Y el cine, que a pesar de todo es fiel reflejo de la vida real, tiene un amplio abanico de historias que giran alrededor del tema , muchas de ellas grandes éxitos con excelentes guiones y actuaciones.
El más reciente trabajo de la dupla Tim Burton-Johnny Depp me deja un raro sabor de boca. Sweeney Todd es un gran personaje con toda la fuerza que puede dar la sed de venganza y su vorágine de sangre podría ser justificable. Es más, a mí me sorprendió porque fue mucho más de lo que imaginé o intuí mirando el trailer o leyendo algunas entrevistas. Pero, no sé si el personaje como tal o el desempeño de Depp me parecen acartonados. Quizá la historia del barbero al que un juez le arrebata la vida pertenece sólo al mundo del teatro y nada más. Helena Boham-Carter medianamente sorprende con su voz y sin duda me parece más adecuado su desempeño aunque en algunos sitios he leido criticas que no la favorecen.
Burton gusta de personajes e historias oscuras y generalmente borda sus trabajos, así que me sorprende la sensación tan rara que me ha dejado el más reciente. Aunque no dejo de admitir que el final me dejó boquiabierta y a pesar de todo, fue inesperado para mí. Casi resulta natural que la compasión o la benevolencia aún con el mismo personaje principal no tenían cabida en la historia. Sin embargo, me estremeció.
Sé que mi querido sobrino Alberto, jejeje, estará en desacuerdo conmigo, pero no por ello dejaré de comentarles que apenas la semana pasada ha comenzado su andadura por la blogósfera. Lo suyo básicamente es su pasión por el cine y por un director y un actor que yo también cuasi adoro, hahaha, así que si comparten su pasión visiten su nueva cibercasa y dejen algún comentario.
Casting de vampiros. Está a punto de cumplir el medio siglo y esta foto improvisada tal vez no le favorece demasiado, pero yo sigo terca con la idea de que Kevin Bacon podría ser un perfecto vampiro cinematográfico. Considero que se trata de un actor que tiene la habilidad de manejar tanto al villano como al bueno de la peli. Y si bien no es una mega-estrella hollywoodense, es una cara conocida que logró quitarse el estigma de aquella peli conocida como Footloose que casi lo pudo hundir en el limbo de los maldecidos por producciones sólo para teenagers. Yo propongo a Kevin Bacon para un vampiro actual quizá atormentado pero también capaz de ser hijo de puta. Puffhh, esos ojos azul acerado dan para mucho, hahahaha.
Y siguiendo en el tema del casting de vampiros: confieso que casi no lo conocía (a pesar de que disfruté como enana su interpretación del rockero un poco venido a menos en la peli Love Actually) y que me costó mucho trabajo reconocerlo bajo los tentáculos faciales del capitán maldito Davy Jones en Piratas del Caribe 2 y 3 , jejeje, sin embargo su papel como Viktor en las dos entregas de Underworld me dejó con esa sonrisa del gato que se comió al ratón, hahaha. Podría ser el típico inglés y quizá por eso mismo en el imaginario vampírico es el perfecto jefe tanto por presencia como por desarrollo de personaje. Me hubiese encantado escuchar las dos pelis en versión original sólo por deleitarme con el acento de este hombre (estoy pensando seriamente comprarlas para echarle también un vistazo a los extras) que por cierto, en noviembre pasado saltó la noticia de que había recibido el ofrecimiento de Silk Sound Books -website que por el módico precio de casi ocho libras permite bajar todo su catálogo de audiolibros leidos por famosos actores ingleses- para grabar un audiolibro de la novela Dracula :) Actualmente, Bill Nighy, que es como se llama este actor nacido hace casi sesenta años en Surrey, Inglaterra, aparece en el catálogo de Silk Sound Books con la lectura de los Misterios de Dupin del maese Edgar Allan Poe.
Otra gran noticia referente a este actor y su acertada inclusión en el mundo de los vampiros cinematográficos es que en enero ha empezado a filmarse en Nueva Zelanda: Underworld: Rise of the Lycans que no es propiamente una tercera parte en orden cronológico, sino una precuela que mostrará los orígenes de la guerra entre los aristocráticos vampiros y sus entonces esclavos, los hombres-lobo. Naturalmente, Viktor tendrá uno de los papeles estelares al igual que Michael Sheen como Lucian, el lider de los hombres-lobo y que caracterizado como tal tiene un puntito que me encanta, hahaha, aunque después resulte casi irreconocible como Tony Blair en la peli The Queen.
El regreso de los vampiros. Por alguna extraña circunstancia el año pasado la industia cinematográfica revisitó por enésima vez el mito del vampiro y por partida doble. Como podrán imaginarse yo moría de puro gusto, hahaha, pero también procuré tener mis expectativas en un sitio no muy alto. Después de Blade (cuya tercera parte me negué a ver) poco más se podría explorar y aunque me haya gustado mucho el manejo de las dos partes de Underworld, debo reconocer que remite y mucho al juego de rol Vampire. Así que con cierta incredulidad bajé las dos más recientes muestras de que los vampiros han regresado. Empezemos por Rise: Bloodhunter protagonizada por Lucy Liu cuyo fotograma con ballesta en mano dá una idea de su papel como cazadora de vampiros. La historia no es mala aunque le falta un poquito de sustancia. Creo que el director y guionista tenía demasiada información que no cabía en hora y media. Y en ciertos momentos, aunque la historia avanza, parece que va a saltos y nos queda la sensación de que hay demasiadas cosas que se nos han perdido en el camino. Sadie, el personaje que interpreta Lucy Liu, es una periodista que investiga sobre una "secta juvenil" y sin deberla ni temerla se ve involucrada con una pareja de vampiros (incluido un pequeño equipo de esbirros). Naturalmente, es atacada y luego de ser violada y torturada, resulta que no pueden acabar con ella debido a ese enorme poder de vida que tiene en su interior. La vampira de la pareja se "compadece" de ella y la deja "vivir" sin siquiera advertirle que la han transformado en una no-muerta. A partir de ahí, los acontecimientos van dando saltos. Sadie es acogida luego de intentar alimentarse por cuenta propia con un indigente, por un personaje que según esto es un alquimista (¿?) que intenta acabar con los vampiros empezando por Bishop, el vampiro de la pareja que atacó y violó a Sadie. Luego de que le cura las heridas que Sadie ha sufrido intentando "suicidarse" tirándose de un puente, el alquimista la "entrena" para que pueda dar caza y muerte al mentado Bishop. Lo que nunca vemos es precisamente esto que sería una parte clave de la peli. La siguiente escena, es que te dicen que han pasado algo así como seis meses y Sadie es toda una caza-vampiros que con ballesta en mano se va a cargando a casi todos los que se cruzan en su camino, incluidos mortales, claro, hahahaha. Vamos, que Sadie-Lucy Liu no se tienta el corazón.
Menos mal que en ningún momento nos remite a Blade, por ejemplo, a pesar de tratarse de una vampira que se convierte en cazadora de su propia especie. En Rise: Bloodhunter lo que imperan son las ganas de vengarse de Sadie por haber sido convertida en algo que no sólo le ha arrebatado la vida como tal sino su vida. Lo único que me resulta imperdonable, hahaha, es que los vampiros no tengan colmillos y deban valerse de una daga pequeña, tipo colgante, que tiene cierta forma de cruz y que mucho, pero mucho recuerda a la peli The Hunger. Sé que a estas alturas del partido nadie puede ser original, pero tampoco me vale una declaración que hizo el director Sebastian Gutierrez cuando dijo que una peli de vampiros donde aparecen colmillos, estacas y ajos, apesta. Es más lamentable robar elementos clave de otras pelis.
Un mes a oscuras. Desde hace tiempo que el mundo del cine se ha valido del cómic para reinventarse un poquito. Y 30 Days of night es uno de lo ejemplos más recientes: con guión de Steve Niles y dibujo y color de Ben Templesmith fue publicado originalmente en Estados Unidos por IDW Publishing durante el año 2002 como una miniserie de tres comic-books, posteriormente recopilada en un tomo. El cómic fue en todo un éxito inesperado a nivel de ventas para la pequeña y entonces recien fundada editorial, que vio como el primer número se agotaba y necesitó una segunda edición, y una vez finalizada la miniserie no tardó en aparecer un tomo recopilatorio a principios de 2003 que también se agotó a las pocas semanas y necesitó una reedición. A principios de 2004 se hicieron públicas las cifras de la distribuidora Diamond (la principal distribuidora de cómics de Estados Unidos para librerías especializadas), segun las cuales 30 Days of Night ha sido el tercer cómic en formato tomo más vendido por esta distribuidora durante ese año, solamente superado por JLA: Liberty and Justice de Alex Ross, League of Extraordinary Gentlemen Vol.1 TP de Alan Moore y Sandman: Noches Eternas de Neil Gaiman.
30 Days of Night se inició como una propuesta para una película del guionista Steve Niles, que tras intentar venderla sin conseguir respuesta, decidió reconvertirla a cómic. Al principio tampoco tuvo mucha más suerte, siendo rechazada por Dark Horse y Todd McFarlane Productions, hasta que Niles habló con sus amigos Ted Adams y Beau Smith, que estaban lanzando una pequeña editorial independiente llamada IDW Publishing (surgida de Idea + Desing Works, una compañía de diseño que trabaja en videojuegos, anuncios y producción de DVDs). Poco después de que IDW comenzará a enviar notas de prensa anunciando el cómic, la CAA (Creative Artist Agency, una de las agencias de representantes más importantes de Hollywood) se interesó en representarlo y comenzó a mostrarlo a varias productoras importantes de Estados Unidos, siendo Sam Raimi (director de Spiderman) y su productora Senator International la que se hizo con los derechos. De no conseguir vender su idea, Niles pasó a conseguir un cheque de un millón de dólares y la oportunidad de escribir el guión de la película. Niles vivió la situación como un sueño hecho realidad y trabajó en el guión de la película estrechamente con Raimi (con quien se reunió unas tres veces por semana durante 3 meses) para que el film lleguara a la fase de producción cuanto antes. Tras un largo periodo en desarrollo, y cuando parecía que la película iba a acabar en lo que los gringoss llaman development hell, finalmente pasó a la fase de producción estrenándose en los cines de Estados Unidos en octubre de 2007.
Dirigida por David Slade, cuyo trabajo previo es la controvertida Hard Candy (2005) y un video de los Stone Temple Pilots y protagonizada por un Josh Harnett magnífico en Lucky Number Slevin (que aquí llamaron El Caso Slevin) así como en la inefable y hasta cierto punto aburrida The Black Dahlia de Brian de Palma, 30 Days of Night resulta una buena muestra de que el género de vampiros aún tiene mucho que dar sin caer en las fórmulas tradicionales. Aquí se cuenta la historia de un pequeño pueblo de Alaska llamado Barrow que cada año sufre la pesadilla de quedar 30 días a oscuras, digamos que el paraíso para los chupasangre que deciden hacer una especie de convención o visita guiada, hahaha. Pero no se andan con nimiedades ni mucho menos, todos son unos verdaderos hijos de puta cuyo instinto asesino es implacable. No chupan elegantemente sino que devoran como verdaderas bestias. Y todo esto pilla por sorpresa al sheriff Eben Oleson interpretado por Harnett que se las ve negras para combatirlos pues basta con un pequeño mordisco para que la víctima en cuestión se transforme.
Aquí también parece que hay cierta escasez de información. Es como si de pronto casi nadie supiera que en esa parte de Alaska hay treinta días de oscuridad y fuese el gran descubrimiento para esa verdadera horda de vampiros que incluyen hasta una niña cuya vestimenta recuerda otras épocas. Hay un pequeño atisbo, un comentario que hace un anciano, que es como si nos diera la pista de que ya había habido un ataque semejante tiempo atrás, pero no queda más que en una pequeña pista casi agarrada al vuelo. Pero a grandes rasgos, entre tanta nieve, tantos litros de sangre y tantos gruñidos vampíricos porque sabrá Judas en qué idioma se comunican entre ellos, la peli cumple el objetivo de entretener. Y si bien no te deja al borde del asiento debido a la tensión o al susto, sí que te abofetea con furia y rabia, aunque el final, bajo mi punto de vista, deja mucho qué desear. No, no se equivoquen, no es un típico happy end ni nada por el estilo: es así porque sólo puede ser así, pero resulta demasiado sonrosado, hahaha. Al menos para los estándares de 30 Days of Night.