03 octubre 2006

¿Jóvenes felices?


Desde hace unos días está a la venta un libro cuyo título es Los jóvenes y la felicidad escrito por el sociólogo y catedrático Javier Elzo y a pesar de que sus estudios sólo se refieren a la juventud española, me parece que en gran medida refleja lo que ocurre en la mayor parte del mundo. Resulta triste leer que muchos declaran ser felices pero que en realidad no saben cuál es verdadero significado. Declaran con la boca llena que ser feliz es llegar tarde a casa, hacer lo que le salga de las pelotas, no tener horarios ni límites, divertirse, divertirse y sólo divertirse. No tienen claro qué hacer con su vida y en muchas ocasiones, no les importan los demás a pesar de ser muy "amigueros" ni respetan figuras de autoridad. Elzo recalca que hay una gran diferencia entre los jóvenes de hace 20 o 25 años y los actuales que no "luchan" por nada, que no tienen ideales de ningún tipo, que todo lo tienen a manos llenas, que nunca han crecido con límites y que prácticamente han crecido solos o al cuidado de un televisor y de un tiempo para acá de la Playstation y demás consolas de videojuegos. Esto se refleja en el aumento sorprendente del acoso escolar que a mí me pone los pelos de punta: chiquillos que golpean, dominan, roban y maltratan a compañeros que son un par de años más pequeños o que inclusive no tienen respeto alguno por sus profesores y se encaran a ellos sin reconocer la autoridad que siempre ha tenido y hasta donde yo recuerdo, solía conservar el profesor que ahora es una víctima más totalmente amedrentada. Me ha dejado sin palabras y con la mandíbula en el suelo ver un reportaje que hace un par de semanas se transmitió por la tele, hecho con una mini-camara de vídeo oculta y comprobar que hay alumnos de 14 o 15 años que son capaces de amenazar a una profesora a punta de soltarle en su cara: Eres una hija de puta, cállate o te violo, ¿quieres ver que lo hago? ¿quieres ver que es cierto?

Yo recuerdo cuando era niña que nunca faltaba el graciosito en turno que se metía con los más "indefensos" de la clase, que tampoco nunca faltan. Y si es que se busca crueldad, los niños son y mucho, pero no se llegaba a los extremos de hoy porque se temían los reportes de conducta, las expulsiones o los días de baja. En secundaria, yo me encargaba de firmar los reportes, haciéndome pasar por las madres de mis compañeros, pues temçian que los regañaran. Vamos, que había temor y respeto, a pesar de que podíamos hacer tropelías aunque en una escala muy baja. Ni pensar meterse con alguien del profesorado, aunque, a decir verdad, recuerdo que en tercero de secundaria jodíamos al maestro de música, pero es que era muy blandito, hahahaha, inclusive lo llegábamos a encerrar en el salón pero estando todo el grupo dentro y en una ocasión fue tal su desesperación que tuvo que salir por la ventana, hahahaha. Pero bueno, yo alucino con lo que hoy se ve y se escucha, con esa terrible falta de valores y no es que caigamos en la moralina y en tratar de igualar el tiempo de los abuelos donde los castigos escolares eran severos. Todo esto lo único que refleja y que expone Elzo en su estudio, es que los jóvenes han crecido sin límites y desconociendo el significado del NO. Nadie culpa directamente a los padres, pero lo cierto es que la vida actual que exige que ambos trabajen, está mandando a la mierda a la familia y los valores que sólo dentro de ella se pueden inculcar. También colaboran esas "teorías y estudios" que ahora declaran que el castigo corporal "trauma" a los pequeños, que de pronto, hay una explosión de niños con Síndrome de Déficit de Atención, los hiperactivos, que en mi época se les conocía simple y sencillamente como los "chinga-quedito", los impertinentes, los inquietos que ponían de los nervios a los profesores y muchas veces a sus propios compañeros. Yo recuerdo a algún que otro en la primaria, pero jamás le pasó por la cabeza a sus padres o al colegio, llevarlos con un psiquiatra y recetarles pastillas que según los tranquilizan. Ahora que soy madre, tengo la impresión de que es probable que exista este síndrome y que pueda ser resultado de nuestros tiempos caóticos y estresantes, pero también creo que la parte medular proviene de la educación y de la verdadera atención que se le brinda a los hijos. Siempre han dicho que cuenta más la calidad que la cantidad y en ciertos casos es aplicable, pero con los hijos cuenta todo: ¿qué pueden hacer los padres que trabajan jornadas completas y que no vuelven a casa sino hasta las ocho de la noche? ¿De qué hablan con los hijos durante la cena? ¿Cómo los pueden "corregir" sin que se sientan ellos mismos los ogros y prefieran dejar pasar por alto tantas cosas con tal de que su hijo les demuestre un poquito de cariño? Ahí es donde surgen las habilidades manipuladoras de los niños que cuando son adolescentes se convierten en verdaderos maestros. Ahí surge el abusón de la clase que se siente omnipotente y con derecho a joder a medio mundo porque nadie le ha enseñado a respetar a sus semejantes e inclusive es capaz de encarar a sus padres (y tal vez, sólo en algunos casos, tenga razón de hacerlo). No sólo Elzo, sino muchos más sociólogos, psicólogos y demás fauna han dicho que el comportamiento actual de los jóvenes pide a gritos que se les impongan límites o en pocas palabras: que alguien verdaderamente les haga caso.

Se podría decir que no hay una brecha generacional marcada entre los jóvenes y personas como yo que pasamos de los 30, pero en ocasiones creo que hay una distancia de años luz. Y a veces pienso en mi Happy Demon y me rompo la cabeza tratando de esclarecer cómo hay que educarlo, cómo hay que enseñarle el mundo, cómo hay que protegerlo sin caer en la sobreprotección exagerada en la que han sido criados muchísmos jóvenes actuales que no saben lo que es tener una responsabilidad o ganarse la pasta con la cual se puedan dar un capricho y que sólo saben estirar la mano y proclamar que su "derecho" como hijos es que los padres los mantengan Dios sabe hasta cuando, sin importar que se hagan mayores de edad. Cierto es que el mundo ha cambiado mucho tan sólo en veinte años y que lo que pensábamos y vivíamos las generaciones que estamos en los treintas o cuarentas, no tiene nada qué ver con lo el mundo de hoy. Un ejemplo tonto: soy incapaz de imaginarme si el panorama si en lugar de discos de vinyl (vinilo aquí) hubiese tenido los cd's y reproductores al alcance del bolsillo, o ahora los mp3 o IPod que ya son los bisnietos de aquellos casi cavernícolas walkman de principios de los '80 que inclusive llegaban a pesar un poco (por las pilas doble AA y sus componentes de metal más que de plástico) y a tragarse sin decoro alguno las cintas que tanto nos costaba conseguir muchas veces grabando las canciones directamente de la radio. O el uso casi indiscriminado de Internet y ahora de los teléfonos móviles donde puedes inclusive navegar por Internet, mirar la televisión o las famosas videollamadas (que eso, para mi generación, sonaba más a cosa de la peli "Blade Runner" que a ser real al cabo de los años). O la "normalidad" en el uso de Internet, uso y abuso de la supuesta "globalización".

Sí, el mundo avanza pero también aumenta la desazón, la falta de proyectos de vida porque todo es muy relativo. Aquí cada vez se quejan más de los contratos basura donde al cabo de un mes de haberte contratado pueden echarte sin miramiento alguno, también los trabajos temporales que muchas veces son una mierda. Lograr que te hagan indefinido en un trabajo, uffh, parece que es como sacarse la lotería. Luego están las hipotecas para comprar los departamentos que van de 20 a 25 años y aquí la broma es que quienes disfrutarán de tanto esfuerzo serán los nietos. No se diga esos créditos que tan "alegremente" ofrecen bancos e instituciones que cierto es, pueden sacarte de un apuro, pero de uno muy puntual, eh? porque los intereses son una verdadero insulto.


Ya para terminar, rescato una respuesta de una entrevista que le fue realizada a Javier Elzo hace unos días:

P: ¿Sigue siendo válido el lema "es maravilloso ser joven"?

R: Yo me encuentro con gente de mi edad -voy a cumplir 65 años-, que me dice: no quisiera ser joven. Lo cual es un fenómeno absolutamente único, porque hay gente que quisiera ser joven en lo físico, pero no le gustaría tener que enfrentarse a las dificultades de la sociedad actual, a la competitividad pura y dura, a una situación de enorme incertidumbre laboral. Este mundo, cada vez más normativo, más duro, más anónimo, donde no cuenta la persona como tal, hace que en el fondo el joven perciba que le van a medir por la rentabilidad económica que le puedan sacar. Sin embargo observo que, muchas veces, los chavales están menos preocupados que los propios padres. Un joven hoy se hipoteca por 25 años o más, con un trabajo incierto, lo cual para un mayor puede resultar espantoso. Pero el joven vive así, porque vive en lo provisional. Saben que hoy todo es de un día para otro. De alguna manera han llegado a internalizar esa inseguridad, ese vivir el día a día, esa cotidianeidad, que pueden ser armas que nosotros no teníamos. ¿Es maravilloso ser joven? Lo que es claro es que va a ser más difícil tener una cierta seguridad en el futuro y cada vez será más importante la propia persona, y menos importante la familia de origen, los recursos económicos, los títulos que pueda tener y otra serie de aspectos que antes daban una cierta seguridad. Hoy va a importar el individuo con una cabeza 'amueblada', para lo cual será fundamental lo que dijo Jacques Delors: que los jóvenes hayan aprendido a aprender. En definitiva, que tengan un proyecto de vida.

5 comentarios:

Korkuss dijo...

Pffft, ni qué decir... será que me hago viejo, pero esta juventud es cosa seria... :s

En mish tiemposhhh...

Saludos!!!

Anónimo dijo...

Madre mia, nena,has plasmado de unamanera increible lo que pensamos los que ronadmos (o tenemos ya como es el caso) la treintena.

Yo alucino con la gente joven a la que contrato... con la gente joven con la que convivo y con la gente joven a la que observo. y digo gente joven, porque aunque está claro que es un termino un poco despectivo hacia nosotros, me separo de ellos a la de YA! No se cual es la raiz del problema, pero si se que es un problema y gordo... Y si sigue asi, lo será cada día más.

Se me ocurren mil y una explicación para el comportamiento de esta nueva generación...pero sería absurdo enumerarlos, pues posiblemente sea "un poco de todo" el problema real

En fin...esperemos que las cosas cambien...para bien

Ariel Hexen dijo...

Y si que pusiste muchas cosas que luego tengo la oportunidad de comentar con gente que es mas grande que yo o que ronda mi edad.

La verdad es que a veces uno ve el futuro y ni sabes por donde empezar, justo hoy pensaba si tengo un hijo como le explicare que cuando yo naci el internet no existia, ni los celulares ni los video juegos ni nada de eso, como entendera que a pesar de no tener todas esas cosas necesarias yo era feliz... quien sabe con todo lo que pasa en este mundo a diario en lugar de tener mas respuestas cada dia hay mas preguntas.

Guillermo Vega Zaragoza dijo...

hola:

El correo de Mauricio Carrera es:

maur39@hotmail.com

Si es para cobrarle algo, no les digas que yo te lo di.

Si es para cualquier otra cosa, dile sólo si te pregunta, jejeje

Saludos.

Guillermo

| Alison | dijo...

Es una cuestion de respeto y autoridad. Los niños no respetan a sus profesores xq no respetan ni a sus padres... y como a los padres de hoy les da igual lo q haga el niño mientras se calle con una play station, pues llegan al cole, no tienen motivacion xa aprender, se aburren, se ponen nerviosos y el profesor sale con depresion.

Ni q decir del tipico padre q si riñen a su hijo en la escuela levanta un revuelo del 15.

Con autoridad hay miedo y respeto, y aunque suene mal, creo q hace mucha falta de eso hoy en dia.

Buena entrada :)