficción. Escribió el primer libro porque lo necesitaba, y siguió escribiendo, hasta el número siete, que aparece ahora (el 21 de febrero en España; como todos, en Salamandra), sin mirar a los lados, sin fijarse en el gigantesco volumen de adictos, niños, jóvenes, adultos, que han hecho de este enorme libro de magia y realidad acaso el best seller más grande de la historia.
Harry Potter es su héroe; le salvó, y le ha dejado una secuela emocionante: lo ha abandonado, pero no puede vivir sin él. Nos lo dijo este último martes por la mañana en Edimburgo, donde vive desde hace años, en la única entrevista que ha concedido a un medio español.
Le llevamos un queso asturiano, para recordarle su premio Príncipe de Asturias de la Concordia, y saludos de la fundación que convoca esos galardones.
Alguna vez ha hablado, en sus entrevistas, de otro gran solitario como ella, de Francis Scott Fitzgerald. Nos pareció oportuno empezar por aquí a hablar con ella de la soledad y de la muerte, y de la melancolía, que son los asuntos que dominan en el último periodo de Harry Potter, acaso su álter ego.
Pregunta. Suele hablar usted de Scott Fitzgerald, un melancólico.
Respuesta. Sí, he hablado de él para hacer una distinción entre un escritor que por naturaleza y talento tuvo el impulso de escribir y que no pudo compaginar esa necesidad de escribir con su vida social. Lo mencioné porque en estos días tan mediáticos parece que existe la obligación de que el escritor sea un personaje público. En mi caso, la gente piensa que, como soy una escritora reconocida, debería ser buena dando entrevistas y saliendo en cámara. La gente espera verte disfrutar en programas de televisión y que te guste ser un personaje público, un performer. Pero no lo soy. Me gusta la vida del escritor. Disfruto de la soledad.
P. Es curioso, a veces en Harry Potter, sobre todo en las últimas entregas, hay un grado de melancolía, y de soledad, que recuerda a Fitzgerald.
R. Indudablemente. Es la melancolía que nace de una pesadumbre. Y Scott Fitzgerald tuvo dos pesadumbres: la pesadumbre de su talento y su necesidad de crear y la pesadumbre de su vida privada, que era catastrófica. Esas dos pesadumbres son suficientes como para llevar al alcoholismo a cualquiera.
P. Esas pesadumbres pueden venir de esa época entre la infancia y la adolescencia, cuando llegan los fantasmas y se quedan contigo para siempre.
R. Sí, creo que los adolescentes están muy cercanos a la muerte. Sienten que se les presiona tanto que, para ellos, la muerte está a un paso. Son personas muy frágiles. En Gran Bretaña hay una cultura de miedo hacia los adolescentes, hacia la juventud en general. Y no debería ser así. Tendríamos que estar protegiéndoles en lugar de protegernos de ellos.
P. Habla de la muerte. En los libros seis y siete de Harry Potter la muerte aparece no sólo como palabra o pensamiento, sino como una posibilidad, una evidencia y una realidad.
R. El plan siempre fue ése, que la muerte apareciera ahí. Desde que era niño hasta el capítulo 34 del séptimo libro, a Harry se le exige ser un hombre mayor en cuanto que se le obliga a que asuma la inevitabilidad de su propia muerte. El plan [de la serie de novelas] era que él debía tener contacto con la muerte, y con la experiencia de la muerte. Y siempre fue Harry, solo, el que debería tener esa experiencia. Todo me lo planteé a conciencia, porque el héroe tiene que vivir cosas, hacer cosas, ver cosas por su cuenta. Es parte de ese aislamiento y de esa melancolía que conlleva ser un héroe.
P. Ese capítulo 34 ["Tumbado boca abajo, con la cara sobre la polvorienta alfombra del despacho donde una vez creyó estar aprendiendo los secretos de la victoria, Harry comprendió que no iba a sobrevivir"] suena al principio de Cien años de soledad, de García Márquez.
R. Es muy halagador.
P. Es un libro sobre la muerte, y obviamente sobre la soledad, como el suyo... El personaje de Cien años... acompaña a su abuelo a ver el hielo, y usted lleva a Harry a visitar la muerte...
R. Para mí ese capítulo es la clave de todos los libros. Todo, todo lo que he escrito, fue pensado para el preciso momento en que Harry se adentra en el bosque. Ése es el capítulo que yo había planificado durante 17 años. Ese momento es el corazón de todos los libros. Y para mí es el verdadero final de la historia. Aunque Harry sobrevive, de eso nunca hubo dudas, él llega a alcanzar ese estado único y muy raro que es aceptar su propia muerte. ¿Cuántas personas tienen la posibilidad de aceptar su muerte antes de morir?
P. Es una experiencia cercana a todos. Cuando uno ha visto la muerte en una persona próxima se pregunta cómo será esa mirada que ya nunca veremos, qué pasará después.
R. Definitivamente. Y me resulta extraordinario que a pesar de que todos sabemos que vamos a morir, la muerte sigue siendo un misterio. Pensamos que la muerte es como algo secreto que le ocurre a muy poca gente. Y de pronto alguien cercano se muere y entonces cae la bomba. Harry tiene un entendimiento precoz de la muerte, mucho antes de ese capítulo 34. Y eso tiene un evidente paralelismo con mi vida. Si alguien de tu vida cercana se muere, como se murió mi madre, se vuelve explícito el hecho de que la muerte nos llega a todos. Y es algo con lo que has de vivir siempre.
P. Vivimos en épocas oscuras y tristes, lo dice usted en sus libros, y en éste especialmente. ¿Cómo vive usted esta época?
R. Tengo que creer en la bondad de la gente. Creo que la gente es, por naturaleza, buena. Pero actualmente sigo muy de cerca la política americana. Estoy obsesionada con las elecciones en Estados Unidos. Porque tendrá efectos profundos en el resto del mundo. La política exterior de Estados Unidos en los últimos años ha afectado, para mal, tanto a su país como al mío.
P. ¿Y si tuviera una varita mágica, qué haría?
R. Quiero a un demócrata en la Casa Blanca. Y me parece una lástima que Clinton y Obama tengan que ser rivales porque ambos son extraordinarios.
P. Esta mañana, al entrar en el hotel vi que llevaba The Times en la mano, y en la portada había una foto de Hillary llorando.
R. Bueno, era lágrima pequeñita. Y ella se puede permitir una lágrima de vez en cuando. La vida política es muy dura para una mujer. Si no lloras, eres una hija de puta. Y si lloras eres débil. Es difícil. En cambio, es aceptable llorar para el hombre.
P. Soledad, muerte. Hablamos de cosas oscuras. A lo mejor la literatura va de eso.
R. Bueno, creo que fue Tolkien quien dijo que todos los libros importantes tratan sobre la muerte. Y hay algo de verdad en eso, porque la muerte es nuestro destino y debemos afrontarlo. Todo lo que hacemos en la vida es un intento de negar la muerte.
P. Dijo usted que veía su alma como algo imperecedero.
R. Sí, es cierto. Pero también he dicho que tengo muchas dudas acerca de la religión. Me siento muy atraída por la religión, pero al mismo tiempo siento mucha incertidumbre. Vivo en un estado de flujo espiritual. Creo en la permanencia del alma. Y eso queda reflejado en el último libro.
P. ¿Qué le hace feliz?
R. La familia y el trabajo, obviamente. Me considero tan afortunada de tener una familia... Mis hijos son, por encima de cualquier cosa, lo más importante. Aunque es muy difícil compatibilizar el escribir con ser madre.
P. Antes de venir a verla le pedí al guionista español Rafael Azcona que me diese una pregunta para hacerle, y él me contestó que se lo preguntaría a su nieta Sara, de seis años, que es adicta a Harry Potter.
P. Eso es genial.
R. Pero usted dice que hay que leer sus libros a partir de los siete años.
P. Bueno, mi hija mayor tenía seis cuando empezó a leerlos. Siempre supe adonde iba con los libros. Así que sí, pienso que un niño de seis puede entender el primer libro [Harry Potter y la piedra filosofal] aunque el final es bastante tenebroso. El quinto libro es el más oscuro de todos porque hay una ausencia de esperanza, hay una atmósfera opresiva. Y creo que por eso a la gente no le gustó tanto. Aunque hay lectores que prefieren ese libro a todos los demás, pero son una extraña minoría. El quinto, el sexto y este último no creo que sean adecuados para un niño de seis años.
P. ¿Y cuando escribió el primero, pensó en un lector determinado?
R. Ése es el problema. Yo lo llamaba cuento infantil porque el personaje principal era un niño. Pero siempre fue un niño que quise hacer mayor. Y al final es un hombre, un hombre joven pero un hombre. Eso es lo inusual en libros infantiles: que el protagonista crezca. Y me alegra enormemente que la gente siga leyendo y disfrutando de los libros. Ellos se hicieron mayores con Harry Potter. Pero nunca pensé en los adultos como posibles lectores.
P. Peter Mayer, el editor, que fue el primero al que escuché hablar de Harry Potter en España, dice que la clave del éxito es que la serie se haya convertido en lectura para adultos.
R. Sí, es increíble. Sólo ahora soy capaz de mirar atrás y darme cuenta de todo. Durante 10 años no me permití pensar en ello. Creo que lo hice para protegerme. Es muy difícil vivir con esa presión, pero vivía negando los hechos, constantemente. Después de cada publicación hice un esfuerzo para no leer ninguna crítica.
P. La literatura salva a la gente, o ayuda a salvarse. ¿Cómo le afectó a usted escribir?
R. Le diré una cosa. A mí me salvó la vida el mero hecho de escribir el primer libro. Siempre me dicen que el mundo que inventé es irreal; fue eso lo que me sirvió para evadirme. Sí, es cierto, es irreal hasta un punto. Pero no porque mi mundo fuera mágico, sino porque todos los escritores se evaden. Además, yo no lo hacía sólo para evadirme sino porque buscaba aclararme con asuntos que me preocupaban. Asuntos como el amor, la pérdida, la separación, la muerte... Y todo eso queda reflejado en el primer libro.
P. ¿Y qué más le dio ese primer volumen?
R. Puestos en un nivel prosaico, escribir ese libro me dio la disciplina, el enfoque y la ambición, que en aquel entonces se reducía simplemente a ver el libro publicado.
P. ¡Cómo sería el día de la publicación!
R. Vi mi sueño hecho realidad. Fue un momento extraordinario. No me lo creía, estaba extasiada. Y de forma casi inmediata sentí como si un tren me estuviera empujando a toda velocidad por detrás, como en un dibujo animado. Pensé: "¿Qué me ha pasado?". Tres meses más tarde recibí un adelanto astronómico, según mis estándares de entonces. En esa época, alquilaba un piso, no tenía seguro, ni ahorros. Llevaba ropa de segunda mano. Ya sabe, el dinero escaseaba, y tener ese dinero de repente fue extraordinario. Esa noche no pude dormir. Al día siguiente empezaron a aparecer periodistas, me dieron un premio importante, me llamaron de The Sun para comprar los derechos sobre la historia de mi vida, y los periodistas empezaron a rondar por delante de mi casa. Y le diré una cosa: aquello me dio mucho miedo.
P. ¿Por eso teme a los periodistas aún ahora?
R. No, no los temo. Recuerdo a un par de periodistas en particular que intuyeron mi incredulidad y mi vulnerabilidad y me ayudaron. Uno de ellos me dijo que tenía todo el derecho a mantener a mi hija aislada de la prensa, porque siempre me negué a llevarla conmigo a las entrevistas y a que le sacaran fotos. Le estoy hablando de la prensa de este país, del Reino Unido. Así es como funciona.
P. Sus libros parece que están llenos de claves personales.
R. Tiendo a usar fechas significativas. Cuando necesito una fecha o un número, uso algo que está relacionado con mi vida personal. No sé por qué hago eso, es un tic. El cumpleaños de Harry es el mío, por ejemplo. Los números que aparecen o las fechas que vienen en los libros tienen relación conmigo.
P. Escribir su primer libro la extasió. ¿Y la presionó el éxito, saber que millones de personas esperaban sus textos?
R. Me tomé muy en serio no pensar en ello. Obviamente, hubo momentos en los que algunas noticias se filtraban, sobre todo durante los libros cuatro y cinco. Ahí sí que noté la presión, y creo que se hace evidente en la escritura.
P. ¿Cómo se encontraba?
R. Cuando llegué al cuarto libro estaba muy quemada. Había producido un libro por año durante cuatro años, mientras criaba a mi hija sola, sin niñera ni ayuda de ningún tipo. Me sentía exhausta. Y realmente pensé: "Ya no puedo más, tengo que parar". Y se lo dije a mi editor, que si seguía así no iba a poder seguir escribiendo. Y entonces conocí al que es ahora mi segundo marido.
P. Usted es Harry Potter. Y usted misma lo dice: "Harry es mío". ¿Siempre supo cómo iba a acabar? ¿Siempre supo que iban a ser siete libros?
R. Siempre supe lo que le iba a pasar. Desde el principio tenía toda la trama esbozada, sin los detalles, pero siempre supe que su historia se iba a terminar. Y ha terminado, aunque muchos fans están muy disgustados. No hay forma de hacer resurgir la historia de Harry. Su historia ha terminado. Pero terminarlo fue muy duro. Fue devastador.
P. El final es conmovedor: "La cicatriz [de Harry] seguía allí y después de 19 años ya no duele".
R. Es simbólico. Todos repetimos la mentira una y otra vez: que el tiempo lo cura todo. Y no es verdad. Hay cosas que no se curan, como cuando alguien a quien quieres muere.
P. Escribe también: "Harry Potter, el niño que sobrevivió". Lo dice el maestro, y dice que sobrevivió porque fue fiel a sus convicciones, gracias a ello venció a Voldemort. ¿Usted es así?
R. Me gustaría poder decir que sí porque creé un héroe con atributos heroicos. Leí en algún sitio: "Un héroe no es más valiente que los demás. Es tan sólo valiente durante cinco minutos más"... Harry es así.
P. En todos los libros hay la conciencia de que uno se puede salvar si tiene amigos, pero la historia de Harry es también una historia de soledad.
R. Estoy totalmente de acuerdo. Le he dado a Harry mi fallo, que es una tendencia a encerrarme, a aislarme cuando estoy bajo presión, triste o feliz. Tiendo a aislarme. Pero sé que eso no está bien, que no es saludable. Y eso se lo di a Harry. Aunque eso sea también lo que le hace heroico, lo que le prepara para actuar por sí solo.
P. ¿Harry es su héroe?
R. Sí, bueno, en la vida real mi héroe es Robert F. Kennedy. Creé a un niño que intenta actuar con moralidad, que a pesar de haber sido agredido y lastimado física y mentalmente aún sigue atraído por el lado bueno de las cosas. Y es genuino y leal, y yo encuentro heroicas todas esas cosas.
P. La gente se fija en las cifras de su vida, en lo rica que es, pocas veces en el ser humano; parece que la ven con la varita mágica, como Harry Potter.
R. Lamentablemente es así. Cuando veo mi nombre en listas de gente poderosa, cosa que hago poco, lo pienso. El poder no es algo que deseara, y además no tengo poder. Rica, sí, lo soy.
P. Imagínese que por un instante tuviera la capacidad de hacerse invisible.
R. ¿Hacerse invisible? Eso sería lo mejor...

18 marzo 2008

You were always on my mind



Siempre estás en mi mente y habitas de forma permanente en mi corazón.

A veces, creo que no lo decimos con la frecuencia que deberíamos. Pero hoy es uno de esos días que no me canso de repetírtelo :)

Hoy que es tu cumpleaños, hoy cuando más deseo que celebremos muchos más juntos.

Felicidades, mi cielo :)

11 marzo 2008

Larga vida a The Cure


Podría decirse que fue algo así como mi regalo de cumpleaños, jejeje. Podría decirse que de pronto los dioses se han vuelto locos y les dio la vena benevolente. Lo cierto es que poder disfrutar a The Cure en "casa" y gratis, ha sido una de las mejores cosas que me han pasado desde que vivo en esta parte el mundo.

Miércoles 5 de marzo y Valencia que ya empieza a verse envuelta en el ambiente festivo de Fallas, también se vio invadida por una oleada fría que ha bajado los termómetros acompañada por aire gélido que en otras partes de España ha soplado a más de 100 km. por hora. Una noche antes, una de mis amigas más queridas y yo dúdabamos, pensábamos que el aire podría ser la mayor causa para suspender el concierto que se llevaría a cabo al aire libre, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Afortundamente no ocurrió así. La espera que comenzó el 21 de diciembre, cuando de manera oficial se anunció la presentación de The Cure, estaba a punto de culminar.

Lo cuasi infartante, hahaha, fue enterarnos que no nos costaría ni un centavo disfrutar de The Cure. Lo más decepcionante fue conocer el resto del cartel luego de varias especulaciones: From First to Last, una banda de Estados Unidos que son considerados como representantes del emocore (¿?) que yo ni tenía idea que existieran ni mucho menos que ya se hubiese implantado tal etiqueta musical (sic) y los inefables de HIM. Ay, ay, ay, aquello auguraba que la mayor parte el público estaría compuesto por puros chiquillos emo :p

Se calculaba que habría un aforo para unas 30, 000 personas y sólo faltaron dos mil para alcanzar los primeros cálculos. Tal parece que el enorme gancho no fueron precisamente los The Cure, sino el hecho de se trató de un espectáculo gratuito. Gracias a mi querida amiga Mendi que llegó desde temprano (la condenada tuvo la suerte de ver el soundcheck de Robert y cía, hahaha), pude estar muy cerca del escenario aunque yo no lo esperaba. Me dije a mí misma que ya no estoy en edad de andar sufriendo apretujones y cuasi asfixiándome por ver a nadie, hahaha. Pero, qué diablos, al final nos fuimos colando (gracias a que muchos chiquillos empezaron a largarse luego de terminar HIM) y quedamos a unas diez filas del escenario :)

From First to Last es de lo más malo que he escuchado en mi vida y se acentúa más en directo. Un cantante que finje tocar la guitarra y ni siquiera es capaz de hacer dos acordes, un tecladista que usa un órgano como de los años setenta y hace headbanger al más puro estilo metalero pero eso sí con peinadito emo-setentoso, lo cual le dá una imagen lamentable y el bajista y guitarrista se turnaban para hacer coros "guturales" tratando de sonar como algún grupo de aquellos primigenios de black metal... (sin palabras). Menos mal que sólo tocaron media hora.

HIM, pues es HIM. Un Valo demasiado delgado y cuasi de color verdoso, cubriendo su cabeza con un gorro de lana que le daba más pinta de homeless que de otra cosa con todo y la levita que llevaba. Lo que debo reconocer es que suena bien en directo y que Valo se defiende con esa voz lánguida y lastimosa, reina entre las reinas del paraíso musical emo. Nos sorprendió verlo sin una pizca de su look pseudo-gótico de años atrás, vamos, que ni siquiera llevaba los ojos pintados. El resto de la banda creo que ha pasado a mejor vida y Valo se ha agenciado a unos músicos de estudio un poco entrados en años y amantes del rock más duro. La excepción es el tecladista que quizá sea el único sobreviviente y que guarda cierto parecido con Valo, a ver si alguien me saca de dudas y me dice sin son hermanos, primos o qué, hahahaha. Lo que más disfuté fue su versión de "Wicked Game" del talentoso Chris Issak. No es cosa del otro mundo pero suena bien con el arreglo de guitarras rockeras poderosas.

Una lástima fue no saber quién rayos era el Dj que amenizó entre grupo y grupo. Mientras se verificaban los últimos detalles del escenario y el sonido, puso cosas desde New Order hasta Elástica. Lo mejor empezó entre el primer grupo y HIM pues lo primero que puso fue "God save the queen" con los Sex Pistols, genial!, después "Rock and Roll Radio" con los Ramones y fue inevitable tratar de bailotear al más puro estilo Muppet, hahaha y tararear como buenamente podíamos, hahaha. También sonó Radiohead y Pixies. Entre HIM y The Cure, puffhh, empezó con el nuevo sencillo de Siouxsie, siguió con Morrisey y de ahí pa'l real como por ahí se dice. El hombre bailaba, sonreía, se entusiasmaba y lograba conectar con nosotros o bueno, con la gran mayoría de nosotros, porque los niñatos emo les entraba por una oreja y les salía por la otra. No hacía falta fijarse mucho para darse cuenta de que no tenía ni puñetera idea de lo que estaba escuchando y que se esforzaban más por tener sus flequillos a raya, hahaha, y lucir sus super-fancy-cortes de pelo.

A las diez y cuarto de la noche hasta la piel se me puso chinita, hahahaha. Empezaron a sonar las primera notas de "Plainsong" y el reencuentro con Robert Smith y compañía luego de casi dieciseis años resulta difícil ponerlo en palabras. No es que sea una fan friki ni mucho menos, pero la suerte me había sonreído. De pronto, me puse a recordar la primera vez que vi y escuché a The Cure allá por 1983 a través del video "Let's go to bed", yo tenía entonces once años y empezé a bailotear por toda mi habitación. A los catorce me tocó el lanzamiento de "Kiss me, kiss me, kiss me" y a los diecisiete el mazazo de "Disintegration" que aún hoy, a estas alturas de mi vida, escuchar rolas como "Fascination Street" hacen que me estremezca y me remonte en un vuelo directo y sin escalas a esa época desmadrosa de mi vida en pleno CCH Sur y a mis años adolescentes.


La noche del miércoles fue emoción pura y dura. A pesar de los años (y lo kilos, jejeje) que se le notan a tito Robert, de los que esconde tan bien Simon Gallup empuñando el bajo con su forma tan particular (cuántos años tiene? 47, 48?, qué más dá, sigue estando como para comérselo enterito, hahaha), del look un poco etno-friki de Porl Thompson y de la energía imparable de Jason Cooper (aunque a veces, por pura costumbre se extraña a Boris Williams, jejeje), a veces sentía que no había pasado el tiempo y olvidé por completo aquello que me vino a la cabeza en cuanto entré a la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias donde se llevó a cabo el festival: Pero qué mayor estoy para estos trotes, hahaha.


The Cure se conserva como los buenos vinos, por más trillada que sea esa frase. Y aunque suene un poco raro sin los teclados de costumbre y a pesar de que algunos fans declaran que "Just like heaven" no es lo mismo sin el teclado, a mí me parecen que se las arreglan muy bien con las guitarras. Fue casi apoteósico cómo reaccionó la gente cuando tocaron "Friday, I'm in love", todos saltando y canturreando, además, fue un momento de encadenamiento de éxitos que siguió con "Inbetween days" y culminó con "Just like heaven" :)

Muchos creíamos que al tratarse de un festival organizado por MTV y peor aún, gratuito, The Cure sólo tocaría algunas canciones y tan tan, pero nada más lejos de la realidad, hahaha. Dos horas y media de concierto y un tito Robert que empezó un poco desganado pero conforme fue transcurriendo el concierto se le notó una mejoría de ánimo y hasta en un par de canciones se deshizo de la guitarra y se acercó al público, meneando las caderas y tratando de bailar (me recordó y mucho al video "Why can't I be you?, jejeje). Hubo momentos que tras ese maquillaje tan sobrecargado, al más puro estilo mapache-new-wave, hahaha, sonrió ampliamente. Por cierto, como bien comentó mi amiga Ana de Lorien: ¿Es que Mary no le dice que exagera demasiado su actual forma de maquillarse? ¿Y ese desgreñado clásico que ya más bien parece intento de rastas? Parecía que llevaba un tremendo almohadazo, hahaha.

En fin, que bien valieron la pena más de seis horas de pie, casi sin espacio para estirar más que los brazos mínimamente, el desfile de chiquillos emo (varios acompañados por mamá :P), la espantosa banda de Estados Unidos y la languidez de HIM. Podemos declarar que aún hay The Cure para rato, alabados sean los dioses.

Este fue el setlist:
01. Plainsong
02. Prayers For Rain
03. Alt.End
04. The Blood
05. The Walk
06. The End Of The World
07. Lovesong
08. Pictures Of You
09. Lullaby
10. From The Edge Of The Deep Green Sea
11. Please Project
12. Push
13. Friday I'm In Love
14. Inbetween Days
15. Just Like Heaven
16. Primary
17. A Boy I Never Knew
18. Never Enough
19. Wrong Number
20. One Hundred Years
21. Disintegration

Encore:
22. Freak Show
23. Close to Me
24. Why Can't I Be You?
25. Boys Don't Cry
26. A Forest


PD: El próximo sábado 15, MTV España emitirá este concierto aunque no sabemos bien si completo o "convenientemente" (para ellos) editado. A partir de entonces, rolará por todas las MTV de Europa, Asia y Latinoamérica. Si acaso alguno, en cierto momento, hahaha, puede distinguir entre la primera muchedumbre, una pequeña y frenética banderita de México (no pude llevarme una digna del 15 de septiembre, hahaha) sepan ustedes que el brazo que la agita es el mío :)

PD: El par de fotos con que he ilustrado la crónica, son parte de las mejorcitas que pude tomar :)



***

02 marzo 2008

5 razones para amar a Johnny Depp


Por lo regular, cumplir años siempre nos sumerge en una especie de revaloración. Y otras tantas, en una nostalgia hasta cierto punto peculiar. Miramos a nuestro alrededor y a veces queremos reconocernos en aquellos que nos suenan a "contemporáneos". Nada de comparaciones, nunca seremos como los otros, sino sólo como podemos ser nosotros mismos... Sin embargo, observar a los contemporáneos nos muestra más firmemente el paso del tiempo y qué es lo que hemos hecho o dejado de hacer al cabo de los años.

Dentro de muchos cánones ya ni siquiera se me considera una mujer joven con 36 años recién cumplidos, hahahaha. Soy mujer adulta y la sociedad, con todo y su pseudo-intentos de igualdad o de mentalidad abierta, aún espera que una mujer de mi edad tenga cierto tipo de comportamiento. Y yo, sin duda, rehúyo a toda costa de él, hahaha. Creo que no me he "aseñorado" y que, a pesar de ser consciente de que ya no soy la chica de hace diez años, aún me siento con la energía y la pasión de entonces, si bien ahora la canalizo de otra manera o me la roba mi pequeño hijo que es un torbellino con patas y que está con el disco duro fresquecito y deseoso de llenarlo de todo tipo de conocimientos.

En fin, que soy una fanática del séptimo arte y reconozco que cuasi me he enviciado con la revista Fotogramas que, en mi humilde opinión, es una de las más acertadas y ecuánimes, hablando del mundillo cinéfilo español. Así que, en el número de marzo ha publicado diez razones para amar y odiar al mismo tiempo a ese pedazo de actor que es mi admirado Johnny Depp. He decidido compartir con ustedes, amables lectores cualesquiera que sea su procedencia (y sí, también me refiero a ti, lector de Bermuda, que me visitas con frecuencia, jejeje) sólo las cinco razones para amar al incomparable Capitán Jack Sparrow. En otra ocasión, retomaré las otras cinco para odiarlo, jejeje.

Y no, no se pregunten por qué he comenzado esta entrada con aquello de los contemporáneos. De alguna forma, siento que Depp, a pesar de ser unos seis o siete años mayor que yo, es parte de los que me corresponden a mí. En la entrada donde hablaba del esperadísimo nuevo trabajo del maestro Burton, ya mencioné que la gran mayoría de los trabajos de Depp me ubicaban en el momento o en la época de mi vida según los años en que han sido estrenados. Además, resulta gratificante que haya gente como Depp, que puede ser capaz de pertencer, en cierta medida, al star system basura y surgir y resurgir apenas sin mancha. Vamos, que a pesar de todo, no deja de ser él mismo con todo lo positivo y negativo que esto conlleva.

Un buen ejemplo, sin duda.


5 Razones para amar a Depp
1. Es la encarnación de la estrella de culto

Pertenece a esa rara familia de actores capaces de articular un discurso personal, película a película, pese a trabajar con directores variopintos en proyectos de lo más diversos. Parece el resultado e una extraña suma: la ambigua mirada de ángel de David Bowie más la perversa sofisticación de un Vincent Price en clave post-teen. El producto Depp está especialmente diseñado para seducir a ese sector del mercado que busca sabores heterodoxos, zonas de claroscuro, celebraciones de la diferencia. Es la oveja negra en un star system que sólo parece facturar ovejas Dolly, clónicas, insípidas e inodoras. Incluso cuando se equivoca, el factor Depp funciona a pleno rendimiento, a sabiendas de que es uno de los pocos actores de hoy en día con un discurso en perpetua construcción. Cuando alguien le busca las cosquillas, siempre tiene una réplica ingeniosa para contraatacar: El concepto actor serio es un oxymoron, una contradicción extrema, como hablar de partido republicano o comida de avión.

2. Su rica relación actor/director con Tim Burton

Su participación en Edward Scissorhands (1990) abrió un capítulo aparte en su carrera: su papel de monstruo solitario, melancólico e hipersensible, se iba a convertir en el espejo a medida de un creador que también ha explotado a fondo su condición de niño raro de Hollywood. Después vinieron Ed Wood (1994), Sleepy Hollow (1999), Charlie y la Fábrica de Chocolate (2005), The Corpse Bride (2005) y Sweeney Todd: El Barbero Diabólico de la Calle Fleet (2007) para subrayar el estrecho vínculo entre el visionario director de melenas insumisas de Burbank y el imprevisible adolescente sin edad de Kentucky. Burton ha dicho de él que es un extraterrestre capaz de sorprenderle en cada rodaje. Depp le ha devuelto el piropo con una oferta que el cineasta no debería rechazar: Puede pedirme lo que sea. Si quiere que me folle a un oso hormiguero en su próxima película, lo haré.

3. Una carrera comprometida con el riesgo.

A veces una estrella se define por la calidad de sus relaciones y la gallardía de sus compañeros de viaje: junto a Tim Burton, en la carrera de Johnny Depp aparecen también los nombres de Emir Kusturica (El sueño de Arizona, 1993), Terry Gilliam (Fear and Loathing in Las Vegas, 1998), Jim Jarmusch (Dead Man, 1995), John Waters (Cry-Baby, 1990), Oliver Stone (Platoon, 1986), Roman Polanski (La Novena Puerta, 1999), y Robert Roríguez (El Mexicano, 2003), revelando una compliciad con los mavericks del séptimo arte que dice mucho en su favor. Su talento no es buen material para la mediocridad: sus mejores notas interpretativas se alcanzan cuando, al otro lado de la cámara, hay otra locura en funcionamiento dispuesta a sintonizar con la suya. No siempre le ha salido bien la estrategia -ahí está La Novena Puerta para ilustrar el necesario contrapunto-, pero Depp parece sentirse especialmente cómodo cuando funciona como prolongación de otras sensibilidades indomables, marginales, nada dispuestas a negociar con el mínimo común denominador de los gustos mayoritarios. Depp parece estar huyendo sin cesar de sus orígenes profesionales como estrella televisiva adolescente. Ah, y no hay que olvidar que logró convertirse en uno de los hombres de confianza del volcánico Hunter S. Thompson en los últimos años de gloria del creador del periodismo gonzo (es un estilo de reporteo, sub-género del Nuevo Periodismo, que plantea un acercamiento directo al objeto (la noticia), llegando hasta el punto de influir en ella, y volviendo al periodista en parte importante de la historia, como un actor más).

4. Hay cierta dimensión trágica en su biografía.

La muerte temprana, inesperada y terrible de su compinche River Phoenix a las puertas de The Viper Room, el local de Depp en Los Angeles, abre una zona oscura en una biografía que ya había transitado por el dolor. Adolescente problemático y sumamente tocado por el divorcio de sus padres cuando contaba con 15 años de edad, Depp sucumbió al mórbido placer de las autolesiones antes de que su carrera profesional tomara rumbo firme. Años más tare, la caída de Phoenix hizo que las aguas plácidas de su vida reconducida volvieran a mostrar turbulencias: la hipocresía hollywoodense lo puso en punto de mira y el actor tuvo que capear acusaciones de tolerar la venta de estupefacientes en el local donde su compañero de generación pasó los últimos minutos de su abreviada existencia. No fue esa la única vez que Depp se topó de frente con la justicia: en dos ocasiones se le ha atribuido el destrozo de habitaciones de hotel según el paradigma de la rock-star arquetípica y, cuando los paparazzi colocan en el objetivo a sus hijos, suele sacar la mala bestia que lleva dentro. La Norteamérica patriótica y cerril intentó esbozar una campaña contra él a propósito de unas preseuntas declaraciones antinorteamericanas publicadas en la revista alemana Stern: en realidad, lo suyo no sonaba a actor concienciado de pose, sino a sincero desencanto de autoexilidado dispuesto a educar a sus hijos en la idea de que América es un juguete roto, un cachorro tonto con dientes muy largos, agresivo, capaz de morderte y herirte.

5. Su futuro no revela síntomas de fatiga.

Será John Dillinger a las órdenes de Michael Mann en Public Enemies, película de goodfellas que quizá compense las promesas incumplidas de American Gangster (Ridley Scott, 2007) y se rumorea su participación en las dos secuelas de Sin City que prepara Robert Rodriguez. También está dispuesto a apostar fuerte en su faceta de actor/productor al frente de Infinitum Nihil Production: la firma se estrenará con lo próximo de la directora hindú Mira Nair (Monsoon Wedding) y con una adaptación de Los Diarios del Ron de Hunter S. Thompson, que dirigirá el inglés Bruce Robinson.

Jordi Costa,
Revista Fotogramas, núm. 1973






***