08 diciembre 2005

Jinete en la tormenta




Despierta sin sobresalto y aún tiene la botella de whisky en la mano, pero ya está vacía. ¡Mierda! La estrella en la pared de la habitación de lujo. El ruido de vidrios rotos apenas le arranca un balbuceo incoherente al bulto que duerme a su lado. Es Pam, con el vestido de fiesta hecho jirones y el maquillaje corrido. La contempla por largo rato. Por primera vez siente ternura. Habían huido juntos a París para “desintoxicarse”. De todo y de todos. Ahora se daba cuenta de lo estúpida que fue su idea. Pam y él continuaban siendo los mismos. Sin cambio alguno. ¿Era difícil aceptarlo? Tal vez sí, tal vez no. Una sonrisa triste curva sus labios mientras arropa a Pam con la sábana. Y recuerda que no se opuso a acompañarlo a su autoexilio. Después de todo, es la única que sigue creyendo en él. La única que lo ama. Pobre Pam. “En tus brazos encontré una isla/ un país en tus ojos” canturrea en voz baja mientras acicala su cabello salpicado de flores marchitas. Luego besa sus dedos teñidos de nicotina, olvido y hastío. El encanto se rompe cuando recibe como una bofetada su inequívoco asco de existir. Sí, lo comparte. Se da cuenta de que se está consumiendo.


Va hacia la ventana. Desconoce si es de noche o de día. La habitación de cualquier modo permanece a oscuras. Con un manotazo descorre la cortina y aparece la Torre Eiffel. Es más de media mañana. Sin dudarlo, le muestra el dedo medio… ¡fuck you! Da media vuelta. Se acerca al tocador. Revuelve algunos papeles. Las licoreras están vacías y Pam se cargó la última jeringa de la madrugada. Abre los cajones, busca algo impaciente. Detrás del espejo, debajo de la silla, sobre la alfombra. De nuevo revuelve los papeles. Debajo de ellos está la coca lista para consumirla. Hunde un dedo en el pequeño montículo, luego se lo lleva a la boca. Lo saborea distraídamente. Asco de existir piensa y se topa con su propia imagen reflejada en el espejo. Acaricia su vientre panzudo. Le da un par de palmadas mientras ríe. ¡Pinche cerdo! se dice a sí mismo y los gritos desaforados de las fans vienen a su mente. Ríe sin control. Todas lo consideran un dios, el nuevo Dionisio, rey de la bacanal. Ajá… Sólo que ahora es una versión grotesca, la sombra. Sin embargo, aún es hermoso. Apenas 28 cadenas lo sujetan al mundo. Deja de reír, apoya ambas manos en el tocador y suspira. En diciembre las cumple. Pero apenas es julio y se siente tan cansado, tan harto.


Otra vez revuelve los papeles con frases apenas legibles. Encuentra a Rimbaud con las cubiertas maltratadas, ajadas y vueltas a sobar. Con este libro bajo el brazo había llegado a Los Angeles. Podría ser la reencarnación del poeta, ¿no? Podría ser su sucesor. Hojea el libro. Las páginas desprenden un aroma a infinita podredumbre, a genio maldito. Se detiene al azar: “La desdicha fue mi dios. Me revolqué en el fango y me sequé con el aire del crimen. Y le jugué buenas trampas a la locura”. Sus labios se curvan en una mueca parecida a una sonrisa. ¡Carajo! Cien años atrás, Rimbaud pudo reflejar lo que él sentía en ese momento. Una llaga leprosa sin cura aunque no distingue exactamente qué lo atormenta. Sólo anhela descansar, desaparecer.


Asco de existir, la frase martillea su cabeza cuando entra al cuarto de baño. No tiene idea de lo que hace ahí pero abre los grifos de la bañera. Al poco rato se sumerge en ella lenta, muy lentamente. ¡Qué bien se siente el agua caliente! Cierra los ojos, intenta olvidarlo todo: el reclamo de la vida, la angustia, el hartazgo. Está agotado.


“Debes amar a tu hombre/ tomarlo de la mano/ hacerle entender/que el mundo depende de ustedes dos/ nuestra vida nunca terminará/ debes amar a tu hombre” ( Girl ya gotta love your man/ Girl ya gotta love your man /Take him by the hand/ Make him understand/ The world on you depends/ Our life will never end/ Gotta love your man, yeah)… Pam susurra sin soltar su mano. El médico pregunta la ocupación de su hombre como requisito para el certificado de defunción. Poeta, ella contesta.


Copyright M. M.


En cierta medida, debería pertencer a esa generación cuyos padres se criaron musicalmente en los años 60. Pero no fue así ni mucho menos. Tal vez por eso no soporto a los Beatles (más que dos o tres canciones muy específicas), soy fanática empedernida de los Rolling Stones, aprecio el talento de Jimmy Hendrix, me emociona hasta la médula de los huesos Janis Joplin y me quito el sombrero ante Jim Morrison a quien dediqué, años atrás, el texto que han leído. De alguna forma, traté de imaginar cómo habrían sido sus últimos momentos, antes de que apareciera muerto (en extrañas, extrañísimas circunstancias) aquel 3 de julio de 1971 en una bañera de su cuarto de hotel en París. Quizá su mito creció aún más al morir tan joven, a que nadie vio su cadáver, lo que lleva a sospechar si no hay gato encerrado y quizás está vivito y coleando aunque sólo con dos neuronas funcionales, jejeje.

Jim Morrison no es sólo un ícono del rock o la imagen perfecta del decadente rockstar. Se le reconoce su talento como poeta reflejado en la mayoría de las letras del grupo The Doors y en libros como "An american night", "The Lords", "The New Creatures" y "Wilderness". Se dice que escribió más de 1600 páginas de poemas, anécdotas, letras de canciones, historias, apuntes para obras de teatro y guiones de cine. Y tal día como hoy, pero de 1943, nacía The Lizzard King , el Rey Lagarto, como había llamado a su alter-ego.

A veces me gusta recordar más los natalicios que los días que se abandona el cuerpo físico.


"Real poetry doesn't say anything, it just ticks off the possibilities. Opens all doors. You can walk through any one that suits you. If my poetry aims to achieve anything, it's to deliver people from the limited ways in which they see and feel." Jim Morrison



***

8 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Excelente tu texto MacVamp, aunque pone a la vista la terrible decadencia de muchos jóvenes talentos, el mal uso de su libertad y las terribles consecuencias. Un texto duro de digerir y también de olvidar. Besos para tu trinidad.

Pech dijo...

siempre es bueno leerte, gran texto. muchas gracias por compartirlo

Un beso

ÓL dijo...

Las Puertas de la Percepción serán abiertas.

MacVamp dijo...

Lety, Pec y Oruga Gritona: Gracias por sus mensajes.

Un abrazo.

mentally insane dijo...

excelente...

yo soy fan de los doors, su legado cambió el mundo de la música...

saluditos!!

Korkuss dijo...

Loado sea el Rey Lagarto... que buen texto Mac

Lety Ricardez dijo...

Mi querida MacVamp:
Porque esta vez, podría decir más de lo que deseo, pido perdón por la falta de respuesta en tu casa.
Vine a dar gracias y a decirte que esta vez me toca escucharte sin decir.
Besos

Ariel Hexen dijo...

Una mas de musica uqe tenemos en comun jeje en definitiva Morrison es uno de mis grandes Hits :D


Saludos me gusto mucho el texto