En algún otro post lo comenté (pinchar aquí), en uno donde hablé del aniversario de la estación de radio Rock 101: Debe resultar casi misión imposible hacerle ver a los chicos de ahora cómo los adolescentes de hace veinticinco o treinta años nos la 'vivíamos' pegados a la radio. Cómo echábamos mano de un teléfono con cable y con tanto avance como haber cambiado el disco para marcar por botoncitos :P Lo mucho que significaba sentirse identificado con los locutores, con sus ideas, con sus conceptos y emocionarnos hasta el túetano con la música, sobre todo claro, cuando nos revelaban cosas nuevas, cosas que en tu jodida vida podrías haber descubierto por ti misma.
'Harry' con su radio pirata, con su voz que escapaba por la frecuencia siempre justo a las diez de la noche, revoluciona a sus oyentes en todos los sentidos, sin imaginar el poder que consigue sólo con su voz y con su manera de ver al mundo de los adultos. Muestra un tipo de música que no se escucha por la radio comercial o habitual y se expresa sin cortarse ni un pelo. Y logra que muchos le escriban cartas y le expongan sus problemas. Jo, escribir cartas, oigan. Eso de verdad debe sonar a chino para nuestros chicos que ya están más que habituados a la inmediatez primero de los emails, después de los SMS, luego los chats y al final el mentado Whatsapp.
Globalización, inmediatez, libertinaje de expresión, gurús de ocasión, protagonismos varios, la red ha unido y ha alejado. La red dicta y encumbra quién o qué está de moda, qué vale la pena defender o pasar de él, exceso de conceptos, opiniones, desvaríos, ideas, posturas... Cuesta y mucho no dejarse influir por los 'dictadores' del pensamiento que lo son aunque se digan antisistema. Lo que hoy es políticamente correcto depende sólo de una postura social ni siquiera política precisamente. Las ideas pueden usarse como disfraz de ocasión y al día siguiente desecharse...
La radio nos unió porque en aquel momento estaba hecha por jóvenes apenas más mayores que sus oyentes. Porque se expresaban como nosotros y porque alimentaban nuestro espíritu a través de la música. Aún hoy me cuesta imaginar cómo puede haber gente que 'viva' sin verse rodeado de música, sin apasionarse por un género, sin acompañar sus recuerdos con ese tema específico. La radio logró que la adolescencia de muchos de nosotros fuese más llevadera. y sí, nos dejamos manipular pero sin haber más intención que 'provocarnos', sin finalidades políticas ni de 'adoctrinamiento'.
Pump Up the Volumen me hizo recordar todo esto y más. Me remontó a esos años de mi adolescencia y primeros de juventud. Me recordó la influencia que se podía ejercer sólo con la palabra. Y cómo a través de un micrófono podías sacudir a los oyentes.entusiasmarlos, guiarlos, acompañarlos. Y lo mejor de todo, es que tuve la fortuna de vivirlo de ambos lados del micrófono y me siento muy agradecida :) Recientemente ha salido una película que podría reflejar muy bien esto aunque muestra una historia basada en una real en el Londres de mediados de los 60: The Boat That Rocked (2009)
Brindemos por esos tiempos que ya no volverán, snif!
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