02 marzo 2008

5 razones para amar a Johnny Depp


Por lo regular, cumplir años siempre nos sumerge en una especie de revaloración. Y otras tantas, en una nostalgia hasta cierto punto peculiar. Miramos a nuestro alrededor y a veces queremos reconocernos en aquellos que nos suenan a "contemporáneos". Nada de comparaciones, nunca seremos como los otros, sino sólo como podemos ser nosotros mismos... Sin embargo, observar a los contemporáneos nos muestra más firmemente el paso del tiempo y qué es lo que hemos hecho o dejado de hacer al cabo de los años.

Dentro de muchos cánones ya ni siquiera se me considera una mujer joven con 36 años recién cumplidos, hahahaha. Soy mujer adulta y la sociedad, con todo y su pseudo-intentos de igualdad o de mentalidad abierta, aún espera que una mujer de mi edad tenga cierto tipo de comportamiento. Y yo, sin duda, rehúyo a toda costa de él, hahaha. Creo que no me he "aseñorado" y que, a pesar de ser consciente de que ya no soy la chica de hace diez años, aún me siento con la energía y la pasión de entonces, si bien ahora la canalizo de otra manera o me la roba mi pequeño hijo que es un torbellino con patas y que está con el disco duro fresquecito y deseoso de llenarlo de todo tipo de conocimientos.

En fin, que soy una fanática del séptimo arte y reconozco que cuasi me he enviciado con la revista Fotogramas que, en mi humilde opinión, es una de las más acertadas y ecuánimes, hablando del mundillo cinéfilo español. Así que, en el número de marzo ha publicado diez razones para amar y odiar al mismo tiempo a ese pedazo de actor que es mi admirado Johnny Depp. He decidido compartir con ustedes, amables lectores cualesquiera que sea su procedencia (y sí, también me refiero a ti, lector de Bermuda, que me visitas con frecuencia, jejeje) sólo las cinco razones para amar al incomparable Capitán Jack Sparrow. En otra ocasión, retomaré las otras cinco para odiarlo, jejeje.

Y no, no se pregunten por qué he comenzado esta entrada con aquello de los contemporáneos. De alguna forma, siento que Depp, a pesar de ser unos seis o siete años mayor que yo, es parte de los que me corresponden a mí. En la entrada donde hablaba del esperadísimo nuevo trabajo del maestro Burton, ya mencioné que la gran mayoría de los trabajos de Depp me ubicaban en el momento o en la época de mi vida según los años en que han sido estrenados. Además, resulta gratificante que haya gente como Depp, que puede ser capaz de pertencer, en cierta medida, al star system basura y surgir y resurgir apenas sin mancha. Vamos, que a pesar de todo, no deja de ser él mismo con todo lo positivo y negativo que esto conlleva.

Un buen ejemplo, sin duda.


5 Razones para amar a Depp
1. Es la encarnación de la estrella de culto

Pertenece a esa rara familia de actores capaces de articular un discurso personal, película a película, pese a trabajar con directores variopintos en proyectos de lo más diversos. Parece el resultado e una extraña suma: la ambigua mirada de ángel de David Bowie más la perversa sofisticación de un Vincent Price en clave post-teen. El producto Depp está especialmente diseñado para seducir a ese sector del mercado que busca sabores heterodoxos, zonas de claroscuro, celebraciones de la diferencia. Es la oveja negra en un star system que sólo parece facturar ovejas Dolly, clónicas, insípidas e inodoras. Incluso cuando se equivoca, el factor Depp funciona a pleno rendimiento, a sabiendas de que es uno de los pocos actores de hoy en día con un discurso en perpetua construcción. Cuando alguien le busca las cosquillas, siempre tiene una réplica ingeniosa para contraatacar: El concepto actor serio es un oxymoron, una contradicción extrema, como hablar de partido republicano o comida de avión.

2. Su rica relación actor/director con Tim Burton

Su participación en Edward Scissorhands (1990) abrió un capítulo aparte en su carrera: su papel de monstruo solitario, melancólico e hipersensible, se iba a convertir en el espejo a medida de un creador que también ha explotado a fondo su condición de niño raro de Hollywood. Después vinieron Ed Wood (1994), Sleepy Hollow (1999), Charlie y la Fábrica de Chocolate (2005), The Corpse Bride (2005) y Sweeney Todd: El Barbero Diabólico de la Calle Fleet (2007) para subrayar el estrecho vínculo entre el visionario director de melenas insumisas de Burbank y el imprevisible adolescente sin edad de Kentucky. Burton ha dicho de él que es un extraterrestre capaz de sorprenderle en cada rodaje. Depp le ha devuelto el piropo con una oferta que el cineasta no debería rechazar: Puede pedirme lo que sea. Si quiere que me folle a un oso hormiguero en su próxima película, lo haré.

3. Una carrera comprometida con el riesgo.

A veces una estrella se define por la calidad de sus relaciones y la gallardía de sus compañeros de viaje: junto a Tim Burton, en la carrera de Johnny Depp aparecen también los nombres de Emir Kusturica (El sueño de Arizona, 1993), Terry Gilliam (Fear and Loathing in Las Vegas, 1998), Jim Jarmusch (Dead Man, 1995), John Waters (Cry-Baby, 1990), Oliver Stone (Platoon, 1986), Roman Polanski (La Novena Puerta, 1999), y Robert Roríguez (El Mexicano, 2003), revelando una compliciad con los mavericks del séptimo arte que dice mucho en su favor. Su talento no es buen material para la mediocridad: sus mejores notas interpretativas se alcanzan cuando, al otro lado de la cámara, hay otra locura en funcionamiento dispuesta a sintonizar con la suya. No siempre le ha salido bien la estrategia -ahí está La Novena Puerta para ilustrar el necesario contrapunto-, pero Depp parece sentirse especialmente cómodo cuando funciona como prolongación de otras sensibilidades indomables, marginales, nada dispuestas a negociar con el mínimo común denominador de los gustos mayoritarios. Depp parece estar huyendo sin cesar de sus orígenes profesionales como estrella televisiva adolescente. Ah, y no hay que olvidar que logró convertirse en uno de los hombres de confianza del volcánico Hunter S. Thompson en los últimos años de gloria del creador del periodismo gonzo (es un estilo de reporteo, sub-género del Nuevo Periodismo, que plantea un acercamiento directo al objeto (la noticia), llegando hasta el punto de influir en ella, y volviendo al periodista en parte importante de la historia, como un actor más).

4. Hay cierta dimensión trágica en su biografía.

La muerte temprana, inesperada y terrible de su compinche River Phoenix a las puertas de The Viper Room, el local de Depp en Los Angeles, abre una zona oscura en una biografía que ya había transitado por el dolor. Adolescente problemático y sumamente tocado por el divorcio de sus padres cuando contaba con 15 años de edad, Depp sucumbió al mórbido placer de las autolesiones antes de que su carrera profesional tomara rumbo firme. Años más tare, la caída de Phoenix hizo que las aguas plácidas de su vida reconducida volvieran a mostrar turbulencias: la hipocresía hollywoodense lo puso en punto de mira y el actor tuvo que capear acusaciones de tolerar la venta de estupefacientes en el local donde su compañero de generación pasó los últimos minutos de su abreviada existencia. No fue esa la única vez que Depp se topó de frente con la justicia: en dos ocasiones se le ha atribuido el destrozo de habitaciones de hotel según el paradigma de la rock-star arquetípica y, cuando los paparazzi colocan en el objetivo a sus hijos, suele sacar la mala bestia que lleva dentro. La Norteamérica patriótica y cerril intentó esbozar una campaña contra él a propósito de unas preseuntas declaraciones antinorteamericanas publicadas en la revista alemana Stern: en realidad, lo suyo no sonaba a actor concienciado de pose, sino a sincero desencanto de autoexilidado dispuesto a educar a sus hijos en la idea de que América es un juguete roto, un cachorro tonto con dientes muy largos, agresivo, capaz de morderte y herirte.

5. Su futuro no revela síntomas de fatiga.

Será John Dillinger a las órdenes de Michael Mann en Public Enemies, película de goodfellas que quizá compense las promesas incumplidas de American Gangster (Ridley Scott, 2007) y se rumorea su participación en las dos secuelas de Sin City que prepara Robert Rodriguez. También está dispuesto a apostar fuerte en su faceta de actor/productor al frente de Infinitum Nihil Production: la firma se estrenará con lo próximo de la directora hindú Mira Nair (Monsoon Wedding) y con una adaptación de Los Diarios del Ron de Hunter S. Thompson, que dirigirá el inglés Bruce Robinson.

Jordi Costa,
Revista Fotogramas, núm. 1973






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1 comentario:

LaClau dijo...

Querida MacVamp,
Estoy conociéndote y me ha gustado lo que dices. También soy blogger mexicana, con cinco años más que tu (bueno, fuiste tu quién mencionó el tema de la edad!) y me gusta lo que encuentro en la blogósfera. He encontrado pocas mujeres metidas en este espacio (y de más de treinta, menos!). En todo caso, que gusto y cuando quieras te invito a cafetear a mi blog. Saludos y disfruta España.