12 enero 2016

Buen viaje de regreso a casa, David

Anoche, sin mucho ánimo, me metí en la cama e intenté dormir alrededor de la una. Mi Werewolf todavía se quedó un rato más jugando Fallout 4 y Happy Demon hacia rato que luego de mucho batallar, al fin se había quedado dormido. Tuve una noche inquieta donde estuve dando vuelta y vuelta en la cama. Y a eso de las cinco y cuarto al mirar el reloj del móvil, vi que tenía un mensaje de Whatsapp: un querido amigo me había dado la noticia casi en el mismo momento que se hizo pública, alrededor de la una y cuarto, una y veinte de la madrugada...

Me costó mucho asimilarlo. Corrí a verificar en la red y lo que encontré me dejó sin palabras. Comencé a leer las notas de los periódicos, los comentarios de mis amigos y conocidos, y a sentir un pesar tan hondo como si se hubiese muerto un familiar o un amigo muy querido. Apenas me recuperaba de lo de Lemmy que no por ser más evidente su enfermedad, no dolió menos. Apenas el mundo del rock se estaba 'reacomodando'.

Cuesta creer que todavía no haya la cura definitva para el cáncer. Cuesta creer que nuestros ídolos, a pesar de sus excesos y de su grandes aportaciones, sigue siendo simples mortales. Cuesta creer que alguien que se expuso tanto, fuese tan discreto con sus dolencias y apenas mencionase el infarto que sufrió años atrás. Sin embargo, a pesar de que dicen que luchó durante 18 meses, jamás mencionó nada e inclusive se embarcó en el proyecto del nuevo álbum y la grabación de los vídeos de los dos primeros sencillos.

Hoy como pocas veces en la historia del rock, los trabajos que se convirtieron en ese romántico canto de cisne, cobrarán más importancia y se buscará el significado en cada una de las letras de los temas, tratando de encontrar alguna señal, algo que quizás les permitiese a David y a Lemmy adivinar o indicar que dentro de nada se iban a reconvertir en polvo de estrellas.

Buen viaje de regreso a casa, David.

11 de enero de 2016


 





***

No hay comentarios: