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03 mayo 2018

El inicio según Jonathan Harker



Diario de Jonathan Harker
(Redactado taquigráficamente)
3 de mayo, Bistritz



Salí de Munich el 1 de mayo a las 20.35 de la tarde, y llegué a Viena a la mañana siguiente; debía haber llegado a las 6.46, pero el tren llevaba una hora de retraso. Budapest parece una ciudad maravillosa, por lo que observé desde el tren y lo poco que pude andar por sus calles. No me atreví a alejarme de la estación, ya que habíamos llegado con retraso y saldríamos lo más de acuerdo posible con la hora prevista. La impresión que me dio era de que salíamos de Occidente y nos adentrábamos en Oriente, el más occidental de los espléndidos puentes del Danubio -que aquí adquiere una noble anchura y profundidad- nos trasladó a las tradiciones de predominio turco.


Salimos a buena hora, y llegamos a Klausenburgh ya anochecido. Aquí, paré a pernoctar en el Hôtel Royale. Cené pollo sazonado con pimentón picante, muy bueno, aunque daba mucha sed (Mem., conseguir receta para Mina). Le pregunté al camarero, y dijo que se llama paprika hendl, y que es plato nacional, de modo que podría tomarlo en todas partes, a lo largo de los Cárpatos. Aquí me han resultado muy útiles mis rudimentos de alemán; desde luego, no sé cómo habría podido entenderme sin ellos.

En Londres, aproveché unas horas que tenía libres para ir al Museo Británico a consultar libros y mapas de la bibliotecareferentes a Transylvania; pensé que sería de ayuda tener de antemano alguna idea del país, antes de entrevistarme con un noble de ese lugar. Averigüé que la región a la que hacía referencia está en el extremo del territorio, exactamente en los límites de tres estados: Transylvania, Moldavia y Bucovina, en plena cordillera de los Cárpatos, y que es una de las regiones más remotas y menos conocidas de Europa. No conseguí descubrir en ningún libro ni mapa el lugar exacto del castillo de Drácula, ya que no existen mapas de este país comparables a nuestros Ordnance Survey maps; pero averigüé que Bistritz, la ciudad donde el conde Drácula decía que debía apearme, era bastante conocida. Consignaré aquí algunas cosas que me ayuden a recordar cuando hable con Mina del viaje.

La población de Transylvania está formada por cuatro nacionalidades distintas: los sajones al sur, y mezclados con ellos, los valacos, que son descendientes de los dacios; los magiares al oeste, y los székely al este y al norte. Me encuentro entre estos últimos, que pretenden ser descendientes de Atila y de los hunos. Puede ser, porque cuando los magiares conquistaron el país, en el siglo XI, encontraron a los hunos asentados en él. He leído que en la herradura de los Cárpatos se reúnen todas las supersticiones del mundo, como si fuese el centro de una especie de remolino de la imaginación; si es así mi estancia me va a resultar interesante (Mem., preguntar al conde sobre esto).

No dormí bien, aunque la cama era bastante confortable; tuve toda clase de sueños extraños. Un perro estuvo aullando toda la noche al pie de mi ventana; tal vez fue por eso; o quizá fue culpa de la páprika, porque me bebí toda el agua de la jarra, y aún me quedé con sed. Me dormí cuando ya amanecía, y me despertaron las repetidas llamadas a mi puerta, por lo que supongo que debí quedarme profundamente dormido. De desayuno tomé más páprika, y una especie de gachas hechas con harina de maíz que aquí llaman mamaliga, y berenjenas rellenas, plato muy exquisito que llaman impletata (Mem., pedir receta también). Tuve que desayunar deprisa porque el tren salía un poco antes de las ocho; o más bien debía salir a esa hora, ya que después de llegar corriendo a la estación a las 7.30 estuve sentado en el vagón más de una hora, hasta que arrancó. Me da la sensación de que cuanto más al este vamos, menos puntuales con los trenes. ¿Cómo serán en China?

Empleamos el día entero en recorrer una comarca llena de bellezas naturales de todo género. Unas veces divisábamos pequeños pueblecitos y castillos en lo alto de montes enhiestos, como los que se ven en los viejos murales; otras, corríamos junto a ríos y arroyos que, a juzgar por sus anchas y pedregosas márgenes a uno y otro lado, parecen sufrir grandes crecidas. Hace falta mucha agua, y que corra con fuerza, para que el agua arrase sus orillas. En todas las estaciones había grupos de grente, a veces multitudes, con toda clase de atavíos. Algunos hombres iban exactamente igual que los campesinos de mi país, o como los que he visto al cruzar Francia y Alemania, con sus chaquetas cortas, sus sombreros redondos y sus pantalones de confección casera; otros, en cambio, eran muy pintorescos. Las mujeres parecen bonitas, si no se las ve de cerca, pero tienen el talle muy ancho. Llevan largas y blancas mangas de diversas clases, y la mayoría se ciñen unos cinturones anchos con gran cantidad de cintas que se agitan a su alrededor como un vestido de ballet; aunque, naturalmente, llevan sayas debajo. Los personajes más extraños que vimos eran los eslovacos, más bárbaros que el resto, con grandes sombreros vaqueros, pantalones amplios y de color claro, blancas camisas de lino y unos cinturones de cuero enormes, de casi un pie de ancho, tachonados con clavos de latón. Calzaban botas altas, embutín los pantalones en ellas, y tenían el pelo largo y unos bigotes espesos y negros. Son muy pintorescos, pero no resultan atractivos. En el teatro se les reconocería inmediatamente en el papel de otra banda de forajidos orientales. Sin embargo, según me han dicho, son inofensivos, y les falta presunción natural.

Cuando ya anochecía, llegamos a Bistritz, que es una ciudad vieja y muy interesante. Dado que está prácticamente en la frontera -pues el desfiladero de Borgo conduce de allí a Bukovina-, ha tenido una existencia azarosa, y desde luego muestra señales de ello. Hace cincuenta años, hubo una serie de incendios que causaron terribles catástrofes en cinco ocasiones distintas. Nada más iniciarse el siglo XVI, sufrió un asedio de tres semanas, en el que perdieron la vida trece mil personas por causa de la guerra, así como hambre y las enfermedades consiguientes.

El conde Drácula me había indicado que me alojase en el hotel Golden Krone, que resultó ser muy anticuado, para gran alegría mía, porque, como es natural, quero ver cuanto ueda sobre las costumbres del país. Evidentemente me esperaban, ya que al llegar a la puerta me recibió una señora mayor, de expresión alegre, vestida con el ahbitual atuendo de campesina -saya blanca y delantal doble, por delante y por detrás, de paño de colores, demasiado ajustado para el recato-. Una vez a su lado, me saludó con una inclinación de cabeza, y dijo:

- ¿El Herr inglés?

- Sí -dije-; soy Jonathan Harker.

Sonrió, y dio instrucciones a un hombre de edad, en mangas de camisa, que la había seguido hasta la puerta. Dicho hombre desapareció, y regresó inmediatamente con una carta:




Distinguido amigo:

Bienvenido a los Cárpatos. Le espero con impaciencia. Descanse esta noche. Mañana a las tres saldrá la diligencia para Bucovina; he reservado una plaza en ella para usted. Mi coche le estará esperando en el desfiladero de Borgo para traerle hasta aquí. Confío en que haya tenido un feliz viaje desde Londres, y que disfrute durante su estancia en mi hermoso país.

Su amigo.
DRÁCULA




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23 octubre 2013

Undead















 A ciento treinta y uno años de su nacimiento :)







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02 septiembre 2013

Look into my eyezzzzz!!!!!


Boris Karloff y Bela Lugosi participaron juntos en ocho películas. The Black Cat (1934) fue la primera de ellas  ;-)







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06 febrero 2013

From my burning love



"Brennende Liebe" - Oomph feat. L'Âme Immortelle

 Wie viele Nächte lang hab ich in dir gewohnt?
Wie viele Träume lang hat mich dein Schmerz belohnt?
Wie viele Nächte lang hast du dich schon verlorn?
Wie viele Träume lang hab ich dich neu geborn?

Von meiner brennende Liebe
kann dich kein Dämon erlösen
Von meiner brennende Liebe
kann dich kein Gott und kein Wunder mehr befreien

Wie viele Nächte lang hab ich dich heimgesucht?
Wie viele Träume lang hast du mich schon verflucht?
Wie viele Nächte lang hab ich von dir gezährt?
Wie viele Träume lang hat mich dein herz ernährt?

Von meiner brennende Liebe
kann dich kein Dämon erlösen
Von meiner brennende Liebe
kann dich kein Gott und kein Wunder mehr befreien

Von meiner brennende Liebe
(Wie viele Nächte lang)
kann dich kein Dämon erlösen
(Wie viele Träume)
Von meiner brennende Liebe
(Wie viele Nächte lang)
kann dich kein Gott und kein Wunder mehr befreien

Komm und verbrenn dir deine Haut
Vergeude den Schmerz tief in dir
Komm und verbrenn dir deine Haut

Von meiner brennende Liebe
kann dich kein Dämon erlösen
Von meiner brennende Liebe
kann dich kein Gott und kein Wunder mehr befreien

Von meiner brennende Liebe
(Wie viele Nächte lang)
kann dich kein Dämon erlösen
(Wie viele Träume)
Von meiner brennende Liebe
(Wie viele Nächte lang)
kann dich kein Gott und kein Wunder mehr befreien

Kann dich kein Gott und kein Wunder mehr befreien



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Burning love

How many nights have I live inside you?
How many dreams has your pain rewarded me?
How many night have you already lost yourself?
How many dreams have I given a new birth to you?

From my burning love
No demon can save you
From my burning love
No God or miracle can free you anymore

How many nights have I haunted you?
How many dreams long have you already curse me?
How many nights have I already lived off you?
How many dreams long has you heart nourished me?

From my burning love
No demon can save you
From my burning love
No God or miracle can free you anymore

From my burning love
(How many nights long)
No demon can save you
(How many dreams)
From my burning love
(How many nights long)
No God or miracle can free you anymore

Come and burn your skin
Waste the pain deep inside yourself
Come and burn your skin


Del álbum "Wahrheit oder Pflicht" (2004)


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 Frankestein, la imagen perfecta del monstruo, la total crítica sobre la insistencia del hombre en compararse con los dioses y crear vida desde la misma muerte, no es uno de mis personajes favoritos, lo siento. A pesar de que hay un punto de identificación y de atracción sobre esa imagen del monstruo que es rechazado por ser diferente, por no ser como los demás, porque su naturaleza no es humana a pesar de haber sido creado con restos humanos.

Y a estas alturas de la historia, del mundo, en plena lectura del Moderno Prometeo, es difícil alejar de nuestras mentes la imagen de aquel monstruo made by la productora de cine Universal de piel color verde chillón (que no vemos en la peli de 1931 debido a su tonalidad blanco y negro), con tornillos en el cuello, cabeza cuadrada y altura extrema. Boris Karloff acude a nuestra memoria y quizá nos susurra una de sus declaraciones que han pasado a la historia del mundo del celuloide: El Monstruo ha sido el mejor amigo que he tenido nunca. Algo normal si consideramos que este actor londinense, cuyo nombre verdadero era William Henry Pratt, pasó a la inmortalidad gracias a su interpretación de Frankestein y a su paciencia de soportar largas, muy largas horas de maquillaje :P

Se cuenta que la Universal quería que Bela Lugosi encarnara al Monstruo. Pero el actor se negó porque era un personaje que apenas hablaba y exigía un maquillaje muy agresivo (también se cuenta que leyó otra versión del guión). Aunque sí participó en las continuaciones de 1939 y la de 1943 donde fue Ygor.

Hace algunos años que descubrí a la banda alemana llamada Oomph (bueno, trío, jejeje) y he de reconocer que la mayoría de sus videos son geniales, con fotografía estupenda y guiones que capturan la atención desde los primeros instantes. Brennende Liebe es uno de los que más me gustan, porque si bien recurren a la historia del típico Frankestein, lo plantean desde la perspectiva de la secuela donde ya se crea a la Novia. Sin embargo, se da una vuelta de tuerca que difiere por completo del final de la peli ;-)





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29 octubre 2012

Luna Mora



































 



Mark of the Vampire (1935) conocida también, según dicen los expertos como Vampires of Prague, es el remake del famoso film London After Midnight protagonizado por Lon Chaney en 1927.

Carroll Lombard no tenía ningún papel principal pero su actuación como Luna, la hija del Conde Mora interpretado por Bela Lugosi, bien le valió protagonizar desde los carteles publicitarios hasta parte de los fotogramas más conocidos.












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26 octubre 2009

Undead


White on white translucent black capes
Back on the rack
Bela Lugosi's dead
The bats have left the bell tower
The victims have been bled
Red velvet lines the black box
Bela Lugosi's dead
Undead undead undead
The virginal brides file past his tomb
Strewn with time's dead flowers
Bereft in deathly bloom
Alone in a darkened room
The count
Bela Logosi's dead
Undead undead undead

"Bela Lugosi's dead"
Bauhaus



Béla Ferenc Dezso Blaskó nació en Lugos, Hungría (cerca de la frontera oeste con Transylvania) el 20 de octubre de 1882. A pesar de las penurias económicas que padeció junto con su familia al quedar huérfano de padre a la edad de doce años, pudo estudiar interpretación en la Academia de Teatro de Budapest. A los diecinueve, se había convertido en una estrella del teatro húngaro que se resguardaba bajo el pseudónimo de Arisztid Olf.

De acuerdo a la rigurosa jerarquía de la interpretación teatral del siglo XIX, el joven Béla consiguió papeles cada vez más complejos y extensos, obteniendo un creciente éxito que le llevó a cambiar definitivamente su nombre artístico por el de Bela Lugosi, en homenaje a su pueblo natal.

La dureza de sus primeras giras teatrales, fue extraordinaria, de hecho llegó a alternar hasta cuarenta papeles distintos en la misma temporada. El repertorio que dominaba era también muy extenso: iba desde los melodramas románticos hasta operetas, pasando por las comedias bufas y el drama histórico. Su interpretación del galán protagonista en el montaje de Romeo y Julieta de Shakespeare, llamó la atención de un agente tetral de Budapest que lo contrató en 1911.

Pronto se convirtió en actor principal del Teatro Estatal Húngaro. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial interrumpió súbitamente su carrera y aunque le ofrecieron quedar exento del servicio activo, Béla decidió participar en combate con el grado de teniente del 43 regimiento de infantería en el ejército del Imperio Astrohúngaro, distinguiéndose en un par de acciones y recibiendo, incluso, una herida en la pierna que nunca llegó a sanar y que años más tarde, le provocaría ciática.

Tras la caída del Imperio, Béla formó un sindicato de actores y en 1917 protagonizó su primera película Az ezredes (El coronel). Entre 1917 y 1918 protagonizó veinte más: Az Élet királya (El retrato de Dorian Gray, en versión de 1918), Nagymama naplójából/Lili, Casanova, Küzdelem a létért, entre otras, y aunque la mayor parte están perdidas, otras se conservan como tesoros en la filmoteca de su país.

La crisis política en la que vive el país, obliga a Béla a emigrar a Alemania, Se dice que era perseguido por sus ideas de izquierda. En Alemania participó en diversos títulos comerciales y de calidad, principalmente adaptaciones de novelas de Karl May como Auf den Trümmern des Paradieses y Die Todeskarawane, siendo su pareja habitual la actriz judía Dora Gerson. Alcanzó prestigio crítico y social y tuvo la ocasión de trabajar con grandes directores como Michael Curtiz (futuro director de Casablanca) y Murnau (irónicamente, el realizador de Nosferatu) que le brindó la ocasión de aparecer en su primera gran película de terror: Des Januskopft de 1920, una adaptación/plagio de la clásica historia de Jekyll y Hyde siendo conocido en esta adaptación conocido como el Dr. Warren. Béla encarnó en la cinta al mayordomo de Jekyll. También co-protagonizó una de las primeras versiones de El último mohicano.

La situación en la Alemania de los albores del nazismo no era agradable, lo que motivó su partida casi furtiva a Estados Unidos en octubre de 1920 prácticamente sin hablar inglés. Con sus recursos muy limitados, pero ya en América, Bela no pudo legalizar su entrada en el país hasta marzo de 1921. Según los registros, medía 1.85 cm. y pesaba 82 kilos. Bela, empobrecido, se encontró con que su estatus de estrella en Hungría y Alemania no le servía de nada en América, lastrado por su marcado acento húngaro del que no se desprendería nunca. Tras deambular por el país en representaciones ocasionales y desempeñando diversos oficios no teatrales, participó en una obra de teatro en 1922 (The red poppy) y un año después consiguió debutar en Hollywood con la película The silent comand, con un brevísimo papel. Apareció en diversas producciones mudas de la época, destacando entre todas ellas con luz propia He who gets slapped en la cual compartía cartel con el genial Lon Chaney (El fantasma de la ópera, El jorobado de Notredame), la gran leyenda del cine de terror mudo. El papel de Lugosi en esta peli, era como en todas las otras, muy pequeño. Hoy en día resulta casi imposible encontrarle en dicha película si no se sabe previamente quien es, pues no tiene ni siquiera diálogo. Otra película destacable sería Black camel, casi contemporánea a Drácula, donde interpretaba el papel de jeque.

Lentamente, su condición de extranjero lo encaminaba a interpretar papeles de villano y por tanto, lo encasillaba. Tenía un contrato fijo (aunque no exclusivo) con la Metro Goldwyn Mayer, pero ésta le asignaba papeles de escaso interés. El estrellato quedaba lejos y la Metro parecía no valorarlo.

A Béla parecía que le iba mejor en el teatro: en 1927 consigue el papel de Drácula en la adaptación teatral de la novela que Hamilton Deane y John L. Balderston montaron en Broadway. Sorprendentemente, la temporada termina en éxito rotundo y las giras se extendienden hasta 1929 y 1930.

La adaptación de Drácula fue obra del actor Hamilton Deane, cuya compañía de repertorio la estrenó en 1924 en Derby. Esta ciudad formaba parte del circuito provincial por el que habitualmente hacía giras Deane, donde gozaba de considerable reputación. Consciente de las limitaciones dramáticas del texto, Deane era reacio a estrenar en Londres. Sin embargo, el éxito de Drácula aumentaba con el paso de los meses, hasta el punto de arrinconar el resto del repertorio de la compañía. Esto atenuó la reticencia del actor-empresario, y finalmente, el estreno londinense se produjo en febrero de 1927, cuando el número de espectadores iba ya en continuo ascenso.

A una de las representaciones, asistió el productor norteamericano Horace Liveright, cuyo olfato comercial detectó las posibilidades de la obra en Estados Unidos. Tras duras negociaciones con la viuda Stoker, consiguió los derechos para su país con un trato que incluía una nueva adaptación a cargo del periodista y dramaturgo John L. Balderston. Él fue quien manejó la negociación, pues se dice que la viuda Stoker aborrecía al productor norteamericano.

El estreno estadounidense se llevó a cabo en Nueva York en octubre de 1927 con Bela Lugosi en el papel principal.

Aquí es donde comienza a escribirse la leyenda, aquí es donde el personaje se apropia de aquel que lo encarna hsta convertirse en un solo ser. Este es el momento que me hace recordar un relato muy bueno que leí años atrás: Mucho en juego (Much at stake) de Kevin J. Anderson más conocido por sus novelas spin-off de Star Wars y co-autor de las precuelas de la saga Dune. No intenten buscarlo por la red: no está ni en inglés ni en castellano. Quizá sólo pertenece a una antología de relatos que se publicó en 1991 conmemorando el 60 aniversario del estreno de la adaptación fílmica de Drácula.

Esta antología titulada Drácula insólito (y posteriormente llamada El Mito de Drácula) ha sido publicada en castellano por Timun Mas (en 1992) y creo que a estas alturas del partido no resulta sencillo encontrarla. Quizá me equivoco, pero es que aún tengo muy frescos los dolores de cabeza que causaba la búsqueda de librerías en plena Ciudad de México que tuviesen tratos con Timun Mas que en aquel lado del mundo era distribuida por la editorial Aconcagua. Hace poco más de quince años, yo misma viví verdaderos peregrinajes que me llevaron no sólo a recorrer las librerías El Sótano y El Parnaso de Coyoacán, sino inclusive llegar al extremo de ir directamente a las oficinas de la editorial Aconcagua :P Recordemos también que Timun Mas fue la primera editorial en traducir los primeros tres libros de las Crónicas Vampíricas de Mrs. Rice.

En fin, que Mucho en juego es un relato magnífico donde Bela Lugosi agobiado por los dolores que le provoca aquella vieja herida de guerra, se encierra en su camerino para "descansar" bajo los influjos de la morfina. Así que Kevin J. Anderson nos propone que juguemos a las suposiciones y al ritmo de "y si..." provoca un encuentro bajo los efluvios opiáceos de Lugosi con el mismísimo Vlad Tepes. Mentiría si cuento mucho más porque no tengo tan fresco el relato, pero puedo decir que bien vale la pena echarle un vistazo.

Se dice que en los años '40, justo cuando la carrera cinematográfica de Lugosi comenzaba a apagarse, el consumo de morfina iba en aumento. Sus constantes depresiones no eran otra cosa que el resultado de un desaforado consumo de morfina a la que dicen se volvió adicto desde que había sido herido en la guerra. Además, se cuenta también que consumía otras sustancias.

Es una pena que habiendo sido un actor tan reconocido que lo mismo interpretaba al Shakespeare más puro como a un Jesús en el Calvario, haya sido encasillado en un papel, que si bien le dio el reconocimiento mundial, también lo hundió en las peores miserias de la infravaloración artística.


(Con información de agpandorabox y cinematismo).


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10 octubre 2009

El dueño de Ramplig Gate


Soy un poco terca, lo sé :p Confío en que tengo algunos fieles lectores que, a pesar de que no dejan constancia de su existencia a través de los comentarios, siempre que pueden me visitan y probablemente comparten algunos o muchos de los temas que conforman esta bitácora.

Esto viene a cuento porque nuevamente me voy a embarcar en la aventura de publicar, por entregas dominicales, un cuento que mucho me temo que, tal como el de Poppy Z. Brite, no es sencillo de encontrar fuera de un par de antologías poco conocidas (The Ultimate Dracula -que fue publicada en castellano por la editorial Timun Mas en 1991 conmemorando el 60 aniversario del estreno de la peli Drácula con Bela Lugosi como el enigmático conde- y Vampires, Wine and Roses) y una novela gráfica creación del maese John Bolton. Se trata del primer relato corto que escribió Anne Rice luego de Entrevista con el vampiro (1976).

El Dueño de Rampling Gate (1982) es una verdadera alegoría gótica y una peculiaridad al haber sido firmada bajo el seudónimo de Anne Rampling, una pequeña gran muestra del talento que poseía Mrs. Rice y que ahora mismo no me atrevo a asegurar que aún conserve :p Sí, trata sobre vampiros; sí, trata sobre la seducción tan poderosa que ejerce esa criatura sobre los mortales; sí, entre líneas podemos encontrar pinceladas de Louis y Armand en un mismo personaje.

Octubre está a toda potencia y cada vez nos acercamos más a mi festividad anual favorita (quizá sólo está por encima el día que nació Happy Demon, jejeje) : Halloween, Samhain, Día de Muertos. Durante todo este mes voy a publicar entradas relacionadas con estos temas ;-)

El Dueño de Ramplin Gate

Rampling Gate: ¡Era tan real para nosotros en aquellas viejas pinturas, alzándose como un castillo de hadas por encima del bosque oscuro que lo rodeaba! Una mole de piedra rematada en tejados de caballete y chimeneas, entre dos inmensos torreones; paredes de piedra gris cubiertas de hiedra, ventanas que reflejaban las nubes huidizas.

Pero ¿por qué papá nunca fue allí? ¿Por qué nunca nos llevó? ¿Y por qué en su lecho de muerte, en los meses sombríos que siguieron al fallecimiento de mamá, dijo a mi hermano Richard que Rampling Gate había de ser destruido piedra por piedra? Ramplíng Gate, que siempre había pertenecido a los Rampling; Ramplíng Gate, que había subsistido impávido más de cuatrocientos años.

Estábamos asustados ante los trabajos que nos esperaban, y dolorosamente aturdidos, Richard acababa de cumplir su cuarto año en Oxford. Dos vertiginosas temporadas sociales en Londres me habían deparado algún tímido éxito. Todavía prefería borronear poemas y relatos en el silencio de mi habitación a pasar las noches bailando, pero mantenía en secreto aquella inclinación, y aunque distábamos mucho de ser dos niños mimados, nuestros padres nos proporcionaban cuanto podíamos desear. Pero ahora los años de despreocupación se habían terminado. Nos veíamos obligados a comportarnos con prudencia y sentido de la responsabilidad. Y nos sentíamos apesadumbrados, sentados en el estudio abarrotado de libros de papá, contemplando las antiguas pinturas de Rampling Gate, junto a la pequeña estufa de carbón.

-Destrúyela, Richard -dijo papá-. En cuanto yo haya muerto.

-Sencillamente no lo entiendo, Julie -confesó Richard, mientras vertía el jerez en la copa de cristal tallado que yo sostenía en la mano-. Es un valor genuino, una construcción de época, una auténtica mansión del siglo XV en excelente estado de conservación. Una tal Mrs. Blessington, nacida y criada en la aldea de Rampling, ha estado administrándola, al parecer, los últimos años. Estaba allí cuando falleció tío Baxter, que fue el último Rampling en vivir bajo aquel techo. -le pregunté- que fue ese año cuando papá retiró todos los cuadros y los escondió?

-No lo olvidaré nunca -dijo Richard- . No podría hacerlo. Fue algo tan extraño y tan
impropio de papá.

Se arrellanó en su asiento, chupando pensativo su pipa.

-Luego hubo un incidente muy raro, cuando vio a aquel hombre joven en la estación Victoria.

-Sí, exactamente -dije, haciéndome un ovillo en el sillón forrado de terciopelo, al tiempo que contemplaba las llamitas azuladas que bailaban en la estufa-. ¿Recuerdas lo alterado que estaba papá?

Y sin embargo, había sido un incidente mínimo. En realidad, no había ocurrido nada en absoluto. En aquella época no podíamos tener más de seis y ocho años, respectivamente, y habíamos ido a la estación con nuestro padre para despedir a unos amigos. Por la ventanilla de un tren, papá vio a un hombre joven con cara de reproche, y aquello le molestó. Incluso hoy puedo recordar la cara con toda claridad. Era notablemente bien parecido, de nariz recta y delgada, cejas bien dibujadas, y con una mata de abundante cabello castaño. Sus grandes ojos negros miraron a papá con expresión de profunda tristeza; papá tiró de nosotros y nos llevó de allí a toda prisa.

-Y la discusión que tuvieron esa noche papá y mamá -añadió Richard, pensativo-. Recuerdo que los escuchamos desde el rellano de la escalera, y lo asustados que estábamos.

-Y papá dijo que él no se contentaba ya con ser únicamente el dueño de Rampling Gate; él había venido a Londres dispuesto a manifestarse también allí; aquel horror indecible, así lo llamó, había sobrepasado los límites de la audacia.

-Sí, exactamente, y cuando mamá intentó tranquilizarle y sugirió que tal vez había imaginado cosas, él se enfureció todavía más.

-Pero ¿quién podía ser el dueño de Rampling Gate, si no lo era papá? Por entonces, el tío Baxter hacía ya mucho tiempo que estaba muerto.

-No sé exactamente lo que hacer con este asunto -murmuró Richard-. Y no hay nada en los papeles de papá que pueda sugerir alguna explicación al problema.

Examinó el más reciente de los cuadros, un grabado deliciosamente coloreado que mostraba la mansión reflejada en las aguas azules del lago.

Pero te aseguro que lo peor de todo, Julie -asintió, meneando la cabeza-, es que nunca hemos visto la casa con nuestros propios ojos.

Nuestras miradas se cruzaron y se produjo una momentánea confusión, que rápidamente se desvaneció. Me incliné hacia adelante.

-Él no dijo que no fuéramos allí, ¿verdad, Richard? -pregunté-. Que no pudiéramos visitar la casa antes de destruirla.

-¡No, por supuesto que no! -exclamó Ríchard, y una amplía sonrisa asomó a su rostro-. Después de todo, ¿no es eso algo que debemos a otras personas, Julie? Al tío Baxter, que se gastó los últimos restos de su fortuna restaurando la casa, y a Mrs. Blessington, que la ha administrado todos estos años,

-¿Y qué me dices de la aldea? -añadí a toda prisa-. ¿Qué significará para sus habitantes ver destruido Rampling Gate? Está claro que debemos ir y ver el lugar nosotros mismos.

-De acuerdo, entonces. Escribiré enseguida a Mrs. Blessington. Le diré que vamos allí y que no sabemos cuánto tiempo nos quedaremos.

-¡Oh, Ríchard, va a ser maravilloso! -No pude contenerme y le abracé, pero él se ruborizó, y chupó su pipa exactamente del mismo modo que lo habría hecho papá. Tenemos que pasar allí una quincena por lo menos. Quiero conocer bien el lugar, en especial si...

Pero me entristecía demasiado recordar el mandato de papá. Era mucho más divertido pensar únicamente en el viaje. Empaqueté mis manuscritos porque, quién sabe, tal vez en aquel ambiente melancólico y exquisito podía encontrar la inspiración que buscaba. Sentí un júbilo casi maligno, porque venía a quebrar el duelo que pesaba sobre nosotros desde el día en que papá nos abandonó.

-Es lo más correcto que podemos hacer, ¿verdad, Richard? -pregunté dubitativa, un tanto desconcertada por lo mucho que deseaba ir. Había como un placer ilícito en el hecho de poder por fin visitar Rampling Gate.

-«Un horror indecible» -repetí para mí las palabras de papá, con una ligera mueca. ¿Qué significaba aquello? Pensé de nuevo en el joven extraño, casi exquisito, al que apenas había alcanzado a ver en un vagón de tren, mirándonos con una expresión melancólica en su rostro enjuto. Llevaba un gran abrigo negro y una bufanda roja de lana, y podía recordar su intensa palidez en contraste con aquella mancha de color. Su cutis parecía de porcelana. Era extraño que lo recordara de modo tan vívido, incluso la ligera inclinación de la cabeza y el largo y espeso cabello castaño. Pero había sido tan sólo un reflejo en una ventanilla, y ahora me daba cuenta de que aquel fugaz instante lo había revestido para mí de un ideal de belleza masculina que desde entonces jamás me había vuelto a cuestionar. Pero papá se puso tan furioso en aquel momento... Sentí una inconfundible punzada de remordimiento.

-Por supuesto que es lo más correcto, Julie -respondió Richard. Siguió sentado al escritorio, redactando cartas, y yo me sentí incapaz de abarcar toda la profundidad de mis pensamientos.

Atardecía ya cuando el viejo carricoche desvencijado nos subió por la suave ladera de la montaña, desde la pequeña estación del ferrocarril, y contemplamos por fin, por vez primera, la magnífica mansión. Creo que retuve el aliento. El cielo había palidecido hasta adquirir un matiz rosado por debajo de un es trato de nubes suavemente redondeadas, y los postreros rayos del sol se reflejaban en los paneles superiores de las ventanas emplomadas, cubriéndolas de una pátina dorada.

-Oh, es majestuoso -susurré-, parece una gran catedral. ¡Y pensar que nos pertenece!

Richard me dio un ligero beso en la mejilla. De súbito me sentí enloquecer, dispuesta de alguna forma a dejarme arrastrar a donde me llevara el temor o el encanto que emanaba de aquel lugar; no sabría decir con certeza cuál de las dos cosas, tal vez una mezcla sublime de ambas.

Deseaba con toda mí alma saltar al suelo y acercarme a pie a la mansión, para ver cómo crecían más y más sus torreones delante de mí; pero nuestro caballo aceleró el paso, e instantes después se adelantó una fila de criados que se inclinaban con rígidas reverencias. La anciana y arrugada ama de llaves indicó con amplios gestos a los hombres que se hicieran cargo de los baúles y de las bolsas de viaje.

Richard y yo fuimos introducidos en el enorme vestíbulo por la frágil y experta figura de Mrs. Blessington; nuestras pisadas resonaban con estruendo en el pavimento de mármol parpadeamos ante los polvorientos rayos de luz que caían sobre la larga mesa de roble, las macizas sillas de madera tallada y los tapices pesados y sombríos que colgaban de los altos muros.

-Es un lugar encantado -exclamé, incapaz de contenerme-. ¡Oh, Richard, estamos
en nuestra casa!

Mrs. Blessington rió feliz, y su mano reseca apretó con fuerza la mía. Sus ojillos
azules me contemplaban con una expresión curiosamente vacua, a pesar de su sonrisa.

-¡De nuevo hay Ramplings en Rampling Gate! No saben lo feliz que es este día para mí. Y sí, querida -añadió, como si acabara de leerme el pensamiento en aquel mismo instante-, soy casi ciega, y lo he sido durante muchos años. Pero si descubre una sola cosa fuera de lugar en esta casa, dígamelo enseguida, porque será la excepción, puedo asegurárselo, y no la regla.

De su rostro arrugado emanaba una simpatía tan grande, que me cautivó de
inmediato.

(Continuará)

16 agosto 2008

Aniversarios varios



Un día como hoy pero de 1977, nos dejaba (físicamente) el Rey del Rock, el más grande entre los grandes pésele a quien le pese: Elvis Presley. Y he decidido rendirle un pequeño homenaje vía la voz de un excelente intérprete irlandés que canta igual que él, pero que ha tenido el acierto de no hacer versiones del repertorio del Rey: Jim Brown, The King. Al contrario, se ha atrevido a cantar canciones de AC/DC, por ejemplo, Lynyrd Skynyrd, Nirvana, entre otros. En este caso, ha hecho una versión suprema del legendario tema "Whiskey in the jar" cuya versión de Thin Lizzy es la más conocida en el mundo del rock, sin embargo, se trata de un tema típico irlándes que siempre se canta en cualquier bar.




Otro día como hoy de hace cincuenta y dos años, moría Bela Lugosi. Siempre recordado y parodiado por su interpretación como el Conde Drácula en la versión de Tod Browning de 1931. Su biografía es rica en detalles, desde su primeras participaciones teatrales como el propio Jesucristo en una obra representada en Semana Santa en Hungría. Así que, para conmemorar su natalicio, el próximo 20 de octubre, prometo hacer una entrada totalmente dedicada a él. Mientras tanto, disfrutemos de este fanvideo que lo encuentro lleno de buen gusto.




Un 16 de agosto de 1958 nació Madonna Louise Veronica Ciccone en la ciudad de Detroit, Estados Unidos. Así es, damas y caballeros, Madgie (como la llaman sus familiares y amigos) cumple medio siglo de vida y aún tiene cuerda para rato así se haya convertido en vigoréxica y adicta al botox, sea una amante hasta el delirio de la disciplina y no sea ni la mejor madre ni la mejor esposa (las cosas como son).

Según las noticias más recientes, Madonna asistió anoche a un centro de Cábala en Marylebone acompañada y asistida en todo momento por su fiel y amansado marido Guy Ritchie, pues la Reina del Pop se ha torcido un tobillo días atrás. El festejo por su cumpleaños al parecer ha sido pospuesto pero no así una de las sorpresas por parte de su marido: Ritchie ha aceptado adoptar a una niña de tres años originaria de Malawi de la que se había "encaprichado" su mujercita. Según comentan, con esta decisión, ambos acallarán durante un tiempo todos los rumores que los han perseguido sobre un supuesto divorcio.

Por cierto, el video que he subido es sólo para fans-super-fans de Madonna, ojo, mucho ojo, hahaha.



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22 octubre 2007

Como en botica (por millonésima vez)

.I want yourrr blood. Aquellos que bien me conocen, saben que mi pasión por el mito del vampiro nació cuando yo tenía cinco años y a través del Canal Once de televisión, vi a Bela Lugosi enfundado en frac y capa de ópera en aquella mitológica libre adaptación de la novela de Bram Stoker. La versión filmada por Tod Browing en 1931 es un verdadero filme de culto, nadie lo niega, pero su Conde Drácula es el "padre de todos los vampiros", jejeje, hablando cinematográficamente. Sólo a un avezado director de vestuario se le pudo ocurrir que un conde de la vieja Europa Central, debía realzar su título nobiliario vistiendo un atuendo que pronto se convirtió en todo un cliché y en el uniforme vampírico por excelencia de toda fiesta de disfraces, festividades de Halloween y homenajes varios. Sólo la magia de vivir intensamente la ilusión de la inmortalidad puede robarnos la razón, aunque también ayudan y mucho, los elíxires que nos transporta a paraísos artificiales como los que se suministraba Lugosi a diestra y siniestra. Unos dicen que una vieja herida de guerra (I Guerra Mundial donde participó como teniente de infantería) fue su talón de Aquiles. Otros que fue puro y duro vicio. Lo cierto es que la decandencia en la que murió (a pesar de que es muy cierto el intento de rescate que intento aplicarle el director de cine más malo del mundo y que respondía al nombre de Ed Wood) sólo sirvió para aumentar más su mito, lo mismo que su cuerpo envejecido y su alma remendada, fuesen envueltos con la capa que tantas veces lució por los sets de películas cada vez de peor calidad.

El pasado 20 de octubre se conmemoraron 125 años del natalicio de Béla Ferenc Dezső Blaskó, mejor conocido como Bela Lugosi (adoptó ese apellido en homenaje a su ciudad natal: Lugoj ubicada en Transylvania que en ese entonces pertenecía al Reino de Hungría). Lo mejor de todo es que su leyenda aún continúa tan inmortal y grande como el "Drácula, rey de todos los vampiros".





.La "sorpresita" de J. K. Rowling. El profesor Dumbledore, uno de los principales personajes de la serie de libros de Harry Potter, es gay, según la autora de la saga, J.K. Rowling.
La escritora confesó la homosexualidad del mago Dumbledore el viernes, en el Carnegie Hall de Nueva York, cuando un joven fan le preguntó si el director de la Escuela de Magia y Hechicería Hogwarts se enamoró alguna vez. "Mi sincera respuesta ... Siempre pensé en Dumbledore como gay", dijo Rowling, cuyos comentarios ya fueron publicados en el portal de fans de Harry Potter. La autora aclaró que el Profesor Dumbledore se enamoró del mago Gellert Grindelwald, pero este último se convirtió a las artes oscuras. Dumbledore fue "atraído hacia esta brillante persona, y horriblemente, terriblemente decepcionado por él", añadió la autora. Durante una lectura de guión para la sexta entrega de la película, Rowling corrigió una referencia sobre un pasado amor femenino de Dumbledore. "Tuve que escribir una pequeña nota el borde y pasársela al guionista, 'Dumbledore es gay!'", explicó la escritora. Sus revelaciones sobre el personaje dieron lugar a una "ovación prolongada", según el portal de fans. "Si hubiese sabido que les haría tan felices, ¡lo habría anunciado hace años!", dijo a sus seguidores. (AFP) (Nota mía: Si es que ahora parece que está de moda salir del clóset, hahahaha).

.La ira de los dioses. El teniente de alcalde de Nueva Delhi, S.S. Cajwa, murió el domingo tras caer de un balcón durante un ataque de monos salvajes en su vivienda de la capital de la India, informaron medios de prensa. El funcionario fue llevado al hospital tras ser atacado por un grupo de monos macacos Rhesus, pero rápidamente sucumbió a las heridas que sufrió en la cabeza durante la caída, dijo la agencia Press Trust of India y el periódico The Times of India. Muchos edificios del gobierno, templos y urbanizaciones residenciales en Nueva Delhi han sido invadidas por macacos Rhesus, que suelen aterrar a visitantes y en ocasiones muerden a transeúntes o les roban comida.

Parte del problema es que los hindúes devotos consideran a los monos como manifestaciones del dios simio Hanuman y los convidan con bananas y con cacahuates, alentándolos a visitar sitios públicos. (Europa Press). (Nota mía: Pues eso, que nos agarren confesados cuando la ira de los dioses caiga sobre nosotros, hahahaha).

.¿No dices que harías cualquier cosa por mí? Así es como se llama el nuevo lema que ha lanzado la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) dirigida contra el cáncer de mama cuyo Día Mundial se celebra cada 19 de octubre. En esta ocasión, el spot de televisión está masculinizado, por así decirlo, pues los protagonistas son los padres, esposos e hijos quienes piden a las mujeres que se hagan una mamografía. Según el presidente de la asociación, Francisco González-Robatto, "el cáncer de mama si se detecta a tiempo puede curarse. Con una detección precoz, a través de la mamografía, ya no es sinónimo de final. Por ello hay que concienciarse". "En España, actualmente viven más de 70.600 mujeres diagnosticadas en los últimos cinco años", según ha indicado.




http://www.youtube.com/watch?v=bnOgkIJEvYQ




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